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Lía y su mamá me convencen de no reprobarla

Relato enviado por : maggabit91 el 06/09/2018. Lecturas: 2086

etiquetas relato Lía y su mamá me convencen de no reprobarla   Confesiones .
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Resumen
Lía esta apunto de reprobar mis dos materias así que tanto su mamá como ella harán un trato conmigo para no reprobar


Relato
Comencé a dar clases en una secundaria técnica. Tenía un grupo de tercero al que le daba dos materias, física y química. En este grupo estaba el típico grupo de niñas “populares” de la escuela. Lía era “la líder”, muy desarrollada para su edad, un cuerpo que la hacía ver unos años más grande y ciertos rasgos orientales que la hacían muy sexy. Siempre vestía la falda de la escuela a medio muslo y el pants muy ajustado, lo que resaltaba su espectacular trasero.

Junto a ella había otro grupo de chicas pero por ahora solo nos centraremos en Lía. Practicaba gimnasia, al parecer era muy buena y eso le daba ciertos privilegios en la escuela. Tenía permiso para faltar a ciertas clases con el pretexto de sus entrenamientos y cosas así, aunque en mis materias no había problema de horarios, sin embargo abusaba de esos privilegios y también a mis clases faltaba, no mostraba interés y esto le llevó a estar prácticamente reprobada en las dos materias.

Al ser de tercero estaba en riesgo que sacara su certificado para irse a la prepa y ella sabía que estaba perdida, tendría que hacer los dos extraordinarios. Unos días antes del examen final donde se decidiría quién pasaba y quién no, me encontraba en mi cubículo, ya era tarde por lo que casi no había gente en la escuela cuando tocaron a mi puerta.

Era una mujer con un aire familiar, cara de rasgos muy finos, ojos rasgados, cabello lacio y muy largo, fue hasta que habló para saludarme que supe que debía ser mamá de Lía. El parecido era mucho, más que su mamá parecía su hermana mayor.

- Hola, ¿usted es el profesor Armando?
- Hola, sí, ¿En qué puedo ayudarla?
- Soy mamá de Lía de 3 A y estoy un poco preocupada por las notas de mi hija, sé que no va bien en sus materias y por eso quería hablar con usted.
- Sí, Lía tiene prácticamente reprobadas las dos materias, falta mucho a clase, no hace sus trabajos y tiene mala actitud.

Se le notaba la preocupación en el rostro, hasta ese momento la observé bien. Era muy parecida a Lía, tenía ese toque oriental que le daba una belleza exótica, traía una blusa con botones blanca algo transparente, se notaba el brasier blanco a través de la tela. Se le veían pechos de buen tamaño, no enormes pero se veían subir y bajar cada que respiraba. Noté que traía puestos unos jeans ajustados y si tenía el trasero como Lía se le debía ver muy bien.

Platicamos por unos momentos de la situación escolar de su hija, me contó la Prepa a la que quería entrar y para eso no debía reprobar materias y conmigo estaba reprobando dos. Hablamos de las posibilidades, extraordinarios, trabajos extras, asesorías pero le dejé claro que no pasaría a su hija solo porque viniera a hablar con ella, hasta que...

- Por favor ayúdela y yo le daré lo que me pida. Será nuestro secreto.

El tono en que lo dijo y su lenguaje corporal me dejó muy claro a qué se refería. La verdad es que se me antojó de inmediato pero decidí jugar un poco con ella. Me hice el difícil tratando de parecer un buen maestro pero los dos sabíamos en qué terminaría eso así que decidí ponerme en un plan muy dominante, que por lo menos le costara las calificaciones de su hija.

- No lo sé, la realidad es que el futuro en la prepa de Lía depende de mí y sí ella no se ha portado muy bien espero que usted sí haga caso en todo.
- Sí, usted ordene maestro y yo haré mi mejor trabajo para que Lía pase.
- Para empezar quiero ver si me conviene cambiar dos calificaciones, enséñame lo que tienes, desabróchate la blusa.

Dudó un momento.

- ¿Aquí? Estamos en la escuela, es mejor ir a otro lado.
- Aquí o dejamos que Lía repruebe.

