Promesa

Hola a todos mi nombre es Ruth actualmente tengo 25 años, estoy casada y soy madre de un hermoso niño, soy la 5 de una familia de 7 hermanos, antes de empezar comenzare por darle una pequeña descripción de mi, para empezar soy de tez blanca, no soy muy alta apenas y alcanzo el 1,56, pero a pesar de haber amamantado tengo un par de tetas bien duras y un culito bien parado y respingón.
En fin volviendo a mi relato debo decirles que cuando paso esto yo apenas andaba por los 16 años mas o menos, por aquella época pasaba la mayor parte del día en casa de mi tía(la hermana menor de mi padre) era algo asi como una dama de compañía, pues a pesar de que ella tiene dos hijos Juan el mayor y su hermana un año menor que el, como ellos trabajaban ella casi siempre estaba sola, por lo que yo le hacia compañía hasta que alguno de ellos regresaba a casa lo cual era a eso de las 5 o 6 de la tarde generalmente.
Aquel día las cosas sucedieron de la manera mas inocente pienso yo, como todos los días acudí a casa de mi tía para hacerle compañía, pero esta vez mi madre me acompaño, mi madre invito a mi tía a acompaña a casa de mi hermana Elizabeth, yo no quise acompañarlas, pues la verdad es que no me llevo muy bien con mi cuñado, mi tía dijo que si quería podía quedarme en su casa en lo que ellas regresaban lo cual para mi estuvo bien aunque algo molesta mi madre acepto.
Como estaba sola en casa, fui y me recosté en la habitación de mi tía, no se cuanto tiempo paso exactamente pero me quede dormida, no fue que desperté hasta que escuche unos ruidos que venían de la habitación de mi primo juan, mire el reloj y solo habían pasado 30 minutos, por lo que pensé que alguien se había metido a la casa pues era muy pronto para que mi madre y mi tía hubieran vuelto, y faltaban todavía muchas horas para que mis primos volvieran a casa, me dirigí cuidadosamente a la habitación intentando hacer el menor ruido posible, me peque a la puerta de la habitación para escuchar mejor cuando repentinamente esta se abrió y apareció Juan, haciendo que pegara semejante grito, pues me sorprendió.
Cálmate primita soy solo yo, pensé que estaba solo en casa, pues llame varias veces y nadie respondió, lo siento es que me quede dormida en la habitación de mi tía, le dije que mi tía había acompañado a mi madre a casa de Elizabeth pero yo me había quedado.

Fue entonces que lo note, su pantalón parecía una tienda de campaña él estaba teniendo una erección, mire por sobre su hombro y lo comprendí todo, al parecer los ruidos que escuche provenían del televisor él estaba viendo una película de esas que les dicen porno, me sonroje y dije, sabes creo que mejor me voy a casa por favor despídeme de mi tía y….
Espera Ruth te pasa algo, te ves algo inquieta, me interrumpió el.
Yo estaba bastante nerviosa, por lo que el insistió en preguntarme si me pasaba algo.
B…Bueno, lo que pasa es que….dije señalando su entrepierna….
Anda, dijo el con una sonrisa burlona, no me diras que es la primera vez que vez algo asi, ya no eres una niña, debes saber algo sobre el sexo.
Sí pero no sé mucho….Yo…
Perdóname no sé porque te hablo así me interrumpió el al ver lo nerviosa que estaba.
No sé que fue lo que me impulso, pero pregunte
¿Por qué te excitaste? ¿Es por la película que estabas viendo? Dije señalando el televisor.

Juan giro un poco su cabeza y sonrió, no, no es por eso dijo el, de verdad quieres saberlo, Ruth.
Asentí con la cabeza llena de curiosidad.
Me miro y dijo es por ti,
Al oír esto me quede pasmada, sin saber que decir.
Te molesta, eso Ruth…
Ahh no sé qué decir, dije.

Entonces él dijo:
- Ruth, dime qué tanto sabes de sexualidad.

- Bueno no mucho pero sé lo básico.

- ¿Nada más has tenido teoría? ¿No has tenido práctica?

¡¡¡Claro que no!!! Grite.
Yo aún virgen, aunque….
Si…aunque… ¿qué? Dijo el
Siendo sincera, estoy buscando al hombre indicado para mi primera vez.
Juan me miró fijamente, y dijo:
No necesitas buscarlo ¿Por qué no me dejas ser yo? ¿Qué dices?

