MI OPORTUNIDAD CON LA DOCTORA

Mi nombre es Ariel y soy estudiante universitario, además soy de practicar muchos deportes, especialmente natación y de ahí que tengo un buen físico que me ayuda a conquistar a algunas chicas.
Esta historia comenzó el año pasado cuando ví a la amiga de mi madre llamada Susana, amigas del club del cual son socias.
Estaba yo en mi casa descansando para salir a jugar un partido de fútbol con unos amigos, cuando llega mi madre con Susana. “Hola, yo soy Ariel”, le digo; ella muy risueña me contesta “Hola, yo soy Susana, amiga de tu madre”. Esto ocurrió así ya que mi madre tuvo que quedarse conversando con el encargado del edificio.
Susana tenía aproximadamente 45 años era de contextura grande, alta, como si fuera descendiente de alemanes, con unos pechos hermosos; estaba vestida con un jean bien ajustado, una camisa blanca, con los botones desabrochados hasta la altura del pecho que permitía ver el comienzo de dos enormes tetas.
La deje pasar y al hacerlo pude observar el lindo culo que tenía, si bien no era delgada tampoco era gordita, por lo que estaba bien contexturada.
Nos sentamos en el living, le ofrecí una gaseosa, lo que Susana agradeció con satisfacción. Unos minutos mas tarde abre la puerta mi madre y se sienta junto a su amiga.
Los tres no quedamos charlando un rato, cada tanto miraba de reojo a Susana lo cual me excitaba bastante ya que tenía ese pelo rubio que le caía sobre sus hombros, ese escote que no dejaba de mirar donde se iniciaba ese par de tetas hermosas, además se había sentado de tal forma que la camisa se le había corrido y había quedado tirante con lo cual podía ver las aberturas que se producían entre botón y botón. Pude ver que tenía corpiño blanco medio transparente hasta donde podía observar; a todo esto mi madre y su amiga seguían conversando entre ellas mientras yo seguía observando a esa mujer que me había presentado la vida.
De golpe, Susana se mueve en el sillón y se le desprende el botón mas alto, lo cual dejaba a la vista el corpiño que había estado observando con cierta dificultad. Ante esa situación yo me acerco a servirles más gaseosa y aprovecho para mirar bien de cerca. De la forma que estaba Susana sentada le quedaba el pecho izquierdo bien a la vista donde podía ver que el corpiño era semitransparente y permitía ver la aureola del pezón que era bastante claro. Cada tanto Susana me miraba para ver si participaba de la conversación, con lo cual yo clavaba la vista en esos ojos castaños y permanecíamos con la vista fija entre los dos más tiempo que lo habitual.
Al rato me levanto para despedirme ya que me tenía que ir, saludo a Susana con un beso en la mejilla acercando mis labios bastante a su boca y tomándole de una mano y apretándosela bastante; luego saludo a mi madre y me voy.
A la noche, al llegar a casa le pregunto a mi madre de su amiga; me cuenta que es médica especializada en traumatología, que está casada con un ingeniero, que en este momento está trabajando en Brasil desde hace unos meses y que además tiene dos hijos, un varón que estudia ingeniería y una mujer que estudia abogacía.
Esa noche me quede despierto en mi cama buscando la forma de volver a ver a Susana; esos cruces de mirada entre los dos, saber que su marido falta de la casa desde hace ya varios meses y que volvería dentro de otros, que sus hijos ya grandes estaban con sus tareas, me daba la esperanza de poder encontrarla nuevamente. Pero no tenía que buscar mucho, con ir a su consultorio con la excusa de una lesión después del partido de fútbol era suficiente.
A la mañana siguiente le comento a mi madre de un dolor en la rodilla muy fuerte que casi no me había permitido dormir en toda la noche. Ella me contestó que fuera a ver a Susana al consultorio, que le hablaría para decirle que iba yo por la tarde y si podía atenderme.
Al rato mi madre me dice que Susana me espera a la siete de la tarde, el último turno ya que los tiene a todos los demás ocupados.
A la hora prevista llego al consultorio donde me atiende su secretaria y me pide que aguarde un rato; minutos después se abre la puerta del consultorio y sale una paciente y detrás de ella Susana vestida con una blusa amarilla, una pollera azul y su guardapolvo blanco; noté que la blusa era bastante escotada y floja lo que me excitó bastante.
Al verme se sonríe, me da un beso y me pide que pase al consultorio; escucho que la secretaria le dice que ya se tenía que ir y que no quedaban mas consultas por el resto de la tarde. Se saludan y la secretaria se va, cerrando la puerta de entrada con lo cual Susana deja abierta la puerta del consultorio por si suena el teléfono.
“Hola Ariel, cómo has estado?”;
“Mira, ayer durante el partido de fútbol sentí un pinchazo en la rodilla y anoche me dolió bastante”,
“Bueno, a ver acostate en la camilla que te voy a revisar, sacate los pantalones y quedate con el slip puesto”
Ella se acercó donde yo estaba tomó mi rodilla derecha y comenzó a revisarla. A todo esto yo estaba con una remera y el slip puesto que además me quedaba bastante apretado y se podía notar la forma de mi verga.
