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P2 – Mi Esposa Relata: Fantaseando Juntos y Su Primer Amante

Buntaro Relato enviado por : Buntaro el 27/07/2014. Lecturas: 19810

etiquetas relato P2 – Mi Esposa Relata: Fantaseando Juntos y Su Primer Amante   Infidelidades .
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Resumen
La continuación de nuestro relato real. Aunque esta segunda parte igualmente no será corta, esperamos que la disfruten mientras les compartimos nuestra experiencia con detalles.


Relato
Trataré de hacer la continuación de nuestro relato real algo ameno, aunque igualmente no será corta, pero entreteniéndoles mientras les compartimos la verdad con detalles. Sepan desde ya que todo esto me lo contó ella, mi esposa, a través de los años que llevamos casados (19), lo cual es sorprendente teniendo en cuenta lo seria, lo recatada y poco abierta a nuevas experiencias que es ella. Es muy hermosa, atractiva, pero ella no se da cuenta de eso e incluso llega hasta la timidez en ocasiones. Además, he agregado nuestras propias vivencias ya como marido y mujer.

PREPARÁNDOLA… - Después de esa vez, noté que estaba más abierta (ja!), ¡pero de mente! Para mi sorpresa, había aceptado ver un par de veces alguna peli porno como preámbulo al sexo, y a propósito le había mostrado unas con escenas de intercambios, porno de buena calidad con argumento e historia, no de las que se van directo al grano. Y le habían gustado mucho, pues sé que se imaginaba ella misma dentro de las historias. Lo mejor fue el día que decidí que viéramos una en la que un par de tipos, un latino y una caucásico, con unas GRANDES vergotas, no solo largas o gruesas, sino, GRANDES. (9 y 9.5 pulgadas [22.8 y 24.1 cms.], lo sé porque la caja del DVD así lo decía) eran los protagonistas…

FUE EL DESTINO: NUESTRO VECINO! - En la película le dan una tremenda cogida, hasta una doble penetración, a una chica con muy buen culo que, aunque pequeño, excitantemente tembloroso y de nalgas paradas, con tan solo uno que otro par de hoyuelos de celulitis, lo que la hacía verse mas natural y mejor para nosotros, pues nos gusta lo real y no las nenas que parecen hechas de plástico. Cuando la vi ya caliente, le dije: “Creo que me voy a operar” “Que qué?” -respondió con sorpresa ella. “Si – dije – me voy a poner una pulgada más y que me la engrosen” Y con los ojos muy abiertos de inmediato me pregunta: “¿En serio te la pueden dejar ASÍ?!” -señalando la pantalla. “Bueno, no sé si así pero algo más grande que ésta, seguro.” –agarrándome mi verga ya erecta. Pronto cayó en la cuenta de lo que estaba diciendo y cambiando de tono me dijo: “Tontito, estás loco! Mejor cogeme ya, papi.” Se me lanzó y abrazó y fue otra muy buena cogida. Por momentos la ví que miraba la pantalla y luego hacia un espejo de pared que tenemos casi frente a la cama y de nuevo veía la escena. Seguro se preguntaba cómo se sentiría que se la cogieran dos cilindros de carne como esos de la escena, que le llenaran los dos agujeros por completo y al mismo tiempo… Resulta que uno de los dos tipos de la película, vivía a unas 5 casas sobre nuestra calle, le reconocí por un tatuaje sobre el hombro derecho que en diseños tribales dice “Big D” (yo sabía que algo había ahí en su casa, pues siempre hacían fiestas con muchas chicas, poca ropa, etc. pero pensaba “Bueh, es Miami al fin…”) Me lo encontré en la casa club de la comunidad y rápido entablamos conversación. Muy buen tipo, amable y de buena conversación. Para nada como creí que seria. Leía y yo jugaba billar solo. Lo invite y jugamos una hora más o menos. Al levantarse me di cuenta que media al menos 6’1″ (1.85 cms.) o más. Yo mido casi 5’7″ (1.72 cms.) Y su mano prácticamente envolvió la mía cuando la estrechamos y nos presentamos formalmente. Le dije que pasara a cenar con nosotros y me dijo que no, que de hecho debía irse a trabajar en un comercial, pues era modelo de medio tiempo y tenía que conducir al centro de Miami (pensé para mis adentros “Y a eso le llama trabajo?!”) Antes de irse y desde la puerta me dijo en Onglés: “Sabes qué, que tal mañana? Es Sábado y no trabajo hasta el Martes” Le dije que sí y que nos viéramos como a las 5:30PM para hacer conversación y preparar una parrillada para la cena. Dijo, “Listo! Y… puedo traer a mi novia?” “Claro que sí, cenamos en pareja” Me sonrió y se fue. Ni que decir que esa noche no dormí bien. No le dije a mi esposa nada de quien era, solo que el vecino de calle arriba era un buen tipo y que lo había invitado a cenar con su novia. Me dijo: “Hmm, ok. Pero ya sabes que no me gustan mucho las visitas y menos si no las conozco.” “Te va a gustar” – dije, aclarando de inmediato: “Quiero decir que te va a caer bien.”

