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Marlene 13

Relato enviado por : ivloguer el 17/05/2013. Lecturas: 5009

etiquetas relato Marlene 13   Amor filial .
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Resumen
Arrodillado en el suelo al costado de la camita de Alicia la observaba dormir plácidamente



Relato
Marlene 13

Arrodillado en el suelo al costado de la camita de Alicia la observaba dormir plácidamente, en otras ocasiones estuve de rodillas ante su lecho pero ahora mi tesorito recién llegaba a casa, yo revivía una época venturosa gracias al experimento militar con la máquina del tiempo.

Destapándola un poquito más para admirar sus piernitas, con la otra mano me sacudía el monstruo babeante deseando enterrar la cara en su colita divina, me tuve que conformar con la vista.
Quedé a su lado viéndola dormir un largo rato hasta que se despertó repentinamente y con voz llorosa decía estar haciéndose pis.
La destapé presuroso y efectivamente tenía la bombachita con signos de humedad, la llevé en brazos al baño donde le bajé la prendita mojada sentándola sobre el inodoro. Entre sus llantitos me pedía que no se lo contase a la madre, la retaría mucho como pasaba antes.
Mientras le acariciaba los bracitos besé su frente prometiendo que sería nuestro secreto, luego le lavé bien la colita para quitar las señales del accidente, no podía volver a ponerle la prendita mojada y tampoco dejarla a la vista, mi bolsillo fue el mejor escondite. Al llevarla alzadita pude notar que tenía la colita fría por el agua y le acaricié la zona para darle calor, al llegar a su habitación manifestó que sentía escozor en su conejito, la acosté de espaldas para comprobar la vaginita algo irritada por los orines y le dije que podría ponerle una cremita pero le molestaría menos si le pasaba la lengua, me dijo que sería un cochino si le lamía el tajito para hacer pis respondiendo que haría cualquier cosa para hacer sentir bien a mi reinita.

Separándole las piernitas zambullí la cabeza en su centro glorioso percibiendo sabores de jabón y meadita, no la había enjuagado bien y parece que le ardía la zona. Iniciando con besitos suaves para comprobar su reacción solamente se reía por las cosquillas y pasé a lamerle el chochito debidamente, me quedaba en la boca el sabor de su puchita y me tragaba eso con deleite, no había nada más hermoso que chuparle la conchita a mi adorada Alicia.

Cuando dijo que ya no le ardía tuve que detener la operación lamentando que no logré chuparle el culito, solamente el tajito que ahora se presentaba brillante de saliva. Buscamos otra bombachita y se la puse delicadamente observando admirado como se le marcaba el tajito, esta vez le toqué bien la colita para comprobar que no se le enterrase la prenda íntima.
Nos sentamos en el sofá para mirar cartoons con ella en la falda tapados con una manta, estaba refrescando. Podía enterrar la nariz en el pelo de mi nenita adorada para aspirar su divino perfume, no cesaba de besarle la cabecita y el costado hasta las orejitas, con la mano recorría sus piernas y en los momentos que una situación graciosa le hacía largar carcajadas aprovechaba para pasarle un dedo por el tajito enfundado.

Me había quedado demasiado caliente por metérsela un poquito, pero no sería tan imposible ya que ahora era mi novia apenas regresase del viaje temporal. No sería la nenita divina que tenía en la falda pero era mi Alicia de todos modos.
Comunicándole que debía salir a ver un trabajo, me despedí con un piquito en sus labios, deseaba besarla adecuadamente pero todo a su tiempo... Ya en el jardín apreté el botón de retorno y respiraba agitado en la silla del cubículo temporal.

