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Maria, la madre de mi novia

Relato enviado por : NoMercy el 24/12/2008. Lecturas: 13299

etiquetas relato Maria, la madre de mi novia .
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Resumen
Sus piernas descansaban en mis hombros, sus brazos estaban relajados a cada costado de la mesa y su piel mostraba un leve rocío de sudor, respiraba profundo pero muy relajada


Relato
Hola lecto-escritores, regreso con mi segundo relato, en esta ocasión les contare de Maria (es seudónimo). Maria es madre de una novia que tuve cuando tenia 20 años, mi ex se llama Margarita, pero de ella no hablare más que para enmarcar la historia, la cual gira en torno a su madre.

Margarita y su madre eran vecinas mías, no vivíamos a mas 8 casas de distancia, comencé a andar con esta chica en el año 91, ella tendría 18 o 19 años, yo ya estudiaba la licenciatura y ella terminaba la prepa, Maria, tendría no mas de 40 años, yo estimo que a esa fecha 38 años le quedaban perfectos, realmente joven y muy hermosa, originaria de los altos de Jalisco, para quien sepa como son la mayoría de las mujeres de esa zona de la Republica Mexicana, son de tez clara a blanca y de cabello claro, ojos claros, hay morenas, pero también guapas y Maria no era excepción, de cabellera rubia, ojos verdes, piel blanca y un cuerpo de miedo, delgada, pero tanto sus senos como su trasero eran un delicia, no abundantes pero si acorde a su delgada figura, normalmente usaba vestidos con la falda a la altura de la rodilla, lo que dejaba ver una pantorrilla muy bien formada y carnosa, durante año y medio anduve con su hija sin mayores sobresaltos, de hecho me recibió muy bien la señora y me gane su confianza, además de que llevaba muy buena amistad con mi madre, así pues, tenia muchas cosas a mi favor.

Una tarde del año 93, en Julio para ser un poco mas preciso, llegue como de costumbre después de la escuela a visitar a Margarita, ella no estaba, aun no regresaba de la Universidad (ya cursaba el 2 semestre de la carrera, lo finalizaba), y me invito a esperarla en la sala de su casa, me indico que no debía tardar pues le había telefoneado que estaba pronta a regresar, estime que entre lo que tardaba en salir y el traslado a su casa podía tardar un poco mas de una hora, así que le pedí permiso a mi suegra para ver la televisión y ella sin reparos me dijo que si y me invito un vaso con agua de fruta, ese día traía un vestido blanco con poco de vuelo que por el tipo de tela transparentaba un poco y se notaba su ropa interior y dibujaba divinamente su figura, eso me saco de onda, pues aunque me había percatado ya de lo que portaba mi suegrita, nunca le había visto como ese día y mucho menos sentido ese calorcito que se siente cuando te excita algo, aunque Maria era muy recatada y tradicional (muy de provincia), llegue a entablar una relación con ella muy jocosa, tenia buen sentido del humor y llegaban momentos en los que hacíamos ruborizar hasta a su hija, que ya era una citadina de nacimiento y en teoría mas “maleada”, pero su madre le daba vuelta.

De buenas a primeras mientras veía televisión, ella entro en la sala para acomodar algunas cosas y ahí estuvo de aquí para allá, paso en dos ocasiones frente al televisor y la luz de aparato, hizo que su vestido se hiciera aun mas transparente, dejando ver ese hermosa par de piernas, eso hizo que me empezara a poner al palo, se disculpo en varias ocasiones por estarse atravesando frente al televisor, pero le dije que no había problema y sin pensarlo mas le hice saber que ese día se veía muy hermosa, ella sonrió y se ruborizo, comenzó a decirme que si ya iba a empezar con mis cosas, a lo que le dije que no, que era la verdad, ella solo enfatizo un “estas loco” y se retiro a seguir con su faena.