SU LLEGADA - Nuestros hijos se fueron a quedar a casa de una amiguita vecina, iban a hacer una velada a la orilla del lago. Compre las cosas para la parrillada y mi esposa se puso a preparar todo. Justamente a las 5:20 me llamo desde la caseta de la entrada de la comunidad y me dijo: “Oye, voy en camino, solo que tuve un contratiempo y mi chica no viene conmigo” Yo le dije que ni modo, pero que ya teníamos todo listo, que no nos fallara. A los dos minutos sonó el timbre. Nos saludamos y se lo presente a mi esposa. La note que instantáneamente quedo prendida. Y claro si el tipo además de grandulón es la típica imagen de Florida: bronceado, atlético, rubio aunque de ojos café… Me sorprendió porque aunque con acento medio chistoso, se puso a platicar con ella en español. Muy servicial, rápido se sirvió una cerveza y nos dio una a mi esposa y a mí. Salimos a encender las brasas y mi vecino de al lado, junto a mis hijos, nos dijeron que si podían ir al cine. Les dije que sí pero que nos llamaran al salir para reportarse y se fueron todos muy contentos. Mi esposa me llamo a un costado y me dijo, aparentando estar molesta: “No que venía con su novia, que paso? Ahora yo me voy a quedar sin quien platicar…”

LA CENA - Pasada la cena y ya con unas cervecitas y ahora empezando una botella de vino blanco bien fría, ella ya ni se acordaba que estaba “molesta” por no tener con quien ‘platicar’. La verdad es que era un tipazo el chico y nos lo pasamos muy bien. Mi esposa se reía nerviosita cuando hablaban, y ya hasta sus buenos piropos la escuche que le dijo ELLA a él, así medio disimulados, pero se notaba que estaba muy entusiasmada con él. Lo llame con el pretexto de ir por mas hielo y en la cocina le dije: “Oye, yo no ando con rodeos. Yo te reconocí desde hace días y sé que eres actor porno” Se echó a reír y me dijo “Si, sí, es cierto. Lo que pasa es que no es algo que le andas contando a todo el mundo” Y le dije: “Me ayudas?” No tuve que decirle más, eso fue todo y el entendió perfectamente todo lo demás. Solo me dijo: “Ok… ¡Claro!” -me puso la mano en el hombro y salimos. Mi esposa no estaba. Había subido a cambiarse y bajo con un pantaloncillo muy corto que usa cuando vamos a la playa y le queda muy bien, pequeño y ceñido. De inmediato me di cuenta que o traía un hilito dental o no traía nada, por la forma en que le temblaban las nalgas al dar los pasos. Una blusa rayada blanco y rojo amarrada por debajo de los pechos. Y se le veían los pezones duritos. A mí se me paro la verga al instante. Pero al ver a nuestro nuevo amigo junto a mi mirando a mi esposa y recordar el clase de pija que se traía, me sentí tanto cohibido como excitado al mismo tiempo. No por mí, sino por ella.

