Magda y Juan 6

Se casa una prima de Juan, en su pueblo, Juan piensa aprovechar la ocasión para presentar a Magda a la mayoría de su familia que todavía no conoce. La próxima boda será la suya, dentro de cuatro meses.
La familia de Juan acoge con general agrado a Magda, una chica bastante agradable, guapa, con estudios y bien situada profesionalmente, todos se congratulan del buen partido que ha encontrado Juan.
Sólo el tío Bibiano, el solterón de la familia, un hombre de 60 años que vive solo en el pueblo no muestra demasiadas simpatías con Magda. La verdad es que ni ella ni Juan, ocupados en saludos y presentaciones, prestan mucha atención al tío Bibiano. Pero el tío Bibiano acapara, de pronto, la atención de todos los presentes.
Ya terminó la comida, ya llevan muchos alguna copa de más, incluido el tío Bibiano, muchos bailan alegres, otros conversan sentados en las mesas, de vez en cuando alguien coge el micrófono para brindar por los novios, o la familia, o la vida …el tío Bibiano coge el micrófono y llamando la atención de todos, con evidentes síntomas de embriaguez, brinda por la “espectacular novia de su pobre sobrino Juan”
- El putón más grande que conozco, y conozco muchas putas que para eso estoy soltero. Me la he follado varias veces y no solo, con muchos más, trabaja en un club de putas que se llama Eros.
Magda, sentada entre los padres de Juan, con los que está charlando, se quiere morir, le pide a Dios que se la trague la tierra, no reconoce a Bibiano, le es imposible recordar a toda la gente que pasa por el Eros, pero su cara le resulta familiar y sabe que el hombre dice verdad. El padre de Juan se ha quedado helado, mira atónito a su hermano y a Magda. A la madre de Juan se le salen los ojos de las órbitas mirando fijamente a su hijo.
Juan da una magistral lección de dominio de la situación y de tranquilidad. Con calma, coge las manos de sus padres
- Tranquilos, no pasa nada
Y, sabiéndose el centro de todas las miradas, da un cariñoso beso a Magda asegurándose de que todos lo ven
- No te preocupes, Amor, es lo mejor que podía pasar, donde no hay engaño no puede haber desengaño, hoy nos quitamos un peso de encima sin haber llegado a tenerlo.
La verdad es que no se habían planteado nunca qué pasaría en una situación así, por eso a Magda le sorprende la sangre fría y la tranquilidad de Juan. Juan se dirige al micrófono y, para sorpresa de todos, abraza a su tío, le coge el micrófono y se vuelve hacia los expectantes familiares.
- Querido tío, gracias. Gracias por demostrarme cuánto me quieres y te preocupas por mí. Sé que te importo y por eso me has dado este aviso. Sólo te voy a hacer alguna corrección y permíteme que te lo explique a ti y al resto. Magda no es ninguna prostituta, ha estudiado tres carreras y es una profesora como la copa de un pino, nunca ha cobrado por follar porque, eso sí, le gusta follar, como a todos los presentes (menos mal que los niños están jugando fuera), y también lo hace muy bien ¿verdad, tío, que folla como una diosa?, ¿a que tengo suerte?. Otra corrección, tío, el Eros no es ningún prostíbulo, es un club liberal, mi amada Magda no había estado allí nunca hasta que yo la llevé, no quería pasar, y sólo accedió a entrar por amor a mí. El tema es muy sencillo, tú no lo entiendes, tío, porque estás soltero y sin compromiso, pero los demás seguro que lo entendéis … no me contestéis … ¿cuántos de los presentes le ha puesto los cuernos a su pareja alguna vez? … ¿a cuántos le habría gustado hacerlo? … ¿cuántos teméis o sospecháis de la fidelidad de vuestra pareja? …. Pues ese problema no lo tenemos ni Magda ni yo, tenemos la absoluta certeza de nuestra fidelidad, nos amamos con locura y tenemos y disfrutamos de todo el sexo que queremos, solos o en compañía, eso es todo.
