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Me rompieron el himen y perdí mi inocencia

Relato enviado por : sandramoreno el 28/01/2013. Lecturas: 42655

etiquetas relato Me rompieron el himen y perdí mi inocencia   Primera vez .
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Resumen
Tenía que perder la virginidad en menos de una semana... y lo conseguí.


Relato

Tenía una semana para perder mi virginidad o iba a aparecer como una mojigata mentirosa ante los ojos de mi vecino Bernabé. Para los que no leyeron mi anterior relato les diré que mi vecino se aprovechó de mi inocencia de quince años para romperme el culo y por que no pensara que era una muchachita aún virgen por delante le dije que tenía el período y que en unos días nos veríamos para follar. Debía encontrar a alguien que me rompiera el himen, pero no quería que fuera ningún chico inexperto de mi edad, que casi todos son vírgenes como lo era yo, tenía que encontrar a alguien con experiencia que me penetrara por primera vez y que luego no lo fuera publicando por ahí. Le pregunté a mi amiga Katy, que era un año mayor que yo y que por haber repetido estaba en 3º de Secundaria conmigo.
- ¿Sabes quién me desvirgó a mí el año pasado? Don Ramón, el profesor de Historia, que está casado y tiene mucha experiencia con las mujeres.
- Pero si don Ramón tendrá casi sesenta años –le contesté asombrada.
- Sí, pero está en forma… y tiene una polla enorme. De vez en cuando quedamos en un hostal de aquí cerca y pasamos unos ratos muy buenos follando y haciendo de todo. Es un pervertido, pero a mí me encanta uummmmm. Precisamente el jueves nos vamos a ver. Diles a tus padres que te vienes a mi casa y don Ramón soluciona tu problema con su taladradora jajaja.
- ¿No le importará que yo vaya a vuestro picadero?
- ¡Qué va! La última vez me dijo que tenía ganas de hacer un trío, así que le va a encantar la sorpresa.
Por fin llegó el día D y me encontré con Katy en la puerta de nuestro instituto. Desde allí nos dirigimos al hostal, que estaba muy cerca. Por el camino me imaginaba a mi profesor desnudo y penetrando mi vagina con su enorme falo. Llegué a mojar un poco las braguitas por la excitación. El recepcionista del hostal nos saludó, era un hombre muy discreto y don Ramón le daba unas buenas propinas por ello.
- Tu amigo ya está arriba, preciosa. Veo que hoy vienes muy bien acompañada.
- Es una amiga que necesita que le hagan un favor.
- Pues si hace falta una ayuda extra me avisáis, chicas, ya sabéis que podéis contar conmigo para lo que sea.
- Muchas gracias, Remigio, si necesitamos refuerzos te llamamos jajaja.
Cuando llamamos a la puerta de la habitación y nos abrió, don Ramón se llevó una sorpresa. Yo iba vestida muy provocativamente para excitarlo desde el primer momento, con un pantaloncito corto que dejaba ver hasta parte de mis glúteos y una camiseta muy ceñida y sin sujetador por lo que se me notaban perfectamente los pezones, que se me endurecieron por la excitación y el nerviosismo.
- ¡Qué sorpresa, Katy! Veo que has atendido mi petición y me has traído a mi alumna más guapa y excitante. ¿Sabes que he soñado muchas veces contigo, Sandra?
- ¿Y qué ha soñado, profesor?
- Que me chupabas la verga hasta eyacular y te tragabas toda mi leche.
- Eso se va a hacer realidad ahora mismo –interrumpió Katy-, ¿verdad que sí, Sandra?
- Por supuesto –respondí-, hemos venido a divertirnos, ¿no?
Aunque estaba muy nerviosa intentaba superarlo aparentando saber lo que hacía. Le bajé los pantalones y los bóxers y me arrodillé ante su ya dilatada verga. Fue cogerla entre mis manos y ponerse dura como el pedernal en apenas unos segundos. Me la metí en la boca para chupársela muy despacio saboreando aquel palo tan grande y apetitoso. Sabía rico aquello, mejor que el de Bernabé que le olía a orina seca. Katy se aproximó a don Ramón por detrás, le quitó la camiseta y acarició su varonil pecho al tiempo que le hurgaba el orificio anal con uno de sus dedos. El hombre no pudo evitar tanta excitación y en apenas dos minutos se corrió dando gritos como un cerdo. Me llenó la boca de semen, que yo tragué como pude. Era tal la cantidad de leche que casi me atraganto. Parte del semen se me salió de la boca y me fue a caer en la camiseta que aún tenía puesta.
