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Mi vecinito del tercer piso

Relato enviado por : elsa ivette el 21/03/2012. Lecturas: 12090

etiquetas relato Mi vecinito del tercer piso   Infidelidades .
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Resumen
Les comparto cómo me cambió la vida mi joven vecino.


Relato
Hola, me llamo Elsa, soy una mujer casada, 36 años, no me considero fea, vivo en una unidad habitacional de las más famosas de la Ciudad de México, mi matrimonio es muy rutinario, mi esposo trabaja en un hospital rolando turnos, por lo que generalmente los fines de semana me la paso sola y aburriéndome, tal vez por eso hice lo que hice, jamás pensé que me atrevería, pero las cosas se dieron solas. Les comparto esta historia real de mi vida para desahogar un poco mi conciencia.

Tengo un par de vecinos en plena pubertad que viven unos pisos arriba de donde yo vivo, a sus padres les hablo bien pero con ellos jamás intercambié más qué el saludo, hasta que las cosas cambiaron drásticamente.

Mi departamento se encuentra en la planta baja, y la ventila del baño da hacia un cubo de luz. Un sábado esos chamacos con toda seguridad ya tenían bien estudiada la hora en que mi marido sale a trabajar y sin más decidieron espiar, supongo que al prender la luz, alguna sombra o algún ruido sería la señal de yo me encontraba en el baño.

El elegido en primer lugar fue el hijo de mi vecina Sonia, del tercer piso, ya que era el más livianito y bajito de los dos y el otro chico podía alzarlo con facilidad. Justo en el momento en que me acerqué a cerrar la ventila y correr la cortina, me percaté que era espiada por una carita conocida. Del susto al ser descubierto el chamaco azotó en el suelo y ambos salieron corriendo muy asustados al ver que me asomaba.

Pero la historia comienza aquí. Un fin de semana después como al medio día me encontraba en el departamento de Sonia, la mamá del mocoso ese, ella se dedica a coser, confeccionar y arreglar ropa, pasé al baño a medirme unas prendas que le había llevado para que le hiciera algunos arreglos, al salir me encontré de frente con ese jovencito, quien de inmediato bajó la mirada y quiso entrar al sanitario pero por supuesto no le dejé hacerlo.

-¿Y ahora qué?-pregunté con voz seria pero muy baja-

-Nada, nada, señora, quería entrar al baño pero no sabía que estaba ocupado....

-Eres hijo de Sonia, ¿verdad?

-S..si...-contestó súper nervioso-

-Aja... ¡y eres el que el otro día me estaba espiando por la
ventana del baño...!

No le salió una sola palabra, evidentemente estaba atemorizado y nervioso por
la situación, de seguro pensó que quizás iba a decirle algo a su madre sobre ese asunto.

-¡Mírame a los ojos cuando te hablo!

-Pe… Perdón, señora...quiero entrar al baño... ¿me deja?

-Momentito...debería contarle todo a tu mamá...para que te de una paliza y te enseñe lo que es tener educación y buenos modales...

-No, señora, por favor...le prometo que no lo haré mas...-Me
imploró casi con lagrimas en los ojos-

-Esta bien, pero me debes una...ya nos veremos-le dije
abriéndome paso.

Volví con Sonia a su recamara y le hice algunos comentarios con respecto a mi ropa y le dejé otras cosas, me despedí y al pasar por la pequeña sala el mocosito ese veía la televisión, me acerqué a él y le dije igualmente con voz baja:

-Adiós...Nos vemos luego...no te preocupes, no dije nada...pero le he pedido a tu madre que seas tu quien me lleve mi ropa en cuanto esté terminada, pues me urge.

De nuevo esa sensación de temor se apoderó de él, yo solo sonreí entre maliciosa y divertida.

Como a las dos horas tocaron el timbre, abrí la puerta sin preguntar.

