Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

Me afeité la cabeza

Relato enviado por : Anonymous el 03/07/2009. Lecturas: 10486

etiquetas relato Me afeité la cabeza .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Siempre había fantaseado con que me afeitaran la cabeza. Me encantaba la sensación de que me cortaran el pelo y soñaba que lo hicieran cada vez más y más hasta que no quedara ninguno en mi cabeza


Relato
Siempre había fantaseado con que me afeitaran la cabeza. Me encantaba la sensación de que me cortaran el pelo y soñaba que lo hicieran cada vez más y más hasta que no quedara ninguno en mi cabeza. Solía masturbarme viendo fotos en Internet de Yul Brynner, Vin Diesel, Billy Zane y Joey Lawrence y soñaba con estar calvo como ellos. Desgraciadamente, nunca me había atrevido por temor a como me iba a quedar, pero eso cambió el día que cumplí 22 años.
En todos mis cumpleaños solía ir a cortarme el pelo para estar presentable en un día tan especial para mí y estar arreglado para salir con mis amigos de marcha. Yo tenía melena corta y morena hasta los hombros y siempre me la solía cortar hasta la nuca. Al salir de la universidad entré en una peluquería cercana en la que nunca había entrado. Estaba vacía porque ya casi era la hora del cierre de mediodía y al ver al peluquero tuve que poner la carpeta delante de mi paquete como precaución. ¡Era el chico más guapo que había visto en mi vida! Tenía melenita rubia y rizada, ojos verdes y unos labios carnosos encerrados en una barbita fina y recortada. Vestía una camiseta negra sin mangas que dejaba ver sus brazos musculosos y un pantalón también negro que dejaba averiguar el tremendo rabo que guardaba en su interior. En cuanto vi a aquel chulazo impresionante me di cuenta de que había llegado la hora de realizar mi más perversa fantasía. Cuando el peluquero me vio me dijo:
- Si quieres hacerte un corte con rapado no voy a poder hacértelo, se me ha estropeado la máquina.
Yo, con voz firme y decidida dije:
- Creo que no te va a hacer falta. Quiero afeitarme la cabeza.
- ¿La cabeza entera? Osea, calvo, calvo ¿no?
- Exacto. Ni un solo pelo en la cabeza. ¿Te importaría volver el sillón en contra del espejo? Me gustaría verme al final para que impacte más.
- En fin, el cliente siempre tiene la razón. Hala, siéntate. Como no hay nadie, si quieres, puedes quitarte la camisa para que no se te llene de pelos.
Me extrañó lo de la camisa, pero obedecí y me senté en el sillón. Me puso la capa, me volvió hacia la puerta y, al mirar el reloj de la peluquería, fue a echar el cierre. Yo me estaba excitando muchísimo: Estábamos solos en la peluquería y ahora nadie de fuera podía vernos. Tuve que cruzar las piernas para que no se viera que mi polla estaba empezando a despertar. Me mojó el pelo y empezó a extender el agua dándome un masaje, me encantaba sentir sus manos en mi cabeza. Cogió las tijeras y empezó a cortarme el pelo. Hacía cortes suaves y pequeños, parecía que quería prolongar el corte lo máximo posible lo cual a mí no me molestaba porque me excitaba mucho ver mi pelo caer en la capa y por mis hombros, sentía que me desnudaban poco a poco. Unos minutos después, que a mí me parecieron pocos de lo que estaba disfrutando, mi pelo estaba completamente al rape y sentía las manos suaves pero fuertes del peluquero en mi cabeza cuando intentaba cortar los últimos pelos. Ya no podía aguantar más la fuerza que estaba haciendo mi polla contra mis piernas y las descrucé. En ese momento, a él se le cayeron las tijeras en la capa y al recogerlas, pudo sentir todo lo firme que se había puesto mi soldado.
En ese momento nos quedamos mirando y me asusté. Pensé que iba a echarme a patadas de la peluquería pero en vez de eso, agarró mi cabeza con sus manos y empezó a besarme. Yo le correspondí y empecé a librar batalla en aquella lucha encarnizada de labios. Se sentó encima mío para sentir mi rabo y estuvimos un rato comiéndonos la boca. Después se levantó y fue a la trastienda. Supuse que iba a seguir con el corte e iba a traer los utensilios de afeitar y así fue. Dejó la brocha, la crema y la navaja en la mesa y me dijo:
- Tengo que seguir con el corte pero hagámoslo más divertido.
Y cogió y me quitó los zapatos, luego me desabrochó el cinturón y me quitó juntos los pantalones y los calzoncillos. No me lo podía creer. Estaba completamente desnudo bajo la capa, totalmente en bolas delante de aquel chico dispuesto a complacerme. Nos reímos al ver que mi polla se levantaba por debajo de la capa. Parecía un pequeño fantasma intentando asustar. Él se puso debajo de la capa y empezó a hacerme una mamada. Era magnífico sentir aquella boca maravillosa chupando mi rabo y sentir los pelitos de su barba pinchándome en los huevos era delicioso. Terminó pronto de hacérmela para que no me corriera todavía y prosiguió con el corte.