- ¡Coño!, ¿ahora cómo vuelvo a mi casa con estas manchas de semen?
- Pues vas con las tetitas al aire, que hace mucho calor, jajaja –bromeó Katy.
- Bueno chicas, voy a pasar revista a vuestros culitos, así que a desnudarse –ordenó don Ramón en tono militar.
- ¡A sus órdenes, señor! –respondió Katy mientras se quitaba la ropa. Yo la imité y me quedé toda desnudita luciendo mi coño recién depilado que parecía un apetitoso bizcocho, con los labios bien abiertos y mojados por la excitación, aunque aún no me había corrido. Mi cuerpo pareció encantarles a los dos a juzgar por cómo me miraban. Katy no pudo reprimirse y me acarició las tetas.
- ¡Vaya tetitas más bien puestas, me encantan esos pezones tan levantaditos, Sandra! ¡Y vaya cuerpazo de escándalo! ¿Cómo puedes ser virgen todavía? Si yo fuera hombre te violaría jajaja…
- ¿¡Qué eres virgen todavía, muchachita!? –preguntó asombrado don Ramón-. Esta sí que es buena. Hoy es mi día de suerte. ¡Vaya hembrita vamos a estrenar hoy! Y este coñito es una delicia, tan suave y tan hinchadito.
Don Ramón decía estas palabras mientras me toqueteaba el chochito libidinosamente.
- Y ahora, pasemos a la acción –ordenó nuestro profesor-. Quiero que os pongáis encima de la cama a cuatro patas, como las putas perras que sois, que os voy a penetrar vuestro culito. Esos agujeritos necesitan una buena polla dentro. ¿También eres virgen por detrás, Sandra?
- No, no, por ahí ya me la han metido –le contesté mientras nos colocábamos ofreciendo nuestros orificios anales para su penetración.
- Pues entonces, manos a la obra, o mejor dicho polla a la obra jajaja –dijo don Ramón al tiempo que se meneaba un poco la verga para terminar de endurecerla y nos metía los dedos ensalivados en nuestros agujeritos para dilatarlos. Me gustaba lo que me estaba haciendo, disfrutaba como una perra (nunca mejor dicho) con el trato tan vejatorio que nos estaba dando, como si fuésemos sus esclavas sexuales, obedeciendo sus órdenes y dejándonos hacer. En eso, dejó de meter sus dedos y me penetró con su polla. Tras unas cuantas embestidas la sacó y la metió en el culo de Katy. Luego volvió a metérmela a mí, y así fue alternando hasta que se corrió en el ano de mi amiga. La leche se le salía del agujero y le resbalaba por los muslos. Katy orgasmó al sentir el chorro de semen dentro de ella, pero yo, aunque muy húmeda, no llegué a correrme. Estaba preocupada por que alguien pudiera haber escuchado nuestros jadeos y los gritos finales al llegar al orgasmo y también por que a mi profesor se le hubiera acabado el fuelle y no pudiera desvirgarme. Pero enseguida me sentí aliviada por mi profe.
- Tú no te preocupes, zorra, que me recupero en un momento y enseguida te voy a dar lo tuyo. Pero antes quiero que cumplas una de mis fantasías. Quiero que te pongas esta verga artificial y te folles a Katy.
- Bueno –respondí- no tengo problema, parece excitante.
Don Ramón me colocó la verga sujeta a mi cintura con un arnés, Katy se echó en la cama abierta de piernas y yo le metí el aparato en su coñito. No pensé que me fuera a gustar, pero descubrí que me estaba excitando muchísimo, tanto que las dos nos corrimos como putas en apenas unos minutos. A pesar de nuestra corta edad parecíamos dos rameras experimentadas y los tres disfrutábamos de lo lindo. Don Ramón grabó con su móvil toda la escena. No nos preocupamos porque pensábamos que era para su uso particular, sería de tontos ponerlo en Internet y se descubriera que se había follado a dos alumnas. Pero hay muchos tontos por el mundo.
A continuación don Ramón me pidió que le metiera la verga a él en su culo.
- Es de lo más excitante ser penetrado por una chica. A ver si me follas tan bien como Katy.
