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Una Familia Fuera de Serie. 01

koslov72 Relato enviado por : koslov72 el 10/07/2017. Lecturas: 3778

etiquetas relato Una Familia Fuera de Serie. 01   Confesiones .
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Resumen
Julia y yo admiramos aquella escena, misma que provoco más morbo y calentura para todos. Mis dedos salieron de la vagina de Julia, momento en que aprovecho para desnudarse, e ir a un lado de mi esposa.


Relato
Episodio 1: Las Perversiones de mi Esposa.

Desde hace algunos años mi esposa decidió soltarse el pelo en cuanto a sexualidad se refiere, no porque nuestros encuentros sexuales fueran malos o nulos, más bien por experimentar algo más que lo ordinario.
Esta es la historia de una familia completa envuelta en situaciones que pocos esperan vivir en toda una vida. Comenzare diciéndoles mi nombre, el cual es Daniel, tengo 46 años, soy originario del estado de Veracruz, pero actualmente vivo en la ciudad de México, soy ingeniero civil por lo que económicamente no me va mal y puedo mantener perfectamente a mi hermosa familia. Físicamente, soy bajito, apenas 1.70 de estatura, complexión robusta, piel obscura, cara redonda, ojos cafés, cabello castaño con muchas canas, boca grande, nariz de bola, como verán nada del otro mundo, bueno solo una cosa, el creador me compenso al fealdad con un regalo excelso, un miembro bastante sobrado, dándome 28 centímetros de largo y 4 de ancho, creo yo que es por mis genes afroamericanos.
Bueno ahora les contare un poco sobre mi familia, empezare diciéndoles que desde hace más de 20 años estoy casado con Mayra, quien al igual que yo, también es ingeniero, solo que ella es industrial, Mayra es originaria de la ciudad de México y tiene 44 años, ambos nos conocimos en una convención sobre materiales para la industria. Desde que la vi, aquel día supe que alguien como yo sería muy afortunado de gozar y tener a una mujer como ella, ya que físicamente es una mujer muy atractiva, tampoco es muy alta, apenas 1.65 de estatura, pero es lo de menos, ya que su verdadera esencia radica en su cuerpo lleno de curvas, teniendo unos senos semejantes a un par de melones listos para comer, cintura formada, cadera ancha, nalgas llenas de carne, perfectamente diseñadas por el creador, un par de piernas, que aunque cortas es inevitable no querer dedicarles unos minutos al verlas. Su cara es redonda, su tés es morena clara, ojos de color verde, nariz de bolita, boca pequeña con labios gruesos, cabello castaño obscuro muy lacio, en verdad un manjar de mujer. Quien a pesar de tener en su vida 4 hijos, aún sigue conservando esa esencia sexy que hace que mires cuando pasa a tu lado. Mayra dejo su carrera cuando nuestra hija mayor llego a este mundo, dedicándose después de unos años a la docencia, pieza clave en todos estos relatos. Ya que más tarde descubriría sus perversiones ocultas en el fondo de sus ser.
Durante todos los años en lo que hemos estado juntos, disfrutamos de nuestros cuerpos, del sexo y de ser muy pervertidos a la hora de coger. Pero como todo, las cosas, momentos y encuentros entre ambos, comenzaron a cambiar, cansancio, rutina, hijos, etc… influyeron en eso. Hasta que un día mientras ambos nos encontrábamos leyendo un poco antes de dormir, fue Mayra quien dijo o propuso algo que cambio nuestras vidas para siempre.
- Sabes? Creo que extraño aquellas noches en que no dormíamos, teniendo sexo alocado toda la noche… tu no? – exclamo ella dejando su libro sobre las piernas –
De inmediato deje el mío en la misma posición que ella, la mire con ternura y respondí.
- Si! Y mucho! Aunque debemos aceptar que nuestras vidas han cambiado en muchos aspectos! Los niños, el trabajo, el cansancio… May… solo una cosa no ha cambiado… y sabes perfectamente cual es! – dije guiñándole el ojo –
- Lo sé! Igual yo! Creo que deberíamos buscar algo, una solución a este sedentarismo que tenemos! No crees? – prosiguió mi esposa –
- Sí, creo que sí! Pero qué? Tienes algo en mente? – pregunte impaciente –
Mayra, se quedó en silencio por unos minutos, analizando sus ideas, yo hacía o al menos trataba de hacer lo mismo. Hasta que después de los momentos de análisis, mi esposo dejo salir sus ideas.
- Gordo! No quiero que me mal entiendas o lo tomes personal… es decir voy a compartirte algo muy íntimo de una compañera de trabajo… ok? – dijo Mayra dejándome un poco preocupado, pero a la vez inquieto por saber de qué se trataba, así que afirme con la cabeza – Pues veras, digamos que tengo una compañera de trabajo, la cual, supongamos que estaba en la misma situación que nosotros, pero ella encontró la solución a su problema en algo simple… tener relaciones con otras personas… - sentencio Mayra –
En un principio su idea me pareció algo extrema, ya que no sabía si podría hacerlo con alguien más, o ver a mi esposa con otra persona. Al ver que no decía nada al respecto Mayra volvió a decir.
- Dany! Tienes que ver esto como lo que es! SEXO!! Únicamente eso! Ok? No lo veas como algo mas sentimental! Solo sería sexo! Placer! Perversión! Únicamente! – insistió mi esposa –
- Ok! Entiendo! Tienes a alguien en mente? – pregunte –
- Aun no! Pero si tú estás de acuerdo, lo consulto con ella, te parece? – respondió Mayra con cierta duda en el tono –
Después de tomarme un momento para analizar todo aquel embrollo en mi cabeza, decidí intentar, probar una vez y ya veríamos.
- Ok! De acuerdo, amor! Hagámoslo! – dije entusiasmado –
Y no es que en verdad lo estuviera, más bien fue por ver qué pasaba. Esa noche dejamos el tema y la lectura allí. A la mañana siguiente la rutina fue la de siempre, hasta que llego la noche, encontrándonos en la misma situación de la noche anterior. Ambos nos miramos y sonreímos, como entendiendo que si no hacíamos algo pronto las cosas empeorarían.
