Sarita Paredes de Quito Ecuador 2012

El relato que a continuación escribo fe real, hace como dos años atrás tuve que venir a trabajar en el norte de la capital, pues mi trabajo lo exigía, como vivía en unos de los valles cercanos a la capital tuve que buscar un lugar cerca del trabajo, por lo que decidí rentar un pequeño departamento de dos dormitorios, la renta era buena apenas 80 dólares al mes, más agua luz y teléfono que juntos no bordeaban los treinta dólares; vivía en el cuarto piso y por el trabajo salía temprano y regresaba a las seis aun con luz de día, los fines de semana no tenía trabajo así que pasaba tiempo con mis padres en el valle, todo iba bien hasta que ella apareció; ella era la vecina del quinto piso una mujer de 27 años, aproximadamente 1.68 de estatura, cabello corto color café obscuro, ojos claros, una preciosa boca, los pechos de 36 una cintura de 65 y una ricas caderas de 96 cm con unas piernas bien formadas, ella vivía con el esposo y una hija, siempre iba de uniforme azul y una maleta de viaje color negro, y por lo que los vecinos decían ella trabajaba como azafata en una aerolínea de mi país, a veces oía como salía temprano en la madrugada por el ruido que hacia al caminar con los tacos y el ruido de la maleta cuando era arrastrada y cuando volvía por la noche a veces también la reconocía; en un par de ocasiones nos topábamos en las escaleras y a decir la verdad me la quedaba viendo la saludaba y la seguía con la mirada viendo como se movían esas hermosas nalgas que tiene. Un fin de semana hubo una reunión de vecinos y ella estuvo allí, fue una reunión breve pero lo suficiente para saber cómo se llamaba (Sara Paredes) así como también al final de la reunión de saber que estaba casada con Alejandro y que tenían una hija, me conto de igual manera que el marido Alejandro trabajaba de igual manera en horarios que hacían que se traslade a provincias y que se quedaba sola entre uno a tres días máximo, para mi esta información me pareció valiosa para saber qué hacía y durante el tiempo empecé a ver seguir sus movimientos, cada vez que oiga tacos subir al piso superior me asomaba a la mirilla para verla pasar a veces iba con pantalón y la mayor parte del tiempo con una minifalda que le llegaba un poco más arriba de la rodilla. Un viernes por la tarde llegue temprano al departamento y subiendo las escaleras me encontré con mis vecinos Alejandro y Sarita que bajaban con una maleta, les salude y me conto Alejandro que debía ir a unos seminarios en otra ciudad y que regresaba el lunes, me despedí y seguí a mi departamento, al cabo de un par de horas escucho como Sarita subía al departamento, me asome para verla pero mi sorpresa fue que iba acompañada de un tipo, por lo visto era del trabajo pues tenía un uniforme de piloto, a eso de las diez de la noche mientras estaba viendo televisión escuche como subían varias personas riéndose eran dos mujeres y como tres chicos, por el sonido de la puerta supe que iban al departamento de Sarita y por el sonido de la música supe que estaban organizando una fiesta a todo nivel allí como estaba cansado me fui a dormir, a las tres de la madrugada me levante inquieto porque aún se podía escuchar la música y todo el alboroto en el departamento de arriba por lo que ya despierto mejor me puse a ver una película en la televisión, ya a las tres y media de la manan, se pudo oír como la fiesta terminaba y también que mi vecina acompañaba a los amigos para abrirle la puerta, como era mi costumbre me fui a espiarla mientras bajaba y que hermosa sorpresa me di, ella estaba vestida con un vestido cortísimo color rojo, con zapatos de tacón alto, por como hablaba y se movía se notaba que estaba ya mareada, pensé en que sería rico abrirle la puerta e invitarla a pasar para poder observar esas hermosas piernas y ese rico par de senos que se veía en el vestido, pero esa era solo mi idea; al cabo de un rato oí como ella bajaba nuevamente ahora en compañía de ese caballero con traje de piloto que subió primero y cual sería mi sorpresa cuando se quedaron en el descanso que esta frente a mi puerta, estaba el con el brazo en la cintura de Sarita y vi como se empezaron a besar, ella abría mucho la boca y le enrollaba con los brazos, mientras él la sostenía la cintura y bajaba las manos al culo de Sarita y lo masajeaba, era hermoso ver como se comía esa boca, yo miraba por la mirilla como se tocaban mientras pensaba en como ella tenía un vacile con ese tipo y le estaba poniendo los cuernos al marido, ellos seguían en lo suyo y pensé en poner punto final, así que decidí prender la luz de la puerta a ver que reacción tenían, el tipo creo que no le importo la luz porque seguía manoseando el culo de Sarita, en cambio ella pareció que si noto que estaba encendida la luz, puesto que miraba siempre hacia la puerta, pero mayor fue mi sorpresa cuando en lugar de parar, ella se puso de espaldas a él y se movía sensualmente creo que sintiendo el bulto del amigo mientras miraba a mi puerta y hacia que él le acaricie los senos sobre el vestido y por un momento ella dejo que el tipo la acaricie entre las piernas, pero fue breve y ellos se fueron, siguieron bajando y yo me fui a dormir con el pensamiento lleno de lujuria por esa mujer.
