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no era gay ni entonces ni menos ahora (parte II)

Relato enviado por : luisiyo el 09/08/2010. Lecturas: 8564

etiquetas relato no era gay ni entonces ni menos ahora (parte II)   Gay .
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Resumen
Quienes leyeron la primera parte se acordaran que al final, mi amigo me hizo entrega de una novelita de corte erótico, en cuyas paginas se contenía una historia que si se quiere ser muy critico, podría clasificarse de pornográfica; El famoso librito era una presentación editorial del tipo de ‘el libro vaquero’, cuya lectura me motivo a continuar mas decididamente con las prácticas homosexuales con que me inicie en la sexualidad.


Relato
Como lo prometí en mi anterior relato, en lo que sigue relataré la segunda parte, que espero les guste y mas aún les reporte algún conocimiento sobre como es que aún sin uno ser gay, alguien puede inducirle a uno como adolescente, a la práctica de actos homosexuales, sin importar que ese alguien sea también adolescente.
Quienes leyeron la primera parte se acordaran que al final, mi amigo me hizo entrega de una novelita de corte erótico, en cuyas paginas se contenía una historia que si se quiere ser muy critico, podría clasificarse de pornográfica; El famoso librito era una presentación editorial del tipo de ‘el libro vaquero’, solo que en ese tiempo era lo que ahora en las paginas de internet, se etiqueta como ‘Relatos Eróticos’; la comercialización de ese tipo de literatura, se llevaba a cabo en las calles del centro de la ciudad de México, mas específicamente en la calle de San Juan de Letrán, hoy eje central, y su promoción comercial se hacia a grito pelado, bajo la expresión repetida una y otra vez, de ‘…SOLO PARA HOMBRES… SOLO PARA HOMBRES…’, de tal forma que se suponía que no se podía adquirir directamente por un adolescente; pero claro, como ya saben, en nuestro país las limitaciones impuestas a la venta de esta literatura, eran meramente un recurso del vendedor, para evadir a la bola de retrógrados e hipócritas, quienes siempre están reclamando al gobierno para que impida su venta al público; Sin embargo, siempre era posible a la edad que fuera, adquirirla por sí o por intermedio de terceros. Bajo estas condiciones la adquisición del librito, por parte de mi amigo, fue hecha por medio de un empleado que trabajaba en la industria propiedad de su Padre y con quien había hecho una relación de amistad, por lo que no hubo problemas, excepto que por la prisa que llevaba para deshacerse del librito, me lo entregó cuando estábamos con el resto de nuestros amigos y claro la curiosidad nos llevo a empezar a leerlo sentados en la banqueta, enfrente de su casa. Todo iba bien, excepto que al hermanito menor de mi amigo, se le ocurrió ir a con su Madre, para contarle de lo que estábamos leyendo; por fortuna, uno de nosotros se dio cuenta de lo que el pinche chamaco fue a hacer y nos dio la voz de alarma; gracias a eso y a la agilidad de otro de los cuates, que se subió al árbol debajo del cual estábamos para ocultar entre el ramaje el famoso librito; así que cuando la madre de mi amigo salió a averiguar lo que estábamos leyendo; aun que nos esculco a todos, no nos encontró nada, por lo que nos libramos del castigo que nos habrían impuesto por estar llevando a cabo actos, que en ese tiempo se clasificaban como pecado capital. bah… Ahora me rio cuando me imagino que hubieran hecho, si se hubiesen enterado de lo que veníamos haciendo mi cuate y yo, en privado. Uf!!, creo que nos habrían medio matado a cuerazos.
Ese mismo día, ya obscuro, regresé al arbolito para recuperar el librito, que ya se me quemaban las habas por leer; sin embargo esa noche ya era tarde y no me quedo de otra, que esconderlo muy bien en el cuarto de los trebejos que teníamos en la azotea.