Pasamos en resto de la semana planeando como haríamos para encontrar a una persona que estuviera dispuesta a hacer lo que queríamos, pensamos en internet, periódico, su compañera… pero ninguna nos convencía… tenían más contras que pros.
Por lo que decidimos que lo haríamos a nuestro modo. Por lo que decidimos salir de la ciudad ese fin de semana, nuestros hijos irían a casa de sus abuelos y listo. El plan era encontrar a alguien en la calle, alguien que nos llenara el ojo a ambos. Algo peligroso, sí, pero lleno de morbo y excitación…
Al llegar el viernes por la noche mi esposa preparo dos maletas pequeñas, ya que estaríamos fuera solo por una noche, el sábado temprano y después de dejar a nuestros hijos con sus abuelos, partimos con destino al estado de Morelos, muy cerca en auto de donde vivimos. Llegando a la ciudad d Cuernavaca, en donde nos hicimos de un búngalo en un hotel de la zona, nos cambiamos de ropa, saliendo a caminar por la plaza principal, en todo momento buscando alguien acorde a lo que queríamos. Comenzamos buscando solo un chico u hombre que le llenara el ojo a mi esposa. Seria cera del medio día, y aun no habíamos encontrado al candidato, estábamos comenzando a pensar que había sido una mala idea, estábamos cansados por lo que decidimos volver al búngalo, para descansar un poco y retomar la búsqueda más tarde, serían las 16:00 horas cuando la tripa pidió algo para dejar de chillar, por lo que decidimos salir a buscar algún lugar cercano para comer algo, y seguir con la búsqueda, encontramos un lugar cerca el cual parecía atractivo por lo que decidimos entrar, era pequeño y acogedor. En cuanto nos ubicamos en nuestra mesa, un joven de unos 18 años se acercó a nuestra mesa, de inmediato vi como los ojos de mi esposa lo recorrieron de abajo hacia arriba, para después mirarme haciendo un gesto de aprobación. El joven no perdió oportunidad de mirar a mi esposa sobre todo en el escote de su blusa. En todo momento y mientras nos tomaba la orden, Mayra no dejo de mirarlo, llegando a ocasionar que el chico se pusiera nervioso, comenzando a tartamudear. Mientras degustábamos nuestros platillos, Mayra aprobó por completo al chico, definiéndolo así.
- Es guapito! Se ve limpio! Y es un pollito! Que dices? – susurro –
Mire un poco al chico, mientras hablaba con una mujer en la barra, analizando lo que mi esposa me decía. El jovencito era morenito, delgado, con cara de niño, muy risueño y amable, guapo? No sé! Pero si le parecía a mi esposa, estaba bien! Eso si debo aceptar que el chico se veía muy aseado y hasta perfumado. Termine por no darle vueltas al asunto, aprobando su decisión. Ahora venía lo difícil, como plantearle las cosas o como abordarlo. Deje que ella se encargara de eso, haciéndole señas de que lo abordara, mientras yo me iba al baño. Después de unos minutos regrese a la mesa, de inmediato mi esposa dijo.
- Ya está! Se llama Jorge, tiene 19 años, trabaja aquí con su madre, es la cocinera, el negocio es de ellos, cierran a las 18:00 horas. le pedí que nos viera en un lugar para hablar del asunto, el propuso vernos en una plaza comercial cercana; está bien? – dijo Mayra entusiasmada -
Sonreí morbosamente, y no dije más. Después de terminar nuestros alimentos, salimos del lugar, al notarlo el joven, miro a mi esposa sonriéndole de manera morbosa, Mayra fue un poco más lejos guiñándole el ojo. El joven sonrió de nuevo y asintió con la cabeza. Mi esposa y yo paseamos por la ciudad, para entrar en el lugar convenido por el joven. Después de tomar nuestros asientos y esperar unos 20 minutos, el joven apareció de sorpresa a nuestro lado, pero no iba solo…
Una mujer madura lo acompañaba, Mayra al igual que yo, nos quedamos atónitos por un segundo. No sabíamos que hacer. Fue el joven quien rompió la tensión del momento incómodo.
- Hola buenas noches! Perdón por la tardanza, ya saben limpieza del local! Como están? – dijo el joven sonriendo amablemente –
Fue hasta entonces que ambos reaccionamos saludándolo con cortesía y respeto.
- Muy bien, no te preocupes! Casi acabamos de llegar! Pero siéntense! – exclamo Mayra –
Ambos tomaron una silla justo en lados opuestos a los nuestros. La mujer sonreía mas no decía nada en lo absoluto. Cosa que me ponía algo nervioso.
- Bueno se preguntarán, que hago aquí con mi acompañante, no? – dijo Jorge -
Ambos asentimos de forma afirmativa, quedándonos en silencio. Fue entonces que las cosas se pusieron más candentes. Cuando Jorge nos dijo de quien se trataba…
- Ella es mi madre! Juntos atendemos el negocio de mi difunto padre… no se espanten… no son los primeros turistas que pasan por la fonda buscando algo más que comida… - dijo Jorge sonriendo calmadamente –
- No se preocupen… somos muy discretos! – susurro su madre –
Mayra y yo nos quedamos sorprendidos, sin saber que decir por unos minutos. Hasta que fui yo quien comenzó diciendo.
- Así que, sabían de qué se trataba todo este asunto? Uff… y nosotros con tanta jalada…. Haha! – exclame sintiéndome con más confianza –
- Si! Lo sabemos… de hecho nosotros también somos swinger… susurro Jorge –
Mayra me miro extrañada… no entendíamos a lo que se refería con eso.
- Si, amigos, mi madre y yo somos pareja… si ese es un problema, no se preocupen… aquí le dejamos y cada quien a si casa… - susurro de nuevo el joven –
Habíamos escuchado bien… Mayra me miraba con asombro total, por mi parte mi semblante creo que era el mismo. Nunca esperamos algo así… pero ya estábamos allí. Así que sin decir nada al respecto, continuamos con la charla.
