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Sin gota de agua

Relato enviado por : Anonymous el 08/06/2004. Lecturas: 3545

etiquetas relato Sin gota de agua .
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Resumen
Mis dos pequeñas amigas me dan el mejor día de mi vida.


Relato
Era una tarde calurosa en Martínez de la Torre. Como todos los días entre semana, salí de la escuela, esta vez acompañado de mis amigos, puesto que íbamos a jugar fútbol a un campo situado en Villa Zapata.

Después de dos horas de esfuerzo, y una victoria sobre una banda de cholos agresivos que nos persiguieron hasta el centro, decidí caminar hacia mi casa.

Después de correr tanto, en el partido y después para librarme de los derrotados vagos, y sin ningún centavo en la bolsa, decidí pasar a beber agua a casa de mi mejor amiga, a la que llamo Deyi.

Deyi es una encantadora chica, de catorce años, de cabello negro, recogido en chongo, delgada, con un rostro precioso , de piel morena y ojos aceitunados, bajita y siempre está seria.

Pues bien, justo cuando llegué a casa de Deyi, llamé a la puerta y me abrió una compañera de salón que detestaba (hasta ese día). Ella es Úrsula, una chica más alta que Deyi, pero más baja que yo. Es una niña de rostro aún más encantador que el de Deyi. A decir verdad, esa niña me fascina, pero siempre la detesté por la forma en que me trataba.

Es delgada, de piel blanca y cabello castaño, que caía sobre sus hombros, usaba lentes, y siempre tenía una mirada de chica lujuriosa, al menos, mis amigos eso decían.

Volviendo a ese día, cuando Úrsula me vio frente a ella, hizo una cara de desprecio a la que ya me había acostumbrado. De mala gana le apremié para que llamara a Deyi. Me hizo el favor.

Deyi salió a la puerta, me abrazó (sudado como estaba) y me dio besos en las dos mejillas.

-Hola-dijo Deyi con cierto rubor en su cara.

-Hola, Deyi. Dame un vaso de agua, por favor. Vengo de jugar fútbol.

-Claro- asintió- ,pasa, pasa-

-No ,aquí estoy bien.

-Anda, Úrsula no muerde- las dos niñas rieron. Yo también.

Pasé a su casa. Al parecer solo estaban ellas dos. Deyi habló con nosotros y preguntó el motivo por el cual Úrsula y yo nunca hablábamos.

Ambos quedamos en silencio. Deyi rió. Después, Deyi fue a la cocina por tres vasos de refresco, y tardó algo.

Úrsula me preguntó algo por vez primera.

-¿Dónde vives?

Le di mi dirección. Preguntó de igual modo por mi correo electrónico. Se lo di.

Ella hizo lo mismo, me dio su dio su dirección y su correo electrónico.

-No eres tan mala onda como yo pensaba.

-Tú tampoco, Úrsula. Ojalá hubiéramos hablado antes.

-Si, tienes razón.

Sin aviso previo, Deyi subió a su cuarto. Me ordenó que fuera. Cuando lo hizo, la lechosa cara de Úrsula se puso roja cual tomate y desvió la mirada de mis ojos. Su boca trazó una leve sonrisa, que no era de felicidad.

Seguí a Deyi. Ya en su cuarto, me dijo lo que tramaban ambas.

Ellas dos querían tener su primera experiencia, y me habían elegido. ¿Porqué? No lo se, pero me dijeron que bajara a la sala y ellas dos se quedarían en el cuarto. Mientras bajaba las escaleras, con la cara de niño asustado pero feliz, me topé con Úrsula, quien ni siquiera pudo dirigirme la mirada. Su cara lechosa seguí roja, aún más, su mirada iba al suelo y traía una cara de morbo totalmente perverso.

Me quedé en la sala, las manos me sudaban.

De repente, escuché Deyi...

-¡Puedes subir ya! Quiero mostrarte algo.

Así lo hice.

Cuando llegué a la puerta rosada del cuarto de Deyi, la encontré, totalmente vestida (pues pensaba encontrármela de otra forma), y me puso una venda en los ojos.

Me llevó a su cuarto, y me tiró en su cama. Pude sentir como mi cabeza chocó con algo suave, debía ser un peluche.

Se escucharon ruidos de tela siendo frotada contra la piel, como cuando yo me quito una camisa. Después, sentí algo en mi boca.

Era piel , no cabía duda. Me gustaba aquello. Con mi mano toqué... tampoco cabía duda de aquello: era una teta.

Luego oí la risa de la dueña de esa teta... era mi amiga, Deyi.

Después, sentí unas manos en mi cintura, que me quitaron el pantalón, luego la camisa y me quedé en bóxer.

Después, Deyi, supongo, me quitó la venda. Y vi lo que quería. Era Deyi desnuda. Sus tetas eran más grandes que las de Úrsula, que estaba observando mis piernas, y su boca a escasos centímetros de mi piel.

Deyi se abalanzó contra mi y yo la tomé de la cintura. Deyi me dijo que continuara, y así lo hice. Noté como su pezón endurecía en mis labios, ella estaba poniendo sus ojos en blanco.

Luego vi que Úrsula

Me despojó del bóxer. Me dejó con mi pene al aire. Después, mientras Deyi reía enardecida por mi lengua en su pezón, Úrsula dio una lamidita a la punta de mi pene con la puntita de su lengua. Pude ver como su cara se ruborizó cuando vio que mi pene se sacudió efímeramente.

Deyi se me apartó de mi y buscó en su cajón. Sacó cuatro condones. Me los dio.

-Los compré hoy mismo. No sabía que esto se iba a adelantar, pero aquí están. ¿No es así Úrsula?

Pero Úrsula solo asintió con su cabeza, pues estaba totalmente roja, dándome chupaditas en la puntita de mi glande.

