Categorias

Relatos Eróticos

Ultimas fotos

Photo
Enviada por narrador

Photo
Enviada por ELCASUAL

Photo
Enviada por rodolfosalinas


 

Por ganoza, me quitó lo virgen un viejito

bareta Relato enviado por : bareta el 09/06/2012. Lecturas: 40248

etiquetas relato Por ganoza, me quitó lo virgen un viejito   Primera vez .
Descargar en pdf Descarga el relato en pdf
Resumen
Todo empezó en el metro y terminé bien agradecida en casa de un viejito


Relato
Me llamo Karla, tengo 19 años, desafortunadamente no soy muy bonita (aunque tengo lo mío) y sin llegar a esquelética soy muy delgada, por lo mismo mis pechos y trasero no son muy voluminosos, y los jóvenes poco se fijan en mí. Desde hace varios años, me han dado ganas de tener relaciones sexuales, sin lograrlo, los pocos novios que he tenido solo me han puesto muy buenas calentadas (con sus respectivas mojadas de rajita), pero nunca se aventuraban a penetrarme.
Hace unos meses, no tuve clases y de regreso a mi casa, a bordo del metro, que como siempre va hasta el gorro, un señor más o menos de 70 años, comenzó a darme arrimones de verga en el trasero, entre tanta gente no me podía mover, por lo que tuve que aguantar la situación para no hacer escándalo dentro del vagón, pensando –canijo viejito libidinoso, debería de buscar una de su edad-. El señor al darse cuenta de que no protestaba, metió la mano bajo mi falda y empezó a acariciarme las piernas diciendo –flaquita, estás como para romperte todos tus huesitos- y – hay flaquita que se sentirá tener mi verga entre tus popotitos-, entre la risa que me daban sus palabras, sus rozones en mi trasero y la mano sobando mi pierna, y pensé -malvado viejito, me calentó más rápido que cualquier otro y haciendo que me humedezca a lo tonto, me va a dejar vestida y alborotada-.
Así siguió por una o dos estaciones más, hasta que me dijo casi en el oído –flaquita, si quieres que te la meta toda, bájate conmigo en la siguiente estación y te invito a mi casa-.
No sabia que hacer, en mi casa no habría nadie, mis papás trabajando y mis hermanos en la escuela. Ya estaba caliente y aunque viejito, era el único atrevido a cogerme, por lo que decidí seguirle el juego hasta ver donde paraba. Cuando se bajo del vagón abriéndose camino entre la gente, me pegué a él y lo fui siguiendo, volteó y al verme atrás, solamente se sonrió y siguió andando pausadamente, yo seguía detrás sin perderlo de vista. Llegó hasta un ruinoso edificio, subió al primer piso y se metió a un departamento dejando la puerta abierta. Cuando entré, él estaba sentado en un viejo sofá y me dijo –me calentaste en el metro, flaquita-, pero pásate y cierra la puerta, aquí vivo yo solo, así que no te preocupes por nada.
Me quedé parada frente a el, dejando mi mochila en el suelo le contesté – ¡sí! me puso caliente, pero a poco todavía se le para-.
¡Claro! pero hacia muchos años que nadie se me antojaba como tú, ¿te puedes quitar tu ropita, por favor?
No sabía si reírme de mí, de él, o de la situación en la que estaba, pero viendo la candidez en el arrugado hombre, deje caer al piso la falda, me quité la blusa, quedándome solo con la pequeña tanga, el sostén y mis calcetas. Mientras recorría con la vista, todo mi cuerpo, se le abrían más y más lo ojos y a mí se me humedecía mi rajadita cuando lo oí decir –ven niña, acércate, para poder sentir la tersura de tu piel-, y abrió sus piernas.
Me acerqué hasta el sillón y cerré los ojos. Sabía que tenía enfrente a un hombre decadente, mayor, arrugado y maloliente, pero me había simpatizado son su imprudente actuar.
Comenzó acariciándome ambas rodillas, y fue subiendo sus manos por los muslos hasta mis nalgas. Su áspera mano, sobaba mi coño cuando dijo –la flaquita ya se orinó o está caliente, porque ya está aquí muy mojado-, y hurgando con un dedo, por encima de la tela, comenzó a husmear en mi clítoris.
