Mi primera salida

Recuerdo que desde niño fui muy caliente y tenía la fijación de vestirme de mujer, seguramente de ver tanto a mis hermanas, unos años mayores que yo, como se arreglaban y maquillaban antes de salir a sus fiestas. En aquel entonces yo era delgado con cuerpo bien formado, bonitas piernas y de colita bien parada, bastante lampiño, bonito de cara, usaba el pelo largo. Algunas veces amigos de mi padre me confundían por mujer. Recuerdo que cuando era adolescente una noche, en que vivíamos en una casa grande en las afueras de la ciudad frente a una carretera,  mi ímpetu fogoso me llevó a robarle ropa a mi hermana y vestirme como ella. Serían las once de la noche, después de revisar que todos dormían, le saqué ropa a mi hermana, desde un calzón, zapatos de taco, una mini faldita bien corta, una blusa, unos sostenes, un chaleco largo y una cartera. Me vestí a oscuras en una bodega de la casa, me pinté los labios y despeíné mi pelo, que en esa época lo llevaba bastante largo. En un espejo veía que estaba sensacional, hasta mejor que mis hermanas creo yo, más provocativa, más sensual,....jeje. Me puse la falda, la blusa, el sostén abultado, finalmente el chaleco largo que hacía mucho juego con mis piernas blancas. El asunto es que me envalentoné y salí a la carretera. Mi intención era sólo pasearme, ver alguna reacción, seducir a la distancia a algún tipo, ojalá un taxista o camionero, que siempre me han llamado la atención, con quienes tengo fantasías eróticas, aunque en aquel entonces jamás me habría atrevido a subirme a sus coches. El tema es que me daba harto miedo andar así y que me descubrieran, la adrenalina a mil así que caminé siempre cerca de mi casa, lejos de las ventanas, pero listo para esconderme por si acaso. Pasaron varios minutos y varios autos levantaron sus luces para verme mejor y por sus ventanas me decían cosas y piropos. Yo me alejaba cada vez que ellos paraban por el temor que sentía. Estuve jugando a ser mina un buen rato, hasta que en un momento veo caminar hacia mi al tipo de la casa del lado. Un hombre de unos 40 años, un tanto macizo y gordo, que gustaba de llegar tarde y seguramente engañar a su mujer. Se me acercó y me saludó confundiéndome con una de mis hermanas, me preguntó qué hacía, le dije que tomaba aire, que no podía dormir, dijo que paseáramos un rato cerca de las casas, que el tampoco podía dormir. Casi me morí de susto, pero me mantuve. Caminamos y dimos una vuelta en un recodo bajo unos árboles. El tipo estaba bastante bebido, eso me tranquilizó, creo que nunca sospechó quien yo era en realidad. Me dijo que siempre me veía cuando salía de la casa, que le gustaba mucho, que era la más bella de las hermanas, que estaba muy enamorado de mi. Yo ni hablaba de puro susto. Luego me dio la mano, caminamos hasta otro árbol que nos protegía y apoyándome en el tronco me abrazó y trató de besarme en la boca. Traté de rehusar, pero su fuerza y porfía me la ganaron. Al final, muerto de susto,  acepté sus labios, su lengua, sus besuqueos, pero siempre con forcejeo. Su lengua era agresiva, entraba y salía de mi boca, me recorría los labios, mis mejillas, mis orejas, etc. Siguió un rato abrazado a mi besándome el cuello, mientras sus manos acariciaban mis piernas, mi pecho y mis nalgas, su lengua recorrió todo mi cuello. Sus manos eran hábiles, me apretaba a su cuerpo, me punteaba, sentía su pene erecto como un fierro. Me daba mucho susto me descubriera, seguimos en esa lucha de ataque y defensa hasta que tuve que pararlo cuando intentó meter su mano bajo el calzón en mi pubis, intentando llegar hasta una vagina que no existía,...... Habría sido fatal encontrarse con mi flácido pene, o a lo mejor no, quien sabe. El tema es que le dije que era ya tarde para mi, que podríamos vernos la noche siguiente, con más tiempo, que mi padre no tardaría en salir a buscarme. Eso lo atemorizó y decidió que regresáramos a la casa, no sin antes despedirse con un nuevo y tremendo beso, que casi me asfixia. Me apretó montones a su cuerpo y punteó mis nalgas con su pene, abrazándome por atrás, acariciando mis piernas con sus ásperas manos de trabajo. Tomaba mi cintura y apretando hacia él me decía lo rica que yo era y cuanto le atraía, que no dormiría pensando en nuestro encuentro del día siguiente. Luego nos separamos para que nadie nos viera y cada uno entró a su casa. Seguía con temor a ser descubierto. Afortunadamente nadie me escuchó llegar. me cambié en la bodeguita, luego deje la ropa en el cuarto de mi hermana y me acosté. Esa noche dormí asustado y con olor a alcohol del tipo, mi cuello enrojecido por el raspar de su barbilla. Al día siguiente fui a clases y al volver anduve escondido.  En la noche no me atreví a salir. Vi por la ventana que el vecino anduvo dando vueltas hasta tarde en el frente de mi casa, caminando por la carretera. Pobre, lo dejé plantado. Días más tarde mi hermana reclamó que el vecino le había encontrado y tratado de hablar, pero ella lo evitó. Que no le gustaba porque la miraba con lujuria,.....jeje. En tanto su mujer le quitó el saludo a mis hermanas, seguramente algo sospechó. 

Bueno, esa fue la única vez que hice la gracia y salir a la calle, mas encima suplantando a mi hermana. Fue divertido, me encantó ser una chica, aunque siempre me quedó dando vueltas haber sido más atrevido y haberme encontrado con él. Capaz que hubiera entendido y aceptado quien era, seguramente habríamos tenido sexo, me habría tratado como su amante, quien sabe si hubiera terminado siendo de verdad un travesti,....jeje. Ahora mas viejo tengo cuerpo y pelos por todos lados, ya no puedo disfrazarme, no soy la atractiva chica de aquella vez. Si les ha gustado esta confesión me pueden escribir a banquero2011 arroba hotmail punto com. Me pueden dar sus impresiones y contar algunas anécdotas de sus vidas. Besos para todos.