- Sé que es increíble, o hasta insano… pero que no lo es, en este mundo, pervertido! Creo que el silencio me indica que no tienen problema con esto, verdad? Bueno! Entonces, si están de acuerdo, nosotros también… ustedes deciden a donde vamos… - dijo el chico en voz baja –
No podíamos creer que un joven de la edad de nuestros hijos, nos hablara de esas cosas con tanta naturalidad, que a su edad se desenvolviera tan calmado en esas cosas… y que nosotros a la nuestra sintiéramos tanta vergüenza al hacerlo…
Digo no lo culpo, si lo veo desde el lado carnal, la señora o la madre de Jorge es una mujer muy atractiva, de unos 40 y pico, alta, delgada, ojos grandes, cara larga, labios delgados, boca amplia, cuerpo propio de una mujer madura, ni gorda ni flaca, tetas medianas, caderas anchas, trasero impactante, muy abultado, piernas de cualquier jugador de futbol profesional… en si una mujer con la que a cualquier hombre le gustaría estar en la cama.
Una vez que mi esposa y yo dejamos un poco el asombro atrás, convenimos con Jorge y su madre, ir a nuestro búngalo, ya que estaba más cerca que su casa, cosa que no me parecía correcta, y menos si no los conocíamos tan a fondo.
Mientras íbamos camino al búngalo, no dejaba de mirar por el espejo retrovisor, para ver que hacían los hasta ese momento desconocidos. Ambos hablaban en susurros, como poniéndose de acuerdo, mientras Mayra, solo miraba por la ventana del auto. Al llegar, los cuatro entramos al búngalo, dejando un poco la tensión de lado. Mayra se sentó en una pequeña sala de estar, Jorge a su lado, hasta ese momento supe el nombre de la madre de Jorge, se llama Julia, ella se colocó sobre el sillón, quedando de frente a su hijo y mí esposa. Yo, me senté un poco apartado, dándoles espacio para interactuar. Mientras que ellos charlaban un poco me dedique a observar la dinámica. Julia y Jorge, parecían haberse olvidado de la tensión normal del momento, se veían muy desenvueltos y jocosos, mientras que Mayra se notaba excitada por el momento. Los tragos llegaron unos minutos más tarde, cervezas y whisky la elección de todos. Con cada momento que pasaba el ambiente se tornaba más morboso, todos nos mirábamos sonriendo, como buscando en la mente de cada uno lo que pensábamos en ese momento. No puedo hablar por los demás, pero al menos yo, comparaba los cuerpos de las dos mujeres en ese búngalo, ambas están tetonas, con culos apetitosos, maduras, y ninguna parecía estar preocupada por lo que estaba pasando, al contrario lo estaban disfrutando.
También pensaba si alguna vez en mi vida juvenil, sentí algo como lo que sentía Jorge por su madre, ese deseo de estar con alguien de mi familia, resultando que sí, había una tía que me hubiera gustado tenerla en cuatro patas y reventarla a diario. Más nunca tuve el valor de proponérselo. Mientras eso pasaba, Julia se levantó de su lugar, caminando hasta donde yo estaba.
- Estas nervioso? Es normal! Recuerdo la primera vez que mi hijo me propuso hacer algo así… fue algo aterrador, pero ya vez, aquí sigo! – susurro llamando mi atención –
Mire con atención a Julia, quien estando de pie frente a mí, parecía aún más apetitosa…
- Si un poco! Aunque creo que yo no tendría el valor o los huevos, discúlpame por la palabrota, de acostarme con alguien tan cercano o más bien con alguna de mis hijas, hermanas y ni pensarlo con mi madre… hahaha! Y menos en estos tiempos! Hahaha! – dije con un poco de broma en la respuesta –
- No es fácil, y menos en un país como este! Ya sabes, los tabúes… pero míranos felices de estar juntos, para mí él fue mi salvación después de que mi esposo falleciera… no me quejo… - respondió Julia calmada –
- Pues salud! Por eso que nos hace felices! – exclame llamando la atención de Jorge y Mayra –
Ambos se levantaron y caminaron unos pasos hasta donde Julia y yo estábamos. Después de unos segundos y sorbos a los vasos y latas, Mayra se soltó el pelo.
- Pues bueno… esto parece un velorio! No les parece? Vamos, hay que ponerle sabor a esto! Gordo, podrías poner algo de música, movamos el esqueleto! – dijo tomando a Jorge de la mano, llevándolo en medio de la sala de estar –
Como buen veracruzano, mi teléfono celular está plagado de música alegre y bailable, busque el parlante para que se escuchara mejor y como una diosa mi esposa comenzó a sacudirse de forma muy sensual. Jorge la miraba atento, mirando como sus caderas se contoneaban, sus pechos se balanceaban y sus manos tomaban las suyas. Me acerque hasta donde estaba Julia, tomándola de la mano, la lleve hasta la improvisada pista de baile. Los cuatro después de unos segundos ya nos movíamos al ritmo de la música, sin perder oportunidad de rosarnos de manera sexual. Jorge se frotaba contra Mayra, por momentos sus manos se apoderaban de sus tetas y su boca susurraba algo en su oído. Mientras que yo, rosaba las nalgas de Julia, y nuestras bocas se acercaban cada vez que estábamos de frente. Las manos de Julia, rosaban por momentos mi pene, comenzando a despertarlo, mientras que Mayra se notaba acalorada y muy excitada por los roces y apretones del chico.
Mientras los tragos y la música seguían fluyendo, mis ojos seguían atentos a los que ocurría con mi esposa y el joven, buscando cualquier señal de incomodidad, más no llegaba, por lo que comencé a disfrutar las cosas. Después de unos momentos más, Julia tomo mi barbilla, dirigiendo mi cara a la de ella.