Saludando a Peñafiel estaba por retirarme cuando escucho a Margarita llamarme quedamente en la oscuridad de la cochera, me reprochó escaparme sin el besito de despedida y tuve que explicarle que no podía besarla en la boca a la vista del padre, me mataría el cretino. Dijo comprender la situación pero en la oscuridad de la cochera podríamos besarnos y hasta algo más, no comprendí ese algo más hasta sentir su manita apretando el monstruo mientras la besaba, estaba oscuro y podía imaginarla en su cuerpo infantil, la situación sonaba más morbosa si esa mano era inocente.
Me gustó la idea alzándola por la cola mientras ella me atenazaba la cintura, la cochina estaba sin bombachita tal vez previendo o tal vez se la había quitado el padre para hacerle cosas indecentes, la cuestión es que liberando al prisionero la dejé caer lentamente para ensartarla por la conchita. Ya tenía humedad propia y entró como hierro candente en manteca, se la enterré profundamente y alzándola reinicié el movimiento para clavarla bien, esto le encantaba ya que casi se la sacaba totalmente para volver a metérsela hasta las bolas, la chica se tragaba el monstruo entero sin protestar y con violentos espasmos le acabé dentro imaginando que era la conchita de mi Alicia.

Tarde recordé que debería guardarme para mi tesorito, pero a esta edad era una fábrica de semen y podría con todas. Alicia estaba solita escuchando música, luego de besarla adecuadamente me comentó que la música clásica era deliciosa y no conocía los gustos de su padre al respecto. Me senté en el piso al lado del equipo musical recordando otra ocasión similar, ella me usó de sillón apoyando la espalda en mi pecho y mis dos manos quedaron en sus tetitas. Me pareció que a esta altura ya teníamos la confianza necesaria para esas cosas y le susurré al oído que tenía unos pechitos deliciosos, quedé con una sola mano sobándole las incipientes carnecitas mientras la otra bajaba por su pancita hasta la entrepierna.
Su respiración agitada indicaba su reconocimiento que se avecinaban cosas mayores, y riendo comentó que había soñado conmigo comiéndole la conchita como hicimos en la funeraria mientras unos fantasmas aplaudían el espectáculo.

Por suerte vestía solamente una camiseta larga y al acostarnos en el piso pude levantarla fácilmente para pasarle un dedo por el tajito, pensaba que desvirgar a mi hijita ya no sería tan pecaminoso ahora, ya le estaba asomando pelusa y hasta tenía tetitas visibles.
Recordaba minutos atrás cuando la tenía alzada en su cuerpito infantil y la desesperación para chuparle la conchita, con la misma prisa incontenible sumergí la cara sobre su puchita y ella misma se quitó la bombacha, obvio explicar que esa conchita deliciosa fue chupada hasta brindarle tres orgasmos. Acostándome sobre ella le tomé la carita entre las manos para besarla y pasarle algo de sus propios sabores boca a boca, cuando abrió un poco los ojos dejé el glande apuntado a su vaginita y su mirada parecía rogar que se la metiese de una vez.
Sabía que esta era una ocasión única, la virginidad de Alicia estaba por perderse y quería percibir en sus ojitos cada sensación.
Muy lentamente se la fui metiendo por la puchita hasta sentir aquella barrera intacta, realmente era virgen todavía y estaba por robarle esa separación de su niñez, me besó furiosamente mientras con rápida estocada atravesé el himen. Sabía que eso ardería un poco quedándome quieto hasta que se acostumbrase a tener el monstruo alojado en su cuerpito, cuando dejó de asfixiarme con sus bracitos estimé que ya no dolía y era hora de otorgarle el placer merecido.

Por suerte había tenido un par de eyaculaciones en el día y pude aguantar bombeándola lentamente, se la metía cada vez un poco más profundo hasta que la tenía toda adentro, ya no más la puntita como antes cuando era su papito. Su conchita al fin estaba invadida totalmente y no se hicieron esperar sus estertores que indicaban un orgasmo aún mayor que los provocados con la lengua. Me sentía feliz por haberle podido proporcionar placer a mi angelito divino y besándola reinicié el bombeo para lograr mi propio clímax, la lentitud la exasperaba demostrando que también se acercaba a otro paroxismo y esta vez nos vinimos al unísono, depositaba cantidades de leche tibia en las profundidades de su conchita mientras ella me mordía el labio inferior.