Cuando Juan termina de hablar un silencio sepulcral hiela el local, a Magda le faltan manos para secarse las lágrimas entre sollozos irrefrenables, abrazada por su suegra y con su suegro dándole palmadas en la espalda.
Salen del salón del banquete juntos los cuatro, Magda y Juan abrazados como novios, la madre de Juan coge del brazo a Magda, por cuya mejilla siguen cayendo las lágrimas, y el padre camina al lado de Juan, y marchan a casa. En la tarde la casa se va llenando de los más íntimos que quieren expresar su comprensión y apoyo a la pareja. Cuando anochece los ánimos han crecido y deciden ir a la discoteca del pueblo, no tienen nada que ocultar ni de qué avergonzarse.
En los pueblos pequeños las noticias corren que vuelan, el bombazo de lo sucedido en la boda es el cotilleo generalizado en toda la comarca y cuando se corre la voz de que Juan “el madero” está en la discoteca con su ya famosa novia, la discoteca se llena de cotillas y curiosos ansiosos de conocer a semejante “putón verbenero”. Juan y Magda no se incomodan, al contrario, empiezan a sacarle el gusto a eso de ser el centro de atención y siguen a lo suyo sin inmutarse, bailando, charlando, bebiendo … En un momento determinado una chica les pregunta cómo se hace eso de los gangbang, Juan y Magda se miran, sonríen, miran a su alrededor, Juan va a hablar con el encargado, un amigo de la infancia y al volver le dice a Magda, vamos a explicárselo todo bien explicado. Suben a la cabina del pincha discos, paran la música, habla primero el gerente y anuncia:
- Amigos, vamos a explicaros bien explicado qué es y cómo se hace un gang bang.. En primer lugar, esta discoteca se cierra ahora mismo, quien quiera puede salir pero, desde ahora mismo ya no se puede entrar y quien salga ya no podrá volver a entrar, desde este momento éste es un lugar privado, quien quiera puede irse, quien se quede sepa que no tendrá ningún derecho a quejarse ni sentirse ofendido por lo que aquí vea y, que quede claro, deben aceptarse a rajatabla las reglas de nuestros amigos Magda y Juan.
Toma la palabra Juan
- Amigos y vecinos, en media hora empezaremos a dejar plenamente satisfechas vuestras curiosidades, es el tiempo que tenéis para iros los que no quedáis quedaros. Dentro de media hora mi Magda empezará desnudarse y no habrá marcha atrás.
Y le entrega el micrófono a Magda.
- Que quede claro, sólo vamos a tener sexo quienes LIBREMENTE queramos con quien LIBREMENTE quiera, aquí nadie va a forzar, ni comprar ni pagar a nadie, quien lo intente será expulsado, aquí lo único obligatorio va a ser el uso del preservativo, nadie podrá hacer nada sin condón a no ser con su pareja estable si ella lo acepta, y sólo podrán participar solteros sin compromiso (el gerente de la disco deberá confirmarlo) y parejas que participen los dos libremente … ¿Está claro? … Tenéis media hora para pensarlo y prepararos.
Unas cuantas parejas se van, alguna de ellas discutiendo entre sí, también salen unas cuantas chicas “absolutamente escandalizadas”, pero la mayoría se queda. Muchas parejas discuten si van a participar y si sólo van a ser espectadores. El dueño se dedica a invitar a salir o a advertir seriamente a los que sabe pueden resultar problemáticos. A Juan le informan los camareros sobre la “situación sentimental” de los presentes y Magda busca y elige con el dj la música que va a sonar.