-Hola, pasa, ¡te estaba esperando!-le dije-

Mi sonrisa creo que le hizo tranquilizar, por lo pronto notó que no estaba
enojada, el pobre de nueva cuenta estaba hecho un manojo de nervios.

-¿Quieres tomar algo?-pregunté mientras revisaba las prendas de vestir-

-No, no, se…señora...Gracias -contestó-

-Bueno, aguarda aquí que me la voy a probar.

Se sentó en el sillón a esperar...y como a los tres minutos salí
con la ropa puesta...Era muy a mi estilo, un ceñido y bonito vestido escotado con
falda corta...realmente creo que todo me ajustaba muy bien.

-¿Que te parece, me veo bien?

-S, si, sii, señora... ¡muy linda!

Recuerdo que el babosito ese recorrió con su mirada mi cuerpo de arriba abajo, boquiabierto...

-A mi también me gusta como se me ve... ¡dile a tu mamá que hizo un buen trabajo!

El nene se levantó del sillón para marcharse y...

-¡Espera!-le dije-

-Te voy a dar una propina....

-No, nno hace falta señora...gracias...me tengo que…

No le dejé terminar su frase y… totalmente decidida a jugarme el todo por el todo y consciente de que tenía tiempo suficiente antes de que mi marido volviera a casa, comencé a desabrocharme el vestido... despacito...y lo dejé caer al piso...mi cuerpo apareció ante su mirada cubierto solamente por mi brasier y mi tanga.

Al verme así, el chamaquito se quiso morir de la emoción, de la turbación, ¡abrió tremendos ojos!

-¿Seguro que no hace falta la propina?... ¿No era esto lo que querías ver
el otro día?

Sss...Sii…bueno…no, pero...eestee, yo…

-¡Siéntate!...-le ordené-

Totalmente dueña de la situación, comencé a modelarle mi figura muy sensualmente, moviéndome muy sexy. Por supuesto que yo era la primera visión de una mujer casi desnuda que ese mozalbete tenía ante sus ojos. Un pequeño bulto se empezó a notar entre sus pantalones, yo le sonreía coqueta, con picardía, divirtiéndome al máximo con sus nervios y su excitación.

-¿Te gusta lo que ves?-pregunté con voz sexy...

-Mu, mu… Mucho...Señora...me gusta mucho....yo nunca....

-Sshhhh.....tranquilo...aun no has visto nada...

Di media vuelta y mis nalgas quedaron a escasos centímetros de su cara

-¿Quieres tocar?

-Esteee, yooo, ¿de verdad…puedo?

-Claro...despacito, a ver...

Me incliné hacia adelante dejando mis glúteos a su disposición, animado por mis palabras, el chico con manos temblorosas por los nervios intentó bajarme la tanga, decidí jugar con él el juego de la seducción y acrecentar su excitación y deseo negándome un poco.

-No, mi amor, no me la quites... ¡sólo toca!

Obedeció y comenzó a darme un masaje delicioso y leves pellizcos, parecía como si quisiera exprimir dos toronjas. Me incliné un poco más apoyándome sobre mis rodillas.

De repente, armándose de valor e incapaz de controlar su curiosidad y su excitación, el adolescente hizo a un lado el hilo de mi tanga y con ambas manitas abrió mis cachetes, seguramente observaba con toda atención el panorama que se le presentaba ante sus ojos, después di un pequeño salto y un gritito al sentir un dedito abriéndose paso y dándome un piquete ahí.

Ni siquiera mi esposo me había visto a la primera mi orificio anal y resultaba que ese chamaco aparte de deleitarse la pupila con esa parte tan escondida, hasta piquetitos me estaba dando el muy cabrón, decidí seguir seduciéndole.

Hummmm... ¡pero qué rápido aprendes! Quita tus manitas de ahí.

Me agaché y quedé en cuatro patas con mi trasero
apuntándole.

-¡Soy una perrita feliz! ¡Mira como muevo la colita!... le decía estas palabras divertida ante su mirada de asombro y excitación.