Al día siguiente me topé con ella en el parqueadero al bajar a mi auto, la salude con un beso y se podía oler aun el licor de la noche anterior, aproveche la oportunidad para decirle que la noche anterior la música estuvo un poco alta y que incluso me había levantado a lo que ella se disculpó por la música y me dijo que noto que me había levantado porque había prendido la luz, y que si se hubiese enterado que estaba despierto que me hubiera invitado a la fiesta y se fue; yo me quede pensativo y reflexione que a esta putita le gustaba y que se me estaba ofreciendo, así que a partir de allí cada vez que la oía que subía o bajaba yo salía y me topaba coincidentemente con ella y así empezó nuestras topadas. A la semana siguiente de la fiesta ella me invito a una fiesta que estaba organizando por el cumpleaños del esposo Alejandro y cual sería mi sorpresa cuando entre el ver a ese tipo de la otra vez conversando amenamente con ellos, y fue Alejandro quien me presento al supuesto amigo, supe que el nombre de él era Luis y que trabajaba en la misma compañía de aviación de Sarita como piloto de un avión de esos que tienen, la fiesta estuvo muy buena, había comida, baile licor, pero a eso de la media noche se había acabado el hielo por lo que Alejandro nos dijo que iba a salir a comprar más, y para parecer más amiguero le dije que yo iba a comprarlo y así dejaba que me pase un poco los tragos que tenía dentro y en son de burla dije que quien me iba a acompañar, y Sarita la esposa de Alejandro se ofreció de inmediato, por lo que salimos a mi auto para ir a comprar el hielo nos encontramos en la salida del edificio, ella estaba bien puesta con una licra de color beige y un sacón tejido color blanco que dejaba ver un brasiere color negro, hacia juego a este espectacular atuendo unas botas color café, salimos a la gasolinera más próxima y compramos tres fundas de hielo, y pedí también una botella de tequila, cuando terminábamos de pagar Sarita recibe una llamada del esposo donde según entendí le indicaba que se había acabado el wiskey y que si podía comprar dos botellas más, así que eso hice compre dos botellas de wiskey del económico, íbamos a regresar cuando Sarita coge el celular y le llama al marido y le dice que acá en la gasolinera no había wiskey y que íbamos a ir a buscar en otro lugar y que se iba a demorar un poco, yo le seguí el juego y subimos al auto; le pregunte que a dónde íbamos y ella me dijo que quería ir a un mirador, llegamos y me pidió que abriera la botella de tequila, yo le dije que no tenía vasos, pero ella me dijo que no los necesitaba así que empezó a tomar el tequila a pico de botella y yo de igual manera; el tenerla ahí cerca y con el licor se me iba subiendo el libido, ella empezó a preguntarme si estaba solo, que si me gustaba el departamento y yo respondiendo a todo mientras me perdía entre las tetas que tenía delante mío, ella se daba cuenta pues me dijo que encendiera la radio y que quería bailar, puso una canción de reguetón y me llevo afuera para dar unos pasos, yo aproveche la oportunidad y la cogía de la cintura, le metía mi pierna la ponía de espaldas reímos un poco y cuando estábamos entrando al auto me pregunto que si le parecía bella, yo le respondí que me encantaba su cara, me gustaba como vestía y en especial me gustaba su boca, ella me dijo -te gusta mi boca o mis labios- y yo le respondí que los labios y ella me dijo -entonces pruébalos- con esa afirmación le di un beso y aproveche para meterle mi lengua en la boca y ella hizo lo mismo, supe que era mi oportunidad y empecé a manosearla, le tocaba las tetas, le metían la mano entre las piernas, le cogía el culo y ella se dejaba, yo no aguantaba más así que le hice atrás el asiento y me puse encima, le cogí la licra y se la baje, tenía puesto una tanga, la hice a un lado y empecé a comer su vagina, el clítoris jugaba con mi lengua y ella se retorcía de placer, no jugué mucho pues el tiempo era mi enemigo, así que me saque la verga y se la metí ahí mismo en mi carro, ella solo abría las piernas y me decía que quería que se la meta fuerte, por la incomodidad tuve que parar, pero ella me hizo bajar del auto y ahí mismo en el mirador se acostó en el suelo se quitó una basta de la licra, abrió más las piernas y me dijo que se la metiera así que lo hice, estuvimos en el mete y saca por aproximadamente diez minutos y termine dentro de ella, nos volvimos a vestir y salimos nuevamente a la fiesta pero en el camino de regreso Sarita me cogía la verga y me la jalaba, pasamos por una calle concurrida de mi ciudad y un par de pelados nos vieron e hicieron ademan de que estaba rica mi Sarita, ella los vio y me hizo una mamada excepcional allí frente a los dos pelados, que rico que me comía la verga, tenía unas ganas de hacerlo brutal y lo demostraba a cada instante; a unas dos cuadras antes del edificio paramos y ella se terminó de vestir, al salir del carro ella me dijo: -Esto es por la otra vez que me viste con Carlos, y quedara entre nosotros-. Desde ese evento no pierno nunca oportunidad por toparme con ella en las escaleras o de ir a sus fiestas este o no este Alejandro su marido.