LA DIGESTIÓN - A la media hora, y una botella de vino para ella sola después, mi esposa ya estaba muy desinhibida y bailaba bachata con él. Yo solo vi cuando el sin mucho disimulo, se cambió una verga semi-dura del lado izquierdo a mas al centro de sus shorts. Mi esposa hizo como que no lo vio pero vi como se la empezó a restregar más y más. De pronto, como recordando que yo estaba ahí y como para que no me sintiera mal, me llamo y bailo conmigo y me agarro mi bulto erecto por sobre el pantalón y me dijo: “Vente, vamos a la cocina, quiero que me aclares algo” Ahí me pregunto que si eran cosas suyas o si el tipo era idéntico al de una de las películas que vimos. Le dije: “No, no se parece, ES el de la película donde se cogen entre dos a la chica.” “¿Pero qué te pasa?!” -estalló. “¿Estás loco trayéndolo aquí?” Y le dije: “¿Cuál es el problema? Somos vecinos. No es culpa nuestra en lo que él trabaja. Así como no es culpa de él que yo trabaje en lo que hago, son cosas irrelevantes entre vecinos. ¿Cuál es el problema?” La mire a los ojos y le dije: “¿O es que HAY algún problema con él..?” Me miró y dijo: “Ay ya! ¿Qué quieres que te diga? Me tienen borracha ustedes con cerveza y vino y el calor que hace allá afuera… y SI, no sé por qué pero estoy muy excitada, quiero que me cojas desde hace rato. Dile que se vaya, si? Y aprovechamos que no están los niños, ¿sí, qué dices?” “¿Quieres que cojamos… o cojer con ÉL?” “Tonto!” -y paf! Me dio una bofetada. “¡¿Cómo te pones a decirme eso?!” Riéndome, mientras me sobaba la cara, le dije: “¿Aaah ok, ya veo. El problema es que no hay NINGÚN problema con él, ¿verdad? Aja picarona ¿te gusto el modelito verdad? ¡JAJAJA!” Cayó por unos segundos y me dijo: “Mi amor, perdóname por lo que te voy a decir. Será el alcohol, no sé pero… es que SI, desde hace rato lo reconocí, o creí que era el de la película, DESEABA que sea el de la película! No he pensado en otra cosa. Y encima, ya le viste la verga esa que se le asoma entre las piernas? Se le sient-… pues, que se le ve más grande que en la tele! Ay Dios, ya ni sé que digo, perdóname papi, pero es que me trae loca ese hombre, perdóname, perdóname…” No le pude responder, en ese momento entro él y nos dijo: “¿Está todo bien? Perdón, es que tardaron y pues si soy molestia me voy.” La mire y le dije: “No me pidas perdón, dejarías de ser mujer si no te gustaran los hombres. Y más el paquete éste que te traje!” Y me eché a reír guiñándole un ojo. “No, nada malo. Pasa que ella ya sabe quién eres y se muere por comprobar si tus escenas son reales o montadas” -mi esposa me miró sonriente y con los ojos como platos, sorprendida por lo que acababa yo de decir! Se echó una carcajada y tomando a mi esposa de la mano se la llevó a la sala, mientras ella solo me lanzo una mirada de incredulidad, con la cara totalmente sonrojada.