Para mí también fue una experiencia de lo más placentera. Mientras le introducía la verga y le follaba el culo tuve más orgasmos. El coño lo tenía completamente chorreando, me sentía dominante y poderosa sodomizando al profesor. Uf, realmente me gustaba aquello. Cuando ya creía que no podría soportar más placer don Ramón me pidió que dejara su culo tranquilo y que me quitara aquella verga del coño que iba a proceder a desvirgarme. Me puse muy nerviosa, pero también muy excitada de pensar que aquel falo tan enorme iba a entrar en mi inocente coño e iba a perder por fin la virginidad. Pensaba en la gran cantidad de pollas que iba a conocer mi chochito a partir de ese momento… y me mojaba más.
- ¡Ummm, este coñito es un manjar exquisito, tan tierno y tan mojadito! –exclamó don Ramón poniendo cara de sátiro-. ¿En qué postura quieres que te penetre, golfa?
- Quiero estar a cuatro patas, que me folles como a una perra, ¡pero rómpeme ya el coño, coño!
Don Ramón me colocó y le pidió a Katy que hiciera de mamporrera.
- Chupáme la verga un poco, Katy, y cuando esté bien dura se la vamos a meter a Sandra en su coñito y la hacemos una mujer.
Katy se puso a hacerle una buena mamada a don Ramón. Parecía una auténtica puta, haciéndole cosquillas con la lengua en el glande y lamiendo su gran polla, que debía medirle por lo menos 20 cm. Además no tenía pelos ni prepucio, lo que le proporcionaba más suavidad y limpieza. Me gustaba aquella polla para romperme el himen. Pero ocurrió algo inesperado: don Ramón no pudo aguantar tanto gusto y vino a correrse en la boca de Katy. Aunque era su tercera eyaculación aún le salieron unos buenos borbotones de semen que mi amiga saboreaba y tragaba con avidez.
- ¡Mmmmmmm, está riquísimo! –exclamaba mientras se relamía y seguía chupando la verga para no dejar ni gota.
Lo que no me esperaba era lo que iba a suceder a continuación. La polla del profesor, aunque se ponía morcillona, no alcanzaba la dureza necesaria para mi penetración. Durante casi media hora, Katy y yo intentamos por todos los medios calentarlo y endurecer su pene, pero fue tarea imposible.
-Lo siento, Sandra, me temo que mi polla va a tardar un buen rato para poder penetrarte. Tengo 60 años y no es lo mismo que cuando tenía 30. Recuerdo un día que en menos de cinco horas eché diez polvos seguidos con tres chicas a las que conocí en una discoteca...
-Bueno, profe –le cortó Katy-, no nos vengas ahora con historias, lo que hay que hacer es buscar una solución para el problema de Sandra. ¿Te vas a recuperar para desvirgarla o buscamos otra verga que lo haga?
- No sé –balbuceó-, calculo que en un par de horas la tengo de nuevo tiesa y lista para penetrar.
- Es que es muy tarde para mí –intervine yo-. Mis padres se van a preocupar si dentro de dos horas no estoy en casa. No quiero que sospechen nada ni que se preocupen.
- Se me ocurre una idea –dijo don Ramón-. Puedo desvirgarte con la verga de plástico.
- De eso nada –le contesté-. Quiero que me desvirgue una polla de verdad. ¿Dónde podremos encontrar a alguien que me ayude?
Y como si una bombilla se encendiese en nuestras cabezas, Katy y yo dijimos al unísono:
- ¡REMIGIO!
Nos acordamos de que el recepcionista se ofreció para ayudarnos si lo necesitábamos, y yo en ese momento estaba muy necesitada de una buena verga que me rompiera el himen. Llamamos por el teléfono a la recepción pero nadie descolgaba el aparato, así que me puse la ropa para ir a pedirle la ayuda. Bajé pero no había nadie, así que decidí aguardar un poco, seguro que no tardaría en llegar. Así fue, enseguida apareció y me preguntó:
- ¿Quieres algo, guapa?
De pronto sentí vergüenza, no sabía cómo pedírselo. Remigio estaba de bastante buen ver, aunque ya estaría en los 40. Noté que me miraba mucho las tetas, aunque no tengo mucho pecho. Aproveché para preguntarle:
- ¿Te gustan mis tetas? No paras de mirarlas.
- Bueno, claro que me gustan, aunque en realidad estaba mirando unas manchas que tienes, parecen de leche…
