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todo pasa en semana santa 2

Relato enviado por : pipolo el 03/12/2011. Lecturas: 3922

etiquetas relato todo pasa en semana santa 2   Amor filial .
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Resumen
nunca me imaginé estar con dos mujeres al mismo tiempo y menos que estas fueran hermanas,


Relato

Después de lo sucedido entre la hermana de mi mujer y yo me quede en la cama durmiendo un rato esperando que se me pase la resaca del día anterior. Al despertarme me fui a dar un baño y estaba casi como nuevo, salí a la sala donde estaban las chicas y comenzaron a jugarse conmigo, haciendo bromas todas referentes al desnudo improvisado que había hecho para ellas. A las seis de la tarde nos pusimos de acuerdo para salir un rato a una discoteca cercana de donde vivimos para que las chicas se diviertan y si querían que beban un poco.
Cada quien se arreglo de forma informal sin mayores lujos ni demasiado provocativas las chicas aunque debo decir que los pantalones que llevaban puestos hacían resaltar sus curvas naturales. A las nueve de la noche llegamos a la disco y nos sentamos en una mesa cerca de la pista para no tener que tropezar con mucha gente a la hora de salir a bailar. Al principio era yo el único que las sacaba a bailar pero después de que se fue animando el local hacían cola para sacarlas a bailar e incluso mi mujer bailó con alguien desconocido.
Todo iba bien hasta que comenzaron a darles de beber a las primas de mi mujer que eran las mas lanzadas y estas ya un poco alegres comenzaron a darles de beber a mis cuñadas, mi mujer ya estaba bebiendo conmigo desde que llegamos a la disco. En una ocasión en que salí a bailar un set de Salsa con Rosa María note que ya le estaba afectando la bebida y que para disimular un poco se pegaba a mi para no tropezar y una de las piernas la metía en medio de las mías al ritmo de la música por lo que su sexo se pegaba al mío por encima de la ropa haciendo que mi pene despertara de su letargo y en ocasiones se pegaba demasiado que parecía que estuviéramos cogiendo en vez de bailando.
-Tú no puedes beber un poco que enseguida se te para el machete verdad-
Lo que dijo me dejo con el cuerpo helado, no pensaba en ningún momento que ella iba a decirme algo como aquello
-No es por la bebida es por que tu tienes pegado tu cuerpo con el mío-
-Entonces soy yo la que te tiene así- Al decir esto pegó mas su sexo contra el mío haciendo movimientos de pelvis como si hiciera el amor
Termino el baile y nos fuimos a sentar pero al llegar a la mesa vi que estaba solo mi mujer y su hermana Cristina las otras dos chicas no estaban y no se veían en la pista de baile por lo que supuse que estaban en el baño pero mi mujer me dijo molesta que quería irse para la casa porque Wilmariz e Isabel estaban afuera con unos chicos que no les caía muy bien y que tenían pinta de malandros.
Salimos de inmediato de la disco no sin que Cristina agarrara la botella que teníamos bebiendo y que estaba aun mas de la mitad. Ya una vez afuera vimos a las 2 chicas rodeadas de varios tipos y estos estaban tocándoles cada parte del cuerpo que se les ocurriese tocar y no contento con ellos estaban obligando a Isabel a agarrarles el pene a uno de ellos por lo que al ver esto mi reacción fue de pegar un grito e ir en su ayuda pero lo que conseguí fue que dos de ellos me agarraran a golpes sin tener tiempo de defenderme.
Como pude salí de entre los dos y me saqué la correa que traía puesta y con esta comencé a lanzarles golpes del lado de la evilla mientras Cristina reventaba la botella en la cabeza de uno de los tipos y las otras chicas al ver que estábamos defendiéndolas se lanzaron con uñas y dientes encima de sus atacantes mi mujer agarró el pico de la botella que quedaba en la mano de Cristina y comenzó a amenazarlos con cortarlos si se acercaban a nosotros, fue tanto el alboroto que se armó que salieron varias personas de la discoteca y al ver lo que pasaba nos ayudaron a correr a los tipos con los que estábamos peleando.
