Por andar de farras, mi marido queda paralítico

Mi marido era un estupendo amante hasta que sucedió su desgracia que por andar de farras con sus amigotes chocan matándose dos de ellos y dos quedan casi destrozados mi marido paralizado de sus miembros y su amigo destrozado en sus piernas y sin sensibilidad de su cuerpo de la cintura hacia abajo.

Ambos casados y con hijos que generan gastos y debemos nosotras las madres ahora solucionar los problemas hogareños. Me llamo Andrea y mi amiga mujer del compañero Ema ambas tenemos 30 años

No soy fea y mi cuerpo no es despampanante, pero atrae las miradas de los varones, me presento a varias solicitudes de trabajo, en las tres que me presente salí rechazada por tener mi marido enfermo y según las empresas podrían atraerles licencias mías.

Hoy he vuelto a casa destrozada anímicamente, me recibe el sobrino de mi marido un chico muy trabajador que recorre el campo trayendo sus mercaderías y repartiéndolas entre las ferias de verduras y frutas ganándose suculentas remezas de dinero que él acumula para estudiar en la enseñanza superior por que desea ser titulado en Gestión Mercantil, es un chico de 19 años muy activo y musculoso por el trabajo no mal parecido y muy agradable al trato, eso si muy temeroso de las mujeres por que a tenido, me contaron, malas experiencias con ellas que han querido explotarlo y él se aleja mejor de las mujeres. Poco lo he visto y tratado debido que el prefiere trabajar a estar en reuniones familiares y siempre esta ayudando a su padre en los negocios de este. Hoy su madre y hermana de mi marido le solicito que se quedara mientras iba a esta entrevista.

Me vio llegar con mi ánimo por el suelo y me trata de consolar.

Me acompaña hasta la pieza detrás de la cocina donde me refugio cuando estoy triste y no deseo que me escuchen ni mi marido ni mis hijos mis lagrimeos. Me desliza sus manos por mis hombros consolándome y me pregunta cual es el problema, le contesto entre lágrimas las deudas, debo el colegio de los niños, el almacén y no tengo dinero… y no consigo trabajo, le digo.

Me pregunta si estoy dispuesta a todo por no perder oportunidad de ganar dinero y cancelar las deudas y sobrevivir con un trabajo que me ayudara a pagarlas y nadie se enteraría de nada. Sorprendida levanto mi vista y veo que este mini macho tiene sus ojos fijos en mi valle formado por mis senos, tenía a un sobrino macho excitado por mis curvas.

Sentí como deslizaba sus manos partiendo de mis hombros hacia abajo en dirección de mis senos, no opuse resistencia, siguió acariciándome y metió sus manos en mi blusa, delineo con su dedo índice la circunferencias de uno de mis pechos con gran suavidad, luego se adueña de uno de mis pezones con sus dedos, mi cuerpo se altera después de casi tres meses sin caricias y gemí para demostrarle que me gustaba lo que estaba haciendo con mi cuerpo.

Me agarra mis senos uno en cada mano. Me los comprime con fuerza, me miraba a mis ojos y yo veía en sus ojos pasión, lujuria, deseos me levanta de la silla y se sienta él sentándome en sus piernas quedando de lado a su frontal… lo miraba curiosa de saber que más haría.