Han pasado 40 minutos cuando de pronto todos los focos se dirigen hacia Magda que, en lo alto de unas escaleras, empieza a bajarlas bailando sensualmente al ritmo del tema principal de la película Nueve Semanas y Media. La gente va dejándole hueco y se hace un círculo en el centro de la pista, ella rodeada de gente que la mira y aplaude mientras va haciendo un striptease entregando sus ropas a Juan. No termina de desnudarse, queda vestida con las braguitas el sujetador y una medias con liguero cuando coge la mano de una chica, compañera de la escuela de Juan, que hace un rato ha expresado su alegría porque esta noche por fin va a poder tirárselo, algo que ha deseado desde niña, y la lleva hasta Juan que empieza a baliar con ella, abrazándola. Magda coge la mano de otro chico, soltero, y lo une a Juan y su “compañera de clase” en un trío que va desnudándose rápidamente. Magda busca al novio y al hermano de la primera chica e inicia con ellos un muy sexy bailar muy pegados. Todo está ya desatado, los ánimos exaltados, algunos sujetan o echan hacia atrás a sus parejas, otros no saben qué hacer si sumarse a los tríos, si empezar a desnudarse, si esperar a que los inviten … Una mujer de curvas espectaculares rompe el hielo y se lanza al ruedo colocándose entre los dos tríos atrayendo todas las miradas al ir quitándose la ropa mientras baila con una sensualidad increíble, es una paraguaya de 35 años que llegó a España hace varios años para casarse con un lugareño del que lleva divorciada varios meses. Cuando la paraguaya queda totalmente desnuda Magda coloca a su alrededor a tres de los cuatro hombres que estaban formando los tríos y que ya están también totalmente desnudos. La compañera de clase de Juan se aferra a él diciendo que tiene que ser primero para ella que para eso ha sido la primera en pedírselo y le termina de quitar los calzoncillos.
Ya sabemos que Magda está físicamente bastante bien, pero hoy hay que reconocer que no puede competir con las espectaculares curvas de la paraguaya, por eso nadie se molesta cuando ella se dedica a terminar de calentar y a aproximar a los chicos a la mujer que ya se ha acomodado estando permanente rodeada por tres machos que le follan al mismo tiempo coño, culo y boca. La compañera de clase de Juan ya está más que contenta saboreando su semen cuando Magda le lleva a su novio, que fue el primero en correrse en la boca de a paraguaya, para colocarle el pene de nuevo crecido en la entrada de su ano, que ha lubricado Juan, el novio aprieta fuerte agarrando con las dos manos los pechos de su novia que ve acercase a otro antiguo novio al que invita acercarse, en breves minutos está siendo doblemente penetrada por su actual novio por detrás y el anterior por delante.
Una chica joven, la hija del panadero del pueblo, se acerca a Magda y le pide ayuda, también quiere hacerlo, se muere de ganas, pero es virgen y tiene miedo. Magda la ve muy joven y pregunta su edad, una prima de Juan le confirma que 19 años, Magda la desnuda lentamente y se la entrega a Juan
- Aquí te entrego una virgen, mi dios, encárgate de ella.
Casi todas las parejas habían abandonado ya el local, muchas buscando más intimidad, algunas quedaban haciéndose el amor por los rincones, las solteras también se habían ido ya, ninguna sola, alguna incluso con dos o tres acompañantes del sexo contrario. En la pista quedaban la compañera del cole de Juan y la paraguaya, cada una con varios machos con ellas, pero dando ya muestras de cansancio, Magda buscó con la mirada a la joven panadera y comprobó que Juan ya se había encargado de que dejase de ser virgen y se retorcía de placer, cogió de las manos y con caricias susurrantes y gestos sexys, como llevaba haciendo toda la noche, llevó a los hombres que les sobraban a las dos protagonistas del gangbang hasta la panadera, que se convirtió en la nueva reina de la noche. Las dos mujeres terminaron con los hombres que tenían dentro abrazadas a Magda, exhaustas, agotadas, pero irradiando felicidad, nunca en su vida habían disfrutado tanto ni habían sentido tanto placer, ninguna de las dos era capaza de calcular los orgasmos que había tenido.