Recordaba múltiples relaciones anteriores con nenas varias pero jamás algo tan placentero como con Alicia, sentirla vibrar bajo mi cuerpo era inenarrable, aun me dolía el labio recién mordido pero la besé con todo mi amor acumulado, era mucho tiempo deseando besarla y sentirla tan mía. El monstruo pasó al estado durmiente deslizándose por su cuenta fuera de la cuevita pero seguía besando a mi amorcito como si fuese la primera y última vez.

Por suerte ya estábamos vestidos decentemente cuando la cerradura frontal indicaba el regreso de su madre, ella sabía de nuestra relación pero sin intuir que terminaba de desvirgar a su hijita, tal vez imaginaba los noviazgos de antaño donde tomarse las manos era lo más atrevido posible.

Volví a casa para ducharme calculando la hora de regresar con mi nenita recién conocida, recapacitando que al ajustar la fecha también podría hacerlo con la hora, ya no me preocupaba hacer coincidir nada, podría hasta volver y repetir algo ya hecho.
Saludé a Martita que estaba haciendo los deberes del cole, pero con un recatado besito en la mejilla: la madre estaba presente y la nena temblaba nerviosa por la ocasión.

Al entrar al baño no observé que la luz estaba prendida topándome con la hermanita sentada en el inodoro y con caritas de estar pujando. Estaba por salir pero la nena haciendo fuerza para que salga la caquita era muy excitante y no podía dejar pasar la ocasión. Haciéndome el tonto procedí a desvestirme para luego "descubrir" que no estaba solo, prestamente me cubrí con las manos pero la chiquita tenía la vista clavada en mi erguida humanidad, tuve que desistir de esconder eso.
Tomando un poco de papel higiénico le ofrecí limpiarle la colita, se agachó tranquilamente ofreciéndome el potito desnudo y casi se cae por tener la bombachita bajada hasta la rodilla, al mirar dentro del inodoro no daba crédito al diámetro de los zoretitos, si eso le salía por el culito debería estar bien agrandadito. Soltando agua para limpiar la loza, le aconsejé que mejor bañarse ya que tenía la colita sucia.

Paradita bajo el agua tibia, mi monstruo le pegaba en la orejita, de darse vuelta un poco se la metía en la boca. Le hice apoyar las manitas en el borde de la bañadera para exponer bien el traserito a lavar, al principio el agua corría algo marroncita pero al final tenía el culito limpito. Diciendo que aún podría tener olor feo acerqué la nariz a su potito para ver de cerca ese agujerito fruncido, claro que no olía a nada pero me aseguré con la lengua que estuviese limpita, de paso medía la elasticidad de su anito que permitió que le entrase la traviesa lengua. No se podría decir que le estaba chupando el culito, solamente midiendo como buen técnico si esa tuerca aceptaría un tornillo de mayor tamaño.

Sugiriendo que el otro día no pude enseñarle bien las sensaciones de que la apoyasen por detrás, dejé que mi macana se pasease por toda la ranura de su potito, al puntear el orificio fruncido le expliqué que de ese modo se la meterían los muchachos en el futuro y sería conveniente que ya fuese practicando algo. Ante su silencio cómplice dejé la punta del glande apoyada en su anito, la chiquita hacía fuerza hacia atrás para que le entrase un poco pero debía controlar la presión para no desgarrarla. Enjabonando bien la punta volví al ataque recordando el tamaño de su caquita, debería poder cagar hacia adentro del mismo modo.
Logró entrar parte del glande y no quise abusar de la chiquita, ya alcanzaba con encularla a medias y con suaves movimientos le llené la tripita con semen.
Se tuvo que sentar nuevamente en el inodoro para soltar el reciente enema, el paso siguiente fue chuparle debidamente el culito hasta que retornase su tamaño fruncido.
Temía que viniese la madre procediendo a secarla y vistiéndola prolijamente, con un besito en la boca le recomendé que no contase nada ya que la retarían por mirar a un hombre desnudo.