Al día siguiente, nomas asomó la nariz mi amigo y que esperas?, subimos a la azotea para continuar con nuestra lectura; que por cierto, supuse que mi amigo ya lo había leído, pues no la continuamos en el punto en que la dejamos el día anterior, si no que se fue directo a seleccionar un pasaje en especial y en el que la narrativa de la historia, refería a un tipo dueño de una verga del doble del tamaño de la que tenia mi amigo, que se cogía sin mayor tramite, a cuanta mujer conocía, haciendo a cada una de ellas, gozar hasta el limite de lo inimaginable; de manera que después el problema para él, era sacudírselas. En ese punto del relato, el sujeto se venia cogiendo a una muchacha de mas o menos 25 años de edad, muy guapa pero sobre todo estaba muy buena, a la que llamaremos Celia, y a quien él mismo había desquintado, (robado su virginidad); sin embargo, le traía ganas a una chamaca de cómo 20 años, hermanita menor de Celia; así que un día después de hacer que la tal Celia gritara de placer, se le ocurrió pedirle a ésta, que invitara a su hermanita para hacer un trío; como quiera, no le costo mucho trabajo que la muchacha accediera a lo que se le pedía, aun que puso la condición de que lo mas que podría hacer el sujeto, era encular a la chamaca, por que con ello la hermanita, conservaría su virginidad. A la siguiente entrevista con el sujeto de marras, Celia acudió en compañía de su hermanita, a la que mas o menos había explicado de lo que se trataba; esta había aceptado acompañar a su hermana mayor, mas por curiosidad, que por el interés de probar lo que era el sexo entre tres, tema que frecuentemente tocaban en sus platicas las dos hermanas; sin embargo, bastaron unas cuantas caricias y besos dados en los lugares que el tipo identifico como zonas clave en el cuerpo de la chamaca, para que ésta se “prendiera”, quedando totalmente dispuesta a probar sin reservas, las delicias del sexo, en manos de un profesional. Debo decir que el autor de la historia, era un maestro para llevar al lector de sus libelos, por lo mas rebuscado de las situaciones sexuales en que ponía a sus protagonistas, al grado que al menos yo como lector, me sentía parte de la historia y recuerdo haberme excitado muchísimo cuando el autor, empezó a describir con detalle como el protagonista de la historia, después de un gran rato de juego sexual, con penetraciones anales y después de haberle provocado a la chamaca, al menos cuatro orgasmos mientras la tenia enculada con aquella poderosa verga, quiso cogérsela por la vía normal, es decir por la vagina . A lo que Celia intento oponerse, aún cuando también estaba muy caliente, pues ella durante todo el tiempo estuvo participando activamente en la sesión de sexo, encargándose de chupar magistralmente aquel miembro, para con su saliva lubricarlo, antes de llevarlo con su propia mano, directamente al ano de su hermanita, observando mientras acariciaba los huevos del sujeto, como el tremendo pito se abría paso en el culo de la chamaca, lo que hacia que ella misma disfrutara cada penetración que recibía por el culo la hermanita. Celia se excitaba y terminaba por venirse varias veces mientras era testigo de como iba entrando aquella verga, hasta topar los huevos en las nalgas, sin que de la hermanita saliera la menor queja de dolor; por el contrario, con grititos de placer la chamaca incitaban al sujeto, para que se lo metiera todo de una vez, viniéndose adentro de ella. Así las cosas, cuando el tipo pidió meterle solo “la puntita” de la verga, por la vagina de la chamaca, para enseñarle otra forma diferente de placer, Celia acepto finalmente, mas por la presión del sujeto y la que ejercía su propia hermanita, quien casi con lagrimas en los ojos le suplicaba a la hermana mayor que dejara se lo metiera también por la vagina; esta vez también puso como condición, el que ambos la dejaran abrazar el pito con su mano, poniendo así un tope con el que evitaría que la enorme verga, que sostendría en su puño, entrara mas allá de “la puntita”; pobre ilusa, con lo que no contaba, era con la tremenda excitación que la hermanita alcanzaba mientras se la cogían, mas aún cuando la hermana mayor cada vez que la verga salía lo suficiente, se aprovechaba para frotar aquel pene sin igual, en los labios de la vagina de la pequeña, provocándole incontables orgasmos; No obstante, al no entrarle toda la verga, la chamaca se sentía frustrada; tanto que aprovechó estando ella cabalgando al sujeto, con tan solo la cabeza de la verga adentro, para sin previo aviso dejarse caer; la inocente barrera que había interpuesto la hermana mayor, dejó de ser un obstáculo, entrando aquel súper pito de un solo golpe en toda su extensión, hundiéndose hasta las nalguitas de la chamaca. Todo esto lo cuento para justificar si cabe, el que yo mismo aceptara las propuestas que mi amigo fue haciéndome, mientras continuábamos nuestros juegos sexuales. Después de un tiempo caí en la cuenta de que mi amigo era un verdadero pillo de siete suelas, quien supo aprovechar mi ingenuidad, para conducirme poco a poco y sin ninguna reticencia de mi parte, a lo que era su objetivo principal y motivo de este relato.