- Deja de mirarlos… mejor mirarme a mi… también estoy buena, no te parece? – susurro mientras me dejaba el sabor de sus labios –
Tenía razón, le estaba poniendo demasiada atención a lo que sucedía con mi esposa que me olvide de ella, por lo que me concentre solo por ese momento en Julia. Empezando manosearla con más descaro, leves pujidos salina de su garganta, mientras que la calentura de todos iba en aumento, en un segundo las manos de Julia se apoderaron de mi pene ya casi listo para la acción.
- Dios! Estas enorme! Uyy! Esto va a estar bien bueno! Quiero tenerlo en mi boca, mi concha y hasta en el culo! – susurraba la madurita –
Eso me puso muy caliente, por lo que descaradamente apreté sus nalgas con ambas manos, arrancándole un gemido sonoro. Seguimos con el cachondeo, los besos y los tragos, hasta que notamos que nos habíamos quedado solos en la sala, Mayra y Jorge habían desaparecido de nuestra vista.
- Bueno, chaparrito! Creo que es hora de mostrar más que los buenos pasos… - dijo dando la voz de ataque –
Me pareció simpático, el que me llamara chaparrito, ya que era lo real, ella es más alta que yo. Pero eso no importaba, el tamaño que me falta en estatura, lo compensa el tamaño de mi pito. Tomándola por los hombros, hice que diera vuelta dejándola de espaldas a mí, sus manos de inmediato tomaron mi verga, estrujándola con fuerza. Mientras la desvestía con ferocidad. Primero la deje sin nada que cubrirse en el torso, dejando que esos melones saltaran libres, los frote y estruje un poco, jalando un poco sus pezones, debo decir que son más grandes que los de Mayra, y de color más rosado. Poco a poco baje hasta tomar sus mallones bajándolos de un tirón hasta los muslos, al palpar sus nalgas y hurgar un poco dentro de su raja note que le había bajado los calzones también, dejando vía libre para una buena dedeada. Su pubis es muy velludo, y en ese momento empapado por sus fluidos corporales, poco a poco toque sus labios vaginales, su clítoris, el cual era bastante grande, hasta insertar mis dedos dentro de su agujero.
- Dios! Chaparrito… huumm! Qué bueno eres… ahh! Para esto! Uhh! Así papi! Síguele! Ahhh! – gemia diciendo Julia –
Mientras me encargaba de su vulva manualmente, el sonido de pasos y besos llamo mi atención, los desaparecidos habían vuelto a la sala, ambos estaban desnudos por completo, Jorge solo traía los calcetines puestos. Al notarnos, ambos nos dedicaron una mirada, sonrieron morbosamente y se besaron frente a mí, mientras las manos de Mayra masturbaban el pene de Jorge delicadamente. Dios mío… aquello fue algo inexplicable, algo dentro de mi exploto, en ese momento, sacando a aquel joven que solía ser cuando estaba recién casado con Mayra. Gire a Julia dejándola frente a su hijo, como buscando mostrarle lo que le hacía a su madre, mientras que el disfrutaba a mi esposa. Jorge, miraba por momentos a su madre gimiendo como una puerca mientras la penetraba con los dedos, sus fluidos escurrían por sus muslos, mientras con la otra mano le apretaba una teta.
- Ahhh! Papi… papi… así! Así! Mas! Uhh! Ahh! Cógeme rico! Así! Ahh! Soy tu puta! – decía entre gemidos la madura, mientras su hijo miraba, y las manos de mi esposa lo masturbaban –
Jorge, llevo a Mayra, hasta el sofá, poniéndola con las rodillas sobre el asiento, las manos en el respaldo y la espalda arqueada. El sexo de mi esposa estaba tan brilloso por su humedad que se me antojo darle una buena mamada, mas fueron los dedos de Jorge quienes se encargaron de mostrarle como serían las cosas en ese momento. Mayra comenzó a pujar muy fuerte, con cada arremetida de Jorge, de pronto sus dedos dejaron de entrar y salir de la pucha de mi mujer, solo se quedaron dentro, empezando a sacudirlos dentro del agujero de Mayra, mi esposa se agitaba y retorcía como una loca, mientras Jorge aceleraba el movimiento de su mano, jamás había visto así a mi esposa, Mayra no pudo más, explotando con una gran chorro de fluido de su pepa, acompañado de un sonoro pujido…
- Uuuhhhhhh!!!! Noooo!!!!! Aahhhhhhh! – grito mi esposa –
Julia y yo admiramos aquella escena, misma que provoco más morbo y calentura para todos. Mis dedos salieron de la vagina de Julia, momento en que aprovecho para desnudarse, e ir a un lado de mi esposa.
- Ven chaparrito! Dale! Y ve! – exclamo mirándome por encima del hombro –
Sin perder mucho tiempo, me desnude mientras caminada despacio hasta llegar con los demás, para ese momento Jorge estaba de rodillas lamiendo la vulva de mi esposa, sus manos abrina sus labios saboreando sus jugos, mientras sus nariz se recargaba en su ano. Mi verga salto al bajar mis pantalones con todo y ropa interior, lo que provoco una exclamación de Julia.
- Pa su madre! Chaparrita! Mira nada más, lo que tienes en casa! Dios mío! Chaparrito! Estas enrome! Uyy! – dijo Julia mientras admiraba mi pene –
- Te gusta? Pues lo vas a probar en un rato! No sabes lo que es tener algo así dentro de ti! Dios! Pollito… así!!! Chúpame! Ahhh! – respondió mi esposa gimiendo –
Aunque Jorge seguía lamiendo la vagina de Mayra, note que también me miraba la verga por momentos. Me coloque de rodillas a un lado del chico, quien con pericia se comía la concha de mi esposa, mientras se masturbaba para no dejar de estar duro. Decidí que era hora de hacer lo mío, me metí en medio de las nalgas de Julia, dejando que mi cara sintiera el calor de ese culo, mi lengua lamio cada centímetro de si pucha velluda, hasta comenzara a darle una buena mamada a ese monote. Las chupadas de panocha de ambos se escuchaban deliciosas, acompañadas en todo momento por los gritos y pujidos de las féminas. Mientras le mamaba el mono a Julia, recordé que había dicho que me quería tener dentro del culo, así que empape mi dedo pulgar, con sus jugos, subiendo hasta sentir su ano caliente, comenzando a presionar un poco… sin mayor esfuerzo mi dedo se hundió dentro de su ano, arrancándole improperios y gemidos muy morbosos.