Susana comenzó a masajear la rodilla donde supuestamente tenía el golpe; al hacerlo se tenía que agachar y el escote de la blusa permitía ver por adentro y así observar ese gran par de tetas apretadas con un corpiño negro con algunas transparencias.
Entre los masajes y la vista hermosa de esas tetas comencé a excitarme más y mi verga se despertó; la tenía volcada sobre la izquierda media dormida, pero al rato comenzó a despertarse y a hincharse mas, poniéndose bien dura, de tal forma que la punta de la cabeza se asomaba por debajo del elástico del slip.
Yo miraba los ojos de Susana para ver como reaccionaba ante esta situación, podía notar que dejaba de ver la rodilla para fijarse en mi verga a punto de explotar. Al cabo de unos minutos ya no pude aguantar más y me la jugué por el todo; tomé una de las manos de Susana y se la llevé hasta mi verga que estaba por debajo del slip ya con la cabeza fuera del mismo. Al tocar mi verga sentí un gran placer pero ella reaccionó con dureza y me dijo “Creo que te estás equivocando, yo soy amiga de tu madre, una profesional, estoy casada, y creo que no es a lo que viniste”. Mientras dice eso retira la mano y vuelve a masajear la rodilla. Segundos después se dirige a su escritorio y me dice “Creo que no tenés nada importante, una pomada puede calmarte el dolor”. Ante lo sucedido yo necesitaba tomar una decisión y no quería irme de ahí sin lograr mi propósito, ya que creía que podía haber alguna posibilidad. Me levanto de la camilla y me dirijo hacia donde está Susana dándome la espalda, la tomo de la cintura y acerco mi boca a su oreja y le susurro “ Susana me tenés muy caliente, y vos hace varios meses que no tenés nadie que te toque, sé que tu marido está lejos y acá tenés una verga que te puede dar el placer que estás esperando; tocala, toca mi verga para ver lo caliente que la tengo por tu culpa, hija de puta”. Ella trata de zafarse y me dice “estás loco, que te crees que soy, salí ya de mi consultorio”. Pero al ser yo mas fuerte le puedo retener los brazos y comienzo a besarle el cuello desesperadamente, la calentura que tenía ya no daba más. Mi manos suben hasta los pechos y comienzo a acariciárselos por encima de su blusa. Seguimos forcejeando pero voy sintiendo que su resistencia va disminuyendo. Con mi mano derecha sigo tocandoles las tetas, y con mi mano izquiera la tomo del cabello y le tiro la cabeza hacia atrás y le digo “como me gustas hija de puta, sos una calienta pija, me tenés recaliente, no sabes como te voy a comer esas hermosa tetas que tenés, como te voy a chupar la conchita y te voy a pasar la puntita de la lengua por el clítoris haciéndote acabar, te voy a coger como nunca lo hizo tu maridito, puta hermosa”. Mientras decía esto le refregaba la verga por el culo sobre su guardapolvo, luego volví a besarle el cuello con mas fuerza, hasta que comienzo a escuchar levemente unos pequeños jadeos de parte de ella.
Ya viendo que se dejaba manosear la doy vuelta, quedando frente a mí, la tomo del cuello y acerco su boca hacia la mía. Noto una fuerte resistencia al beso y cuando estoy por besarla me corre su boca dándole un beso sobre la mejilla; esto me excitó mucho mas, con mi mano derecha comienzo a acariciar su pecho izquierdo, primero suavemente y después con mas fuerza, y con las yemas de mis dedos voy buscando el pezón hasta encontrarlo duro debajo de su blusa.
Ante la negativa del beso sigo buscando su cuello, besándoselo, dando pequeñas mordidas, pasándole la lengua por su oreja (cosa que excita a las mujeres). Con mi mano izquierda busco su mano y se la llevo hacia mi verga para que me la acaricie. La resistencia era muy fuerte pero logré que apoyara su mano en la pija que estaba a mil.
Susana comienza a decir “no, por favor, no lo hagamos”. En ese momento con mi mano izquierda levanto la falda que tenia y la dirijo hacia su entrepierna notando que tenía puesta una tanga. Con la punta de los dedos corro el borde de la tanga y comienzo a acariciarle los labios vaginales suavemente. Su mano, que yo se la había llevado hacia mi verga, ahora la estaba comenzado a mover de arriba abajo suavemente hasta agarrarla por completo. Con mi mano sigo jugando con su concha y comienzo a acariciarle el clítoris; ella dice “no, ya basta no puedo mas, no…..no……ahhhhhh!!”; con la punta de mis dedos comienzo a hacer círculos alrededor de su clítoris, me doy cuenta que ya no hay resistencia. De golpe es ella quien me toma del cuello y acerca mi boca a la suya abriendo los labios; al hacer contacto noto la desesperación de su lengua por ingresar a mi boca. Comenzamos a besarnos con mucha calentura, me toma de la cara y me besa por todos lados, el cuello, la boca, la frente; noto que está tan caliente como yo.