Sabes eres atractiva y me tienes desesperado desde hace tiempo, su mano se introduce por debajo de mi falda acariciándome mis piernas, empezando por las rodillas y luego sigue por mis muslos, me abraza y busca mis labios para besarme me dejo besar… su lengua se incrusta en mi boca mientras su mano sube por uno de mis muslos llegando a mi entrepiernas, llega al calzón y me acaricia mi vulva por sobre este, no se conforma aparta mi braguita y se introduce uno de sus dedos en mi vagina recién rasurada, sus dedos me recorrían mi rajita excitándome, era mi sobrino, pero me estaba excitando con sus caricias después de tantos meses sin caricias de macho alguno mis hormonas se revolucionan, le digo oye déjame que soy tu tía, no me escucha y continua sus maniobras… me levanto y el me atrapa sacándome mis bragas, me sube mi falda me gira de espalda a él y se saca su ropas inferiores, luego se sienta y me sienta encima de su pene, un pene tieso alargado por las evoluciones de sus deseos y grueso que siento como su cabezota comienza a abrirme mis labios vaginales, su musculoso miembro ayudado por el peso de mi cuerpo abre y penetra en mi vagina siento que mis paredes vaginales son reestrenada por este chico con su masa de carne nervios y músculos. Mi vagina se había cerrado por falta de u. Sentí el delicioso placer de volver a sentirme apareada, nuevamente volvía a hacer el amor, aunque fuera en circunstancias no deseadas. Ya penetrada por este miembro comenzó este macho a realizar un rico movimiento, sin quererlo me movía sobre este pene, me movía encima de ese pene, mi sobrino me tomaba de mi cintura a veces otras de mis nalgas, para ayudarme a subir o bajar mi trasero insertándome su miembro en mis entrañas.

Me levanta clavada por su pene y me acomoda sobre la cama vecina con delicadeza, me abre bien mis piernas y las ubica sobre sus hombros me penetraba a placer, me ensartaba su desproporcionado pene bien profundo, gimiendo al hacerlo y yo solo abría mi boca buscando aire ante las intensas y rápidas maniobras bombeándome con movimientos lentos a veces rápidos otras, comenzaba a resollar, jadear ante las penetraciones en mi vientre, como estábamos solos y mi marido en su cama lejos en su dormitorio, podíamos gemir y jadear a placer. Me hizo llegar un exquisito orgasmo, tomando luego una de mis manos besándomela con su boca mientras continuaba meneándose y penetrándome duro con buen ritmo.

Gemía cuando esta se introdujo en mi intimidad, sentía un poco de dolor como si me estuviera desflorando, luego con más fuerza la metió hasta la mitad, Mi sobrino Leo comenzó a moverse dentro de mi, cada vez que lo metía de nuevo trataba de meter un poco más su longitud, hasta que luego de tres o cuatro bombeos mi vagina se comió toda su virilidad. Me sentí llena en mi hoyito, como nunca lo había sentido en mi vida. Al principio quería que la sacara un poco, pero luego que la excitación se hizo presa de mi voluntad, quería que nunca la sacara, me producía un placer inmenso, increíble, cada movimiento de cintura que me daba me hacía ver estrellas, inclusive dije varias vulgaridades que no me imaginaba decir como: Reviéntame mi vulva… Que rica tu cabezota… Trátame como a una puta… Dame más. A mis 30 años un muchacho de 19 me daba felicidad y me satisfacía plenamente.

Su rica y enorme verga se movía aceleradamente dentro de mi vagina, yo me sentía llena hasta los ovarios, pero quería que me la metiera aún más, estaba hecha toda una puta, con mis largas piernas le rodeo la cintura para obligarlo a poseerme más duro y más profundo, sus bombeos son ahora más fuertes; en un momento siento que su pene empieza a palpitar dentro de mi, Leo esta llegando al clímax, me echa un chorro enorme de esperma dentro de mi vientre, que lo rebalsa, el semen empieza a salir de mi interior y moja mis nalgas y mi culito. Leo en ese momento jadea fuerte posterior a su venida.

Se volvió mi amante, lo excito y cogemos a cada rato para que no pueda pensar en otras chicas. Mi marido ya piensa que ando de puta con alguien (así me ha dicho). Quiero que mi sobrino Leo coja conmigo nada más, quien tiene buena técnica en la cama, lo deseo y quiero que me siga manteniendo y pagándome mis deudas, yo solo me refriego con él en la cama, con nadie más diga lo que diga mi marido.

Hoy me ha visitado Ema y luego les contaré o que le sucede.