Su cara era un poema, no estaba nada segura pero comenzó a desabrocharse la blusa, volteaba de reojo a ver si no pasaba nadie por afuera del cubículo. Yo estaba encantado con el espectáculo, el bra blanco asomó dejándome ver que en efecto eran unas tetas muy apetecibles.

Me puse de pie y caminé por atrás de la silla donde estaba sentada. Puse mis manos en sus hombros y las fui bajando hasta tocar esas apetecibles tetas. Ella no se movía ni hacía nada, metí mis manos por su brasier y sentí sus pezones, pequeños y muy sensibles pues de inmediato su respiración se aceleró.

Conocía a la perfección los horarios de la escuela, a esa hora nadie pasaría por ese pasillo así que decidí ir más allá. La jalé de los brazos para obligarla a pararse y quité la silla, ella seguía sin decir ni hacer nada. Pude ver esas nalgas, mucho mejores que las de Lía. Redondas y grandes, incluso algo desproporcionadas para lo delgada que era, parecían operadas. Me acerqué y puse mi pene en ese hermoso trasero mientras volví a agarrar esas tetas desde atrás. Ella volteaba a ver que nadie nos viera.

Para tomarla de sorpresa, agresivamente la empujé para que pusiera las tetas en mi escritorio, tenía a la mamá de una de mis alumnas completamente empinada en mi cubículo de la escuela.

Por fin agarré esas nalgas, duras, duras, seguía pensando que estaban operadas, volví a arrimar mi herramienta mientras me agaché para susurrarle al oído.

- ¿Sabías que tu hija es la más puta de la escuela? Ahora veo de dónde lo aprendió.

Me separé y me dirigí a mi asiento, me senté y le dije.

- Está bien, nos iremos a otro lado a discutir las calificaciones de tu hija, pero antes ven e híncate abajo de mi escritorio.

Se paró y mientras se abrochaba la blusa caminó de mi lado del escritorio y se hincó como le ordené metiéndose bajo el escritorio. Si alguien pasaba por afuera jamás se imaginaría que una mamá estaba a punto de darme placer.

Sin que le dijera nada más comenzó a desabrochar mi cinturón y el botón de mi pantalón, fue ahí cuando se me ocurrió algo.

Mi celular estaba en mi escritorio, así que solo le dije “tú haz lo tuyo, yo haré como si estuviera trabajando por si pasa alguien no sospeche”. Y con esto estiré mis manos hacia la mesa, con una mano escribí cualquier cosa en el teclado de la computadora, pulsando muy fuerte las teclas para que ella escuchara y creyera que estaba escribiendo, pero con la otra desbloqueé mi celular y puse la cámara, cambié a la cámara de selfies para ver que estaba tomando y la puse en video. De costado no se alcanzaba a ver toda su cara pero con el movimiento sí se notaba por momentos así que comencé a grabar.

Cuando el video comenzó ella ya había desabrochado mi cinturón y mi pantalón, en ese momento me levanté un poco de mi silla para que ella jalara mi pantalón y mi bóxer y mi herramienta quedó frente a su cara.

La tomó con una mano y comenzó a jugar con ella, tenía miedo, se sentía mucha timidez en sus movimientos, solo jugaba con su mano hacia arriba y hacia abajo lentamente, yo me estaba divirtiendo mucho y decidí picarla más.

- ¿Es todo lo que sabes hacer? Parece que es mucho mejor tu hija.

Volteó rápidamente con una cara de enojo, sorpresa o más cosas. -Tú qué sabes de mi hija, me preguntó. -Tú a lo tuyo y tal vez después te cuente, ya mámamela. -¿No viene nadie? -Ruega porque no, porque si llega alguien nos la mamas a los dos. Esta última frase la acompañé de un empujón a su cabeza para que me la mamara.

Se metió la punta a la boca y la sacó, lamió todo el tronco, como haciendo tiempo para darse ánimos. Yo la seguía grabando sin que se diera cuenta. Poco a poco fue agarrando confianza y se aventuró a meterlo y sacarlo, era buena aunque al tener rasgos orientales tenía boca pequeña y no le cabía completo pero se ayudaba con una mano. Siguió en lo suyo, lo lamía como si fuera una paleta y por ratos hacía el metesaca. La dejé mamar un rato, apagué mi computadora, el celular y la agarré de la cara, su rostro era totalmente diferente, tenía cierto tono rojo y una cara de excitación que no podía con ella.