Logro sacarle el guardapolvos, le levando la blusa, ella me ayuda a sacársela, y me quedan frente a mi las tetas mas hermosa que jamás había visto, encerradas en un corpiño color negro semitransparente. Los piel de esos pechos estaban llenas de pecas diminutas y confluían hacia unos pezones rozados, duros, hermosos, listos para ser chupados. Acerco mi boca hacia el corpiño y comienzo a comerle las tetas por arriba de éste. Noto que se recuesta un poco sobre su escritorio y tira la cabeza hacia atrás, mientras le levanto el quito el corpiño dejando sus pechos listos para ser besados, comidos, mientras ella me decía “ si, así, chupame bien las tetas, mordeme los pezones, no aguanto mas, que hermosa verga tenés pendejo, ahhhh…. si…..así…necesitaba que me cogiera un pendejo con una pija bien grande y dura….si….seguí así.”
Mi lengua no dejaba lugar sin acariciar de esas tetas terribles, esos pezones bien duros; mientras con mi mano derecha acaricia su concha por encima de la tanga haciendo movimiento cada vez mas rápidos, momento en el cual siento ciertas contracciones de parte de ella que me dice “si, así, seguí así……….voy a acabar”; con una de sus manos me apretaba fuerte mi cabeza sobre sus pechos y con la otra mano había comenzado a pajearme fuertemente. Sentí que había acabado al ver que mordía sus labios y su respiración se hacía entrecortada.
Después de ese momento le bajo la falda, me arrodillo y comienzo a besarle el estómago, voy bajando, con mis dedos también bajo la tanga dejándome frente a mi ese hermosa mata de pelos rubios. Acerco mi lengua muy suavemente a su concha y comienzo a lamérsela primero de arriba abajo y luego en círculos. Noto que Susana se acuesta sobre su escritorio tirando con su brazo todo lo que tenía encima, abre bien las piernas y con sus manos agarra mi cabeza acariciándomela. Escucho que dice “como me chupas la concha, pendejo de mierda, como me gusta, ni mi marido es capaz de hacer algo así, si chupamela bien, hijo de puta, así….ahhhhh….ahhhhhh, mas fuerte, ahhhhh, voy a acabar de nuevo….siiiiiii…..ahhhhhhhh……sssiiiiiiiii..ahh, ahh, ahh, ahhhhhhhhhhh!. Siento que mi boca se llena de sus jugos, me incorporo, me subo al escritorio, voy hasta su cara y comienzo a frotarle mi pija por su rostro; ella me la agarra y se la mete en la boca comenzado yo a cogérmela de esa forma. Mientras estamos así, yo le agarro del cabello y le empiezo a mover la cabeza cogiéndomela mas fuerte. Cuando estoy a punto de acabar saco mi verga de su boca y comienzo a pajearme apuntando a su cara, a los pocos minutos sale un chorro de leche espesa que moja su boca, naríz y mentón. Transpirado, jadeando todavía, tomo su blusa y le limpio la cara, nuevamente le agarro la cabeza y nos besamos con la boca bien abierta mezclando nuestras salivas y luchando con nuestras lenguas. Susana me dice “dame más, quiero más, cogeme por favor” a lo que yo respondo “ te la voy a meter toda en esa concha primero y después me vas a regalar ese culo hermoso que tenés”. Ella me responde “no, por el culo nunca lo hice, ni siquiera con mi marido, por ahí no”; yo le digo “así que no?, ya vamos a ver”. La tomo por las caderas, la atraigo hacia mí y comienzo a meterle muy despacio mi verga en su concha, entrando y saliendo rápidamente. Ella comienza a jadear, cada vez mas fuerte, y me dice “que buena pija tenés pendejo, así metemela bien adentro, así por favor”. Estamos un rato así hasta que la doy vuelta dejando su culo a mi merced. Susana me pide “no, te dije que no, por ahí no”, pero sabía que más que una negativa era una suplica para que se la metiera toda. Le abrí los cachetes del culo y comencé a penetrarla muy despacio, los gritos que pegaba eran bastante fuertes, con los que me excitaba todavía más, logro metersela toda y comienzo a bombear, mientras ella me decía “así rompeme el culo, hijo de puta, siiiiii……..asiiiii….ahhhhhhh”, luego de varios minutos noto que voy a acabar, saco mi pija de su culo, le hago agacharse y le meto la verga en su boca cogiéndomela por ahí. A los pocos minutos siento que voy a acabar, la tomo de la cabeza y descargo toda la leche dentro de su boca, luego ella la saca y comienza a lamerme la punta quitando los últimos rastros de leche que quedaba.
Momentos después me dice “no quería hacerlo pero realmente me gustó, me sentí muy puta con tu cogida, espero verte mañana a la misma hora para seguir con tu recuperación”.