Me jaló hacia abajo provocando que me hincara frente a él diciendo -la delgadita niña quería ver si se me paraba- ¿verdad? Abrí los ojos, y de la bragueta abierta, salía una verga seca, arrugada, cabezona, pero perfectamente parada. Tomándome de los cabellos, agachó mi cara y simplemente abriendo mi boca me la engullí toda, dándole unas ricas mamadas.
Sentí como desabrochaba el sostén por la espalda, el cual con movimientos rápidos, lo saqué de entre mis brazos y me deshice de él y de la tanga, sin dejar de chupar esa agridulce verga.
¿La flaquita ya la quiere adentro?
¡Mmmmhhhhhhuuuuuu!
Me puse de pie, e inició chupando y mordiendo mis senos hasta dejar bien paraditos mis pezones, mientras que con un dedo jugaba con mi hoyito y mi clítoris, haciendo que diera pequeños brinquitos, apretara mis nalgas y emitiera ciertos –aaaaaahhhhhh-, -oooooohhhhh- -aaaaaayyyyy-, -uuuuummmmm-. Se estremeció todo mi cuerpo y tuve un orgasmo, mojando su mano y deseando su polla dentro mi coño.
¿Ya quiere la niña montarse en el caballito de su papá?
¡Sí! ¡Sí! ¡Ya quiero!
Jalándome de las nalgas y poniendo un dedo en mi ano, provocó que me hincara en el sillón quedando sobre él y abierta de piernas.
Cuando apuntó su gran cabeza en mi agujerito, le dije:
¿Me va a doler mucho?
¿Eres virgen?
¡Siiiiiiiiiiii!
¡Vaya! ¡Que suerte! ¡Voy a desflorar!
¡Entonces, tú sola te lo vas a enterrar! Pero primero deja que se abra más.
Y moviendo en círculo únicamente la punta de su pito, empezó a jugar y a mojarlo con mi coño, que lentamente se iba dilatando y comiéndose la cabecita, provocando algo de dolor. Ya me tenía bien caliente pero él continuaba con sus lentos movimientos, pero con el peso de mi cuerpo, se hundía poco a poco. Con la mitad de verga en mi horadada cavernita, se detuvo, y repentinamente me jaló hacia él, enjutándomela hasta el fondo. Me salieron lágrimas junto con un largo -aaaaaaaayyyyyy-.
Se volvió a detener diciendo:
-La niña, ya está ensartada, ahora solita mueva sus nalguitas para que lo goce-.
Sin soltarme de las caderas, me las empezó a mover poniéndome un dedo en la entrada de mi ano, el cual lo oprimía, para que no me lo traspasara, pero al mismo tiempo apretaba mi coño, sintiendo más fuerte la fricción por adelante. Entre los ligeros jalones de mi vello púbico al atorarse en el cierre de su bragueta y el chacoteo de su verga dentro de mí, el dolor se fue disipando, estaba en el cielo, me sentía en éxtasis.
Deliciosamente empalada y sin síntomas de dolor, mi cuerpo se deleitaba de la imprevista cogida que me estaba proporcionando el habilidoso viejito.
¡Le gusta a la niña el caballito? ¿A la flaquita le encanta su cogida?
¡Si! ¡Sí! ¡Sí! ¡Cójame! ¡Sí! ¡Sí! ¡Me lo quiero enterrar todo!
Moviendo las nalgas en círculo, bajando y subiendo sobre esa rica polla, abriendo lo más que pude mis piernas para comérmela mejor, me llegó un grandioso orgasmo, por primera vez, me corría y me deleitaba con una verga dentro de mí. Ya me había aflojado, pero continuaba con lentos movimientos de mi trasero sin dejar escapar esa polla, cuando me dio un fuerte abrazo y sentí los chorros de rica y caliente leche irrigar por completo y hasta el fondo el interior de mis entrañas.
Nos quedamos unos momentos quietos, solo se escuchaba el jadeo de nuestra acelerada respiración, después, me bajé del sillón, busqué mi ropa, con la tanga, me limpié el espeso líquido blanquecino con líneas rojas que comenzaba a escurrir hacia los muslos, me vestí. El estaba durmiendo, ya solo se escuchaban sus resoplidos.
Ya me habían cogido, me habían dado lo que soñaba, el hombre que me desvirgó, me dejó complacida, aunque de piel decadente y arrugada, su vitalidad sexual me dejó satisfecha.
¡Un viejito me había echo mujer!










