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Una para cuatro, o cuatro para una… ( CON fotos)

Relato enviado por : narrador el 02/09/2017. Lecturas: 7395

etiquetas relato Una para cuatro, o cuatro para una… ( CON fotos)   putas .
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Resumen
Ya sé que el título no es nada original, pero cuando Reinaldo mi esposo, me dijo. Que la empresa lo había encargado, de mantener ocupado a unos clientes africanos, yo no vi problema alguno, hasta que me llamó desde la cárcel, ya que una de las chicas que debía contratar para atender a los clientes, resulto ser una agente de policía encubierta. La cual apenas mi esposo terminó de cerrar el trato con ella lo arrestó, por un delito relacionado con prostitución.


Relato

Pero lo primero que me dijo Reinaldo, al hablarme por teléfono conmigo fue, que no me preocupase, que el abogado de la empresa, y hermano del fiscal a cargo del caso, se encargaría de sacarlo. Pero por lo que más yo quisiera, fuera al hotel, y personalmente me encargase de distraer a los clientes, sin importar lo que debiera hacer.
Al escucharlo decirme eso, estuve a punto de preguntarle si estaba loco. Pero decidí, quedarme callada, y ver que podía hacer por mi esposo. Así que sin pérdida de tiempo me dirigí al hotel donde se hospedaban los clientes. Al llegar subí a su lujosa habitación, y apenas entré, al tratar de hablar con ellos, me di cuenta de que no todos hablaban español, y yo no hablo inglés. Por suerte uno de ellos hablaba español, no muy bien por cierto, pero lo suficientemente como para poder entenderle. Así que cuando comencé a explicarle lo que le había sucedido a mi marido, y él traducírselo a sus compañeros. Estos al parecer se incomodaron, y por lo que dijo el que hablaba español, ya no querían realizar trato alguno con la empresa para la que trabajaba mi esposo. Al escuchar eso, me puse nerviosa, y pregunté que podía hacer yo, para compensarlos.

Cuando el que hablaba español, se lo dijo a los otros tres, entre los cuatro se pusieron hablar, y tras darme uno que otro vistazo, el que hablaba español, me dijo. Bueno tiene dos opciones. Una es que se quita toda la ropa, y se une a nosotros para divertirnos, y pasar un buen rato. Y la otra es, sin decir nada, sencillamente abandona la habitación. Yo la verdad es que no me esperaba eso, pero al terminar de escucharlo, recordé las palabras de mi esposo. Por lo que más quieras, ve al hotel, y personalmente encárgate de distraer a los clientes, sin importar lo que tengas que hacer.

Así que sin decir nada, y con una falsa sonrisa comencé a irme quitando toda la ropa frente a ellos cuatro. De inmediato entre ellos se pusieron hablar, al tiempo que comenzaron a reírse, mientras que yo a los pocos segundos quedé completamente desnuda ante ellos cuatro. Sin prisa los cuatro se me acercaron, y comenzaron a caminar a mí alrededor al tiempo que me fui sintiendo sumamente incomoda por la situación, ya que ellos parecían estar evaluando mi cuerpo, como si yo fuera una bestia, que pensaban comprar. Casi de inmediato comencé a sentir como sus manos me iban tocando, por todas partes, las nalgas, mis senos, y hasta mi coño. Yo a todas estas aunque me sentía sumamente incomoda, mostraba una fingida sonrisa. Pero cuando ellos cuatro se comenzaron a desvestir, hasta quedar tan desnudos como lo estaba yo, y ver sus largos, y gruesos miembros, que aun en reposo se veían mucho más grandes, y gruesos que el miembro de mi marido. Yo nada más de verlos, comencé a imaginarme como se sentiría tener aunque fuera una sola de esas cosas dentro de mí. Sin prisa alguna entre los cuatro continuaron acariciando mi cuerpo, introduciendo sus gruesos dedos dentro de mi cuerpo, lo que en cosa de segundos hizo, que mi vulva se encontrase toda húmeda, y deseosa de ser penetrada.

