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Mi primer trio sin mi marido

Relato enviado por : Anonymous el 14/10/2008. Lecturas: 48383

etiquetas relato Mi primer trio sin mi marido .
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Resumen
Cansada de que mi marido me abandonara varios dias por su trabajo y por tenerme a dieta en lo sexual, tome la decisión de participar en un trio con la joven pareja de mis vecinos.


Relato
Quiero compartir esta historia caliente que me sucedió el año pasado. Son Tina de 22 años, soy de 1.70 mt de altura y desde niña he tenido un cuerpo bien desarrolladito, atractivo, con senos de medianos a grandes, lindo trasero parado y bonitas piernas, tengo carita de niña buena (asi me han dicho), pero en el fondo soy muy ardiente y fogosa, me encanta experimentar nuevos campos en mi sexualidad. Tengo dos años de casada, con un hombre que de novios era muy ardiente como yo, pero cuando un hombre se casa, pierde cierto romanticismo y deseo por su mujer. Tal vez como creen que ya la tienen segura en casa, dejan de hacer muchos detalles que antes realizaban.

Como mencioné, me gusta el sexo en toda su expresión, a los 14 tuve mi primer novio y con todos ellos llegué a las relaciones sexuales. A los 14 perdí mi virginidad, a los 15 me desfloraron el culito y a los 16 tuve relaciones sexuales con dos hombres a la vez.

Con Gerardo (nombre ficticio de mi esposo) de casi recién casados nos mudamos a un apartamento en Miami, justamente en el segundo piso, luego de instalarnos, comenzamos a averiguar de nuestros vecinos, y resultó que era una pareja de raza negra, Johan de 25, un negro alto de 1.90 mt, oscuro como la noche, pero bastante simpático, y ella era Katy de 24, un poco más alta que yo, con rostro bastante fino, amplias tetas y como toda mujer de color, un culo grande y parado.

Gerardo, mi esposo, trabajaba en una empresa financiera, él era el supervisor de Créditos de la Región, tenía que viajar a distintas ciudades y creo que estaba más conmigo cuando era su novia que ahora que era su esposa. Dicha situación nos causó problemas en el matrimonio. Por la soledad me volví muy amiga de Katy, nos acompañábamos a casi todos lados. Por supuesto que ella ya se había fijado de mi soledad y de mis problemas conyugales.

Cierta noche, ellos me había invitado a cenar en su apartamento, era otro día que Gerardo no estaba presente. Luego de cenar nos fuimos a la sala y Johan nos sirvió un par de whiskis para degustarlos mientras platicábamos los tres. Allí fue donde con mucho tacto, Katy me contó que su vida sexual era muy buena y que existía mucha confianza entre ellos, sobre todo de contarse sus fantasías sexuales y que llevarlas a cabo los había unido con un lazo más fuerte. Yo los felicité por todo eso, no me había percatado de sus intenciones y propuestas. Después del segundo whisky, Katy me confesó que la fantasía que traía loco a Johan era tener relaciones con dos mujeres a la vez. Katy siguió diciéndome que tal fantasía al principio ella no la había aceptado, debido a que no es fácil conseguir a otra mujer para tener sexo con su esposo, pero que luego de tratarme y conocerme, ellos habían llegado a la conclusión de pedírmelo.

Al principio me quede helada. No sabía que contestar. Antes que lo hiciera, ellos me empezaron casi a rogar que aceptara la proposición, que ellos eran limpios, que no practicaban nada de masoquismo, ni eran fetichistas, solamente sexo del bueno y normal. Yo para librarme en ese momento les dije que lo pensaría y que les agradecía la invitación. Y asi quedó.

Claro que todo lo anterior no se lo conté a mi esposo, además ese fin de semana nos peleamos otra vez por lo mismo y ni siquiera tuvimos sexo. Yo ardía en ganas de coger, debido a mi naturaleza tan cachonda y ardiente. Pasaron los siguientes días y ni siquiera me llamaba por teléfono Gerardo, esto además de tenerme caliente me tenía muy molesta e indignada. Así que tomé el teléfono y en un arranque de cólera, llamé a Katy, diciéndole que aceptaba la invitación, así que quedamos esa misma noche.

En la noche, Katy fue a traerme a mi apartamento y nos fuimos al suyo, llegamos, y me llevó al dormitorio, no sin antes agradecerme la confianza y mi aceptación. Cuando ingresé a la habitación, vi que Johan ya estaba en la cama con solo un calzoncillo tipo bikini, su cuerpo era atlético y lo que me llamó la atención fue que su bulto dentro de su calzoncillo estaba totalmente parado, su glande se salía literalmente de su bikini, tenía una vergota como buen negro, de gran tamaño, podía sobrepasar las 9 pulgadas fácilmente. Yo me había puesto para la ocasión una faldita corta y un hilo dental que se metía entre mis nalgas, una blusa corta sin sujetador que hacía que mis pezones quedaran reflejados en ella.