Con el pretexto de dejar el vaso en la cocina la encontré guardando algunas cosas que había comprado en la nevera, estaba inclinada sin flexionar las rodillas, acomodando sus compras, la puerta me ocultaba la mitad de su cuerpo de la cintura para arriba, pero dejaba ver su trasero y sus piernas de perfil, y me di cuenta que efectivamente tenia una trasero bastante suculento, dejando ver un poco mas arriba de las rodillas por la parte de atrás, yo hice el intento por ver mas ladeando un poco la cabeza, pero no se veía mucho, hable para que ella se percatara de mi presencia y reincorporo, me sonrió y me recibió el vaso, me quede recargado en el marco de la puerta de la cocina solo viéndola, ella ya un poco incomoda me inquirió sobre que hacia, y le dije que solo la observaba, ella me pregunto sobre que veía, y solo le respondí que lo guapa que se veía ese día, ella solo hizo una mueca como diciendo “estas loco”, se volteo hacia mi y me pregunto -¿Qué te gusta de mi?-, a lo que respondí, –Todo, eres una mujer muy hermosa y tienes bonito cuerpo-, ella se puso de mil colores y se volteo, tras unos segundos me dijo, -pero si podría ser tu madre, como te puedo gustar- a lo que respondí, -y eso que, mi madre también me gusta, al fin y al cabo son mujeres-, ella se quedo pensando un rato, yo la deje con sus pensamientos.

Yo seguí viendo la televisión, Margarita telefoneo a la casa y yo le conteste, me indico que tardaría todavía por lo menos dos horas mas pues necesitaba comprar un libro y pasaba en ese momento a comprarlo al centro de la ciudad, así que no estaría de vuelta pronto como lo había indicado, así que me dijo, que no la esperara, que mejor nos veíamos por la noche, para salir, yo le dije que si y colgamos, le informe a Maria de que me había dicho su hija y me disponía a retirarme, casi desde el principio saludaba a Maria de beso en la mejilla y esa tarde me disponía a hacer lo mismo mientras le decía que me retiraba que regresaba mas tarde, ella me dejo hacer, pero en el ultimo momento ella giro su cabeza y sus labios fueron contra los míos y tras el beso que ambos prolongamos mas de lo usual que cuando es en la mejilla, me pregunto viéndome a los ojos, -¿Te gusto lo suficiente como para que me hagas el amor?-, francamente me quede frió, aunque la imagen de Maria me tenia excitado, no pensé que eso pudiese pasar, digo, uno no piensa al andar con una chica que en algún momento te puedes tirar a su mamá, aunque con Maria no había mucho problema, su esposo había muerto cuatro años antes por un paro cardiaco, así que se encontraba libre, pero en todo esto un pequeño inconveniente surgía, si, Margarita.

Supongo que ambos pensamos en ella, tras titubear un poco, le dije que si me gustaría tener sexo con ella, me gustaba mucho, y si algo deseaba en ese momento era tenerla en la cama, la bese, ella recorría mi espalda con sus manos posándose en mis nalgas apretándolas, haciendo que mi pelvis se rozara con la suya, lo hacia tan fuerte que me provocaba dolor al quedar mi pene en el medio estrangulándolo, pero ya me encontraba como agua para chocolate, mis manos también acariciaban y recorrían su espalda y sus duras nalgas, perdiendo mis dedos entre ese par de carnes buscando su ano sobre la ropa, ella gemía cuando mis dedos daban con el, sus besos y mordidas se hacían mas rápidas e intensas, me saco la playera mientras yo desabotonaba su vestido, pronto mi ropa excepto el bóxer y toda su ropa exceptuando sus bragas estaban por el suelo de la cocina, las caricias eran ya un mar embravecido, iban y venían por nuestros cuerpos, ya no había un lugar donde no hubiesen estado nuestras mano, en la cocina había una pequeña mesa de servicio, cargándola por las caderas la senté sobre ella, hice que se recostara sobre la mesita y mientras iba besando su cuerpo, iba bajando hasta llegar a su pantaleta, la bese, la lamí y la mordí sobre la tela, ella me decía que no hiciera eso, pero su cuerpo me decía otra cosa, levantando su cadera para que mi lengua se perdiera entre su vulva y su ano, sus manos acariciaban mi cabella jalándome hacia su vulva, le retire la ultima prenda y se dejo ver una gruesa mata de vellos rubios que dejaban ver unos labios carnosos de un rosa intenso, casi rojo, su vagina ya dejaba salir un hilillo de flujo brillante que pringaba los vellos que corrían de su vulva al ano, me acomode en el medio de sus piernas, y aunque Maria me decía que no le viese ahí, que le daba pena, no hice caso de sus comentarios, me hundí entre sus piernas y comencé a besar y lamer toda su vulva deteniéndome en su clítoris, hice que levantara sus piernas y las flexionara, para dejarme ver también su ano, mi lamidas iban y venían de su ano a su clítoris y de regreso, la penetraba con mi lengua en ambos orificios, Maria estaba al borde del orgasmo, en un momento me detuve en su clítoris y la penetre con un dedo en su vagina, lamía y chupaba su clítoris, la hice reventar en un orgasmo profundo, su vientre se tensaba mientras sus piernas se cerraban a los costados de mi cabeza apretándola con fuerza, sus manos se sujetaba con fuerza a los costado de la mesa, mientras de su garganta salían sonidos guturales sin sentido.