En justicia, también debo de decirles que para mi en lo personal, me resultaron en aquel tiempo, inolvidables cada una de las experiencias por las que mi amigo me condujo hábil y pacientemente, durante las incontables ocasiones en que experimente el exquisito placer que siempre disfruté mientras avanzábamos en nuestras periódicas sesiones de sexo, hasta que finalmente llegamos al objetivo, que se reducía a meterme la verga por el culo; que ahora estoy seguro, mi amigo, se había propuesto llevar a cabo desde la primera vez que platicamos al respecto.
Bueno después de este paréntesis y volviendo al relato, cuando estaba yo casi a punto de venirme por lo caliente que me puso la lectura de aquel librito, mi amigo sin esperar siquiera a que termináramos de leer la historia en la que estábamos, me la soltó a boca de jarro. – Oye, por que no intentamos jugar a la maquinita 1, 2, 3 ?; - como es eso? le pregunté, —fácil, contesto,-- primero, uno de nosotros pone su verga entre las nalgas del otro, para que mientras cuenta hasta tres, le propine con el pene, un piquetazo por cada tiempo que vaya marcando; en seguida, se cambia de lugar y el otro ejecuta la misma rutina, hasta que los dos experimentemos cada uno, la venida mas sabrosa que te puedas imaginar.
Dude por unos segundos, anticipando que el pitote de mi amigo fuera a lastimarme, si es que aun que yo estaba ya deseándolo, me llegara a entrar en el culo; por lo que me anime a preguntar, y que si nos lo llegamos a meter; al menos el tuyo creo que por lo grande, eso si que me va a doler; no crees?; la risa de mi amigo no se hizo esperar, diciéndome – mira no creas que es fácil que ocurra, pero dado el caso, en ese momento tendremos que actuar para que como acabamos de leer, no nos lleguemos a producir mas allá de un pequeño dolor; pero lo que si te garantizo es que de una u otra forma, el orgasmo que cada uno de nosotros vamos a tener, será de antología, pues lo disfrutaremos tremendamente; ya veras. Culminando su respuesta con un – que, no te animas??
Ante lo excitado que me encontraba, conteste dando mi conformidad para que el iniciara el juego. Una cosa más, me dijo. El primero que se vaya a venir y esto se determinará por el liquido transparente que nos sale antes de venirnos; podrá quedarse si lo desea, entre las nalgas del otro, moviéndose hasta venirse. De acuerdo? – va, conteste sin pensarlo siquiera. Y comenzamos.
Enseguida mi amigo se puso a mis espaldas y cogiendo mis nalgas con sus dos manos me las abrió y sin ningún recato empezó a darme de piquetes entre mis nalgas durante los mas o menos tres segundos que tardaba en pasar la cuenta de tres; debo de decirles que en cuanto mis nalgas se abatieron sobre la gruesa cabeza de la verga de mi amigo, sentí una intensa sensación que me hizo desear que siguiera en sus piquetazos, sin apartarse para cederme el lugar; solo que no dije nada y cambiando de posición hice la misma mecánica con que el inició nuestro juego; y ya que el era un poco mas alto que yo, estando parados ambos, su pito me picaba por arriba del hoyito de mi ano; en tanto que el mío le picaba a él, por debajo; así es que deje de preocuparme por la posibilidad de que se me fuera a meter ese que a mi me parecía, enorme pito, que aún deseándolo, me daba temor de que llegara a entrarme y con ello me fuera a lastimar el culo.
Así estuvimos alternándonos uno atrás del otro, hasta que sentí bien mojada la raja de mis nalgas, al punto que pensé que se había venido; pero no fue así, mi amigo permaneció pegado a mis nalgas moviéndose en un simulado intento de mete y saca, hasta que sentí su caliente eyaculación, que por abundante me escurría por las piernas hasta el suelo, cada vez que a borbotones, mi amigo, expulsaba su semen; en ese momento, yo sentía además de una emoción infinita, un gran placer; tanto que sin poder evitarlo, cuando él, agotado acabo su eyaculación, también me vine, experimentando la gran, pero gran sensación, nunca antes sentida, desde que empecé mis primeras experiencias sexuales.
