no se que me pasó, pero disfrute

No que me paso. Esa noche humberto me habia llamado para ir a tomar un cafe. Le dije que no. No tenía ganas, además mi suegra, doña Rosa, estaba má loca que nunca. Serían como las 10 de la noche, cuando sonó el telefono, atendi y era Daniel, un policia con el que habia salido varias veces. Charlamos un rato y el solo charlar hizo que se me empezara a mojar la concha. M edijo de vernos y acepté enseguida. Me bañe rapido, deje a mis hijos cuidando a la abuela. LLame un remis y en 10 minutos estaba en la estacion de Banfield y allí, en la plaza, al costado de la escalera que cruzaba las vias estaba el coche de él, inadvertido totalmente por la oscuridad reinante y el gran follaje de los arboles. Me recibio a los besos y sus manos y las mias se entrelazaban tocandonos, mis pechos se perdian entre sus manos y yo, arrebatada baje la cabeza entre sus piernas y tome su pija con mi boca para saborearla, ya el la tenía afuera, siempre lo hicimos así, él se la sacaba y yo se la exprimia mientras me seguia acariciando, pero siempre le dedicaba mas tiempo a mi culo que es durito, parado y una zanja profunda. Con una mano le sobaba los huevos, le recorri varias veces con la lengua desde los huevos hasta la cabeza, luego me la introduje en la boca, primero poco, luego hasta la garganta a la par que se la chupaba, es decir, no entrar y salir sino chupar y soborear como si fruera un helado. Me puse los huevos con suavidad dentro de la boca, primero uno y luego el otro y los saboree a la par que miraba el placer reflejado en su rostro y en su piel. Luego de un rato de disfrutar, como tiene la palanca de cambios en el volante y corrio las butacas hacia adelante quedando como una cama de dos plazas. Me saque desesperada toda la ropa y le saque la de él. Me puse boca arriba y siempre me encanto que me recorriera con la lengua y las manos todo el cuerpo y me chupara suavemente la concha, por momento pareciá una aspiradora. Luego, me abri de piernas, levante las rodillas un poco, el se coloco en el medio me la metió despacito, ya mis jugos salian como una catarata, y cruce mis piernas en su espalda. Estabamos salidos de revoluciones, él la entraba y la sacaba, despacio fuerte a veces todo mi cuerpo se estremecia y sentia que el de él tambien, hacia 15 dias que no nos veíamos. Así estuvimos un rato largo, mordisqueandonos, arañandonos, besandonos. En un momento dado, él lo sabía muy bien, tambien mis otros amantes de mi forma de llegar al orgasmo, lo acaricie suavemente y comenzé a girarlo hasta quedar arriba. Puse las rodillas a la par de su cadera, acomode la pija sobre mi clitoris y comence a pajearme despacio, despacio, despacio, despacio y empece a tener espasmos de placer y ya empezaban a reventar dentro de mí, entonces tomé la pija, me la puse en la concha, arremetimos uno y otro con fuerza y fue un diluvio de jugos que no cesaban de salir de mi concha, gritamos, gritamos hasta que nos arañamos, apretamos y soltamos todo de adentro nuestro hasta quedar quietos, no pudimos reaccionar por un buen rato. Yo me desvaneci de placer, él quedó a mi lado sin poder moverse. yo quedé boca abajo. No se cuanto tiempo pasó. Comenzé a sentir sus manos por mi cuerpo y su lengua a recorrer mi culo, lo besaba por fuera, metia su cara entre las nalgas, introducia su lengua en el agujero. Yo estaba inerte, y me dió, siempre me da placer cuando ellos toman lo que más les gusta de mi, el culo, o mas bien el culo de ellos, porque despues que llego al orgasmo todos hacen lo que quieren de él. Ya la tenía dura como un fierro, se acosto sobre mí , puso en mi panza un almohadon que tenia en su asiento quedando paradito, y la introdujo toda. Comenzo un movimiento suave, luego fuerte y así un rato, a veces paraba para disfrutarme más. Me abrazó con fuerza,se apretó aún mas, comenzo un moviento salvaje, brutal. Se fundió en mi y largo torrentes de leche caliente dentro de mi. Nos quedamos un rato mas así, luego me sente, lo besé y le agradeci por el placer y el me agradecio por cogerme otra vez el culo. Me pude mal poner la camisa, la pollera, no el corpiño ni la bombacha, me dejó en la puerta de mi casa. Entre, mis hijos me vieron toda desalineada y solo me dijeron, la pasate bien, yo les respondí, mirenme, y me fui a dormir sin lavarme. Fue la noche en que dormi profundamente despues de una semana.