Primero Katy se quitó el vestido de una pieza que llevaba, solamente se quedó con una tanguita muy sexy, le pude ver el trasero grande y duro que tenía. Luego ellos me pidieron que me desvistiera delante de ellos, al principio me sonrojé, nunca había estado en una situación similar. Pero lo hice, me quité primero la blusa y dejé libre mis tetas grandes y paradas, pude ver una sonrisa en Johan quien se tocaba su gran verga sobre su bikini, luego me quité la falda, no quiero pecar en humildad, pero mi cuerpo siempre fue muy atractivo para los hombres y Johan no fue la excepción.

Me invitarón a subirme a la cama, lo hice a gatas y Johan me dio la mano y me llevó al medio de sus piernas, se bajó su bikini y pude ver su enorme y gruesa verga, realmente a pesar de mis varias experiencias sexuales, nunca había visto una tan grande. Me dijo que si quería chupar su chocolate y me la ofreció tomándola con la mano, yo me acerqué viendo primero a Katy quien con los ojos me decía que no había problema. Mis labios tocaron su oscuro glande y lo metí entre mis labios, mi lengua lo empezó a acariciar adentro de mi boca, Johan comenzó a hacer “bocas” como degustando mis chupadas. Traté de engullir completamente su falo, pero resultó muy grande y apenas pude meterme la mitad dentro de la boca. Aumenté la presión de mis succiones sobre su poste de carne y también aumentó su excitación, al grado que su manos me sujetaban la cabeza. Todo esto era visto por Katy, quien se frotaba su panochita para masturbarse.

Confieso que también quería darle una buena mamada a esa pinga negra, primero porque quería que ellos vieran que no se habían equivocado en escogerme como tercera en la cama y segundo porque tenía necesidad de sexo duro y bueno y esa verga negra debía ser toda mía.

Mientras con la lengua recorría toda la dimensión de ese gran miembro viril, Katy sin avisar se colocó detrás de mi y me empezó a tocar
mi coñito que ya se encontraba mojadito. Metió un dedo y lo pajeo, luego otro dedo más y siguió pajeándomelos, poco a poco con más fuerza. Yo soltaba a veces la gran verga de Johan para gemir del placer que me daban los dedos de Katy. Luego me sumergí entre los cojones del negro y los lamí uno por uno, mientras con mi mano le hacía una chaqueta al tronco de su verga.

Después de eso, Johan me pidió que me subiera sobre él, era evidente que quería metérmela, deseaba que me montara sobre su erecta verga, yo también deseaba eso, quería sentir por primera vez una pija negra enorme dentro de mi rajita, me senté sobre su falo y su glande fue deslizándose poco a poco, luego con pequeños movimientos de cadera logré meterme toda su inmensidad, emití un grito cuando por fin todo su pedazo de carne entró por completo a mi vagina, me sentía llena por dentro. Luego empecé a cabalgarlo lentamente, su verga era dura y me topaba en el interior, sin embargo, estaba muy excitada y pude amoldar bien mi coñito a su palo. Katy aprovechando esa posición se subió a la cara de su marido, poniéndole su bollo caliente en sus gruesos labios, yo tenía una vista espectacular del sexo oral que le daba Johan, podía observar su lengua y labios comerse la vagina de ella y como la penetraba su larga lengua.

En un momento, Katy y yo gemíamos al unísono, nuestros sexos emitían diferentes sonidos, el mío sonaba como a carne que golpeada un charco, debido a los embates de mi coñito sobre su gran verga negra y la vagina de Katy producía un sonido cuando era lamida por la lengua de Johan. En ese instante, todos estábamos muy pero muy excitados. Katy que estaba sentada en la boca de su marido de frente a mi, en un acto de lujuria me quiso besar la boca, pero yo le puse mejor mis senos para que los mamara, sus gruesos labios de negra se tragaban mis senos y sus labios apretaban mis pezones hasta ponerlos colorados. Tuve un orgasmo fenomenal alli ensartada, sentí una gran cantidad de jugos vaginales bajar y mojar su gruesa verga. También Katy tuvo uno allí en la cara de su marido.

Luego de eso, Katy me pidió intercambiar posiciones, ahora yo me pondría sobre la cara de Johan dándole mi coño para que se lo comiera; Johan insertó su lengua dentro de mi vagina que estaba un tanto dilatada por el grosor de su verga, y me limpio de todos los líquidos vaginales que encontró por dentro. Su lengua me produjo una sensación exquisita en mi vagina, nunca otra lengua a entrado más profundo en mi coñito que la de Johan, nuevamente me derramé, ahora en sus labios.

