Le dije el otro día que Elena una vecina estaba mejorando su físico ahora que su marido trabajaba en las maderas por el sur y sus vestimentas la concebían mas atractiva, basto eso para que un día me citase y me dijera ahí tienes a la famosa Elena hazla tuya, pero recuerda la numero uno soy yo.
Relato
Mi tía Mimi desea que yo no me aleje de ella y menos que me entusiasme con alguna otra mujer que no sea ella, después de parir se cuida y como sabe que su marido me autorizó a aparearme cuantas veces quisiera con ella, siempre con respeto y sin procrear herencia. Ahora si le digo que deseo o que me gustaría tener en mis brazos a tal mujer me la consigue no se como y me dice ahí la tienes pero recuerda tú eres mío, soy tu hembra principal y nadie me va a quitar tu cariño y tus entregas a mi apetito de sentirte mío. Se ha convertido en una celestina a mis deseos.
Le dije el otro día que Elena una vecina estaba mejorando su físico ahora que su marido trabajaba en las maderas por el sur y sus vestimentas la concebían mas atractiva, basto eso para que un día me citase y me dijera ahí tienes a la famosa Elena hazla tuya, pero recuerda la numero uno soy yo.
Como lo conseguía no lo se, pero ahí estaban las hembras dispuestas a cohabitar conmigo y les contaré que no me esmeraba en entender el por que solo me interesaba el consentimiento a emparejarse conmigo.
Elena una mujer no muy alta eso si formada con buenas carnes donde debe haberlas…
Comenzó a jugar conmigo, cerro sus ojos y comenzó a besarme recorría mi cuerpo con sus manos poco a poco fue elevando mi temperatura corporal, abrió sus ojos y sonriéndome me digo, veo que te gusta estar conmigo, a pesar de ser una mujer madura de 39 años, le contesto como no me va a gustar estar con una magnifica hembra, lo hermosa no se lo quita nadie…, ríe y dice en verdad soy linda o me lo dices de piropo…, una cosa es piropearte y otra desear a una fabulosa hembra hambrienta … Mis besos, mis caricias, esas caricias con estímulos dada en las zonas sensuales, más las ansias acumulada que llevaba, la perdió, comencé a desnudarla, comienzo sacándole su ropa desnudándola, besándola, la miraba desnuda a pesar de sus años estaba durita y sus senos eran paraditos donde no había tenido hijos, gozaba teniéndola a mi disposición poco a poco vencí su miedo a ser poseída, fui abriendo sus piernas y mis dedos ingresaron en su vulva abriendo las paredes de su vagina hasta que logré ensartarlos completamente. Comencé a mover mis dedos rápidamente, con un mete y saca que la ponía loca, hasta que logré hacerla explotar, su orgasmo fue fenomenal, comenzó a gritar, a mover su pelvis, a rotar su cadera un lado para otro, hasta que contrayéndose su vagina llega un magnifico tremendo orgasmo sin poseerla Nuevamente comencé a prepararla, me subí sobre ella y la abría de piernas para alojar toda mi pene en su vagina, comenzaba a penetrarla despacio, y ella me besaba, le mamaba sus senos, hasta que comenzó a mover sus caderas, la acariciaba, hundiendo toda mi pene en su vientre y comenzaba a cogerla, comenzábamos un apareamiento en principio suave para luego realizarlo salvajemente, ella era madura y su respiración la delataba angustiada por las insolentes penetraciones que le daba tratándola de hacerla llegar a su esplendor y me entregara sus orgasmos, desesperada movía sus caderas y clavaba sus dedos en mi cuerpo…, no deseaba llegar a su culminación quería mantenerse fiel a su marido en la glorificación de sus entregas, sentía que mi miembro la ocuparía y terminaría dentro de su vagina inundándole sus entrañas, bufando, gritando como poseída no deseaba que le descargaran todo este semen en lo más hondo de su vagina Su vientre lo quería virgen para su hombre, pero la estaba volviendo loca, la sentía cada vez más cerca de sus orgasmos. Comenzó a gemir, a retorcerse por los primeros síntomas de sus orgasmos, comienza a gritar como una putita, deseaba sentirse satisfecha sintiendo su vientre regado e inundado por el semen que este macho deseaba regar en ella. Se estaba entregando a otro macho, este macho que la estaba convirtiendo en su mujer y ella no sabía como rechazarlo, solo se sentía en el cielo era una sensación nueva en su cuerpo… Estuvimos en el sofá cama como una hora y por fin estallé y exploté dentro de su vagina. Grito como loca cuando la llenaba de mi leche, me decía soy tuya, eres mi nuevo marido, eres el único que me ha llenado con su leche sin resguardar mi vientre espero no quedar preñada. Dios que le diré a mi Mateo ahora te pertenezco igual que a él.