- Uhh! Carajo! Puta madre! Que rico! Ahh! Así, papi! Ahh! Así! Cógeme rico! Ahh! Chúpame, cómeme! Uhh! No pares! – gemia la doña –
Mientras que Mayra comenzaba a ser más vulgar al escuchar a Julia, si bien es cierto que en nuestras mejores sesiones de sexo juvenil, llego a decir palabrotas nunca antes la vi o escuche ser de la forma en que se estaba comportando aquella noche, y déjenme decirles que eso me gustaba aún más…
- Así pollito, cómeme la pepa… uhhh, cabron eres divino! Cómeme, rico! Así! Pollito! Méteme la lengua! Ahhh! Carajo! No mames! Que rico! Ahhh! Hazme venir! Déjame seca! Cómeme!!! – decía entre gritos de placer, mientras Jorge se comía literalmente su cola –
Mayra logro tener un orgasmo más, mientras recibía lengüetazos e parte de Jorge, mientras que Julia llego al éxtasis con el masaje anal y mi cunnilingus. Ambas mujeres se estremecían, mientras nosotros saboreábamos sus fluidos, fue Jorge quien se puso de pie, llamando mi atención, quería ver si era el momento. Tomo su pito, el cual era normal, unos 15 centímetros por 3 de ancho, lo froto varias veces contra la pucha de Mayra, para después colocarlo justo en su hueco vaginal, al sentir eso mi esposa se movió sentándose sobre el sofá, pensé que se había arrepentido, por lo que deje de chupar a Julia, Mayra miro agitada a Jorge y dijo.
- No pollito! Primero te la mamo, para mojarla bien… y después me la metes, oki? – exclamo mi mujer –
Julia aprovecho el momento, para girar, sacándose mi dedo del culo, se sentó de la misma forma que mi esposa sobre el sofá.
- Yo también quiero mamártela, chaparrito! Uuy! A ver si me cabe! – exclamo Julia mientras le sobaba una chichi a mi esposa –
Mayra al sentir eso le dedico una manoseada a su vulva, lo que hizo que Jorge y yo casi explotáramos. Había que sacarle provecho al momento, así que mire a Jorge, y como por sincronía ambos sonreímos, me coloque a su lado poniendo nuestros pitos casi pegados, miramos a las mujeres por un segundo, en espera de lo que venía.
- Vamos queremos verlas mamando y besándose! – dijo Jorge haciendo explotar la noche –
Amabas se besaron antes de acercarse a nosotros, dejando que sus lenguas jugaran inquietas, mientras que sus manos se encargaban de sus tetas y vulvas, las manos de Jorge y la mía, agitaban nuestros pitos despacio, mientras mirábamos aquello. Fue Julia quien tomo mi verga primero, pero sin dejar de besar y masturbar a mi esposa, momentos después Mayra sujeto la de Jorge comenzando a pajearnos despacio, Mayra dejo los labios de Julia, para ser la primera en chupar el glande de Jorge.
- Ahhh! Doña!! Uhhh! Que rica esta su boquita! Uuhhh… su le… lengua… uhh!! – gimo el chico al sentir la boca de mi esposa –
Por su parte Julia miraba mi verga, buscando la forma de ponerla en su boca. Momentos después, pude sentir como su lengua pasaba por mi cabeza, lamiendo el pito entero, hasta llegar a mis huevos, succionando uno de ellos dentro de su boca. Mi esposa imito eso chupándole a Jorge los huevos.
- Mmmhh… que putita eres Julia! – exclame indecente –
Eso provoco que Mayra me dedicara una mirada perversa, mientras lamia los huevos de Jorge.
- No mame, don! Que buena esta su mujer! Uhhh… no… ahhh… no imagino, los atracones que le a de poner! Uuhhh! Doña… uhh! Que rico mama! Ahh… sii! – decía entre gemidos el chico –
- Si! Es una putita al igual tu madre! Uhh! Sigue mamando esa verga Julia! Ahhh! Trágatela, anda! – respondí provocando que mi esposa comenzara a chupar más fuerte el pene de Jorge –
Provocando que el joven, la calamara tomándola de los cabellos.
- Despacio doña! O me voy a venir… y no se la he metido! Uuhh! Que zorra es! Esta hambrienta de a madres! – dijo Jorge mientras alaba a mi mujer de los cabellos –
Mientras eso sucedía, Julia ya se había metido una buena parte de mi verga en la boca, haciendo que su hijo se sorprendiera mientras las arcadas comenzaban a emanar de su garganta.
- Wwwuuuaaaggg!! Wwwwuuuaaagg!! No puedo… simplemente no puedo tragármela toda, uuhhh! – exclamo Julia jalando aire –
- Te dije nena! Ni yo he logrado tal Azaña!! – exclamo Mayra mientras volvía a besar a Julia –
Bastaron una mamadas más, para que las cosas pasaran al siguiente nivel, era hora de poner nuestras vergas dentro de las mujeres. Por lo que Jorge tuvo la magnífica idea de colocarlas en posiciones que les permitieran ver cómo eran penetradas por ambos, coloco a su madre recostada sobre el sofá, mientras que a mi esposa la puso en cuatro encima de su madre, aquello era muy caliente, no perdimos tiempo y casi al mismo tiempo las embestimos.
