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My little Boss

Relato enviado por : confianzaziega el 01/03/2012. Lecturas: 2237

etiquetas relato My little Boss   Gay .
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Resumen
¿Qué más daría yo porque esto fuera real? Bueno, lo es de cierta forma, porque encierra mis ansias más grandes y fuertes... Pero como casi todo en la vida, es algo prohibido, quizá eso lo haga más interesante.


Relato
No voy a mentir. No soy un espécimen perfecto de hombre como narran tantos relatos. Soy un chico de 23 años, normal. Pelo negro, piel muy blanca, ojos café, rostro ovalado, linda sonrisa, nariz recta, buen trasero, pero nada de músculos enormes ni dotaciones descomunales. La persona por la que suspiro, tampoco es la perfección hecha persona, él es alto, piel morena, lindos ojos, aunque no claros, hermosa sonrisa, hermosa voz.
Este es mi gran fantasía, espero la disfruten.


Entré a trabajar en el estudio de abogados en pleno invierno. Necesitaba trabajar, tenía miles de deudas, un piso que pagar, y la universidad.
mi jefe era muy buena onda, de cerca de cincuenta años, y el estudio próspero. Buenas personas.
Lo vi a él cuando todavía no estaba seguro mi puesto en ese lugar, y tan sólo un segundo me bastó para enamorarme. Marcos estaba sacando fotocopias en ese momento, mientras yo entraba rumbo al despacho de su padre, para mi entrevista. Me vio y sonrió, aunque con ninguna segunda intención, simplemente por cortesía. Quizá, ese fue el motivo por el qué sonreí, también, con tanta calidez durante la charla de presentación, o por el cual la paga no me parecía tan poca, o por lo menos no lo suficiente para mi experiencia.
Como sea, la mañana siguiente era el nuevo asistente de su padre, y eso me hizo sentir muy tranquilo, primero porque de nuevo disponía de una entrada segura de dinero, y segundo, porque lo vería todos los días.
Marcos estaba recién recibido, un muchacho brillante, solidario, siempre de buen humor, y muy profesional. Fue él el que se encargó de enseñarme el funcionamiento de la empresa, y mientras lo hacía, no pude evitar mirarlo, quizás, más de la cuenta, aunque él no pareció darse cuenta de ello. Me sonreía y me explicaba todo con paciencia, por suerte, siempre había sido una persona con facilidad para el aprendizaje, y cada palabra que mencionaba, se grababa rápidamente en mi memoria.
Lo que más me atraía, aparte de su personalidad, eran sus labios. Era de un rosa oscuro, pulposos, perfectamente delineados y se veían sumamente suaves. Era tan difícil combatir el impulso de acercarse, mucho más cuando me enseñaba algo que conllevaba total concentración, y nuestras cabezas iban inclinándose sobre el objeto de nuestro análisis. Sentir su perfume y tener esos manjares tan cerca me volvían completamente idiota, y aunque mi estomago se revolvía, y la parte inmadura de mi cuerpo y mi ser me decían que me dejara vencer a ese impulso, me resistía, no sólo porque estaba completamente seguro de que Marcos era heterosexual, sino porque no podía arriesgar mi trabajo.

Los meses fueron pasando, y mi enamoramiento, casi llegó a rozar la obsesión. Pero, obviamente, no hacía nada. Tenía fantasías con él muy a menudo, no había rincón en la oficina que se hubiese salvado de ser el escenario de mis sueños eróticos, donde él me hacía por completo suyo. Incluso en las noches, sobre mi cama, imaginaba con total lentitud como podría darse esa esperada situación, donde él me avanzaba.
Lo cierto, era que sí quería ser del todo sincero conmigo mismo. debía admitir era que sí Marcos hubiese hecho algo, incluso a pesar de que estaba completamente seguro de que me gustaba, y mucho, es que era demasiado cobarde como para hacer algo.
Marcos no tenía novia, o al menos que yo supiera, y las veces que había intentado sacarle conversación sobre mujeres, soy bisexual, no había podido obtener mucho material. Eso, hacía que albergara pequeñas esperanzas, pero tampoco dejaba que crecieran mucho.
My little boss, así lo llamaba en mi fuero interno, era un chico un tanto reservado, y quizás ese era todo el motivo para no darme detalles de su vida privada.
Todo comenzó un viernes a la tarde. El trabajo había estado fatal, y su padre se había ausentado a un congreso de abogados, en el sur del país. Para colmo, Verónica, la otra empleada del estudio, se había reportado enferma, por lo que la oficina estaba sólo ocupada por nosotros. No almorzamos para poder terminar con un asunto realmente engorroso, y hacía el final del día, ninguno de los dos había probado bocado alguno.
- ¿Quieres que pida algo para que comamos? - Preguntó cerca de las seis de la tarde. - Realmente siento mucho que hayamos tenido que pasar por esto, Pedro. - Se disculpó.
- No hay nada de qué preocuparse, Marcos. - Minimicé el asunto, lo cierto era que incluso ahogados de trabajo, disfrutaba cada momento a su lado.
- Vamos, yo invito. - Continuó insistiendo.