Me untó la cabeza con crema de afeitar y la extendió con ayuda de la brocha. Sacó la navaja, le colocó una hojilla nueva y empezó el ritual. Me afeitaba con mucho cuidado, pasándola con delicadeza. Hizo varias pasadas para asegurarse un apurado total y, cuando ya no quedaba ni un solo pelo en mi cabeza el placer que sentía cuando me tocaba para sopesar el afeitado se multiplicó por mil. Cuando terminó me limpió los restos de crema y se fue otra vez a la trastienda. Apareció con un bote y me dijo:
- Voy a untarte esta crema para que te brille más el coco.
Y empezó a untármela restregándomela con una toalla. Cuando terminó me volvió otra vez hacia el espejo y pude ver la obra terminada. Estaba excitadísimo, por fin había hecho realidad mi sueño. Estaba completamente calvo, como una bola de billar. El producto que me había echado era bueno porque me brillaba el cráneo pelado. Me tocaba la cabeza con mis manos y sentí por primera vez la piel de mi cuero cabelludo, era una sensación increíblemente excitante. Cuando me fui a levantar del sillón, el peluquero me dijo:
- Bueno, he hecho tu corte de pelo interesante. Ahora ¿podrías hacerme un favor a mí?
- ¿De qué se trata?
- Verás, cuando estudié, no sólo hice peluquería sino también estética y siempre he tenido el deseo oculto de hacer un tratamiento de belleza a un chico. Es mi fantasía sexual más grande. ¿Dejarías que te lo hiciera?
Yo volví a mirar mi cabeza calva y lustrada y no me lo pensé dos veces:
- Acabas de hacer realidad mi fantasía así que es justo que yo haga realidad la tuya. Haz conmigo lo que quieras.
Él, contento y agradecido, me dio un beso apasionado y sacó de un cajón un neceser de maquillaje dispuesto ha hacerme un set completo de belleza. Empezó por hacerme la pedicura, masajeando con sus manos mis pies, descargando todas las tensiones que tenía. Luego me pintó las uñas de los pies de rojo. Me divertía ver mis piernas peludas terminar en aquellos pies pintados de un rojo tan femenino. Siguió con la manicura, limándome las uñas y pintándolas del mismo rojo pasión que las de los pies. Por último, la cabeza. Me depiló las cejas hasta dejarlas finas como las de una chica, me rizó las pestañas, me puso sombra de ojos, maquillaje y pintó mis labios de rojo también. Me dejó verme en el espejo y me descojoné a más no poder. Parecía una chica que se había quedado calva. Me puse delante del espejo a hacer gestos femeninos y a apretar los morritos y él, divertido, me daba besos en la calva. Me levanté de la silla dispuesto ya a quitarme el maquillaje para volver a la aburrida rutina de mi vida cuando él peluquero me dijo:
- Un momento, cielito. Esto todavía no ha terminado.
Volvió otra vez a la trastienda. Pensé que iba a traer alguna cosa nueva, pero me equivoqué. No fue para traer sino para dejar algo allí. Regresó completamente en pelotas y vi que no me había equivocado en mis indagaciones. Tenía la polla más preciosa que había visto en mi vida y resaltaba más porque la tenía rasuradita. Parecía que tenía un cartel luminoso diciendo con grandes letras: ¡CHÚPAME!. Como haciendo caso a ese ficticio cartel le dije con la boca abierta:
-¿Has recordado alguna otra fantasía sexual escondida?
-No vas a ser el único que disfrute. Ahora te toca a ti afeitarme la cabeza y maquillarme. Siempre estoy arreglando a los clientes y creo que, por una vez, me merezco que sea uno el que me ponga guapo a mi ¿no crees?
Me había quedado mudo, Sin duda, iba a ser el mejor cumpleaños de mi vida. Completamente hipnotizado por la excitación, comencé el ritual que había hecho conmigo. Le corté su melena rubia, le afeité la cabeza y lo dejé completamente calvo, sólo con su barbita recortada. Me excité montón, le daba un aspecto muy varonil. Luego le hice el mismo set de belleza que había hecho conmigo. No quedaba tan femenino al tener todavía su barbita pero me divertía verlo maquillado y haciendo también gestos de tía delante del espejo, hasta me ponía cachondo. Nuestras pollas, erectas desde hacía rato, empezaron a reclamar desmesuradamente atención así que, nosotros, imposibles ya de contenernos, nos besamos y nos tiramos al suelo. Empezamos a chuparnos las pollas como locos, pareciamos niños hambrientos lamiendo desesperadamente un chupachups. Su rabo sabía delicioso y yo no podía evitar el correrme por mucho tiempo. Sentir otra vez esos labios tan jugosos lamiendo mi pequeño amigo me hacía flotar hacia las nubes. Yo fui el primero en correrse y, unos segundos después, sentí toda su reserva de leche fluir por mi boca. Me la tragué entera y él hizo lo mismo. Nos levantamos, el colgó el cartel de cerrado, yo apagué mi móvil y, nos fuimos a la trastienda donde tenía una pequeña cama. Nos acostamos allí y nos quedamos dormidos acariciando nuestros cuerpos.
Al día siguiente, me levanté, le besé y fui a quitarme el maquillaje. Regresé a casa feliz, sin importarme como iba a explicar el no haber dado señales de vida el día de mi cumpleaños, porque tenía las cejas depiladas y porque no tenía pelo. Había cumplido mi sueño y eso era lo que importaba. Por supuesto, volví a ver a mi peluquero y, digo, bien, porque, por supuesto, esa se convirtió en mi peluquería oficial.