Al escuchar esas palabras me quede atónita, sin saber que decir.
Ruth quiero que sepas que siempre te he considerado la mas hermosa de todas mis primas, y quiero que sepas que cualquier hombre se sentiría afortunado porque lo dejaras hacerte el amor, pero me gustaría que dejaras que yo fuera ese hombre, me gustaría ser yo quien te enseñara.
Al decir eso su mano se posó sobre mis piernas, yo estaba demasiado nerviosa como para reaccionar, se acercó mas y mas hasta que logro darme un beso lo cual me hizo reaccionar he intente apartarlo pero el era mas fuerte.
No juan, por favor, esto no está bien, eres mi primo, no puedo dejar que tú seas el primero, “el primero pensé acaso lo dejaría ser el segundo o el tercero”, que estaba diciendo, él no podía ser ni el primero ni el ultimo.
Juan podría hacerlo con cualquiera menos contigo, le dije.
Lo dices en serio, podrías hacerlo con cualquiera menos conmigo, prefieres que sea un extraño el que te enseñe, alguien que tal vez te lastime.

Eres mi primo, por favor entiéndeme no sé si podría seguir viéndote igual si lo hiciera contigo.

- Pero de eso se trata de que ya no me veas como tu primo sino como el hombre que esta dispuesto a hacerte mujer, dijo él.

- Sí Juan pero... me gustaría pero no sé....imagina lo que dira la gente…nuestros padres….

Eso no tiene por qué ser asi, sino quieres nadie tiene porque enterarse, dijo él.

Al terminar de decir esto volvió a besarme, pero esta vez no hubo oposición de mi parte, por lo que juan decidió ir mas lejos, mientras me besaba su mano empezó a subir de mi pierna a mis muslos y hasta meter su mano bajo mi falda, comenzó a acariciar mi conchita aun virgen jamás tocada por un hombre sobre mi panty, lo acariciaba lentamente, lo que hizo que lanzara gemidos enloquecedores.
Estaba tan absorta en lo que estaba sintiendo que no me di cuenta de en qué momento se había bajado los pantalones y liberado su pene, sino hasta el momento en que dijo, mira nada mas como me tienes primita.
Aquella cosa era enorme y temí que me fuera a lastimar, estaba casi segura que aquella cosa no me iba a caber en mi vaginita...
Dije asustada:
Por favor no, esa cosota no me va a caber, Juan te lo ruego.

No te preocupes primita, yo sé cómo te cabrá entera y hasta pedirás más,

Entonces me levanto en brazos y me metió a la habitación, como si fuéramos recién casados y me dio un beso muy tierno.

- una vez ahí se desnudó completamente, yo mire hacia otro lado, lo que hizo que preguntara, pasa algo primita:

Es que eres el primer hombre que veo desnudo dije con el rostro completamente rojo de la vergüenza.
Y esa enorme tranca entre tus piernas que mas parece un bate de beisbol, me da algo de miedo.
Ya verás que dentro de poco le perderás todo el miedo y hasta me pedirás que solo lo use en ti, dijo el con una sonrisa maliciosa.
Como así fuera una lanza de lo parado que está.

Ahora ven aquí, dijo.
Es mi turno de ver lo que escondes bajo tu ropa, juan no perdió tiempo y comenzó a desabrochar mi blusa, mientras lo hacia acaricio levemente mis tetas y sentí una corriente eléctrica que recorría mi cuerpo de pies a cabeza, finalmente logro quitarme la blusa dejándola caer al suelo, para después continuar con mi falda la cual fue bajando lentamente, cuando termino comenzó a besarme, para luego mamar mis tetas, dando de vez en vez pequeños mordiscos, que me hacían gemir de placer.
Sentí que me quemaba por dentro, mi vagina estaba completamente mojada, en eso juan me recostó sobre la cama, me separo las piernas, y comenzó a lamer y a chupar mi vagina, me sentía fuera de mi todo aquello era completamente nuevo para mi, sentía vergüenza, placer, miedo todo mezclado en un solo sentimiento.
Entonces Juan saco su cabeza de entre mis piernas y dijo:
Creo que ya estas lista primita, es hora de que te haga mujer, voy a metértelo hasta el fondo.