EL POSTRE - Ahí de inmediato la abrazo y bailo un poquito la bachata que seguía sonando. Yo desde la cocina los observaba. Mi esposa se olvidó de mí casi al instante. Le desato la blusa y le sobo las nalgas. La vi cerrar los ojos de inmediato. De pronto y sin decir nada, le rodeo la cintura y poniéndole las manos en el borde del short, se lo bajo hasta medio muslo. Ella dio un saltito y se apartó… Pero para mi sorpresa y calentura, ella se lo termino de bajar sin dejar de mirarlo a los ojos. Traía el hilito dental más diminuto que tiene, es color naranja y parte de un ajuar de babydoll y batita que tiene. Lo especial es que, aparte de diminuto, se abre al frente justo sobre la entrada de la vagina. Ya con las tetas al aire también, pude ver lo duros que tenía los pezones. No podía creer que estaba a punto de ver como se cogían a mi esposa, a mi chica desde el bachillerato. Él estaba ya sin camisa y mi esposa le señalo el tatuaje sonriendo, como quien dice ‘Por esto te reconocí’ o ‘Lo que dice aquí es lo que quiero comprobar (“Big D”)’ Cuando estando ambos aun parados, mi esposa le bajo sus shorts, salto haciendo como tabla de trampolín aquella súper verga, rosada, gruesa, muy venosa, cabezota rosado encendido que brillaba. Fácilmente tenía el grosor de una lata de refresco. Los huevos le colgaban y estaba depilado por completo. Según mi esposa, parecía piel de bebe por lo que debió haberse hecho una depilación láser. En fin, el caso es que mi esposa al verle esa vergota en vivo, ahí a unas pulgadas de ella, de su panocha que ya debió haber estado súper mojada, se quedó sin vos… Abriendo los ojos mucho, poco a poco fue doblando las rodillas, así como en cámara lenta. Fue acercando las manos y por fin, la tomo y no alcanzaba a cerrarla alrededor del tronco, así de gruesa era! Entrecerró los ojos cuando la sintió entre sus dedos cuando la empezó a pajear despacio. Se la beso y se la lamió y yo no podía creer lo que estaba viendo. Esa hermosa mujer, mi ESPOSA, la madre de nuestros DOS chicos, estaba ahí, sintiéndose mujer al máximo de nuevo… El la levanto, la manoseo, la beso por todos lados con sus grandes manos. Los pezones, las tetas, le metió la mano entre las piernas y levantándole la pierna derecha, la hizo apoyar el pie sobre el brazo del sofá. Le acaricio la zanja de la cuca por encima y se hinco a besarle el clítoris. Mi esposa se estremecía con cada uno de los toques eléctricos que le daba con la lengua sobre su clítoris. Él se pasó por debajo de sus piernas abiertas y le separo las nalgas. Se las abrió y la obligo a inclinarse hacia el frente y parar el culo. Se lo empezó a lamer, a chupar, a mamarle la raja que ya se le veía empapada. De un tirón le arranco el hilo dental y ella solo gimió. No pudiendo más, lo tomo de la cara, lo beso apasionadamente saboreándose ella misma sus jugos en los labios de él y le dijo: “Ya, quiero que me partas la concha papito!” Y agarrándole la vergota dura que apuntaba hacia arriba, dijo en voz alta: “ESTA si es VERGA, papito chulo!” -lanzando una mirada de lujuria que nunca le había visto hacia el rincón de la cocina donde yo estaba, al tiempo que se la pajeaba fuertemente. Y mirándome fijamente, dijo siempre con voz fuerte: “Zámpame todo esto ya de una vez, quiero sentir que me llenes completita, ok? Quiero que me hagas MUJER de nuevo de una buena cogida.” Me di cuenta que tenía mi verga en la mano sin darme cuenta siquiera. En ese momento el la giró, la puso en cuatro sobre la alfombra y la hizo arquear la espalda, apoyando ella su cara sobre la alfombra y extendiendo los brazos al frente. Reaccioné y corrí a ubicarme más cerca, tras el respaldo del sofá para ser exacto, que estaba detrás de ellos. Ahí escuche que él le dijo que se abriera las nalgas, que las separara con ambas manos. De inmediato ella lo hizo, dejando al aire una concha abierta, mojada, que pulsaba. Al hacer eso, ella le dijo: “Ufff! ¿Sabes que casi me vengo solo de mostrarte mi concha abierta? Mmm, solo de saber que estas a punto de darme una gran cogida, mi vida.” Y continuó: “Así que ya, hazme tuya por completo, papacito, hazme LO-QUE-TU-QUIE-RAS…” Dicho eso, él le volvió a mamarle de nuevo desde atrás la torta abierta, pasandole la lengua por el culito tambien, diciéndole : “Estas a