Los de seguridad de la discoteca al parecer conocían a nuestros atacantes por lo que se habían ido para adentro de la disco y se hicieron los desentendidos, una patrulla que apareció por el lugar nos escoltó hasta el departamento mientras nos preguntaban si íbamos a poner la denuncia, cosa que dijimos que no porque no sabíamos con que clase de personas nos íbamos a enfrentar después.
Llegamos al departamento y mi mujer fue en busca del botiquín para curar las heridas provocadas por los golpes que me dieron. Tenía un corte en el pómulo izquierdo, el labio partido y uno que otro golpe en el cuerpo, me puso alcohol en las heridas y buscó unas curitas para ponérmelas mientras se dirigía en forma despectiva a su hermana y a su prima culpándolas de lo que había pasado por andar de perras según ella.
Las chicas apenadas por lo que había pasado nos pidieron disculpas a todos y prometieron que no lo volverían a hacer y que si alguna vez le gustaba un chico les iban a decir a Daniela para que sepa a donde van. Mientras tanto yo tomé una botella de whisky que tenía en el departamento y me serví en un vaso con hielo y puse música en el equipo de sonido; las chicas poco a poco se fueron cambiando la ropa por algo mas cómodo para andar en casa y se sentaron alrededor de mi esperando que les sirviera a ellas también, cosa que hice no sin antes recordarles que ya habían bebido demasiado por ese día y que no quería que les valla a sentir mal después.
Isabel y Wilmariz no demoraron en quedarse dormidas, la una mas borracha que la otra; ambas en la colchoneta en el piso pero con lo borrachas que estaban se acomodaron mal y ocuparon todo el ancho y largo de esta sin dejar espacio para nadie más. Luego fue Rosa María la que se durmió sentada en el sofá y ante la insistencia de mi mujer nos paramos y la acostamos a ella a lo largo para que pudiera dormir cómoda y nosotros tres nos fuimos al cuarto a beber lo poco que quedaba de la botella y acostarnos después en la cama que al ser grande cabíamos los dos y Cristina que era la que quedaba despierta porque ella no bebió mucho en la disco.
Después que se terminó la botella nos fuimos a bañar de uno en uno siendo yo el primero, luego Cristina y por último mi mujer, y a lo que esta salió nos dimos cuenta que Cristina ya estaba totalmente dormida, cosa que aprovechamos para besarnos y comenzar a tocarnos hasta que estuvimos muy excitados y Daniela bajo el short que cargaba puesto junto con el bóxer dejando mi pene al aire por poco tiempo, puesto que ella se agachó y comenzó a lamerlo desde la cabeza hasta las bolas y vice-versa terminando por metérselo en la boca y comenzó a succionar mientras su mano subía y bajaba aumentando mi excitación. Por un rato nos olvidamos de que no estábamos solos en la habitación por lo que tomé a mi mujer y le terminé de quitar la poca ropa que llevaba puesta y la acomodé sobre la cama y comencé a besarle sus labios vaginales y a meter mi lengua dentro de su ya lubricada vulva, agarrando el clítoris con mis labios halándolo hacia arriba cosa que yo se que a ella le gustaba.
Mi mujer comenzó a gemir y a gritar mientras me agarraba la cabeza, seña de que ya estaba por llegarle su primer orgasmo de la noche y cuando miré hacia arriba para ver la expresión de su rostro me encontré con la mirada atenta de Cristina que no se perdía un detalle de lo que hacíamos a lado de ella. Las manos de mi mujer devolvieron mi cabeza hacia abajo y posicionó mi boca sobre su cuca lo que impidió que le advirtiera que su hermana nos estaba mirando y al ver esta reacción fue mayor mi excitación y comencé a meter primero uno y luego dos dedos dentro de su vagina y después comencé a sacarlos y meterlos de forma muy rápida hasta que sentí que se convulsionaba y agitaba las piernas de abajo hacia arriba hasta que quedó totalmente relajada aún con sus manos sobre mi cabeza y sus pies sobre mi espalda.