Por favor, primito, te lo ruego eso no me va a entrar, prométeme que si al primer intento no logras meterlo, nos olvidamos de esto.

Te lo prometo, dijo juan, pero tú prométeme también que si lo logro serás mi putita de hoy en adelante, y me dejaras que te folle cada vez que yo quiera.

¡E…está bien, lo juro! Dije convencida de que tremenda cosa nunca iba a poder entrar por mi pequeña vagina.


Juan separo mis piernas y acomodo una a cada lado suyo, juan coloco la cabeza de su pene en la entrada de mi vagina, me miro sentí la duda en sus ojos, miro mi vagina una vez más pareció entender que eso nunca iba a poder entrar por ahí, supuse que se daría por vencido todo había terminado, me dispuse a incorporarme , pero justo en eso me tomo por la cintura y empujo con todas sus fuerzas clavándome la cabeza de su enorme tranca en mi vagina, grite, sácamela, sácamela, no dijo juan el trato fue que si lograba meterla serias mía, nunca dijimos que tanto era lo que debía meter, dijo él.
Patalee y patalee pero él me sujeto con fuerza yo lloraba mientras él seguía empujando, n mas , no más, sácala por favor, en eso se detuvo un momento, me miro y sentí miedo como nunca antes, y empujo mas fuerte aun, volví a gritar más fuerte esta vez sentí que algo dentro de mí se rompía, sentí la sangre chorrear por entre mis muslos, sentía que me iba a morir , mi vagina luchaba desesperadamente por expulsar aquel intruso que se abría paso sin piedad a través de ella,, juan me sujeto por los hombros, intentando controlarme.
Permaneció asi unos minutos hasta que mi vagina se acostumbró a su penes, yo ya no pataleaba pero seguía llorando, pues el dolor era mucho, para calmar la situación me quedé tendida sobre la cama intentando moverme lo menos posible, juan comenzó a besarme en la boca y a acariciarme las tetas como si eso me hiciera olvidar el dolor, y al parecer tenía razón poco a poco el dolor fue desapareciendo dando paso al placer, aun me dolía pero el dolor era casi tan grande como el placer que empezaba asentir.
Aun con lágrimas en los ojos comencé a gemir, nuevamente.
Juan me miro y dijo:
Todavía te duele.
Fuiste muy malo, pero ya no me duele tanto, le dije.


No termine de decir eso cuando empezó a bombear, lentamente, sentía como mi vagina luchaba por recuperar su forma cada vez que el retrocedía, pero apenas lo hacia el volvía a empujar nuevamente, el continuo asi por unos minutos empujando y sacando su pene muy despacio, pero luego fue aumentando la velocidad mas y más, sentía como con cada embestida mis tetas se movían.

Entonces comencé a gritar, masss quiero massss…
Jajajjajajajajaja, comenzó a reír juan, no me pedias que te la sacara……
Era verdad hace unos minutos hubiera dado todo por sentir aquella cosa fuera de mí, y ahora lo que mas deseaba era que nunca se desprendiera de mí.
Mis sentimientos eran completamente arbitrarios con cada embestida, el dolor me hacia querer lo fuera de mi pero cada vez que lo iba a sacar deseaba tenerlo dentro de mí, e sentía placer, sentía dolor, que era lo que realmente quería.


De pronto sentí como mi cuerpo se arqueaba estaba teniendo mi primer orgasmo, sentí como mis fuerzas me abandonaban y me desplome, juan saco su pene de mi interior y se recostó a mi lado, sentía mi vagina completamente desgarrada sentía como mi sangre escurría entre mis muslos mezclada con el semen de juan, y lo único que se me vino a la mente fue decir:

¡Gracias primito! Cumpliré mi promesa, de ahora en adelante podrás follarme cada vez que se te venga en gana.
Cada vez que quieras que hagamos el amor sólo pídemelo que siempre estaré dispuesta para ti, ¡soy tuya!

A partir de ese momento mi hija Juan y yo somos amantes.
Incluso después de casada he mantenido mi promesa de ser suya, cada vez que él lo ha deseado, a tal grado que he llegado a sospechar que él es el verdadero padre de mi hijo.