- Levántate y vámonos.

Se paró, me acomodé la ropa y caminamos rumbo a la salida. Antes de salir del cubículo la besé y me correspondió como desesperada, le tenía a mil.

Mientras bajamos las escaleras le dije lo puta que era y que se la iba a meter por todos lados. Llegamos a mi carro y se subió en el asiento del copiloto mientras manejaba a un hotel.

- Sabes que te tendrás que portar bien con varios maestros, verdad. Lía no es para nada buena estudiante.
- Espero poder repartir algo de dinero para que pase.
- Jajajajaaj con lo puta que es Lía todos los maestros sabrán que su mamá es peor.

Si mencionaba algo de Lía su cara cambiaba, parece que creía que su hija era
una blanca paloma. Sacó su celular y noté que teníamos el mismo modelo. Cuando ya casi llegábamos al hotel, unos semáforos antes me desabroché el pantalón y le ordené que mamara. Sin pensarlo se agachó y comenzó a mamar de manera muy diferente. Ya no tenía miedo de ser descubierta, ahora sí mamaba como actriz porno. Llegamos al hotel, metí el carro hasta la habitación y se acercaron a cobrarme. Ella no paró y le dio un gran espectáculo al hombre que nos cobró.

Subimos al cuarto y nos besamos, me quité la corbata y la camisa mientras ella se desabrochó la blusa. De nuevo ese brasier, chupé su cuello y bajé a sus tetas, las apreté, las mordí suavemente. Ella estaba a cien. Daba pequeños gemiditos y tenía una de sus manos en mi paquete por encima de mi pantalón. Quité su brasier y por primera vi esas perfectas tetas. Me di gusto con sus pezones, café oscuro, mientras ella gemía.

Me senté en la cama y ella se hincó en el suelo, sin desabrochar mi pantalón lo jaló para abajo con todo y bóxer, estaba como desesperada. Ahí tenía a una de las mamás de mis alumnas mamando como si no hubiera mañana. No le cabía todo en la boca, pero lo metía y lo sacaba a buena velocidad. Cuando sentí que estaba por venirme la paré y la besé, la boca, el cuello, un hombro mientras la rodeaba para quedar detrás de ella, apoyé directamente mi arma en sus nalgas aun con el pantalón y lo desabroché, bajé el cierre y ya que me sería fácil bajarlo la aventé bruscamente en la cama boca abajo. Terminé de quitarme el pantalón y el bóxer, y le besé la espalda. Podía ver su cara de lado, cerró los ojos disfrutando lo que le hacía. Bajé su pantalón y me fui encontrando con una tanga blanca, a penas era un pequeño triángulo y las nalgas más perfectas que había visto. Redondas y duras, aunque seguía pensando que eran operadas me encantaron.

Me abalancé sobre ellas, las apreté, las lamí, les di pequeños mordiscos, incluso las abrí un poco para pasar mi lengua en medio de esas perfectas nalgas solo cubiertas por una línea de tela. Me paré y recogí mi camisa del suelo. Tomé sus brazos a sus costados y los junté en su espalda, pase mi camisa por debajo y le amarré las manos. “No, espera, ¿Qué haces?” Me dijo mientras movía sus manos pero le sería muy difícil soltarse, era un nudo que hacía normalmente desde mi vida como Boy Scout y no podría con él. “Cállate puta, aquí mando yo”.

Me subí en ella y volví a morderle un hombro, le besé el cuello y poco a poco la cara de enojo que puso por el amarre se convirtió en aprobación, incluso volvió a cerrar los ojos. La jale de las piernas para obligarla a ponerse en 4 aunque con la cara en la cama. Tenía un panorama inmejorable de esas nalgas, se veían gigantes, cada vez se me antojaban más. La di una nalgada y dio un pequeño gemido, otra nalgada más fuerte y gritó. “Espera, no tan fuerte, no me pueden quedar marcas o las verá mi esposo”. Ese comentario me puso a mil.

Prácticamente le arranqué la tanga y comencé a chupar su cuevita. Estaba empapada, chupaba cómo desesperado y me ayudaba con dos dedos. Ella gemía e incluso se movía para adelante y para atrás acompañando el movimiento de mis dedos. Pasaba mi lengua hasta su culo, sin duda también me lo iba a disfrutar. Paré y tomé del suelo mi corbata. Se la pase por la cara y le tapé los ojos, ya no reclamó nada. Ahora no solo no podía mover los brazos, tampoco podía ver.