Me detuve, sus piernas descansaban en mis hombros, sus brazos estaban relajados a cada costado de la mesa y su piel mostraba un leve rocío de sudor, respiraba profundo pero muy relajada, así como estaba, comencé a rozar mi pene entre los labios de su vulva, recorría con mi glande de su clítoris hasta su ano y regresaba por el mismo camino, la penetraba y volvía a sacar mi pene para recorrer nuevamente el camino andado, cuando tenia mi pene a todo lo que doy, la penetre de un solo empujón, gimió fuerte, saque casi totalmente mi pene para volver a penetrarla salvajemente, pronto lo empecé a hacer mas rápido y mas rápido, Maria era muy estrecha se sentía muy rico como envolvían sus paredes vaginales mi pene, mis manos estaba extasiadas en sus senos que eran muy bonitos, de un tamaño mediano, pero duros y con una aureola y pezón de un rosa muy vivo, que contrastaba de forma morbosa sobre el blanco de su piel, los acariciaba, los besaba y los mordía mientras seguía penetrándola, estaba a punto de vaciarme cuando le dije que iba a eyacular, me dijo que dentro no, cuando estaba a punto, la saque y me vacié sobre su vientre, llegándole algo de semen hasta su pecho, con sus manos comenzó a esparcirlo por toda su piel, acariciando sus senos, su vientre, chupando su dedos probando el sabor de mi semen.

La levante y la bese mientras seguían las caricias, ella me dijo que no se debía repetir lo que había sucedido, que no estaba bien, que ella era una mujer adulta y yo además de ser mas joven era novio de su hija, le dije que no pensara en eso, que dejara que las cosas se sucedieran de forma natural, que independientemente que fuese mas joven y novio de su hija, podía estar para ella cuando así lo quisiese, nada mas que fuésemos discretos, Margarita podría no entenderlo.

Así quedamos, y si, se dieron mas ocasiones en la cuales me tire a la mamá de mi novia, Maria era una mujer muy candente, al grado que independiente de su formación estricta, fue conmigo totalmente libre, la introduje en el sexo oral y el anal, hicimos muchas cosas muy ricas y disfrute de ese cuerpo hermoso muchas veces, mi novia nunca se dio cuenta de lo que paso entre su madre y yo, terminamos por otras tarugadas, pero aun después seguí viendo a su madre y de ella guardo un bonito recuerdo, pero como todo tenia que acabar, fue gradual, poco a poco, se fueron espaciando las visitas hasta que se dejaron de dar, en la ultima ocasión que nos vimos, sabíamos que era la ultima, pues nos despedimos de una forma muy bonita, creanme que aun cierro los ojos y veo sus ojos verdes, dándome el ultimo beso.

Si les gusto o quieren hacer un comentario estoy a sus ordenes.

No Mercy

widowmaker@live.com.mx


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:24) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:58) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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