Las tres mujeres se acomodaron en la barra bebiendo para recuperar las fuerzas, hasta ellas también se llegó Juan, también agotado. La joven panadera ya no necesitaba maestros en sexo, su fuerza juvenil y su ansia sexual recién desatada le sirvieron para acabar con todos los machos que quedaban sin ordeñar en el local, en un momento llegó a tener cinco poyas al mismo tiempo dentro de ella, dos en la boca, dos por el coño y una más por el culo. Decidió terminar con un bukake, haciendo que sus cinco sementales terminasen en su boca y tragando sus corridas. Al terminar recogió sus ropas, su normalmente blanca cara mostraba unas mejillas extraordinariamente sonrojadas y una sonrisa de oreja a oreja. Se despidió con un alegre “buenas noches” a todos y dos besos a Magda.
Ya solo quedaban el dueño, el pinchadiscos, el portero y las dos camareras de la disco con Magda y Juan, parecía que se despedían todos contentos cuando el dueño dijo
- Pero nos habéis engañado, tu famosa novia, Juan, de putón verbenero nada, lo que ha resultado ser es una calientapoyas, toda la noche con unos y con otros pero no lo ha hecho con nadie, sigue con su ropa interior totalmente impoluta. Y nosotros tampoco hemos hecho nada, trabajar y trabajar y con un calentón de caballos.
Era verdad, Magda ni siquiera se había terminado de desnudar, había organizado la mayor bacanal de la historia del pueblo y de muchos pueblos, se había insinuado, había tocado, acariciado, besado, había hecho de Celestina, de alcahueta … y no había tenido sexo con nadie, ni siquiera con Juan. Una de las camareras expresó su asombro
- No me explico cómo lo has hecho, nosotras, estando dentro de la barra y vestidas, llevamos toda la noche que nos atiramos … y ahora, no nos vamos de aquí sin follar
Juan se comprendió inmediatamente objeto de deseo
- Pues yo lo siento chicas, pero no puedo más.
- Tendrás que poder –insistió la otra camarera- que éstos esta noche no quieren nada con nosotras
Efectivamente, las miradas de deseo de los tres hombres traspasaban a Magda, Juan se miró el agotado pene y les hizo una señal a las camareras para que miraran las abultadas entrepiernas de sus compañeros de trabajo
- ¿No os parece que ahí vais a encontrar más placer?
- No, esas ya las conocemos y las tenemos siempre, queremos la tuya.
Magda dio un fuerte chupetón al pene de Juan
- No os preocupéis, esto se pone en forma enseguida.
Arrimó su cuerpo al de los tres hombres y empezó a desnudarlos entre caricias mientras ellos la terminaban de desnudar y la sobaban con todas sus manos por todo su cuerpo.
- Calientapoyas … ¿quién me ha llamado calientapoyas?
Las camareras iban turnando sus bocas en la poya de Juan mientras él las iba desnudando. La calentura de los cinco trabajadores de la disco era tremenda, lo que han estado viviendo toda la noche, sin participar, les tiene como locos, por eso casi ni se dan cuenta ni ponen ningún obstáculo cuando Magda mete sus poyas en sus coños, queda libre el pene del dueño, Magda lo exprime con su boca y le saca todo el jugo, jugo que reparte de su boca a las bocas de las camareras.
Magda y Juan cogen sus ropas, se cogen de la mano y se alejan dejando en plena faena sexual a los trabajadores de la disco. Cuando llegan a su cama, en su casa, Magda se lanza sobre Juan, tiene un calentón tremendo, necesita sentir su cuerpo y su pene dentro de ella más que respirar, él, tumbado de espaldas, le sujeta los pechos mientras ella lo galopa frenéticamente, cuando con los jugos de su vagina y de sus orgasmos ha lubricado bastante el pene de Juan, se da la vuelta y se lo clava en el culo, entra sin mucha dificultad y se lo mete hasta el fondo, Juan le mete dos dedos en el coño cogiendo el clítoris entre ellos, Magda se mueve frenéticamente hasta llegar al éxtasis y caer rendida en la cama. Juan y Magda se duermen abrazados, antes de dormir Magda reflexiona en voz alta
- Soy un putón verbenero, el más grande que ha visto esta comarca, pero en este pueblo nadie puede decir que me ha follado y hay unas cuantas más putas que yo.