Pasaron los días, y la ansiedad sexual, me regresó con más ganas, pensé en buscar alguien de mi edad para desahogarme, pero no es fácil llegar y decir –sé que no te atraigo, pero quiero que me cojas, tengo ganas-. Por lo que pensaba en el viejito, en su osadía, su experiencia, pero sobre todo, en su duro y bien puesto miembro.
Lo busque varias veces, no lo encontré.
Hasta que por fin tuve suerte. Abrió la puerta y reconociéndome, dijo:
-La flaquita incrédula-, -Se fue sin despedirse y sin las gracias por lo que me dio-.
¡El que me dio, fue usted!, ¡Me encantó! ¿Quiere darme otra dosis de su medicina?
Pasa, pasa, no te quedes ahí, ponte cómoda.
¡Te molesta que ahora sea en la cama? Me dijo.
No, si lo voy a disfrutar igual que antes.
¿Ya cogiste con alguien más?
¡No! Solamente usted me lo a echo.
Ah, entonces si lo vas a gozar, me llamo Pancho, y ¿tu?
Karla
Y me llevó a una desvencijada cama individual, pero limpia, diciendo:
¡Karlita! ¡Karlita, la flaquita!, ¡Karlita, la popotitos!
Siéntate chiquita, siéntate, mientras me desvisto.
Y sin más, comenzó a desnudarse. Me reí para mis adentros, observé totalmente y por primera vez la arrugada flacidez de sus delgados brazos y piernas, sus dientes amarillentos y su encorvada y trabajada espalda y con la verga aún caída, pero aún así lo notaba más rejuvenecido, su semblante más alegre, más jovial.
Me sacó de mis pensamientos, cuando escuché:
Ahora te toca a ti, quiero ver todo el fragilito cuerpo que me voy a coger.
Me desnudé totalmente. Acarició mi cuerpo con sus ásperas manos, recorrió dulcemente mi cuello, hombros, espalda, pechos, cintura, cadera y cuando llegó a mi húmeda concha, apretándola, dijo:
-Esta boquita necesita comer, Karlita quiere llenarse toda-.
¡Siii! ¡Siii! ¡Tengo mucha hambre!
Me subí y brincando en la cama dije:
-Esta niña, quiere que Don Panchito le haga caballito otra vez-.
-A que escuincla esta, pero hoy, vamos a variarle-.
Y jalándome de la cintura, se llevó mi coño a sus labios, propinándome una rica ensalivada, a lo que yo abriendo totalmente las piernas, y agarrándolo de la cabeza, lo atraje para que me chupara mi clítoris. Sintiendo un rico calorcito y con mi rajita bien mojada, empecé a susurrar:
¡Así Don Panchito! ¡Hhhaa! ¡Así, así! ¡Oohh! ¡Que rico siento Don Panchito!
Cuando se quitó, tenía la boca llena de su saliva y de mis jugos, me hinqué para darle unas buenas mamadas y endurecerle el pito. Me sorprendí al ver el tamaño ya bien parado, en mi primer cogida, no me lo dio completo, se habían quedado escondidos entre sus ropas 3 o 4 centímetros y una enorme bolsa con dos bolas. Cuando iba a introducirlo a mi boca, dijo:
¡No chiquita! ¡No! Le vamos a cambiar, mejor ponte en cuatro patas y enséñame tu trasero.
Así lo hice, y separando mis muslos y mi pelambre, dejó perfectamente al descubierto mi intimidad, y volvió a hundir su boca e introdujo su lengua en mi cueva dejándola bien ensalivada. Luego acariciándome las nalgas, me metió un dedo, abocardando y dilatando mi ranura, jugó unos minutos, dejándome lista para recibirlo, se acomodó y comenzó a hundirlo lenta pero firmemente, yo sentía muy poco adentro, por lo que empujaba mis nalgas hacia atrás e intentaba clavarlo más, pero el no lo dejaba profundizar.