Esta vez tuvimos que limpiar el piso; mientras lo hacíamos prendimos sendos cigarrillos y mientras los fumábamos, mi amigo me cuestiono, -- que tal estuvo?, yo solo moví mi cabeza asintiendo, pero sin decir nada, -- que, no me digas que no te gusto?, dijo, a lo que de inmediato conteste –estuvo fabuloso, que no vez que me he quedado sin habla?. Entonces mi amigo se rio como era característico en él, diciéndome – no, y no sabes lo que vas a sentir si te llego a meter el pito por el culo, esta vez no lo quise hacer para que no te fueras a sacar por el puro miedo, pero te puedo asegurar que te va a resultar de lo mas excitante y placentero; a mi ya me lo han metido y la verdad que quiero que tu me lo metas a mi.
Dejamos nuestra conversación y sin mas demora bajamos, para que el se fuera a su casa, quedando de vernos lo mas pronto posible, para otras sesiónes de sexo.
Esa noche me fui a la cama sin dejar de pensar y sobre todo de saborear recordando y casi sintiendo de nueva cuenta, cada sensación experimentada esa tarde; ya quería volver a repetirlo; por fortuna estábamos de vacaciones, así que nomas amanecía y ya estaba yo esperando a que asomara su cabeza por el portón de acceso a mi casa; y cuando así ocurría, ni tardos ni perezosos nos dirigíamos a la azotea y ya en el cuarto, nos despojamos de los pantalones y trusas, para de inmediato chuparnos uno a otro el pito y enseguida con el ya bien tieso, iniciar nuestro juego de la maquinita 1,2,3; no recuerdo muy bien cuantas reuniones tuvimos desde la primera vez que lo hicimos, pero finalmente en una de ellas, el rápidamente se mojo pero no permaneció actuando como era nuestro acuerdo, sino que empezó a frotarme su pito por la raja de mis nalgas hasta que en una de esas lo detuvo precisamente a la entrada del hoyito de mi culo; sentí verdadero pánico, pero no hice nada por detenerlo, ya que empecé a sentir como que mi ano adquiría vida propia, pulsando al abrirse y cerrase, con lo que yo sentía que literalmente mi ano engullía poco a poco la cabeza del pito de mi amigo; quien sin decir nada se aplicaba a presionar suave pero firmemente, ayudando a que su pito se fuera metiendo por mi ano; ciertamente me dolía, pero era un dolor punzante y soportable; mas aún, cuando iba acompañado de aquel placer indescriptible que estaba yo experimentando; entonces mi amigo deteniéndose, me susurro al oído, --no te muevas, ya te entro toda la cabeza de mi verga, así que espera a que me venga. Yo le obedecí con toda naturalidad, mientras el se pajeaba su verga con solo dos dedos, hasta que de repente sentí como se hinchaba la cabeza del pito que tenia yo dentro de mi culo; los chorros de semen que salían proyectados en cada espasmo, los recibía yo mas adentro, sintiendo ese tremendo placer que se deriva de la eyaculación masculina; si, aunque pueda parecer paradójico; aun sin haber tocado para nada mi pito, tuve esa clase de orgasmo. Justamente cuando el dejo de vaciar su caliente semen dentro de mi; no nos movimos ni el ni yo, pero mi culo empezó a presionar su pito que empezaba a perder la dureza, para irlo retirando de poquito en poquito; pero ! lo inaudito !, el se agacho hasta mi culo y abriéndome las nalgas, con su lengua empezó a lamer mi ano, para tragar como lo iba sacando con la lengua, su propio semen. No se que me resulto mas agradable, si la cogida o el final de esta. Yo sentía como choques eléctricos que me provocaban intensamente la sensación que empezaba en la punta del pito para bajar hasta circundar mi ano, y volver a subir por a todo lo largo de mi pene, irradiando a las piernas, una y otra vez en oleadas, hasta que me produjo un nuevo orgasmo. Eso si nunca se lo hice a el, ni tampoco el me lo pidió.
Nuevamente, mientras nos reponíamos, nos sentamos a fumar un cigarrillo; esta vez no preguntó como acostumbraba hacerlo cada vez que me llevaba a una nueva experiencia sexual; mas bien afirmo: -- se que te ha gustado, pero aguarda, que la que sigue, te lo puedo firmar, va ha ser súper. Yo no dije nada; cada vez que tenia yo sensaciones tan intensas, no me apetecía la charla, mas bien quería yo pensar en lo ocurrido, haciéndome muchas preguntas para las que generalmente no encontraba yo respuesta; una de ellas, que siempre me asaltaba era el que, como era posible que mi amigo de tan solo dos o tres años mayor que yo, actuara como un profesional de 30 o mas años de edad, siendo tan hábil y mañoso para llevarme a hacer sin que casi me diera cuenta, lo que yo mismo no entendía por que aceptaba hacerlo??