Cuando pude levantar mi cabeza otra vez encontré a Cristina acostada sobre la cama con los ojos semi cerrados a un lado de mi mujer mientras se agarraba un seno con la mano izquierda y con la otra se daba suaves masajes sobre su concha por debajo de la pantaleta y era ella la que respiraba fuerte ahora mientras apretaba las piernas y encogía los dedos de los pies. Estaba muy excitada que no se dio cuenta de que yo la estaba mirando. Le hice seña a mi mujer para que viera lo que yo y ella como única reacción se sentó sobre la cama para mirar a su hermana mientras se masturbaba excitada por el espectáculo que le habíamos brindado.
Me acerqué a mi cuñada y la agarré por las caderas a la altura de la pantaletas y reaccionó asustada pero su hermana la tranquilizó y yo antes de que dijera algo le fui sacando su prenda intima hasta que quedó su coñito rosadito, limpio de todo pelo y brillante por sus jugos a la vista de su hermana y mía. Lentamente fui subiendo mi mano por sus piernas y al ver que no decía nada puse mi mano directamente en su vagina comenzando a acariciar su clítoris y labios vaginales, de manera circular iba moviendo mi mano sobre su sexo hasta que metí un dedo dentro de ella a lo que ella reaccionó pegando un pequeño brinco. Comencé a sospechar que era virgen todavía por lo que acerqué mi cara para poder apreciar mejor su tesoro mientras mi mujer (su hermana) le habría las piernas con las manos para ofrecerme un mejor panorama de su cuca.
Ya una vez situado mi cabeza entre sus piernas tomé sus labios mayores y los comencé a separar para ver su interior. Podía ver desde mi posición su himen intacto cosa que me hacía sentir más excitado todavía; le hice señas a mi mujer de que era virgen con los dedos y ella acarició el rostro de su hermana. Comencé a pasar mi lengua sobre su sexo y ella se estremeció de placer, le metí la lengua hasta el fondo y ella como respuesta levantó su cadera para pegarla contra mi boca, acariciaba mi cabello mientras yo le daba suaves masajes con mi dedo pulgar sobre el clítoris y lamía el interior de su vagina poco a poco fui subiendo la intensidad de las caricias y la rapidez de de mi lengua sobre su vagina incrementó sacando mas suspiros de parte de ella y los movimientos pélvicos se hicieron mas rítmicos al mismo tiempo mi mujer le acariciaba los senos desnudos, no me había dado cuenta en que momento le había sacado la camisa de dormir que llevaba puesta dejando a la vista unos senos hermosos, blancos, redondos y suaves al tacto, con unos pezones rosaditos y erectos a causa de la excitación; tomé uno con mi mano y lo apreté con fuerza mientras me enterraba en su vagina de cabeza hasta que metí totalmente mi lengua dentro de ella.
La respiración de ella se hacía más rápido y apretaba mi cabeza con sus manos y con sus muslos haciendo difícil mi respiración, metí otra vez un dedo dentro de ella y comencé a comerle literalmente el clítoris con la lengua mientras hundía y sacaba mi dedo dentro de ella primero suavemente hasta que ahora muy rápido la hacía estremecer y gritar pidiendo que no me detuviera que lo estaba disfrutando, hasta que se quedó totalmente quieta con los brazos extendidos y las piernas estiradas. Había tenido un gran orgasmo y yo me había bebido sus primeros jugos.
Mi mujer excitada nuevamente me acostó de espaldas en la cama y tomando mi pene con su mano lo llevó otra vez a la boca solo por un rato lo suficiente como para llenarlo de saliva y luego sentándose sobre mi se lo fue metiendo poco a poco hasta que quedó su culo sobre mi cintura después que se acomodó procedió a moverse muy rápido hasta que le avisé que estaba por acabar a lo que ella respondió que lo quería adentro que ella también estaba por acabar. Deposité mi leche dentro de ella y sentí sus contracciones vaginales sobre mi pene y se abrazó a mí mientras me besaba, nos quedamos quietos uno dentro de la otra sin movernos. Después de unos monitos se hizo a un lado y se quedó a mi lado viéndonos a su hermana que estaba sentada tocándose nuevamente y a mi como dándome permiso de robarle la virginidad a su hermana; y yo aunque acababa de eyacular al darme cuenta de esto mi pene comenzó a reaccionar como por impulso quedando nuevamente en erección frente a las hermanas.
