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me tire a la hermana de mi mejor amigo a los 15

Relato enviado por : fox jam el 24/06/2013. Lecturas: 37338

etiquetas relato me tire a la hermana de mi mejor amigo a los 15   Primera vez .
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Resumen
mientras mi amigo de toda la vida dormía en la otra habitación yo me estaba follando a su hermana mayor.


Relato
Esto me pasó cuando tenía 15 años, recuerdo bien mi edad ya que ahí fue cuando pasó mi primera experiencia sexual. Personalmente yo era un niño flaquito, pelo morocho y muy chiquito. No estaba muy desarrollado que digamos y en muchas cosas era inocente y en otras para nada.
Desde pequeño que gracias a mi primo descubrí el porno y por ello no paraba cliquear a esas páginas. Como no conocía lo que era la masturbación técnicamente yo me desnudaba (con la puerta bien cerrada obviamente) y me manoseaba por todo mi cuerpo además de que me frotaba con las sabanas.
Cerca de mi cuadra estaba mi amigo de toda la vida con el cual solíamos jugar y comentar bastante sobre que chicas nos parecían buenasas. A pesar de ser mi mejor amigo debo decir que era bastante idiota. Le gustaba de a ratos hacerme bromas de mal gusto y me hacia burlas por mi poco desarrollo corporal. Él ya era bastante alto y tenía el miembro más grande que el mío y eso era algo que con él era insoportable de hablar. Presumía sobre que su miembro era más grande que el mío todo el tiempo y la verdad que me daban unas ganas de golpearlo tremendas.
Él tenía una hermana de unos 18 años de la que nunca me voy a olvidar. Su nombre era Janina, rubia, ojos castaños, cuerpo bien desarrollado y de cara era muy hermosa.
La mayoría de las veces que iba a casa de mi amigo me gustaba encontrarme con Janina, me parecía muy guapa y me sentía algo atraído hacia ella. Recuerdo que me consentía y se refería a mí como su “segundo hermanito menor”. Ella siempre me trataba como a un nene y le parecía sorprendente que pareciera tan chiquito en comparación a su hermano que solo me llevaba medio año de edad.
Recuerdo que hubo un tiempo en que solo iba a casa de mi amigo (que por cierto se llamaba Rodrigo) para verla a ella. Me encantaba que me tratara tan amablemente. Durante mis 15 años empecé a interesarme más en su aspecto físico y eso era algo que me gustaba y disgustaba a la vez ya que me parecía de bastardo andar mirando a la hermana de mi mejor amigo.
Un viernes al salir de la escuela yo y Rodri nos pusimos a hablar de diversas tonterías con otros amigos. Entre los temas salió la palabra” hermana” en la conversación y empezaron con los comentarios.
—Yo si tuviera una hermana y si me propusiera que follemos lo haría –lanzó un comentario uno, a lo que Rodri le respondió que era mentira por que no sabía lo que se sentía tener una hermana.
—Créeme que uno no tendría sexo con su propia hermana por más buena de cuerpo que esté.
—Puff, Rodrigo, si yo tuviera la hermana que tienes tú yo ya me la habría follado miles de veces.
Obviamente que Rodri lo sintió como una referencia a “tu hermana esta partible” a lo que reaccionó de muy mala gana. Se enojó con todos los chicos y al final volvió a casa acompañado solo por mí. Por el camino él simplemente lanzaba ofensas y agresiones con respecto a los comentarios de los chicos. Yo por mientras me mantenía callado, no quería decir nada porque en el fondo yo también pensaba como ellos, de hecho me había tocado miles de veces pensando en Janina, pero para no crear problemas decidí dejar que él hablase mientras que yo me mantenía callado y asentía.
Una vez en nuestra calle me dirigí a casa de Rodri. Tal y como imaginé ahí estaba la lindura de su hermana.
—Hola Peque –me saludó ella (me decía peque como un apodo medio cariñoso)
—Hola Jani.
De repente pude ver como estaba vestida. Tenía unos shorts bien cortitos y una remera completamente escotada. Eso sumado a su carita de princesita hiso que por poco me diera una erección. Me avergoncé por completo y agilicé el paso hacia la habitación de Rodri.
Pasaron un par de horas hasta que finalmente decidí quedarme a dormir. Pasamos todo el resto de la tarde jugando videojuegos en su consola. Cuando se hiso la hora de comer me sorprendió ver que Janina no estaba en la mesa.
—Oh, es que está en un pequeño torneo de Vóley en el club deportivo, hoy llegará más tarde –me explicaron.
Bueno, lastima, comí tranquilamente sin el cumplimiento de mis extrañas ganas de ver comer a Janina. La verdad que el hecho de que me afectara que ella no estuviese en la mesa me hiso darme cuenta de que ya cualquier idiotez me parecía buena escusa para ver a la hermana de mi amigo.