Sacaba y metía lo escaso que ya me había enterrado. Cuando notó que mi interior, ya estaba bien mojado, de un solo y fuerte impulso me incrustó toda la verga en mis entrañas, con el empujón se resbalaron mis manos y casi me caigo de la cama, quedando con el trasero completamente levantado y sintiendo como su cabeza hurgaba hasta el fondo de mi coño. Aún con sus manos sobre mis nalgas, notaba que sus dedos gordos picaban y jugaban en mi ano. Entre mis ¡Uuummm! ¡Que rico! ¡Duro, deme duro!, me produjo un rico y prolongado orgasmo, que junto con su leche atiborró toda mi cavidad experimentando enormes espasmos.
Me quise voltear y tenderme en la cama para que le sepultara nuevamente y se corriera, pero dijo:
¡No, chiquita, no! ¡Bájate y vuélvete a inclinar sobre la cama!
Parada con las piernas abiertas a la orilla de la cama, puse mis manos sobre ella dejando mi coño al descubierto
Tomó un frasco de crema y untó una buena porción sobre mi culo y colocando su verga en la entrada dijo:¡Ahora voy a romper este culito! ¡Te va a doler un poco, pero ya verás que se te pasa!
¡No! ¡Por ahí no! ¡No! ¡Por favor! ¡No! ¡Nnnnnoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!
Y me empaló de un solo golpe enterrando todo lo largo de su pito dentro de mi apretado hoyito.
Ya con la verga enterrada en el culo, pero sin que se moviera, solo se escuchaban mis ¡Ay! ¡Ay! ¡Me duele! ¡Ay! Oh! ¡Me está partiendo!¡Ay! ¡Me va a reventar!
Cuando dijo: ¡Schhhhhhh! ¡Deja que se te dilate! ¡Relaja tu culo!
Entre mis sollozos y lágrimas, lo sacó dejando la cabeza adentro, fueron unos segundos, pero para mí, una eternidad, y lo volvió a hundir hasta el tope, movimiento que realizó varias veces, que con las primeras, sentía que me despedazaba por dentro, pero paulatinamente esa sensación se cambió por un delicioso placer jamás imaginado. ¡Estaba enculada! y ¡Me encantaba!, cuando noté arder mi culo por el torrente de mocos que me prodigó adentro.
Me senté en la cama y se lo comencé a chupar, aún tenía crema y gotas de semen entre sus arrugas, cuando lo note duro, simplemente me recosté y abrí las piernas, diciendo: ¡Quiero de nuevo aquí (sobándome mi coño), la verga de Don Panchito! ¡La niña quiere su chupón!
Comenzó a introducirlo lentamente, mientras mordisqueaba mi orejas y me balbuceaba
¡Me gusta tu coñito! ¡Me encanta meterle la verga a esta niña! ¡Me encanta cogerte, Karlita!
¡A mí también! ¡Cójame! ¡Démelo todo! ¡Déme más!
Con toda la polla adentro, pasó sus piernas afuera de las mías, haciendo que yo las juntara y apretara su verga dentro de mí. Siguió ahora dándome fuertes embestidas, con lo que agitaba todo mi cuerpo que con la fricción, lo profundo que entraba y con lo apretado que estaba adentro, me produjo otro buen orgasmo, junto con unos ¡Ooooooooooooooooooooooooohhhhh- -Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiico- y cuando me decía: –Que rico aprietan la verga estos popotitos- -que sabroso te la comes, Karlita-, me volvía a anegar con su rico néctar esta vez mi coño.
Nos quedamos quietos por unos momentos, descansando del fragor de la cogida y tratando de controlar nuestros jadeos.
Se puso de pié y mientras se vestía, percibí que mis nalgas estaban en algo mojado, me levanté y ví sobre la colcha una gran mancha, era un concentrado de semen, crema y jugo internos expulsados por mis congratulados orificios, aunque aún quedaba entre mis vellos una gran cantidad de líquido.
No te preocupes, con la misma colcha, límpiate bien tu rico coñito, me dijo.
Me vestí y mientras él, con una mano sobaba mi trasero, con la otra me ofreció una gran paleta diciendo:
¡Tenga mi popotitos, mientras regresa, que esa boquita tenga algo que chupar!