No es que yo sea una ninfómana, o que mentalmente sea una enferma sexual, pero al ver a mi disposición aquellos cuatro tipos, en mi cabeza comenzaron a revolotear, todas aquellas fantasías sexuales que he llegado a tener, y de las cuales por vergüenza, no se las he contado a nadie, en mi vida. Quizás por eso, casi de inmediato dejé de sentirme incomoda, y de igual forma comencé a sentir una tremenda excitación por todo mi cuerpo, a medida que aquellos cuatro negros continuaban acariciando todo mi cuerpo. Hasta que uno de ellos, hizo que me recostase sobre una especie de sofá blanco que estaba en el medio de la sala. Entre los cuatro, hablaron, se rieron, y uno de ellos se me acercó, al tiempo que me fue separando las piernas. Mientras que los otros tres, se colocaron a nuestro alrededor, agarrando sus ya erectos miembros. Por breve instante pensé en Reinaldo, y que seguramente al enterarse, me pediría el divorcio. Pero la verdad es que en ese instante, poco me importó la decisión que tomase mi marido, ya que al fin y al cabo, yo estaba siguiendo las instrucciones que él mismo me dio, al pie de la letra.

Justo en ese momento, comencé a sentir como aquel enorme miembro, comenzó a deslizarse dentro de mi húmeda y caliente vulva. Llenando por completo todo el interior de mi vulva. Haciéndome sentir, un sin número de sensaciones que nunca antes había disfrutado. Yo de inmediato me deje llevar, y comencé a mover mis caderas, al mismo tiempo que veía con algo de asombro, como toda aquella cosa era tragada, una y otra vez, por mi coño. Yo estaba de lo más entusiasmada, cuando frente a mis ojos, uno de ellos colocó su miembro. Y no hay que ser graduada de la Complutense, para saber qué era lo que aquel negro quería. Sin pérdida de tiempo abrí mi boca, y al tiempo que su compañero, continuaba penetrándome divinamente, yo me dediqué a mamar con todas mis ganas, aquel gran pedazo de carne.

En una que otra ocasión le he mamado, la verga a mi esposo, pero jamás como se la estaba mamando al tipo ese, ya que aunque se vino dentro de mi boca, yo seguí chupa que chupa, y traga que traga, todo el semen que descargó en mi boca y garganta. Mientras que su compañero, me hizo disfrutar por primera vez en mi vida, de múltiples orgasmos. Por un corto rato permanecí recostada en el blanco sofá, hasta que levanté para ir al baño y asearme. Pero apenas regresé a la sala, uno de los otros dos, que no dejaba de acariciar mis nalgas, por medio de su compañero, me hizo sábeme que deseaba darme por el culo. Como Reinaldo también de manera ocasional, me da por el culo, de inmediato, y sin pensarlo mucho sonriendo le presenté mis nalgas, pero el otro tío, también quería penetrarme por el coño. Así que presentándole mi mejor sonrisa a los dos, y con la ayuda del que hablaba español, les propuse que mientras uno me daba por el culo, el otro me diera por el coño. Al escuchar la traducción todos se pusieron a reír, y de inmediato pusimos nuestro mejor empeño, en que una de mis locas fantasías se cumpliera. Y así fue como a un mismo tiempo, mientras una de aquellas grandes vergas negras, me penetraba por el culo, la otra me penetraba por el coño, mientras que yo como una verdadera loca, entre risas y gemidos disfrutaba del placer que me proporcionaban aquellos dos tipos. Hasta que se me acercó el primero que me penetró, y me puso a mamar su gran verga. Yo me sentía la mujer más puta, y más deseada del mundo. Cuando al primero que se la mame, se me acercó lo suficiente como para que yo de manera voluntaria, me pusiera a masturbarlo.

El resto del tiempo que permanecí en aquella lujosa habitación, los cuatro continuaron haciéndome de todo. Incluso el traductor, en una de esas que salí del baño tras asear mi coño, y mi culo. Deliciosamente se dedicó por un buen rato, a mamar mi coño, mientras uno de sus compañeros, me volvía a dar por el culo. Ya me había duchado, y vestido cuando Reinaldo me llamó a mi móvil, diciéndome que ya lo habían soltado. Cuando yo iba a decirle lo que había pasado, él simplemente me dijo. Hiciste lo que te dije que hicieras, no me digas más nada, nos vemos en casa. Por su manera de hablarme supuse que él se había imaginado todo, asustada llegué a casa, y al poco rato llegó él. Bien sonreído, diciéndome. Los africanos cerraron el trato, así que vamos a celebrar. Yo la verdad es que estaba muerta de cansancio, y cuando se lo comuniqué a mi esposo, él pareció entender, ya que no insistió en salir. Cuando quise contarle lo sucedido, me dijo que no hacía falta, que lo importante era que el trato había sido cerrado. Así que me di cuenta de que Reinaldo es el tipo de carbón, que no quiere enterase de los pormenores, siempre y cuando el resultado final, lo beneficie. Por lo que ocasionalmente, salgo sola, a distraerme, sin el menor cargo de conciencia…..


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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 19:32) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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