Otros relatos eroticos Fetichismo

los calzones de mi cuñada

Categoria: Fetichismo
hola mi nombre es frei soy hombre de 27 años soy fetichista siempre soñe con oler los calzones de mi cuñada tan solo de imaginarlo se me paraba la verga
Relato erótico enviado por frei el 04 de April de 2012 a las 23:28:18 - Relato porno leído 72925 veces

las pantaletas de mi hija

Categoria: Fetichismo
Deje a mi esposo y comence una relacion casual con mi profesor, me excitaban sus palabras y un dia me pidio que llevara unas blumas de mi hija para hacer el amor...que divinidad
Relato erótico enviado por perriturka el 04 de May de 2011 a las 23:19:55 - Relato porno leído 50277 veces
De cómo mi amante me trae los calzones usados de la hermana para que los huela mientras hacemos el amor…..
Relato erótico enviado por unicornio62 el 02 de January de 2011 a las 00:21:06 - Relato porno leído 45176 veces

me encantan las tangas

Categoria: Fetichismo
como me inicie en el fetiche por las tangas
Relato erótico enviado por Anonymous el 15 de January de 2010 a las 23:33:40 - Relato porno leído 40449 veces
hola, pues este es mi primer relato y es 100% real, yo me masturbo cada vez que me recuerdo de ese dia y espero que lo hagan ustedes tambien y que me hagan saber asi se que es de su agrado.
Relato erótico enviado por Anonymous el 11 de January de 2010 a las 22:56:54 - Relato porno leído 34949 veces
Si te ha gustado Me afeité la cabeza vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Me afeité la cabeza. te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:14) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Me afeité la cabeza.
Vota el relato el relato "Me afeité la cabeza" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 3
votos: 1

No puedes votar porque no estás registrado