Se hiso de noche y yo y Rodri nos quedamos viendo una maratón de películas de terror en su habitación. A mí me daban bastante miedo pero no me negué a verlas por que obviamente Rodrigo empezaría a cargosearme con que soy un llorón o un miedoso y conociéndolo seguramente que esos comentarios decaerían a que el tiene un pene más grande. (No, en serio, así de presumido era el muy cabrón)
Una vez que nos cansamos de ver las pelis nos pusimos a hablar un poco sobre qué clase de chicas nos gustaría revolcarnos en la cama. Obviamente que él recalcó por millonésima vez lo del tamaño y me dijo que con un miembro pequeño no podría satisfacer a nadie.
—Con lo inocentes que son las de la escuela seguro que para ellas es más que suficiente.
—pff, por favor, yo prefiero las más grandes, las que tienen todo bien desarrollado. Quiero tener un buen par de tetas manoseando. Lo que daría yo por tirarme a alguna de los videos porno.
Obviamente que ese comentario hiso que saltara una carcajada.
—De seguro que cualquier chico quiere eso, pero somos muy chicos idiota. Una chica mayor no se interesará en nosotros.
—tú eres el peque aquí. Yo con mi verga seguro que cualquier chica se acuesta conmigo.
La verdad que era un presumido. Su miembro debía medir unos 12 centímetros y alardeaba por algo como eso. No quise continuar la conversación por que era obvio que terminaría mal.
Apagamos la luz y nos recostamos. Rodri era un chico de sueño pesado, así que se durmió al instante y no hubo manera de despertarlo. Yo en cambio era un niño que le costaba dormirse al toque, solía estar con la luz apagada por una hora entera hasta que lograba conciliar el sueño.
Me levanté para ir al baño y cuando estuve a punto de entrar sentí un portazo que por poco me infarta. Era Janina volviendo de su torneo de Vóley y parecía que estaba algo enfadada. Supuse que debió haber perdido el partido y decidí ir a hablarle pero al ver que se encontraba hablando por celular preferí volver al baño.
Una vez dentro del baño no pude evitar ponerme a escuchar por la puerta la conversación de Jani que hablaba casi a los gritos a pesar de las altas horas de la noche (ni siquiera se como no despertó a nadie)
—Te lo juro Brenda, el tarado no quiso… -escuchaba yo -…después del torneo me le tiré encima, te juro que me le tiré encima.
Al escuchar me di cuenta de que hablaba de algún chico y eso hiso me que diera una pequeña depresión. El saber que posiblemente tuviera novio me daba mala espina.
— ¿y qué hiso? Pues nada, se fue corriendo. Me le ofrecí por completo para follar y el cobarde se fue corriendo.
Cuando escuché esa parte no lo podía creer. Se había intentado acostar con un chico y este la rechazó. Continué escuchando y el resto era puros comentarios de las ganas que tenía ella de tener sexo esa noche. No podía creer lo que escuchaba, la chica que tanto me gustaba resultó ser muy atrevida.
Cortó el celular y se fue a su habitación. Me quedé en el baño sin siquiera saber por qué había ido ahí. Me quedé en el baño un buen rato pensando la situación y finalmente decidí volver a mi cuarto. Cuando estaba a punto de irme la puerta del baño se abrió y me encontré con Janina con una toalla en brazos.
—oh peque, estabas en el baño.
—de todos modos ya estaba por salir.
—No, no hay problema quédate si quieres, yo me tomaré una ducha –me dijo.
Me quedé completamente mudo. Le pregunté si no tenía problema en que la viera desnuda y me dijo que no le importaba y que de hecho quería que le hiciera compañía.
Cerró la puerta del baño y mientras ella se desvestía yo miraba para otro lado tapándome los ojos. Sentía unas ganas terribles de verla pero simplemente no podía hacerlo. Ella se metió a la ducha y me empezó a hablar.
— ¿Qué te pasa peque? ¿No te podías dormir que estabas acá en el baño?
—un poco, es que no me duermo muy fácilmente.
Continuamos hablando de cualquier tontería pero yo estaba que explotaba de los nervios al saber que ella estaba bañándose. De repente ella abrió la cortina de la ducha y llegue a ver todo su cuerpo desnudo. Sus pechos bien desarrollados y siendo salpicados por el agua y su cuerpo brillando por la humedad en su piel. Por poco me desmayo. Me tapé los ojos al instante.
—Perdón –atiné a decir avergonzado. Tuve que inclinar los pies bien cerca de mí para que no se notara la erección que se me estaba formando.
Ella se me acercó y quitó sus manos de mis ojos. Tenía su rostro a pocos centímetros del mío y no solo era incomodo sino que además era difícil mantener la mirada en sus ojos sin que se me desviara a sus pechos colgando y chorreando de agua.
— ¿Qué haces? –le pregunté muerto de vergüenza.