- Ooouhh! Oohhh por diosss!!!! – exclamaron en un gemido casi unísono –
- Pa su puta madre… la tienes bien gorda, cabron chaparro! Uuuhhh! No mames que rica verga tiene tu marido, chaparrita! Uhh! Uhhh! Dame cabron! Dame verga! Clávame! Rómpeme! – exclamaba con locura Julia –
- Dame pollito! Cógeme fuerte! Me gusta así! Uhhh! Dame pito! Ahhh! Ahh! Dale gordo… dale verga a esa puta! Uhhh! Que rico te entra cabrona! Te la estas comiendo toda!!! Uhhh! – decía Mayra echa una puta pervertida –
- Ahh! Mmh! Si… si…. Así…! Métemela toda! Uhhh! Tu chaparrita es tragona… uhh… ya le entro la de mi pollo… uhhh! Que rico te coge chaparrita! Dale nene! Dale pito a esta chaparrita sabrosa! Cómetela rico! Gózala! Hazla venir! – gemia diciendo la doña –
Jorge se aceleraba por momentos, haciendo que las nalgas de Mayra se aplastaran con las embestidas del chico, mientras que las tetas de Julia bailaban al compás de mis empujones, de pronto algo increíble paso… Mayra puso la mano en el clítoris de Julia, bajo la cara y lamio el frijol y mi pene al mismo tiempo. Julia copiando a mi esposa levanto un poco la cara para lamerle los huevos a su hijo. Aquello era mera escena de película pornográfica, los gemidos, las palabras soeces, el golpeteo propio del sexo, tetas bailarinas, anos y cuerpos empapados de sudor… aquello estaba de lujo. Para ese momento mi pito se hundía por completo en la vagina de Julia, misma que me ahorcaba con cada empujón. Parecía como si dentro de su pucha tuviera unas pinzas de presión… que apretaban mi verga al máximo. Mientras sus pujidos de dolor y placer seguían fluyendo. Supe que Jorge estaba en problemas, cuando comencé a ver que Mayra empezó a menear sus cadera… esos apretones de pucha que hace son mortales, las manos de Jorge la tomaban de la cadera, tetas, cuello, hombros… pero nada parecía funcionar, desesperado hizo algo que provoco aún más a mi esposa.
- Plaff!!! – sono la nalgada en el trasero de Mayra –
- Aaaahhhuuuu! Pollito!!! Uhh! Eres un pillo… más dame otra! Plafff! Plafff! Ahhhuu! Dios que rico! - gemia Mayra completamente hecha una loca –
Al parecer aquello funciono, ya que la cola de mi mujer aminoro el movimiento. La cara de Jorge se notó aliviada, no quería derramarse aun… Julia por su parte disfrutaba con cada empujón que le daba, mientras lamia los huevos de Jorge, ella también comenzó a nalguear a mi esposa, y en respuesta mi mujer chupaba ferozmente su clítoris, en un momento saco por completo mi verga de la vagina de Julia, dándome tremenda mamada de pito, la arcada que esto le causo, provoco que la saliva escurriera por mi pene, misma que uso para lubricarlo, colocándolo de nuevo dentro de Julia con algo de brutalidad.
- Quieres esto, huh? Quieres este pitote? Huh? Te gustan vergudos, verdad, zorra? Tómala! Cómetela cabrona! Dale gordo! Ahhhh! Cógeme pollo! Cógeme fuerte ya casi… ahhhhhuuu!!! - gritaba – Mayra loca y pervertida mente –
- Que mujeres tan putas, tenemos; no don? Ahhh… pero que rico cogen!!! Uhh! Su pinché madre! Que rico lo mueves chaparrita! Uhhh! – decía Jorge disfrutando de mi esposa –
Mayra, fue quien pidió cambio de posición, ya no podía más con la actual… quería estar en control de la penetración. Le pidió a Jorge que se sentara en el sofá, quería montarlo. Dios… pobre chico, no sabía lo que le esperaba. Tome a Julia de las manos, poniéndola sobre mi en el aire, sin sacarle la verga me senté al lado de Mayra y Jorge, deje que mi mano azotara la nalga derecha de Mayra, y con la otra azote una de las tetas de Julia.
- Uhhh… gordo! Que rico! Chaparro cabron! Te gusta rudo, cabron? Huh? – dijeron ambas –
En ese momento entendí que jamás habíamos tenido tan buen sexo, ni en nuestros mejores años de juventud. Mayra me miraba mientras se colocaba la verga de Jorge en la cola, cuando se sentó en ella, se acercó besándome con pasión.
- Uhh… doña! Que sabroso! No mame! Que culo tan rico tiene! Ahhh! Ensártese! Dele! – exclamo Jorge mientras lamia las tetas de mi esposa –
Mayra, no perdió el tiempo, empezando a moverse encima del pito de Jorge, por mi parte, tome mi verga empapada de los jugos de Julia y la restregué en todas sus nalgas, su raja pasando por su ano caliente y clavándola en su cola de golpe. Lo que hizo que la doña gritara y se desplomara sobre mi, sus tetas gordas aplastaron mi cara, comencé a darle caña, mientras mis manos la azotaban con fuerza.
- Cabron… chaparrooo…. Cabron!!!! Ahhhhhuuu! Plaff! Plaff! Plaff! Plaff! Te gusta no puta? Huh? Te gusta la vergota del chaparrito? He? Plaff! Plaff! Ahhhu si! Si! Me encanta tu verga papi! Dámela toda! Dámela! Métemela hasta el fondo! Ahhh! Asi! Cógeme! Cógeme! Duroooo! Mas!!! Dale gordo! Cogete a esta golfa! Uhhh! Pollo… te gusta pollito? Te gusta?... ahh! Que rico pito tienes… pollito uuhhh! Me voy a venir! Uhhh! Doña! Ahhh! Uhhh! Que rica! Col…colaaa! Así… me va hacer explotar…. Uhhh no mame! Ahhh! – decíamos todos mientras las cosas ya eran extremadamente locas –
Miraba como las nalgas de mi esposa se aplastaban contra los muslos de Jorge, mientras este se aferraba a sus tetas, intentando no terminar. Mayra cambia la cadencia de sus movimientos, como suele hacerlo, sube y baja, por momentos, para después, hacer pequeños círculos con la cola, mientras aprieta sus paredes vaginales, para después subir y bajas con fuerza brutal… Jorge hacia lo que podía por aguantar, más sabia que no podría hacerlo… desesperado trataba de morder las tetas de Mayra, pero esta no se lo permitía, las nalgadas sonaban en los traseros de ambas, pero al parecer lejos de aminorar los movimientos de Mayra, los hacían más salvajes. El pobre Jorge estaba a punto de explotar.