- Bueno, sí son de leche, pero de la que le ha salido a mi profesor de la polla cuando se la he chupado…
La cara de Remigio cambió, tragó saliva y me dijo nervioso:
- ¿Y qué quieres de mí, que te limpie las manchas o que te dé mi polla para que me la chupes?
- Lo que quiero es que me la metas en el coño y me lo llenes de semen calentito. Quiero que me folles, soy virgen y quiero dejar de ser una niña y convertirme en…
- ¡En una puta! –terminó Remigio-. Por supuesto que puedes contar conmigo. Espero que no sea una broma…
- No puedo estar más en serio, necesito urgentemente que me penetres.
- Eso está hecho, ven conmigo, preciosa.
Me agarró de la mano y me llevó al cuarto donde se guardan las maletas de los clientes. Allí me quitó la ropa hasta dejarme toda desnudita. Luego él se quitó la suya dejando a la vista una enorme verga casi erecta y que nada tenía que envidiar a la de don Ramón. Me puso a cuatro patas y se puso a inspeccionar mi cuerpo con todo descaro, abriendo con sus dedos mi orificio anal, metiéndome los dedos dentro, y, por supuesto, comprobando por él mismo mi virginidad, abriéndome bien el coño para cerciorarse de que el himen estaba intacto.
-¡Esto sí que es una sorpresa, una muchachita virgen para que yo la desflore! Hoy es mi día de suerte. Por curiosidad, ¿qué le ha pasado al viejo, no ha podido con las dos?
- La verdad es que el hombre se ha portado muy bien para la edad que tiene, pero ya era demasiado…
- Bueno, pues voy a hacerte el favor, pero me vas a permitir que llame a unos amigos míos. Están aquí cerca y quiero que sean testigos de lo que está pasando. Es que si no luego no me creen. O me dejas que lo grabe con el móvil…
- Prefiero que vengan tus amigos, que si me grabas a saber lo que vas a hacer con el vídeo.
Remigio llamó por teléfono para que sus amigos vinieran a presenciar mi desfloración. Dijo que tardarían diez minutos. Mientras tanto me pidió que se la chupara. Consentí pero le pedí que no se corriera, vaya a ser que se quedara sin fuerzas.
- No te preocupes, golfilla, que voy a follarte, no a fallarte. Además, mis amigos seguro que quieren conocer también tu coñito por dentro.
. Bueno, pero no voy a tener mucho tiempo, mis padres me esperan en casa antes de las doce.
- ¡Mírala, como Cenicienta! Jajaja, bueno, calla ya y chúpamela bien, guarra.
Me tenía bien sujeta la cabeza para que no dejara de chuparla. La tenía tan grande que me llegaba hasta la garganta. Así me tuvo un rato, y como los amigos no llegaban me la sacó de la boca y me la metió por el culo, con unas embestidas tan fuertes que notaba cómo me desgarraba por dentro.
- Esto no es nada, zorra, luego te voy a destrozar la vagina, te voy a hacer un buen agujero por el que te van a caber pollas de todos los tamaños.
Y tan cachondo se puso el recepcionista que descargó un tremendo chorro de semen dentro de mi ano. Tal era la cantidad que se me salía de dentro y me chorreaba por los muslos. En ese preciso instante llegaron sus amigos, nada menos que cinco.
- ¿Esta es la putita a la que vas a desvirgar? Nos la dejarás después para que nos divirtamos un poco, ¿verdad? –preguntó uno de ellos, un tipo gordo con pinta de sátiro borracho.
- ¿Para qué creéis que os he avisado? Esta cerda quiere que le metáis vuestras pollas por todos sus agujeros. Tenéis que dejarla satisfecha. Llenadla de vuestro semen. Pero primero vais a presenciar cómo le rompo el himen a esta ramera.
Remigio me sentó sobre unas maletas de tal forma que él de pie tenía su verga a la altura de mi coño. Yo estaba muy mojada con tanta excitación, así que la penetración apenas me dolió. Me metió el falo erecto poco a poco. Noté cómo me iba penetrando hasta llegar al himen, y sin apenas impedimento lo rompió y me metió la polla bien dentro de mi vagina. Tiempo después me enteré de que sus amigos lo estaban grabando todo en vídeo. Hasta tuvieron el detalle de enviarme una copia a mi correo. Reconozco que aún actualmente me masturbo y me corro cuando lo veo.
