Tres en un día ( CON fotos)

Soy maestra de cocina y mi especialidad son los postres. Doy clases en una escuela de niños ricos y aunque ya tengo 42 años aún le soy atractiva a algunos alumnos que no despegan sus ojos de mí, pues aunque utilizo mandil en la cocina sí llevo faldas cortas para trabajar pues Veracruz es una ciudad en la que hace mucho calor.
Ese día tocaron a mi puerta y cuando me asomé en la mirilla vi que era uno de mis alumnos. Llevaba flores y chocolates. Lo recibí tal y como me desperté pues era mi alumno de 18 años y mi playera me llegaba a los muslos. El chico me confesó que le gustaba y que quería tener una relación conmigo y yo no lo rechacé por amabilidad pero cometí el error de no frenarlo, era guapo pero nunca me he dejado llevar por guapura de alguien. Puse los chocolates y las flores en la mesa y cuando pensaba despedirlo me rodeó con sus brazos y me besó lo cual me dejó completamente sorprendida . Le dije que no era conveniente pues además era una mujer casada y él me suplicó que le permitiera estar cerca de mi. Fue muy tierno y me dejé besar otra vez y acarició mis muslos torpemente y yo quise abrazarlo pero toqué su bulto y pude notar que tenía una erección. Finalmente le bajé el cierre del pantalón y le mamé su pene y cuando ya estaba bien erecto sólo me puse en posición de perrito y le pedí que hiciera a un lado el calzón y me penetrara. Lo excité hasta que me dijo que iba a venirse y entonces le pedí que me arrojara el semen en mi boca y así pasó. El chico bufaba de pasión y finalmente, se fue.
Por la tarde acudí a casa del administrador de la escuela pues tenía algunos puntos que tratar con relación a mi nómina. El tipo siempre me había visto con deseo y no le costó mucho trabajo convencerme de que hiciera el amor con él pues no había quedado del todo satisfecha por la mañana aunque fue lindo tratar con mi estudiante. El sexo con mi compañero de trabajo fue normal aunque él tenía más experiencia y sí logró que tuviera un orgasmo pues cuando me penetró encima de mí jugó con sus dedos en mi vagina y eso me hizo correrme muy rico.
Ya eran como las siete de la noche y como vivo hacia Tejería, una congregación de Veracruz, me encontré en la parada de camión, en el centro de la ciudad vi a un amigo de mi hermano, un tipo maduro de unos 50 años y que era un albañil contratista. Me dijo que me llevaría a mi casa. Como hacía mucho calor, le pedí que me invitara una bebida y entonces compró dos cervezas de esas que llaman caguamas y partimos hacia Tejería. En el camino platicamos de mil cosas, sin embargo, se desvió en un paraje en donde había planas de tráileres. Era un lugar desierto y allí con el efecto de la bebida que de verdad me mareó me comenzó a besar y a acariciar las piernas. Total que me convenció y me llevó a su casa y allí me entregué locamente a él pues además su pito era muy rico y duro. Lo más lindo fue cuando me penetró por detrás, pues al principio me dolió, sin embargo, me pidió que no me moviera, acomodó bien su pene y lo sacó y cuando lo volvió a meter fue todo maravilloso pues demás se vino en mi culo y fue uno de los momentos deliciosos de mi vida. Me llevó hasta la esquina de mi casa y ahora que recuerdo ese día, pienso que ha sido uno de los más locos que he vivido.
Por supuesto, esa noche llegó mi esposo y me preguntó que si quería sexo, pero yo le dije que estaba muy cansada y vaya que sí.