Volví a lo mío. Le metía los dedos adelante mientras con mi lengua la consentía atrás, ella estaba perdida. Una nalgada fuerte y ahora me pedía más.

Me separé y saqué de su bolsa su celular, y tomé el mío de mi pantalón puse la cámara sin necesidad de desbloquearlos y le tomé unas fotos con el el suyo. Me subí a a la cama y la ayudé a que se hincara. Ahí la tenía a punto de darme una mamada sin imaginarse que estaba siendo grabada por dos teléfonos, con los ojos vendados y sin poder usar las manos. Grababa con los dos celulares y le pasé mi miembro por toda la cara. Buscaba mi pene con la lengua hasta que dejé de moverlo y se lo metió a la boca. Lo metía y lo sacaba a buena velocidad, le tomé algunas fotos y me quité. La volví a poner en cuatro y la fotografié así, sus dos hoyos completamente abiertos para mí, dejé los celulares y ahora sí me concentré en ella. Dejé el mío grabando en el buró del hotel y me puse un condón.

La penetré salvajemente, ella gritó, medio de dolor y medio de placer, estaba empapada por lo que no hubo problema para que la penetrara, inicié a darle duro y ella gritaba como desesperada, estaba toda sudada, de vez en cuando le daba de nalgadas y ella gritaba más fuerte. Cambiamos. Me acosté en la cama, y ella se subió en mí, sus pequeñas tetas daban saltitos con cada embestida. No dejaba de gemir, se movía como Diosa, yo le agarraba las nalgas para guiarla, se las apretaba, estaba obsesionado con esas nalgas.

Le desamarré las manos e hice que se levantara. Seguía con los ojos tapados. Le pasé las manos por encima de la cabeza y se las volví a amarrar. Estaba completamente desnuda, boca arriba y con las manos arriba de su cabeza amarradas. Jalé su celular y volví a grabar. La penetré hincado y comencé un mete y saca furioso. Ella gemía como loca, a veces volteaba y se mordía el brazo. Grabé como unos 40 segundos y dejé el celular en la cama. Me subí sus piernas a los hombros y seguí dándole así. Cuando sentía que podía venirme paraba, se la sacaba y la volvía a meter de un jalón. Pasé sus piernas para un lado y quedó como cucharita, me acomodé y le di así hasta el momento de subirme en ella y darle los dos boca abajo.

“Ponte en 4 putita”. Se hincó con las manos amarradas extendidas hacia enfrente y con la cara en la cama. Volví a chuparla por atrás, ella sabía lo que venía, “despacio, lo tienes muy largo, por favor despacio”.

Acerqué mi celular y grabé también con el suyo. Puse mi miembro en su entrada y empujé, ella gimió, esta vez fue de dolor. Esperé un rato y poco a poco lo fui metiendo. “No, sácalo, me duele”. No le hice caso, solo espere un rato y metí otro poco, ya no se quejó tanto así que procedí hasta que lo tenía todo adentro de esas deliciosas nalgas.

Ella estaba sudando, daba pequeños gemiditos e incluso mordió las sábanas de la cama. Dejé los dos teléfonos en la cama y comencé a meterlo y sacarlo lentamente, sus quejidos todavía tenían algo de dolor por lo que no me apresuré hasta que ella solita empezó a pedirme más. Así puesta
En cuatro con las manos amarradas y los ojos vendados le di la culeada de su vida hasta que no pude más y me vine en su colita. Chorros y chorros la inundaron y ella solo gritaba de placer, me separé para nalguearla, prácticamente aventé su celular a su bolsa y le desamarré las manos, de dejó caer sobre la cama y se destapó los ojos.

- Estoy molida, agotada.
- Jajajaja muy bien, creo que Lía pasará física, después discutiremos lo de química.
- Ni lo pienses, Lía debe pasar las dos materias y esto no volverá a pasar, soy casada.
- Aquí mando yo putita, además después tú serás la que me busques, tu marido no te culea así.