punto de saber lo que es que te cojan de verdad. Y por lo que veo, tienes la panocha del tamaño necesario para gozarme la verga, mi amor. No sabes cuánto me gustan las mujeres casadas y mejor si tienen hijos, porque pocas me aguantan la tranca…” Le seguía mamando el hoyo y el clitoris, pero cuando le empezó a dedear el culo ella dijo: “Ay que rico, asi no que me voy a venir muy rápido!” Él se hincó y le apuntó con la punta de la tranca al hoyo semi-abierto de la panocha, y a mí se me ocurrió preguntar como bobo: “Oigan, y sin condón..?” “Ay ya, déjalo, así la quiero, la quiero sentir toda mi amor!” -protestó ella. Y así lo hizo. Al ponerle la punta en la entrada del agujero, ella suspiraba fuerte, casi jadeaba. En cuanto le entro la cabezota ella gritó: “Aaay Dios mío, ya me vengo, Dios mío que rico..!” Y así fue, estaba tan encendida, tan caliente, que solo con la cabeza había tenido su primer orgasmo, y mientras lo tenía, automáticamente saco más el culo y se abrió más de piernas sobre sus rodillas, al tiempo que se convulsionaba con los ojos en blanco. Luego dijo, más bien, le ORDENO que se la metiera más. Él se la empujo más y le entro el tronco hasta la mitad. “Ay, hijueputa…. ahhh!!! Que rrrico papi…!” Otro empujón más y casi le llegaba a la base, ya tenía como 8″ pulgadas (20.2 cm), de verga adentro, lo que ya era más que mis 7″. Corrí de nuevo y me pase al frente para verle la cara pues se había levantado en una mano mientras con la otra se sobaba las tetas balanceantes. Y así comenzó el mete-y-saca, empezó a bombearle el coño, lento pero seguro. A mi esposa se le ponían los ojos en blanco casi involuntariamente. El, mirándome me pregunta: “Se la meto toda?” Antes de responder ella gritó “Dámelo cariño, dámelo todo hasta los huevos, quiero sentirte los huevos en el clítoris!” ¡Y se la dejó ir! “AY CABRON DIVINO!” Grito ella, “Que delicia tan grande Dios mío… Ay, ahhh, me vengo otra vez, ay, ay, ahhh…!” En ese momento ella me tomó de la mano, por instinto creo, y con la mirada perdida, literalmente babeando se dejó que ese machote se la gozara a lo perrito, dilatándole la panocha, convirtiéndosela en un túnel amplio que yo no podría llenar, haciendo que la mujer cachonda, lujuriosa y libidinosa dentro de mi esposa, estallara en su máxima expresión. “Ayayay… no puedo más, te la siento en la garganta desgraciado… ay, ay… No puedo más!” Él le pregunto: “Te la saco?” “NO! Ya no puedo… porque… me vengo a chorros otra vez papacito… ay, ay, ay, ay, ohhh!” En eso se percató que me tenía tomado de la mano frente a ella, y jadeante, como pudo, me dijo: “Ay corazón… ahhh, ahhh… perdóname… ahhh, ah… pero… QUE CULEADA ME ESTA PEGANDO ESTE HOMBRE!” ¿Te gusta?” -pregunte. “No, me encanta… uff… ah… no hay palabras… ah… hacía tiempo que no sentía esto que estoy sintiendo… perdóname mi amor…” Quizás le di lástima, pero me dice: “Te la mamo? ¿Sí?” Se la puse en la boca y se la trago hasta la mitad. Ella no se movía, el que ahora la movía era nuestro amigo, con cada embestida, cada vez que se la dejaba ir hasta el fondo. Y sacándose de la boca mi verga me dice mi esposa: “Sorry, pero no hay comparación amor… Esta que me está partiendo tu panocha que tanto te gusta, esta que tengo entre las nalgas, esta SI es verga… por Dios Santo, que vergotota!” Luego, él se detuvo y me pidió que me pusiera detrás de ella, y le dijo a mi esposa “Espera mami, te lo voy a sacar para que te vea la torta abierta tu esposo, si?” “Ok, pero apresúrense que no quiero que pares de cogerme, ¿si?” Cuando me puse detrás, y él se la saco despacito, con sus manotas le separó las nalgas, se las separó muy abiertas y ahí, ante n4estr6s ojos, nos deleitó la gran concha de mi esposa lo más abierta que jamás la había visto. Escurría jugos, la tenía mojada, muy roja, cavernosa de lo amplia que la tremenda verga de nuestro nuevo mejor amigo se la estaba dejando. Me dijo: “Anda, métele la verga para que sientas lo floja que le estoy dejando la raja a tu mujer…” Yo estaba que no podía. Se la metí lo más duro, lo más erecta que pude y casi no le tocaba las paredes vaginales. Le metí mis dedos índice y medio junto con la verga y solo así sentí algo de fricción, pero como estaba a mil, sentí que me venía y se lo dije a ella. Ella me gritó: “NO, no me