- Ohhhhh…. Doo….doññaaaa…. me vengoooo…. Ya n…y…yaaa… nooo puedoo masss! Uhhhhhh! Échamelos…. Échamelos! Pollito… ahhh! Yo también ya casi llego…. Ahhhhhh!!! – exclamaban ambos –
Pensé que Jorge terminaría dentro de Mayra, lo cual no me asustaba u ofendía, ella esta operada para ya no tener familia, y por el acto en si… me causaba mucho morbo ver que otro hombre se derramara dentro de mi esposa. De momento, Jorge se metió en medio de las tetas de Mayra, ella lo tomo de los cabellos, las manos de Jorge aferraron a mi esposa de las nalgas y ambos pujaron como animales….
- Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhmmm!!!!! Ahhhhhhhhhh! – se escuchó al venirse ambos –
Mientras contemplaba eso, le daba como nunca a Julia, quien se había chorreado y yo ni enterado, mis manos tomaron sus tetas, mi boca las chupaba con fuerza, mientras miraba a mi esposa estremecerse por la descarga de Jorge, mismo que no paraba de gruñir en medio de las tetas de mi esposa.
- No mame doña! Que cabron coge! Uff! No mame! Que colita tan rica… uhhh me hubiera gustado probarle el culito! Ahhh! – dijo Jorge jalando aire como podía –
- Uhh! Pollito… gracias… tu también cogiste de maravilla! Y el culito… mmm ni a mi marido… hehe! Pero veremos… - exclamo mi esposa agitada –
Mientras ellos se recuperaban de sus orgasmos, yo seguía cogiendo a Julia como si tuviera 20 años, ella se mostraba como toda una hembra zorra y pervertida, movía la cola como una diosa, mientras le comía las tetas, para ese momento solo me concentraba en ella, mi esposa jadeante ya había tenido lo que quería, ahora me tocaba a mi…
- Julia! Uhh! Quiero tu ano… - exclame –
Esa frase logro despertar del letargo a mi esposa y a Jorge. En segundos mi esposa se quitó de encima del chico, gateando hasta donde estábamos.
- Putita, quieres tener ese pito en el ano? Huh? Te gustaría verdad? – susurro mi esposa casi en la boca de Julia –
- Aja! Si quiero! – respondió la doña levantando aún más la cara –
- Bueno… pues mi gordo quiere tu culo… y tu quieres su verga dentro de, el… y yo, me muero por ver cómo te destroza el culo…. – dijo Mayra vuelta toda una puta pervertida –
Me detuve por completo, sacándole la verga a Julia, momento que aprovecho para respirar y mirar a su hijo.
- Nene! Me van a madrear el culo!!! Ahhh! Me das permiso? – pregunto con voz de puta –
- Claro mama! Pero con una condición… - exclamo Jorge –
- Uhh… no sé si el chaparrito quiera…. – dijo la doña –
Eso me causo extrañeza, por lo que pregunte que tramaban.
- Que es lo que quieres a cambio de reventarle el culo a tu madre? – dije firme –
- Quiero que me deje chuparle ese pitote!! Cuando se venga dentro del culo de mi mama! – exclamo el joven –
No podía creer que aquello estuviera sucediendo, además del incesto, el chico era bi sexual… mire a Mayra sin saber que decir, ella me miro y…
- Si! Yo te doy permiso! Pollito! – dijo mi esposa poniendo un dedo encima de mis labios –
Wow… mi esposa estaba irreconocible. Me levante hecho una fiera, no con molestia en contra de Mayra, más bien con depravación dentro de mis ser. Tome a Julia por las piernas, arrastrándola hasta dejarla en el borde del sofá, le pedí a Mayra que le sostuviera las piernas bien altas, mire a Jorge y le dije.
- Ven acá, Cabroncito… ábrele las nalgas a tu madre…
El chico se levantó del sofá, dios dos pasos y se sentó en la alfombra tomo las nalgas gordas de su madre abriéndolas de a poco, cuando el ano de su madre apareció el chico escupió dos o tres veces encima de él, lubricándolo un poco.
- Mama! Dios te van a sacar la mierda!! – exclamo el jovencito –
Mayra y yo sonreímos, morbosamente. Acto seguido puse mi glande sobre el húmedo ano de Julia, Mayra busco hacerse de un mejor lugar para ver el acto, al encontrarlo soltó una de las piernas de Julia, tomando mi verga la chupo y escupió encima. Colocándola de nuevo encima del ano de la doña. Julia se agitaba y respiraba rápidamente, creo que trataba de asimilar lo que se acercaba.
- Ya chaparro! Métemela! Ahhhuuu! – exclamo al ser embestida por mi verga –
Su ano era apretado, por lo que mi verga no entro al primer intento, ni al segundo, ni tercero… fue hasta el cuarto intento que mi glande logro abrir su esfínter, dejándome sentir el calor de las entrañas de Julia, deje que mi esposa y Jorge miraran como si verga taladraba el culo de Julia.
- Uhhh… uhhh…. Que rico… lo tienes bien estrecho putita!!! Uhhh! No mames mama!!! Se ve increíble! Uhh! Gordo… awwg… ummm… mira cómo se abre su culo… dios! Zorra tragona!! Haha! Ufff que increíble!!! Ahhhhhhhuuuu… ufff… ufff… ahhhhh!!!! Chaparrroooo me duele… aaaahhhhuuu! Que ricoooo!!! Mas vergaaaa! Ahhhh me duele!!!! – decíamos todos al estar en éxtasis total –
Poco a poco mi verga taladro el ano de Julia, hasta perderse dentro de su ardiente esfínter. Debo decir que esa fue mi primera experiencia anal, y con ella llego mi adicción a los culos. Era increíble el calor, la estreches, la humedad, todo en si, era increíble… deje que el culo de Julia se dilatara a petición de mi esposa y de Julia, si quería reventarle el ano, mas no lastimarla. Después de unos momentos, comencé a meterle y sacarle gran parte de mi verga, haciendo que la presión experimentada amainara.