Empecé a sentir como se acercaba un orgasmo. No quería correrme ahí mismo, en la cara de Úrsula.

-Espera, Úrsula, no más... espera- dije.

Úrsula tardó en apartar su lengüita de mi glande. Con la cara desencajada, se echó un poco hacia atrás. Deyi estaba riéndose de Úrsula, que estaba acariciándome mis piernas.

Úrsula me puso el condón.

-Gracias- le dije a la niña güera.

Ursula sonrió con su cara roja y desvió la mirada hacia el suelo de nuevo.

La primera en probarme fue Deyi. Mientras Úrsula se dio tiempo para lamer mis piernas.

Deyi puso sus piernas alrededor de mi cintura, y yo hice una sola maniobra para comenzar con ella.

Comencé a bombear y a disfrutar de aquello. Se sentía muy bien. Además, mientras Deyi me besaba, su morbosa amiga me seguía chupando.

Besé el cuello de Deyi mientras la tomaba de las nalgas. Seguía haciéndola mía. Y así seguí durante al menos cinco minutos.

Después, Deyi comenzó a agitarse, leves contracciones en sus manos que me tomaban del cuello me avisaron de que Deyi se iba a correr. Y Deyi se corrió. Echó su cabeza hacia atrás, mientras me tomaba aún del cuello.

Deyi ,después del clímax, se quedó quieta. Me encantó ver como Deyi se corría por segunda vez.

Luego (y fue algo que no me gusto), le tocó a ella ver como yo me corría. Sentí las contracciones de la vagina de Deyi. Deyi se volvió loca y yo también. Pero ella continuó mirándome. Vio como mis ojos se me fueron para arriba. Luego me quedé con mi cabeza hacia un lado.

Cuando salí de ese trance, Deyi me estaba mirando. Me sonrió y yo también. Ella estaba sudada y enrojecida por los orgasmos.

Después de todo, fui al baño. Ahí me lave. Me quedé media hora en el cuarto de Deyi.

Mi amiga y Úrsula habían entrado al baño después de mi.

Regresó Deyi. Luego Úrsula.

-Hola- dijo Úrsula.

-Hola- respondí.

Tímidamente, se acercó a mi, y al parecer quería terminar lo que no pudo antes de que Deyi cogiera conmigo.

Tomó mi pene y otra vez me dio sus chupaditas que tanto me gustaban. Después. Deyi dijo que nos dejaría solos. Me dijo al oído lo que Úrsula tramaba. Úrsula se puso rojísima cuando se dio cuenta, y una vez más desvió la mirada.

Deyi salió del cuarto.

Úrsula me preguntó si aceptaba hacer lo que ella quería, y ya sabía lo que quería. Asentí.

Entonces Úrsula sonrió, y se acostó, me tomó de las manos y me hinco sobre ella. Llevó con sus deditos blancos mi pene hacia uno de sus pezones y comenzó a tallarlo.

Esa sensación me alborotó demasiado. Al ver eso, Úrsula se volteó y me dio sus preciosas nalgas blancas.

Hice lo que ella quería.

-No te preocupes, niño. Me hice enema, como Deyi me dijo.

Entonces me unté saliva en el glande. Luego hice lo mismo con el culo de Úrsula.

Sus nalgas grandiosas y güeras me volvían loco. Úrsula meneaba el culo, ya ensartada, como frenética. Ya no iba a parar. Oí que la puerta rechinaba. Vi a Deyi, estaba filmándonos. Pero no me importó. Era mi amiga y no utilizaría aquella cinta mas que para masturbarse si ella quería.

Úrsula comenzó a gemir como loca. Sus nalgas se ponían rojas por un tiempo y luego volvían a ser lechosas.

Me las arreglé para que ella quedara chupándome mis piernas que se veía que le encantaban, mientras yo tenía sus nalgas en mis piernas y le bombeaba el ano.

Tomé a la niña güera de los cabellos la jalé hacia mí. En el espejo del ropero de Deyi se reflejó la cara enrojecida de morbo de la enculada niña. Le dolió el jalón de pelos, pero luego profirió un gustoso "¡ay!".

Úrsula llevó sus manos a su vagina y complementó la enculada. El ano de Úrsula empezó a palpitar con fuerza. Se iba a correr. Estaba seducida por el roce de mi pene en su ojete.

Entonces, la decente niña se corrió. Un orgasmo anal que siempre recordará( y yo también) la asaltó. Meneó su cabeza de un lado a otro y se enloqueció...

Se quedó quieta, pero faltaba yo. Úrsula me tomó el pene con sus dedos. Yo lo saqué de su enloquecido ojete, me quité el condón y justo cuando ella tocó mi glande con la punta de su dedo índice, me corrí también... Mi semen le roció las nalgas y parte de su espalda.

La chiquilla se crispó de su espalda cuando sintió la leche sobre ella. Se le escapó otro gustoso "¡ay!". Se quedó callada. Sin decir nada se volteó y me dio un beso en la boca .Su cara seguía roja.

Le pedí una última cosa. Que me dejara besar sus dos nalgas. Las besé gustoso. "Una cosa más", le dije. "Dame otra de tus tímidas chupaditas". Úrsula se puso roja, sonrió y me dio varias.

Úrsula se bañó, se vistió y se fue. Deyi y yo limpiamos el desorden de su cuarto. Me bañé también y me vestí.

De una cosa me di cuenta hasta después de que salí de casa de Deyi: nunca me tomé el vaso de agua.

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Comentarios enviados para este relato
chorros (6 de July de 2010 a las 01:29) dice: para ser la primera ves de esas dos chicas, mucha fantasia usas. aun asi,no esta nada mal.....

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:07) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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