Katy seguía saltando sus grandes nalgas sobre el falo de su marido, gemía y jadeaba de placer, no solo de la follada, sino le excitaba ver a su marido comerse un bollo de hembra que no fuera el suyo.

Hubo un momento en que yo grité anunciando otro orgasmo producido por la lengua de Johan, el cual se unió al grito de Katy llegando a su orgasmo, sin contar el de Johan cuando inundó de esperma la vagina de su mujer.

Luego, sin descansar demasiado, Katy se colocó acostada y me pidió que le chupara su vulva, yo nunca he sido partidaria del amor lesbico, pero en ese momento la excitación y mi calentura estaba al máximo, me hinqué para empezar a chuparsela, Johan se colocó por detrás de mi, tomó su verga en su mano y la condujo a mi vagina, la empujó para meterla toda, hasta que sus cojones fueron los únicos que quedaron fuera de mi coño. En esa posición perruna, pude sentir todo lo grande de su enorme pija negra, que se movía dentro de mi. Me estuvo follando duro tomándome por la cintura o por las nalgas mientras me la bombeaba repetidamente adentro. Rápidamente me produjo otro orgasmo, ya había perdido la cuenta de ellos.

Johan también estaba por venirse, lo supe cuando aceleró el ritmo de su follada y entre jadeos pude sentir su chorro de esperma caliente dentro de mi vagina. Me dio todavía varios bombeos secos, con el fin de sacarse hasta la última gota de semen. Luego Katy se desprendió de mi boca y sacó la verga de Johan de mi gruta y la mamó toda incluyendo las gotas de semen impregnadas.

Nos quedamos desnudos sobre la cama. Katy se paró, salió de la habitación y regresó con bebidas para cada uno. Estábamos agotados de tanto follar. Sin embargo no era todo. Entre Katy y yo le volvimos a dar otra mamada de verga a Johan, hasta que se la paramos de nuevo. Luego él nos colocó acostadas boca arriba con las piernas abiertas, a continuación se colocaba entre nuestras piernas y nos cogía a una por una, penetraba a Katy por algunos minutos, luego se desprendía y se metía entre mis piernas para metérmela en mi coño y me la bombeaba con fuerza, asi lo hizo varias veces, nos tenía allí recibiendo verga a ambas. Finalmente escogió la vagina de Katy para sacar otra nueva ración de esperma y depositarla en su interior. Sacó su verga y me la puso en los labios para mamarla, lo hice sin ningún asco, a pesar que iba mezclado esperma y jugos vaginales de ellos.

Finalmente me vestí, me despedí de ellos con un besito húmedo para cada uno y me fui a mi apartamento, iba satisfecha al máximo, que clase de cogida me habían dado entre ambos.

A los quince días casi exactos, volvimos a repetir el trío, fue nuevamente fantástico, además de las anteriores posiciones sexuales, ensayamos otras, también ahora me tragué toda una venida de Johan. Ya no me comenzó a importar si mi esposo Gerardo llegaba o no a la casa y si me daba sexo. Yo estaba fascinada con Johan y con Katy.

Pero, de nuevo mi calentura y mi libido me hicieron tomar una mala decisión. Buscando a Katy, fui a su apartamento, Johan me abrió la puerta y me comentó que Katy estaba con una su hermana, me iba a retirar, pero él me dijo que lo acompañara un rato, nos sentamos en la sala, luego no se que pasó que nuestros labios se unieron y tuvimos relaciones sexuales allí en la sala de su casa, me cogió en la sala y en su habitación, tuve varios orgasmos durante esa follada. Era la primera vez, que teníamos sexo sin estar su esposa presente. Lo hicimos con tal deseo que me penetró también por el culo (solo mi marido me lo había hecho por allí después de casados), más de dos horas de sexo, estuvimos allí mamando y follando duro. Claro que después que terminamos de coger decidimos guardar el secreto. Pero, después de eso quedamos picados y a la semana estábamos acostados ahora en mi cama cogiéndome con su gran pinga negra la vagina y el culito; me la ensartó en el culo hasta que vi estrellas.

La situación se agravó por culpa de Johan, quien insistía en que nos viéramos más seguido. Yo le decía que ya no porque no quería tener problemas con Katy quien era mi amiga. Sin embargo, me cogió dos veces más en mi apartamento, realmente Johan me hacía gozar como nadie en mis dos agujeros, y él estaba fascinado conmigo, decía que yo era igual de caliente que él y que era muy buena en la cama. Pero en el fondo sabía que nuestra relación era muy delicada.

Finalmente opté por ponerle un ultimátum a Gerardo de cambiarme a otra ciudad, de hacer las paces y para empezar de nuevo nuestra relación.
Pues esta es mi historia, ya no he visto otra vez a Johan y Katy.

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Comentarios enviados para este relato
fabianny_25_2007 (2 de September de 2011 a las 19:21) dice: buen relato mamacita....

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:10) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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