Después de unos minutos de meteysaca ya no aguantamos ninguno de los dos y nos corrimos dando gritos como cerdos. Sin tiempo a recuperarme, sus amigos se me echaron encima, se habían estado pajeando y ya desnudos me metieron sus vergas por donde podían. Tenía el recto y la vagina llenos de semen, pero a ellos no les importaba, parecía incluso excitarlos más. Los chicos tenían unas pollas realmente apetitosas, de varias formas y tamaños, pero todas me hicieron disfrutar como una puta guarra. Mientras se la chupaba a uno, otro me la metía por el culo y con mi mano se la meneaba a otro. Luego se turnaban, me la metían en mi ya abierta y al fin estrenada vagina, me sodomizaban, me estrujaban las tetas de tal forma que parecía que me estaban ordeñando. Cierto es que tengo un cuerpo muy apetitoso y tierno y eso a los hombres los vuelve locos. Perdí la cuenta de los polvos que me echaron y las veces que yo orgasmé. También perdí la noción del tiempo… y la ropa. Cuando se fueron todos, incluido Remigio, me dejaron con todo el cuerpo lleno de leche de sus mangueras, y de mi vagina y mi culo manaba el semen, tal fue la cantidad de veces que eyacularon dentro de mí. Como no veía ropa alguna (algún amigo cabrón se la llevaría de recuerdo para pajearse con ella), salí del cuarto de consigna de equipajes y como no veía a nadie me fui para la habitación donde estuve con don Ramón y con Katy. Lo que pasó fue que ya eran más de las doce y se habían marchado, estuve llamando un rato pero no abría nadie. En recepción tampoco. Seguramente Remigio se había ido a ducharse y a dormir. No sabía qué hacer, estaba completamente desnuda, sin ropa y sin poder llamar a nadie. Se me ocurrió llamar a una de las habitaciones por si me abrían y me dejaban algo de ropa. Tras varios intentos llamando a habitaciones vacías, en una de ellas me abrieron dos chicas que muy cariñosamente me invitaron a pasar. Cuando les conté lo sucedido se ofrecieron para limpiar mi cuerpo… con sus lenguas. Mientras una me chupaba todo lo que podía la otra me metió por el culo un consolador. Yo ya estaba un poco cansada con tanta guarrería y tanto sexo. Las dejé que me sobaran, que me chuparan, que me penetraran los dos agujeros con sus consoladores, que me hicieran fotos y vídeos… todo con tal de que acabaran pronto. Reconozco que aún tuve un par de orgasmos viendo a aquellas chicas disfrutar conmigo y correrse como putas perras. Finalmente accedieron a dejar que me duchara y me prestaron algo de ropa para que pudiera volver a casa, con la promesa de invitarlas un día para tener una tarde tranquila de sexo. Ya de madrugada volví a mi casa. Tranquilicé a mis padres, que estaban un poco preocupados y me metí directamente en la cama para descansar. Realmente había disfrutado con tanto sexo. Me acosté desnuda y me masturbé recordando lo bien que lo había pasado. Y me corrí.


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Comentarios enviados para este relato
sandramoreno (28 de January de 2013 a las 20:48) dice: mi correo es sandramorenita69arrobahotmail.com decidme si os gustan mis relatos, si sobra o falta algo... y si os parece que soy demasiado puta para mi edad

Poltron (28 de January de 2013 a las 05:52) dice: Jum que rico y mas seria ver el video.... jormaneutronhotmail.com para hablar...

phantom_n (28 de January de 2013 a las 05:49) dice: buen relato, que buena puta fuiste, aunque falto tu correo que decias ibas a incluir en tu siguiente relato

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:31) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

marcosmartín (14 de May de 2013 a las 08:54) dice: Me ha encantado este relato de la pérdida del hímen, Sandra. Muy bueno. Me he tenido que masturbar lelléndolo.

KIMBERLEI (14 de May de 2013 a las 07:29) dice: Buena forma de perder la virginidad. Qué envidia jejeje.


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