Mi mujer agarró la mano de su hermana y la llevo hasta mi pene haciendo que esta se cerrara sobre mi sexo, le enseñó a bajar y subir lentamente haciendo que yo me excitara más a cada momento. –Quieres que el te haga lo mismo que me hizo a mi- le dijo mi mujer a su hermana –O te estás guardando para alguien especial- mi cuñada estaba sin saber que hacer ni decir miraba mi pene y a su hermana y bajaba la mirada, pero su mano no paraba de bajar y subir sobre mi pene.
-Si no estas segura será mejor que lo dejemos así después de todo ya sabes lo que es un orgasmo y además sabes que si te decides después tienes que decírmelo a mi y nadie más, porque tienes mi permiso para estar con mi marido pero solo si yo veo lo que hacen si no es así no quiero que esto se lo menciones a nadie ni a las muchachas ¿está claro?-
La voz de mi mujer fue suave pero segura y mi cuñada no sabía que decir pero su mano no soltaba su presa firmemente empuñada. –Es que Isabel me dijo que la primera vez dolía y que se botaba mucha sangre y tengo miedo de que me duela- por iniciativa propia Cristina bajó su cabeza y comenzó a lamer mi pene como si se tratara de un helado y con su mano subia y bajaba el prepucio suavemente sacándome unos cuantos gemidos de placer.
Poco a poco fue agarrando confianza y a desinhibirse, pasaba la lengua por todo el largo del pene desde la cabeza hasta los testículos y volvía hasta que se metió la cabeza del pene en la boca y comenzó a succionarlo haciéndome sentir cosquillas. Estuvo tan concentrada en lo suyo que cuando su hermana le hablaba para darle indicaciones de cómo debía hacerlo eran muy pocas las veces que volteaba a mirarla y se limitaba a decir si con la cabeza.
Tuve apartarla a la fuerza de mi pene y la acosté boca arriba sobre la cama y besándola en la boca inicié mi recorrido con mis manos por todo su cuerpo hasta llegar a su sexo y con las yemas de mis dedos le agarré el clítoris y comencé a darle masajes sobre este y de vez en cuando metía el dedo medio en su agujerito haciéndola saltar o emitir gemidos tan fuertes que de estar despiertas las otras chicas ya hubieran sabido que era lo que estábamos haciendo, le apretaba los senos y halaba sus pezones haciéndola llegar al tope de su excitación y pidiendo a gritos que la hiciera mía de una vez por todas. Con mi lengua fui bajando por su cuerpo hasta llegar a su ombligo y me entretuve dándole besos suaves en su abdomen mientras le daba masajes con mis manos sobre esas dos hermosas tetas, luego baje por fin hasta su vulva y sin preámbulos le metí la lengua y succioné con fuerzas percibiendo el sabor de sus jugos, le metí un dedo y a la vez le lamía el clítoris con rapidez haciendo que sus movimientos de cadera sean a una velocidad descontrolada y cuando noté que estaba por acabar me paré y coloqué mi pene en la entrada de su vagina y lentamente lo fui metiendo hasta que me toqué con su himen la besé otra vez en los labios y ella me respondió muy apasionada, metiendo su lengua dentro de mi boca, cuando la vi concentrada en el beso empujé mi cuerpo hacia delante y de un solo golpe se lo metí hasta que mis testículos chocaron con su culo quedándome quieto esperando que se adaptara al cuerpo invasor, robándome su virginidad en el acto.