No dijimos más, se metió a enjuagar, nos vestimos y la acerqué a su casa, hablamos de tonterías, intercambiamos números y antes de que se bajara del carro la besé medio a la fuerza y le di la última manoseada a esas nalgas que tanto me gustaron.

Ya estaba obscuro, pasé por algo de cenar y me fui para mi casa, estaba cenando cuando recibí un WhatsApp.

- QUE TE PASA IDIOTA, ME GRABASTE!!!!!!! SABES LO QUE HUBIERA PASADO SI MI HIJA O MI ESPOSO HUBIERAN VISTO MI CELULAR

Me divertía mucho la situación, hasta me excitaba un poco imaginar su reacción cuando vio más fotos y los videos que le tomé con su celular.

- Jajajajaja al final sí terminaste buscándome tú. Cuéntame ¿Qué crees que hubiera dicho Lía si viera lo puta que es su mamá?

Tardó en contestar, la situación me divertía mucho.

- ¡Eres un maldito! ¿También me grabaste con tu celular?
- Jajajajaja entonces sí nos veremos de nuevo, ¿Verdad?
- Por favor, no hagas nada con esas fotos, tengo una familia. Por favor, por supuesto que nos veremos, haré lo que quieras pero no le enseñes a nadie nada.
- Jajajaj como te dije hace rato, aquí mando yo puta, y solo para estar seguro que harás lo que yo diga, AHORITA le tomas una foto a esas hermosas tetas y me la envías YAAAAAAA.

Tardó unos 5 minutos pero recibí la foto, estaba en un baño, y solo la había tomado del cuello hacia abajo, la tenía como quería. Con la foto me envió un mensaje diciéndome que no hiciera nada con ese material por favor.

Era lunes, solo le contesté que el miércoles Lía tenía examen de física y ya lo tenía pasado, que la citaría en la semana para discutir la calificación de química. No hubo más mensajes.

Al otro día fue normal en mis clases, tuve una ereccción tremenda toda la clase con el grupo de Lía. Ni se imaginaba que un día antes había hecho lo que quise con su mamá.

Los martes no me quedaba hasta tarde, salía como a la 1, y las niñas tenían clase hasta las 3. Sin embargo cuando ya casi me iba, serían como 1:20 cuando apareció Lía por mi cubículo.

- Hola profesor, ¿Cómo está?
- Muy bien y tú, ¿Lista para tu examen de mañana?
- De eso quería hablarle, he estudiado mucho, pero la física no es lo mío, en verdad por más que estudio y estudio no se me pega nada.

Lía era encantadora, yo le había dado clases 2 años por lo que la conocía bien, para hablar conmigo había puesto una cara tan dulce, y empleado un tono de voz tan suave que si no la conociera bien la hubiera pasado ahí mismo sin que hiciera el examen.

- Durante todo el año no pusiste mucha atención y faltaste mucho, es difícil que en unos días aprendas lo de todo el año.
- Por favor ayúdeme, no puedo reprobar, mi mamá me mataría, no podría entrar a la prepa que quiero.
- No, si te ayudo a ti, tendría que ayudar a todos y eso no sería justo, todos son mis alumnos, tú no tienes derecho a algún trato especial.

La situación me divertía mucho y hasta me excitaba, Lía no sabía que su mamá ya había pagado por su calificación y ahora ella pretendía negociar, quería saber hasta dónde era capaz de llegar así que decidí continuar.

- Te veo mañana en el examen Lía, trata de estudiar lo más que puedas y suerte.
- Por favor profesor, lleguemos a algún acuerdo.
- ¿Acuerdo? Jajajaja ¿tú qué podrías ofrecerme?
- Por favor profesor, algo que me pida, algunos libros, algo de dinero, por favor ayúdeme.
- Jajajaja ¿Y mañana vendrás por química? También esa la reprobarás.
- Ayúdeme en las dos materias, por favor, pídame lo que quiera.
- ¿Lo... que quiera?

El tono con el que lo dije creo que le dejó muy claro por dónde iba.

-Sí, lo que quiera.

La tenía, sin saber que su mamá había “pagado” por sus calificaciones ahora tenía como quería a la hija y lo iba a aprovechar muy bien.

- Veamos si eres tan puta como dicen o sigues siendo una niña... desabróchate la blusa...

Continuará...

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Si te ha gustado Lía y su mamá me convencen de no reprobarla vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:59) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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