- Ahhhhhh…. Asi no…. Me duele…. Ahhhh… me estas rompiendo el culo pinche chaparro… Ahhhh… asi no…. Se me va toda…. Ahhhhh… pinche chaparro… me duele…. Cógeme más…. Ahhhh… - decía Julia haciendo que todos nos pusiéramos muy calientes –
Mayra, se apodero se su pucha chupándola y metiéndole los dedos con cadencia. Mientras que Jorge, comenzaba a lamer mi verga cuando salía del culo de su madre, mientras se la jalaba solo, su pene estaba flácido y no parecía despertar, en cambio el mío estaba a tope. Con cada empujón que le daba a Julia, sentía que no iba a aguantar mucho tiempo allí dentro, la presión en mi verga era descomunal. Por lo que me dije, “si te vas a venir pronto, disfrútalo… y rómpele el culo a esta perra” por lo que comencé a darle fuerte y hasta el fondo. Los gritos de Julia, se escuchaban intensos, mientras que mi mujer aceleraba las embestidas manuales y chupadas. La cara de Jorge y su mano se agitaban con la rapidez de mis empujones a Julia, cuando de pronto…
- Ooohhhhhhhh!!!!! Aaaaaaah Ahhhh ahhhha…. – Julia exploto en un gran chorro sobre la cara de Mayra –
- Dios santo!!! Que increíble… uhhhh…. Perra… mira nada más que cochinita eres!!!! Uhhh! Que mami tan puta tienes pollito!!!... – decía mi esposa mientras se relamía los jugos de la cara –
No paso mucho tiempo después de eso, cuando mi verga comenzó a lanzar señales de alerta.
- Cabroncito, ya viene tu turno… uhh! Me voy a venir… - exclame entre pujidos –
Jorge se alisto, mientras que Julia chillaba como puerco en matadero, pero resistía como una dama voraz… mi mujer también se acercó para ver y tal vez obtener algo de la descarga. Pocos empujones más hicieron falta para que mi verga reventara dentro de Julia.
- Ooohhhh… ohhhhh…. Ohhhh…. Toma tu dosis puerca…. Uhhhhh!!! – gemí al derramarme dentro del culo de la doña –
- Uhhhh, que rico chaparro… esta calientito… puedo sentir como me llenas toda…. – dijo pujando Julia –
Jorge tomo mis huevos masajeándolos suavemente, haciendo que estos soltaran hasta la última gota de semen dentro de su madre. Mayra, saco mi verga del culo de Julia, admirando por un segundo aquel agujero totalmente horadado y destrozado.
- Dios santo! Te lo dejo como túnel, puta! Y te cagaste!! – exclamo mi esposa –
Era cierto mi verga mostraba restos de excremento, por lo que de inmediato fui a lavarme al baño, mientras estaba en eso, la voz de Jorge me tomo por sorpresa.
- Déjeme limpiarlo, don! – susurro mientras su mano tomaba mi verga algo flácida –
Gire dejando que mi pene colgante se posara junto al de el, despacio se arrodillo frente a mi, comenzando a chuparme el pito.
- Carajo, niño… uhhh… la mamas bien… - exclame siendo honesto –
Es chico expulso mi pene de su boca y respondió.
- Tengo una buena maestra, mi madre… y ahora aprendí algunas cosas de su esposa… - susurro sacando su lado gay –
Jorge me la mamo por espacio de unos 10 o 15 minutos, ante la mirada de Mayra, quien observaba desde la puerta del baño, totalmente desnuda y aún caliente. Fue imposible darle una descarga a Jorge, ya que me había vaciado en el ano de su madre. Por lo que solo logro ponérmela dura de nuevo, incluso pidió que se la metiera, a lo que mi esposa negó con la cabeza. Creo que para esa noche habíamos tenido suficiente. Cuando volvimos a la sala de estar, mire a Julia recostada de lado sobre el sofá, me acerque a ella abriendo sus nalgas, admirando mi obra, con orgullo. Después de una horas más, de charla y desnudes total. Julia y Jorge decidieron marcharse, prometiendo que nos volveríamos a ver en otro momento. Mientras me despedía de Julia, esta susurro algo a mi oído, algo que después concretaría.
Después de mirarlos partir en un taxi, Mayra y yo volvimos al búngalo, volviendo a quitarnos la ropa y descubrirnos como los amantes pervertidos que fuimos hace muchos años. Mayra, me pidió por primera vez que le diera por el ano. Más no pudimos, ya que el culo de mi esposa es nuevecito… y no quise lastimarla. Después de eso, nos recostamos en la cama descansando desnudos, mientras nos mirábamos, ella me pregunto…
- Que te dijo Julia cuando se despidió, gordo?
Medite un poco entre contarle o no, al final decidí que no había porque ocultárselo.
- Mmm! Me dijo que intentáramos de todo y con todos, incluso con nuestra familia… que no nos arrepentiríamos…. – susurre con algo de prudencia –
- Haha! Que cabrona, me dijo lo mismo! Que cabrona, Cabrona y mil veces cabrona… - exclamo mi esposa –
Después de eso, ninguno se atrevió a decir nada más, pero ambos nos miramos como si tratáramos de averiguar lo que el otro pensaba… más nadie se atrevió a expresar sus deseos… aunque sé que eso, fue lo que nos quitó muchos candado mentales y morales de encima… y por si no les conté, tenemos dos hijas y dos hijos… todos en edad perfecta para algo así…

Fin?...

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katebrown (18 de October de 2022 a las 19:47) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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