Nuevamente recuerdo que pasaron varias sesiones de sexo, en periodos de dos a tres días, en las que luego me tocaba a mi metérsela a el; solo que la primera vez que esto pasó, después de haberle lubricado el ano con mi liquido seminal, mi pito se le fue todo de un solo golpe y sí, puedo decirles que fue grandioso venirme adentro de otro ser humano. Aun puedo recordar ese calor que sentí por primera vez, a través del pito y la suave presión que ejerció el recto de mi amigo, en contacto con todo el largo de mi verga, mientras me movia en un mete y saca, igual que el me lo hacia; fue nada en comparación con lo que sin dejar de ser sabroso, sentía yo cuando me venía con la mano y aún adentro de la boca de mi amigo.
Durante todo ese tiempo, después de que el me la chupaba a mi o yo a el, con la propia saliva nos lubricábamos uno al otro y cuando decidíamos que mi amigo me lo metiera a mi primero, éste solo me metía la cabezota de su pito, pero cada vez me lastimaba menos y entonces lo disfrutaba no solamente cuando se venía, si no todo el tiempo en que ya ni contábamos, y mucho menos nos alternábamos, ya que ambos (sin importar si estábamos metiendo o nos lo estaban metiendo), siempre acabábamos eyaculando casi al mismo tiempo y la verdad es que después de esto, ni a el ni a mi nos quedaban ganas de continuar el juego.
Pero un día ocurrió que llegamos a nuestro escondite en la azotea, y contra la costumbre no empezamos por chuparnos el pito, si no que después de bajarnos el pantalón y los calzones, él se sentó en la silla plegadiza que para ese tiempo ya teníamos dispuesta, a lo que le imite sentándome en la otra, y mientras empezamos a jugar con nuestros pitos, continuamos con la lectura del librito erotico, lo que nos fue encendiendo hasta que casi al mismo tiempo a ambos nos empezó a salir el liquido pre seminal, en ese momento el se levanto y urgiéndome para que yo también lo hiciera, me volteo para forzarme, aun cuando no con mucha reticencia de mi parte, a doblarme por la cintura hasta que mis nalgas quedaron completamente a merced del pito de mi amigo. Cuando me empezó a frotar con el pito ya mojado, en la raja de mi culo, (todavía no me explico el por que me entro un enorme deseo de que me metiera todo su pito), y como si hubiera oído mis pensamientos, me lo coloco a la entrada del ano y de un solo impulso, me entró hasta que sentí chocar sus huevos con mis nalgas. Lo que sentí, no lo puedo describir, pero a medida que empezó a meter y a sacar su verga, fue una creciendo en mi, una sensación que cuando explotó en el orgasmo mas intenso que he sentido en toda mi vida, durante el cual hasta como que vií que el cuarto en donde estábamos, giraba a mi alrededor, sin que hubiese yo sentido el mas mínimo dolor o rechazo; pues sin darme siquiera cuenta, yo me movía al igual que ya en mis relaciones normales, se llegaron a mover algunas de mis mas experimentadas parejas femeninas.
A esa experiencia siguieron otras igual de exquisitas, hasta que poco tiempo después, mi amigo tuvo que irse a vivir a Poza Rica, Ver., en donde consiguió un empleo que solo le permitía venir a casa de sus padres, de vez en cuando; sin embargo, ni el ni yo volvimos a intentar repetir nuestras experiencias anteriores, mas aún cuando yo empecé a relacionarme con mujeres, y sobre todo con prostitutas que aun cuando me hacían sentir lo mismo que cuando yo se lo metía a mi amigo, no sentía las ganas de que me lo volvieran a hacer a mi, e inclusive cuando alguna vez una mujer trato de jugar con su dedo en mi ano mientras cogíamos, me sentí tan incomodo, que inmediatamente le aparté su mano.
Puedo asegurarles que ni entonces como adolecente, ni mucho menos después ya como adulto, era o soy gay.
Salió demasiado extenso, pero creo que se justificó por el detalle con que escribí la experiencia vivida, que les aseguro fue totalmente verídica. Le anticipo a nuestro editor en el sitio, y a ustedes mis estimables lectores, mi reconocimiento anticipado.


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Si te ha gustado no era gay ni entonces ni menos ahora (parte II) vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:14) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

lalo17 (16 de August de 2010 a las 06:30) dice: intenso y exitante. gracias por compartirlo


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