Mi mejor amigo

Seguía enojado después de tan aburrida conferencia, cansado, llegué a casa de mis padres, ya que era día en que me tocaba visitarlos.
- ¡Hola hijo! qué milagro, no esperabamos que vinieras, mira quién llegó
En ese momento, no me había percatado, pero Daniel, mi mejor amigo, había llegado 30 min. antes, según me comentaron.
-Hola daniel! como estas?
-Bien, aqui, y tu?
-Pues, muy cansado, esque tuve que ir hasta el sur y vengo... pff! solo para dormir, pero todavía tengo que ir a mi clase de piano. ¿quiéres acompañarme?
-Claro.
Me despedí de mis padres y salimos a mi casa caminando, pues no quedaba muy lejos, además de que quería cambiarme.
Daniel me esperó en mi cama, mientras yo, dejaba mi torso desnudo y me cambiaba, ya que mi closet quedaba a la vista perfectamente. Fuí al baño y me cambié mis pantalónes. Mientras estaba haciendo eso, una mano me tocó el hombro, volteé y encontré a Daniel.
-OYe, que tal si de una vez empezamos lo que me prometiste
Me dijo, y es que en una ocasión, le había pedido que me tomara, que me dejara jugar con el un rato. Yo me moría de ganas, pero lo disimulé un poco, o al menos eso intenté.
- Si tengo ganas, pero solo de masturbarte.
Entonces, desabroché su pantalón, y lo bajé, dejando a la vista un boxer rojo, que le quedaba ajustado a la ocasión y con un bulto gigante, extendiendose hacia un lado.
Bajé también esa barrera de tela y saqué su enorme miembro, que debió de ser de unos 21 centímetros, y estaba medio-erecto.
Empecé a hacer un movimiento con mi mano, hacia arriba y hacia abajo, cuidando de que no se me safara ese extraordinariamente grande miembro de mis manos, y viendo como su prepusio, dejaba a la vista de vez en cuando su grán, rosado y húmedo glande, el cual yo ansiaba probar, en ese momento, tomó mi hombro, haciendo un poco de presión hacia abajo, me miró inquisitivamente, y me dijo.
- Chúpamelo wey, porfa
-No, solo te voy a masturbar
-Ándale, chúpamelo...
Pero antes de que pudiera darle una respuesta, sonó el teléfono... Era mi madre, que iba a pasar a mi casa por algunas cosas.
Nerviosísimo, corrí hacia el baño y le ayudé a Daniel a vestirse rápidamente. Terminé de arreglarme, y en ese momento, sonó el claxon de mi madre.
Bajé a abrirle, y le dije que Daniel íba a acompañarme a mi clase, que le encargaba que cerrara bien.
Nos fuimos caminando, en medio de un silencio incómodo al principio, que después fue sustituído por una plática de nuestras experiencias sexuales, sobre todo de él, pues yo no había sentido ni hecho nada.
Llegamos a la clase, y durante todo el tiempo que estuve ahí no me pude concentrar, pues estaba lleno de pensamientos lujuriosos.Saliendo, habiéndome asegurado de que nadie nos veía, le tomé la mano a Daniel, y la pasé por mi pantalón, para hacerle notar que estaba a punto de estallar.
Prácticamente corrimos a mi casa, esperando que se hubiera retirado mi mamá, cosa que, gracias a dios, fue así.
Subimos al baño donde habíamos empezado, y le dije
- Ahora si, a terminar con tu masturbación
Noté en su cara un ligero disgusto, pero, aún así, jalé fervientemente de su carne, gozando a travéz de mi piel su pedazo, grande y palpitante. Mientras seguía haciéndole ese trabajo, y su pene se ponía erecto, me ayudó a quitarme la camisa que llevaba, así como mi pantalón, que, al soltar mi pene, rebotó hacia arriba, dando un espectáculo muy hermoso. Entonces, me abrazó, pasando su pene entre mis piernas, y quedando el mio, entre nosotros dos, entre nuestros abdominales, y sobre todo, abrazado por los pocos kilos de más, acumulados en el estómago, de mi amigo.
Seguí masturbándolo, pero volvió a agarrarme del hombro, a mirarme y a decirme.
-Chúpamelo, porfa, no te pasa nada
Y yo, con mis sentidos bloqueados por la exitación, sin decir nada, me sente en el WC, mientras el se acercaba para meterme su carne en mi boca.
Sin dejar de masturbar mas leve que antes, lamí la cabeza de su pene, primero, después, pasé poco a poco lamiendo el cuerpo del pene como si fuera un elote, succioné también, sus huevos, llenos de pelos, y después empecé a succionar su grán pene, mientras el, hacia a su vez movimientos de cadera hacia adelante y hacia atrás, mientras que tomaba mi cabeza para dirigirme los movimientos que el quería que hiciera.
Yo, a mi vez, tomaba su mano libre y la colocaba en mi pene, para que me masturbara, y liberarme un poco de la exitación que tenía.
Después, dejé de hacerlo para lamer su pene y su área pélvica de la misma manera como lo había hecho al empezar, y habiendo terminado eso, volví al movimiento básico para chupar.
Para ese momento, después de haber hecho tantas cosas y estar tan exitado, sobre todo, por ser mi primera vez, y estar siendo estimulado, por una de las personas que más quería, descargué mi líquido seminal, como nunca antes lo había hecho, con cantidades gigantescas y a velocidades increíbles.
Habiendo terminado eso, seguí masturbándolo, mientras me vestía, pero ya no lo chupé.
Esa noche, después de que se fuera Daniel, no sin una buena ración de videos pornográficos gay que vimos por internét, me dedique en su mayor parte a masturbarme, pensando en el sabor único de su pene, así como en el olor de su área genital.
Así fue como terminó mi primer encuentro sexual.