Después de un par de minutos en esa posición, me senté a su lado, acercándole ahora mis senos a su cara.

Desabroché mi brasier, pero aún me lo dejé puesto.

-¿Te gustan?... Si quieres mirar, debes quitar lo que te estorba.

Mi joven galán entendió bien el mensaje y como pudo me despojó del sostén, ¡por fin tenía a su entera disposición mis pechos! Era de esperarse que no se iba a conformar con sólo mirar, sus torpes manos empezaron a tocar mi busto, primero tímidamente, después ya lo hizo con más confianza al notar en mi rostro que yo disfrutaba de sus caricias, le faltaban manos a mi vecino para tocarme a sus anchas, en verdad que estaba aprovechando al máximo esa oportunidad que yo le brindaba.

La reacción natural de mis pezones se hizo presente, de repente y ante mi asombro acercó su boca y empezó a besar mis senos, a succionar mis endurecidos pezones como si fuera un lactante, sentía y oía su agitada respiración.

-Ahhh... lo dicho, aprendes rápido-

Débiles quejiditos de placer salieron de mi garganta, yo sentía que en verdad le estaba amamantando, y eso subía mi temperatura.

Bajé el cierre de su pantalón y mi mano se abrió paso para encontrar su erecta virilidad, al sentir esas caricias mi joven amante se estremeció, sonidos guturales de placer brotaban de su garganta, yo ya estaba a mil.

-¿Te gusta? ¿Se siente rico?...- Mi mano no soltaba su aparato reproductor, él disfrutaba deliciosamente esa masturbación.

Unas palabritas me distrajeron de mi labor:

-Más rápido, señora, más rápido...


Comprendí que mi invitado estaba a punto de terminar, pero yo no le iba a permitir que eyaculara aún, no sin antes hacer una última travesura, me aparté de él con suavidad.


-No pare, señora, sígame dando masaje…-


-Espera, bebé, aún no acabamos… ¡quítate la playera y recuéstate, con tus piernas hacia mi!

Sin preguntar hizo lo que le ordené y me coloqué encima de él, mis senos rozaban su torso desnudo, besé su boca y me correspondió ávidamente, besé también su pecho, me dirigí a su cintura y bajé sus pantalones y su bóxer, dejando totalmente al descubierto su pene, a punto de explotar...

-Ahh.... ¡Que “cosita” tan mas hermosa tienes!... ¿Me dejas darle unos
besitos?

-Nnoo, bueno, si, ssi…señora... ¡lo que Usted quiera!

-Ahora sí, tu vecinita bonita se va a cobrar lo que le hiciste, ¡chamaco irrespetuoso!-

Introduje su pene en mi boca y el jovencito solo emitía débiles quejidos de placer, esa sensual escena me recordó aquel óleo de Picasso llamado “La Douleur”.

-¡Que rico!... ¡Qué rica “cosita” tiene el nene!-

Mi boca y mi lengua trabajaban deliciosamente en ese juvenil miembro, ni andando de novia, ni con mi esposo, me había comportado así, ese chico sacaba a flote la mujer fogosa que dormía dentro de mi, él solo ponía los ojos en blanco.

-¿Cómo te gusta más, así o con la mano?- haciendo pequeñas pausas le preguntaba sabiendo de antemano la respuesta.-

Mi joven amante ya no pudo soportar tanto placer y liberó sus chorros de semen, su carita era todo placer y felicidad que hasta ese momento nadie se la había proporcionado.

-Humm... ¡qué cantidad!… ¡mira cómo has dejado a tu vecina!…

El líquido seminal escurría por mi cara y cuello, así que me limpié con lo primero que encontré y muy sonrientes nos abrazamos los dos, recostados en ese sillón que fue testigo de mi infidelidad, a los pocos minutos me incorporé y me volví a poner mi vestido, ya le había permitido a ese mocoso verme lo suficiente, por ese día.