Otros relatos eroticos Primera vez

A mis 12 años, con unas chavas de 12 13 y 14, algo nuevo para mi, mi iniciacion hacia el sexo, practicamente una orgia con ellas y con mis amigos, simplemente algo que recordare por el resto de mis dias.
Relato erótico enviado por Anonymous el 08 de June de 2004 a las 09:55:40 - Relato porno leído 451468 veces

el amigo de mi papa me desvirgo

Categoria: Primera vez
Cuando senti que el me puso su verga en mi entrada lista para metermela me estremci de placer.
Relato erótico enviado por Anonymous el 23 de April de 2010 a las 18:09:14 - Relato porno leído 318726 veces
En mi fiesta de 15 años en un vochito de mi misma edad me hicieron mujer y fue el comienzo de una relación intensa.
Relato erótico enviado por Anonymous el 09 de July de 2004 a las 00:33:10 - Relato porno leído 230713 veces
La lleve a su recamara dentro los aposentos de la iglesia, ella repetía que era una locura pero también ya estaba caliente, lo note por su humedad que tenía ya en su vagina, ella me dijo que nunca había estado con un hombre y que no sabía ni como se hacía el sexo más yo le dije, “No te preocupes mamacita yo te guio” le subí totalmente su vestido y le abrí sus sexys piernas.
Relato erótico enviado por reycolegial el 07 de September de 2009 a las 16:44:00 - Relato porno leído 194069 veces
Soy jardinero en una mansión hace muchos años, los chicos crecieron con migo pero llego el día que Lucrecia la mayor se convirtió en mujer..-
Relato erótico enviado por felipepan el 15 de June de 2012 a las 00:27:20 - Relato porno leído 179860 veces
Si te ha gustado Por ganoza, me quitó lo virgen un viejito vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Por ganoza, me quitó lo virgen un viejito. bareta te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
tim_drake11 (9 de June de 2012 a las 06:49) dice: wow. excelente relato, como todos los de tu autoria, felicidades y gracias por deleitarnos con estos relatos tienes la mas alta puntuacion como siempre

gerardaputa (20 de April de 2014 a las 17:46) dice: Quiero un viejito así felicidades por el relato

NenitaMoxa (19 de September de 2012 a las 05:33) dice: uff que rico relatooo hace mucho k tengo ganas de ser ensartada por un viejito.. tan solo con pensarlo se me moja la xoxita uff

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:47) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


Registrate y se el primero en realizar un comentario sobre el relato Por ganoza, me quitó lo virgen un viejito.
Vota el relato el relato "Por ganoza, me quitó lo virgen un viejito" o agrégalo a tus favoritos
Votos del Relato

Puntuación Promedio: 5
votos: 1

No puedes votar porque no estás registrado