No pasó mucho tiempo hasta que ella inició los movimientos de cadera y yo la acompañé moviendo mi cuerpo hacia atrás y suavemente hacia delante. La intensidad de nuestros movimientos fueron creciendo y con estos los gemidos de placer por ambas partes, la tomé de las piernas y las alcé sobre su pecho mientras el mete y saca se volvía violento y los gritos de ella previniendo su llegada del orgasmo eran mas fuertes. Le di mas duro hasta que su cuerpo se tensó y su rostro cambiaba de color la humedad de su vagina me inundó y las contracciones se hicieron evidentes, por fin había desvirgado a mi cuñada y la había hecho gozar como loca. Su hermana (mi mujer) nos miraba, más a ella que a mí y le acariciaba el rostro mientras me besaba en la boca.
Como ya había acabado anteriormente no lo había hecho en esta ocasión. Mi mujer se dio cuenta y sacando mi pene de la vagina de su hermana limpio las manchas de sangre con un paño y comenzó a mamarlo y con su mano me masturbaba esperando que acabara pero yo tenía aguante todavía así es que sacó una crema que ella tenía para suavizar las manos y la untó en mi verga y además puso un poco en el ano de su hermana, me estaba dando permiso para desvirgarle el culo y esta ni cuenta se daba debido a la intensidad del orgasmo que había tenido. Tomé otro poco de crema con mis dedos y comencé a meter uno luego otro dedo dentro para dilatar un poco su entrada, cuando vi un poco abierto su estrecho agujero coloqué mi pene en la entrada y fui haciendo presión hasta que logré meter la cabeza, ella quiso que se lo sacara pero ya era muy tarde, la agarré de las caderas y la atraje hacia mi, haciendo que se le metiera todo mi pene hasta el fondo y comencé a taladrarla sin pena ni remordimientos y aunque para ella fue doloroso al principio cuando comencé a darle masajes en el clítoris comenzó a decirme que no pare que le estaba gustando y quería que la hiciera acabar como la vez anterior; yo estaba en la gloria en una noche en la que por poco me dejan sin herederos unos malnacidos había terminado con la mayor experiencia sexual de mi vida hasta ese momento, nunca había estado con dos mujeres al mismo tiempo y menos que las dos fueran hermanas, esto solo estaba en mis sueños y en una que otra fantasía sexual. Ambos estábamos como locos moviendo nuestros cuerpos lo mas rápido que podíamos los gemidos y gritos cada vez eran mas altos y yo estaba casi por explotar y aumenté aún más la velocidad de mis movimientos hasta que sentí que no aguantaba más y cuando le dije a Cristina que ya estaba por acabar me dijo que aguantara que ella estaba igual y no quería quedarse con las ganas entonces como pude retrasé mi orgasmo hasta que sentí que las piernas de Cristina se doblaron y ella cayó hacia delante victima del gran orgasmo que había tenido, entonces yo lo saqué de su orificio posterior y eyaculé en su trasero regando toda mi leche en su espalda y una que otra gota le fue a dar a su pelo, mi hermosa mujer me besó en los labios primero y después agarró mi pene y lo lamió hasta que quedó limpio totalmente, luego me abrazó y puso su cabeza sobre mi pecho yo le devolví el beso y la abracé con mi brazo derecho mientras con la izquierda abrazaba a su hermana y así nos quedamos dormidos; desnudos y abrazados, yo en medio de las dos hermanas con claras muestras de lo que había pasado y la habitación oliendo a alcohol, semen, sudor y flujos vaginales por todos lados.
Debí despertar casi al medio día pero no fue porque no tuviera más ganas de dormir sino a que sentía como mi pene estaba recibiendo las caricias de la lengua de Cristina y cuando mas lo estaba disfrutando se abrió la puerta de la habitación apareciendo ante esta las otras 3 muchachas quedándose de piedra ante lo que vieron. Me desprendí de Cristina como pude y llamé a mi mujer que aún dormía abrazada a mí, las cosas se habían salido de mi control y esperaba que ella me ayudara como siempre desde que la conozco.
En un próximo relato les contaré como se solucionó todo con mi mujer y las 2 hermanas y las 2 primas de ella, solo les adelanto que todo pasó en semana santa. No olviden de enviar sus comentarios a chugolatino@hotmail.com



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:00) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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