Eres un lindo chico…ya estamos a mano...ahora regresa a casa, tu
mamá debe estar preocupada...

- Si, sí…señora...está bien...hasta luego…gracias

-Ammm… ¡Espera, espera!... Quiero darte algo más… algo que no dejé que me quitaras...

Cerrándole el ojo y sonriéndole de manera sensual, levanté un poco mi vestido y empecé a bajar mi sexy tanga, deslizándola despacio por mis muslos hasta que la gravedad hizo el resto y cayó al piso… la recogí del suelo y la puse en sus manos…

-Toma, corazón… te la regalo para que te entretengas en la noche, pero escóndela bien, que nadie la vea, ¿OK?

-Si te portas bien y no dices nada de esto ¡la próxima vez sí te voy a dar chance de que me quites los calzones!... ¡Y voy a ser tuya! si así lo quieres. Te enseñaré a hacer otras cositas que también te van a gustar ¿Vale?...

-Sssi, si, señora… se lo prometo, no diré nada-

Un gesto de satisfacción y complicidad inundaron la cara del muchacho, no era para menos con el trato que acabábamos de hacer.

-Ah, se me olvidaba, dile a tu mamá que mañana me mande el resto de la ropa que le
encargué…Pero por favor…no vengas solo…

-¿Cómo dice, señora?

-Que traigas a tu amigo...él también me debe una... ¿O qué
no te alzó para espiarme?

-Pues… si, pero...mejor vengo yo solo-

-jajajaja, mira que listo me saliste… OK, como gustes, pero de cualquier forma tu amigo me las va a pagar tarde o temprano.-

-Bueno, así quedamos. Te espero mañana, chiquito... ¡bye!

-Se, señora… ¿le podría pedir otra cosa… antes de irme?

-Claro, nene, dime-

-Me… ¿me regalaría?… ¿me regalaría también su brasier? Ese que ya no se puso... está ahí tirado junto al sillón...

Mi corazón dio un vuelco de alegría y de sorpresa ante esa petición, una sonrisa de triunfo se dibujó en mis labios.

-OK, mi amor, está bien, llévatelo… Pero recuerda que soy una mujer casada y nadie puede saber esto, si no cumples tu parte del trato, ¡te olvidas por completo de mí! ¿Estamos?...

Tenía que utilizar esas palabras para dejarle muy en claro la posición en la que estábamos, afortunadamente entendió todo muy bien, pues supo que en mí iba a tener a una amiga incondicional quien le iba a proporcionar muchos momentos de felicidad y placer, con una mezcla de ternura y cariño.

El hombrecito guardó en sus bolsillos mi lencería y con su preciado regalo salió de mi departamento muy sonriente y más feliz de lo que ya estaba, aparte de pasarme un buen rato con él, me excitaba el imaginarme todas las “cochinadas” que haría con mi ropa interior por la noche.

Con todo esto que me ha pasado junto a ese chico, me siento fantásticamente, muy satisfecha, me siento mujer de nuevo, una mujer deseada.

Quisiera contactar y hacer amistad con mujeres, casadas o solteras que tengan experiencias similares, escríbanme pronto, hombres absténganse de utilizar lenguaje vulgar por favor.

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Comentarios enviados para este relato
Recaredo Rey (21 de March de 2012 a las 18:36) dice: escribe pronto la continuacion está muy interesante la historia

00eloy00 (21 de March de 2012 a las 18:29) dice: buena maestra resultasts para aquel chamaco

joshua diez marin (21 de March de 2012 a las 08:21) dice: muy lindo relato cuanto diera x ser el es usted una diosa bye mi msn es heee_joshi@hotmail.com soy chiko grax

genaroincesto (19 de May de 2012 a las 04:42) dice: Hola, me encanto.. tu relato..mmmm. Mi mail es aviator.solaris1arroba gmail.com para intercambiar fotos,videos y relatos..

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:19) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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