La verdad, deseaba irme a mi casa. ducharme, recostarme, y clavarme una buena paja pensando en él, pero no pude resistirme a su pedido, y acepté.
Los sandwichs llegaron media hora después, el tiempo suficiente en el que pudimos dejar la oficina en condiciones, lista para que al terminar nuestros almuerzos-cenas, podamos cerrar todo y marcharnos.
Comimos casi en silencio, intercambiando pocas palabras con respecto a nuestros planes para el fin de semana.
La corriente que recorría mi cuerpo cada vez que lo observaba era muy fuerte, y para mi gran problema, tenía una imaginación terriblemente febril. No tardaba casi nada en imaginarme arrodillado delate suyo, bajando su bragueta, liberando su miembro.

- ¡Pedro! - Me sacó de mi ensimismamiento. - ¿Qué dices?
- Lo siento. - Me disculpé. - No escuché.

Sonrió ante mi falta de atención, se vio mucho más lindo que nunca.

- Te decía que si quieres ir a tomar una cerveza luego, creo que nos la merecemos.

Dudé. Quería. Cualquier excusa que me mantuviera más cerca de él era ideal para mí, pero cada minuto, también, aumentaba el deseo de poseer lo en todos los sentidos, y no quería arriesgarme a cometer una locura.

- Claro. - Acepté finalmente.

Terminamos, y cerramos el despacho, colocamos las alarmas y salimos a la calle.

- Mi auto esta aquí cerca. - Indicó.

Manejó poco más de diez minutos. La verdad es que no tenía idea hacia donde íbamos, hasta que se detuvo delante de una casa de dos plantas, muy bonita. Era su casa.

- Pensé que nos dirigíamos hacía un bar. - Planteé.
- Aquí estaremos más cómodos. - La palabra me resultó un tanto extraña, y logró subir mis niveles de testosterona, pero lo ignoré para mi propio bien.

Fuimos a la cocina, y sacó dos cervezas bien frías.
Bebimos un rato más en silencio, para luego poner el televisor. Entre tanto protocolo, se habían hecho casi las diez de la noche.
Comenzó a hacer zaping, dándome la sensación de que estaba buscando algo en especial, porque permanecía muy poco tiempo en cada canal como para poder juzgar si el contenido era o no de su agrado.
Para mi total sorpresa, se detuvo en una de esas películas de pornografía ligera, donde no pasaban los genitales de los protagonistas.
Me sorprendí, porque no lo esperaba para nada, ni lo más mínimo.

- ¿Quieres ver? - Consultó.

Tragué saliva ruidosamente, hecho que interpretó como un "sí".
La escena en el televisor no era nada del otro mundo. Una hermosa mujer estaba montada arriba de un hombre con el cuerpo definido.
Me excité en un segundo, no porque la pelicula en sí fuera buena, sino por quien era mi compañía. La parte insegura de mi cabeza me decía si ésto no era una trampa. Quizá él me había visto observarlo con lujuria y se estaba buscando una forma de lograr despedirme.
Dejé de pensar con claridad cuando vi el bulto crecer en su entrepierna, y la forma en la que se lo frotaba suavemente arriba y abajo. La boca comenzó a hacerse me agua, deseoso de correr y arrodillarme frente a su silla. Mi propia verga estaba dura como hierro en mis pantalones, luchando, deseando ser liberada.
Marcos se puso de pie, y se adelantó. Tomó mi mano libre, la que reposaba sobre la mesa de la cocina, y tiró de ella para acercarme a su cuerpo caliente. No esperó que hiciera nada, me besó con pasión, y ese beso cubrió todas mis expectativas. Su aliento caliente y delicioso inundó mi boca, y sus labios suaves recorrieron los míos con un deseo animal que subió mi lívido mucho más de lo que ya estaba por las nubes. Mis manos no pudieron evitar dirigirse hacia su duro paquete, desabrochando la bragueta y liberando a la bestia que surgía entre sus piernas.
Devorando sus labios por última vez, me arrodillé con decisión. Tenía, entonces, de frente un tubo de carne de cerca de 18 cm. nada inmenso, pero hermoso. una cabeza rosada, grande, venas marcadas, de tronco amplio y blanco. relamí mis labios, levanté la mirada, para toparme con la suya, cargada de excitación, y la volví a bajar para situarla en su instrumento. Me lo llevé a boca con un deseo inigualable, tragándome su virilidad como un poseído. apretando mis labios con firmeza contra su ancho tronco, recorriendo su glande con mi lengua, jugando con ella. engullendo hasta el fondo. subiendo y bajando. Sus gemidos aumentaban con cada nuevo truco que utilizaba, y sus manos acariciaban tierna mente mi cabello. Deseaba que ese momento no se terminara nunca.
Podrías estar toda la vida produciendo le ese placer, chupando su verga toda la vida. Disfrutando de ese instrumento duro como roca entre mis labios, de sus huevos, que colgaban, y los acariciaba con ternura. La repentina hinchazón de su miembro, y el aumento paulatino de sus gemidos, fue lo que necesité para darme cuenta de que acabaría. No disminuí la presión ni el ritmo, por el contrario, aumenté mis ganas y mi trabajo. sentía como él estaba en la luna, gravitando en una órbita de placer. Sus quejidos se hacían más graves y continuos con cada nuevo movimiento.
Finalmente, sentí mi boca inundarse con sus jugos. El sabor era delicioso, y aunque jamas en mi vida lo había hecho con otro hombre, Marcos era la excepción. Tragué todo lo que su verga expulsó, saborean dolo. Relamiendo mis labios cuando toda su carga se encontraba viajando por mi esófago.

Me ayudó a levantarme y se acercó para besarme nuevamente.
Me sentía el hombre más feliz del mundo en ese momento...

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:26) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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