—Vamos peque, vení a bañarte conmigo –me dijo con una voz seductora y atrapante.
Me le alejé y me dirigí a la puerta para irme lo más lejos posible pero ella me rodeó con sus brazos. Sentía sus pechos húmedos mojando la remera en la parte de mi espalda. Al instante ella me quito la camisa y volvió a apoyarse sobre mí. Por poco me muero al sentir sus tetas mojaditas apoyándose sobre mi espalda desnuda.
— ¿Qué pasa peque? ¿Me tienes miedo? –me dijo bajándome los pantalones junto con mi ropa interior. Mi corazón latió con fuerza cuando quedé con mi erección al descubierto.
—que lindura que sos. La verdad que me encanta que seas tan jovencito, tu piel es tan suavecita –me dijo tocándome con fuerza una nalga de mi culito.
Agarró su mano y empezó a acariciar lentamente mi pene erecto. La respiración se me hiso pesada. No podía creer que me estuviera tocando. Me dio la vuelta y me apoyó contra la pared. Ahí pude verla con su cuerpito desnudo frente a mí.
Sus manos mojadas empezaron a recorrer mi cuerpo. Yo sentí una oleada de excitación mesclado con nerviosismo. Volvió a acariciar mi pene nuevamente y abriendo su boquita empezó a mamármela. Fue la sensación más increíble que había sentido. Su lengua húmeda y tibia recorría mi pequeño miembro y a la vez ella apretaba mis nalguitas con mucha fuerza.
Empecé a respirar entrecortado mientras ella me llenaba mi pene de saliva a la vez que acariciaba mis testículos. Paró de hacerlo y recorrió el resto de mi cuerpo con su lengua hasta chuparme una tetilla. Continuó subiendo hasta darme un beso en la boca llenándomela de saliva. No podía creerlo, estaba en un estado de shock, la hermana de mi amigo la cual tanto me gustaba me estaba besando y me había mamado mi pene.
Me llevó hasta la ducha y me tumbo en el suelo. Empezó a lamber suavemente mi miembro y poco a poco ella avanzo hacia mí. Acercando su cadera a la mía descendió hasta que mi pene entró dentro suyo. Al sentir como entraba mi pene dentro de su vagina sentí una excitación que por poco hace explotar mi pecho. Estaba cálido dentro y sentía por fin lo que era penetrar a una chica. Ella empezó a mover sus caderas y mi pene entraba y salía de dentro suyo. Intenté tocarla pero ella e pegó en la mano.
—nono peque, no me puedes tocar lindura.
Ante esto decidí quedarme tumbado en el suelo como estaba mientras ella hacia el trabajo. Pero de a poco la excitación consumía cada vez más y más mi cuerpo. Empecé a gemir con mucha fuerza.
—Jani, déjame tocarte.
—no bonito, no puedes.
—Por favor Jani, por favor, déjame tocarte.
Estuve un buen rato pidiendo entre gemidos que la dejase tocar hasta que ella accedió. Levanté mis manos y empecé a manosear sus pechos. Eran suaves, tan increíbles, la sensación de que se los tocaba era increíble. Me levanté un poco mi cabeza para lamer sus pezones mientras que con mis manos tocaba su culito y sus pechos.
Agarrando firmemente de sus caderas yo empecé a hacer el movimiento de caderas y empecé a penetrarla por mi cuenta. Ella gemía y acariciaba mi espalda. Yo aceleré mis movimientos motivados por la excitación. Lamía con destreza sus pechos y metía mi pene dentro suyo con rapidez.
Mis gemidos se empezaron a entremezclar con los suyos y al instante ambos estábamos disfrutando con placer de lo que estaba ocurriendo. De repente no pude contenerme y agarrándome de ella con firmeza acabé. Sentí como mi leche salía de mí y entraba dentro suyo. Me quedé abrasado a ella con sus pechos en mi cara y respirando como si hubiese corrido mil metros.
Ella me dio un beso y me dijo que me secase y me vistiese. Yo obedecí algo avergonzado por haber acabado dentro suyo y me fui a las corridas al cuarto de Rodri. Quedé despierto toda la noche. Constantemente miraba a Rodri sin parar de pensar “me tiré a su hermana”.
A la mañana siguiente como casi siempre Rodri me despertó y entramos a hablar de diversas idioteces. Yo aún no podía creer lo de la noche anterior y decidí volver a mi casa rápido.
Cuando me dirigí a la puerta pasó cerca de mí Janina y suavemente me dio una palmada en el culo. Me di vuelta sorprendido y ella solo me miró sonriendo mientras continuaba su camino.
Volví a las corridas a mi casa y una vez relajado sentí que había hecho algo terrible pero no me arrepentía de eso. De hecho hasta hoy no me arrepiento de haberme tirado a la hermana de mi mejor amigo.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:31) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:07) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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