eches tu leche adentro! Ahorita solo quiero la de él, ok mi vida? Quiero que me llene con sus chorros de leche. Después que él se venga dentro de mí, entonces vas tú, ok? Sorry!” Apresurado se la saque y me vine sobre la alfombra. “¿¿¿Ves??? – dijo ella – No aguantas nada, déjame que ESTE MACHO me goce, porque esta vara de carne me la quiero seguir comiendo hoy cuando sea.” Dicho eso, el la levanto por la cintura, le metió un dedo en el culo y otro en la cuca y se la chiquiteo así un minuto mientras la besaba apasionadamente y le morreaba las tetas y las nalgas con la otra mano. Yo quede empalmado de nuevo casi de inmediato. Se la echo en brazos y así parados se la metió por la concha y así se llevó a mi mujer a nuestro cuarto que está arriba, caminando con la verga ensartada en su ahora panochota. Yo los seguí y me senté en una silla que está en la esquina, junto a la puerta corrediza que da al balcón. Él ya estaba acostado y le dijo a ella que se parara sobre él y que se fuera sentando sobre su mástil poco a poco. Ella le obedeció y frotándose el culo con un dedo y agarrándole la tranca con la otra mano se la dirigió a la entrada de la rajota bien abierta, él le dijo que despacio pero no haciendo caso, se sentó de una vez llegándole hasta los huevos. De inmediato se comenzó a correr ella en un nuevo orgasmo y con la cabeza hacia arriba y los ojos en blanco automáticamente lo empezaron a jinetear mientras se corría. Sus nalgas sonaban como aplausos al impactar contra la pelvis y mientras le saltaban los huevos a él por la cabalgada, ella casi me grito “Corre la puerta, ábrela… si grito quiero que me oigan como gozo… mi amor perdóname pero ahorita me siento como la madre y la mujer más PUTA de Miami, que sepan que me estoy gozando esta hermosa pingota!”. Yo sin siquiera pensar, como zombi, solo abrí la puerta corrediza y de inmediato entro una ráfaga de aire cálido, que hizo que el pelo de mi esposa volara. ¡Se veía hermosísima al viento mientras se la cogían así como nunca! Así estuvo un corto tiempo y de pronto, como movida por un resorte, literalmente se ‘desclavo’ de la pijota del macho y acostándose boca abajo, le dijo “Quiero que me la metas desde atrás por la panocha, papito rico; golpéando las nalgas con tu abdomen…” “¿Así?” -preguntó, al tiempo que le abría las nalgas con las manos y se la enterraba hasta el fondo de sus entrañas y virtualmente la hundía contra la cama. “Aay así… ay así síguemelo dando, papi rico… entiérramela hasta el tope, uf! Sabes que… ahhh ahhh… hace años … me cogió así… otro hombre… ahhh… y me gustó mucho? Ah, ah… Ay, papi, pero la tuya la tienes más sabrosa, que pijota!” En eso estaba cuando le preguntó: “Estas lista para una cosa más?” “Ya te dije que me hagas lo que te de tu regalada gana, mi amor, reviéntame como te plazca” “Ah sí? Ok, pues aquí te va…” -y chupándose su grueso dedo medio, se lo metió por el culo casi hasta la mitad, luego el dedo anular y con los dos le empezó a bombear el culo! “Oooh, ahhh, ahhh… ay así, así dame… Qué rico, así siento como que me cogen dos vergas… como en tu película, grandísimo desgraciado, eres divino… Me voy a venir otra vez, dame, dale, cógeme, cógeme por el culo y la torta, ah, ahhh, ahhg…” “Corazón, ahora me toca a mí” -le dijo, y sacándosela le dio vuelta, le abrió las piernas, le mamo la conchota muy abierta rápido, se la dedeó con tres dedos un poco, masajeándole el punto G. La puso lo más abierta que pudo de piernas y como ya a estas alturas ella le aguantaba toda la verga, así de un solo empujón se la metió hasta los huevos. De lo mojada que estaba, veía como los huevos se le pegaban en la entrada del culo abierto. Me habría gustado unirme y meterle mi verga por el culo a ella mientras él le partía la concha. Pero no, no pude moverme. Dentro de mi trance, alcance a ver que regresaba la minivan de nuestros vecinos, con nuestros hijos, y se estacionaban en la casa de junto. Volví a verlos y él le estaba dando una cogida olímpica buscando correrse en su concha. “Ok, ok… mami… aquí te va, aquí te va, ah, arrrgh..!” “Dale papito! Échamelos dentro, échamelos hasta el fondo de mi… ah, ah, ahhh… uf!” Y así, él se la saco y ella se la mamo y se la limpio, a lo que él le dijo que parara, que se iba a empalmar de nuevo si seguía.