Estaba cansado con tanta batalla en un sólo día y quedé dormido apenas tocar la almohada.
Realmente estaba pensando en Alicia al dormirme, recordando su mirada mientras sentía la suave penetración desvirgándola. Soñé que aún habitaba el cuerpo de Susanita y desperté sobresaltado cuando mi padre postizo me la metía del mismo modo, lentamente pero hasta el fondo.
Horrorizado por el recuerdo de haber sido mujer y ultrajada tan jovencita, salí a caminar para limpiar la mente, sentado en un parque vecino se acercó una indigente pidiendo monedas.
Tendría la edad de Martita o algo menos, la suciedad no permitía apreciarla pero no tenía tetitas y eso aproximaba bastante.
Le dije que no tenía cambio chico, pero podría entrar a comer a un local si se lavase un poco mejor, pensándolo bien ni le permitirían entrar a un local de comidas con ese aspecto. Sugerí que fuese a su casa para bañarse pero contestó que vivían bajo un puente y la madre se estaría prostituyendo para comprar bebidas alcohólicas.
Me enterneció su desgraciada historia ofreciéndole venir a casa para bañarse y de paso le daría ropita y comida.

Mientras pensaba a cuál casa llevarla decidí que la de Peñafiel sería más adecuada, por suerte tenía la llave de la casa del jardinero y allí había baño y comprensión por parte de Margarita. La nena dudaba terminando por preguntar si no abusaría de ella, parece que la madre la usaba para enganchar clientes pero no permitía que la penetrasen, solo calentarlos para sacarles dinero, tuve que asegurarle que tenía novia y amante, no me interesaba otra mujercita en mi vida.
Caminamos hasta el automóvil y de allí al laboratorio, a hurtadillas entramos y la nena también usaba pasitos silenciosos adivinando que su estadía allí debía permanecer oculta.

Cuando entramos al baño y abrí el agua caliente se maravillaba con las comodidades, eso debería ser un palacio comparado con su hogar bajo un puente. Le dije que se quitase la ropa y me la entregase para arrojarla a la basura, la chiquita estaba cohibida para mostrar su cuerpito a un extraño y le dije que me la pasase por la puerta entreabierta.
Mientras preparaba unos sándwich escuchaba el agua correr y un canturreo demostrando lo placentero de la situación, cansado de esperarla entré al baño y estaba sentada en la bañera enjabonándose los brazos, pero la carita aún permanecía sucia y ni hablar de su pelo.

Arremangándome dije que la lavaría como corresponde, largando un poco de shampoo sobre su cabeza procedí a refregarla concienzudamente, ella con los ojitos cerrados no se percataba que le estaba inspeccionando el cuerpito desnudo, no tetitas y no pelitos allí abajo indicaban aproximadamente su edad.
Realmente estaba exhausto y no deseaba nada sexual, el monstruo permanecía durmiendo en clara demostración. Unos golpecitos en la puerta me hicieron sobresaltar, por suerte era Margarita que ni bien entrar me plantó un beso en la boca. Antes que sus demostraciones pasasen a más, le expliqué que tenía visita y la naturaleza de la misma, al enterarse que era una chica recriminó que me cojería cualquier cosa con piernas, tuve que explicarle lentamente el tipo de vida y sus penurias, no buscaba nada carnal ahora.
Fue hasta el baño para asombro de la indigente, pensaba que sería mi novia explicando entrecortadamente que sólo necesitaba bañarse y algo de comida. Con mucho desparpajo Marga decía que era mi amante secreta, que la novia oficial vivía lejos.

Fué hasta la casa para buscar ropa de su tamaño, mientras la nena salía del agua pidiendo disculpas por no haberse presentado: --Carolina pero me dicen Caro--.
No se percató que estaba parada desnudita frente mío, solícitamente le tendí una toalla pero terminé secándola yo al no decidir si taparse con eso o secar su cuerpo.
No le sequé la entrepierna pensando que eso la violentaría, además estaba por regresar la artista y quedaría feo que le estuviese tocando la chuchita a una desconocida.

Aún peor sería si esto llegase a oídos de Alicia, mi tesorito divino era demasiado sagrada para hacerle algo semejante.

(continuará)

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:27) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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