LA DESPEDIDA… TEMPORAL - Reaccionando yo en ese momento, les dije que ya los niños habían vuelto del cine y que no tardaban en entrar a la casa de seguro. Habiéndosela chupado y casi sin fuerzas ya, se dieron un beso y quedamos en repetir “la cena” pronto. Por la ventana vi cuando el salió, se subió a su auto y mirando hacia el balcón se marchó. Fue cuando vi que los chicos jugaban básquetbol afuera. Me di vuelta y le dije a mi mujer, a mi chica, a mi ESPOSA, que le quería ver la concha una vez más antes de ducharnos (no sé cuántas veces me corrí pajeándomela), ella, totalmente agotada, solo se abrió de piernas y me dijo “Mírala…” Aun sin usar las manos, la concha le había quedado totalmente abierta, roja, destilaba chorros de mecos y jugos propios. Sin yo poder creerlo, vi cómo se me volvía a parar la verga, y le dije “Sabes que te voy a tener que coger, verdad? Aunque sea así rápido” Ella suspiro profundamente y me dijo… “Ok, métemela y date gusto, pero yo no puedo mover ni un dedo” me advirtió. Me le monté, la puse de piernas abiertas y se la metí de una vez. Claro está que ni ella ni yo sentíamos fricción, pero estaba yo tan sensible de la excitación, que le metí DOS dedos junto a mi pinga y en unas cuantas puñaladas me corrí dentro de su rajota, tan floja, tan holgada, tan usada esa noche. Ella me miró y me dijo: “Ya acabaste?” “Si” -dije. Giró la cara y murmuro suavemente: “Ni la sentí…” Volvió a suspirar e incorporándose me miró, con las tetas casi en mi cara, diciendo: “Gracias papito chulo. Eres el mejor padre… el mejor esposo… solo que después de hoy, sabes que no se si seguirás siendo el único, despertaste algo en mí… Sí señor… Creo que las cosas ya no serán como antes. Al menos mientras lo tengamos por vecino a… EL”. En eso entraron corriendo los chicos y nos duchamos con esfuerzo pero rápidamente. Bajamos y les convidamos parte de la parrillada, pues el juego de básquet les había dado hambre. Y ahí estaba mi esposa mientras yo la observaba, contenta y riendo como la mejor madre, platicando sobre la película… Si los chicos supieran que hacia menos de una hora, su madre era “La Mas Puta de Miami” Después les cuento lo que pasó más adelante, en una audición de mi mujer para una película amateur porno… invitación por supuesto, cortesía de nuestro querido vecino.

Continúa.

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Comentarios enviados para este relato
sinaloa (28 de July de 2014 a las 06:59) dice: hola me gusto mucho tu relato, me gustaría poder compartir relatos contigo,, mi mujer es muy puta pues así la conocí,, , y felicito, muy buen relato

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:49) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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