Vacaciones caboverdianas

Mi mujer tenía ganas y se le notaba . Había leído algo o bastante del turismo sexual en la isla .
Y allí casi todo es mitad sexo o sexual .
El café con leche es color natural debido al mestizaje .
Y acuden los apuestos galanes por los sitios de los turistas y sobre todo de las turistas.
Llegué a la playa cinco minutos más tarde que ella y ya tenía compañía.
El muchacho se deshacía en eoligios y mostraba sus habilidades y su cuerpo serrano a todo el que quisiera.
Era atrevido y descarado y ella quería caña.
Hablaron , se miraron , se embelesaron y se besaron.
Un revolcón frente a mi fue el que desató ya el mayor deseo .
Me confesó que deseaba hacerlo y quería una cita .
Yo consentí y ella se volvió loca de contenta. A mi también me excitaba la situación.
Los había visto besarse y mi pene se había puesto contento.
Al llegar a la siesta ella se apretó junto a mi . Me miró , me besó y jugó conmigo para tentarme y saber si era cierto que yo aceptaba .
Sus más y sus menos tuvimos pero se salió con la suya . Aquella noche lo hicimos de forma distinta , miradas inequívocas de placer y maniobras sexuales inhabituales.
Sus confesiones a media luz me excitaron a tope.
La miraba como a una diosa y estaba dispuesto a compartirla.
Nuestro apartamento cercano a la playa disponía de una hermosa cama y me pidió usarla.
No lo tenía claro , acostarme donde el otro había yacido con ella era demasiado .
Pero ella ganó.
Y la cita salió , una cuestión de orden previo.
Yo estaría presente , por seguridad y por el morbo.
Se preparó a conciencia. Lo recibió con la parte superior del bikini y un pareo en las caderas.
Se dispensaron mutuos abrazos , mordiscos , besos y lo que quisieron.
Se enajabonaron bien en la ducha y de ahí al talego.
Su boca se derretía . Se tragó su polla de un bocado. Y no paraba de chupar.
Maniobraba el cipote con maestría y lo chupaba con pasión.
Se dispensaron un sabroso 69 y luego llegó su entrega total.
Entró suave y lentamente dentro de ella mientras cerraba sus ojos y disfrutaba.
Una y otra vez el ritmo y la lujuria impregnaron el ambiente
Sus largos besos eran refrescantes según me contó más tarde.
Su poderoso miembro la taladraba una y otra vez .
Se desprendió del condón y evacuó en su pecho.
Se relajaron y durmieron un rato.
Yo había tenido mi ración y me contuve a pesar de mi nerviosismo .
Mi pajarito se puso muy contento .
Se despidió con un largo beso y nos quedamos mirando la playa .
Me tomó la mano y me llevó a la cama .
Me dispensó un trato cariñoso y de agradecimiento y ahora la deseo más que antes .
El hecho de hacerlo nostros donde antes había estado el otro , no fue óbice para el sexo.
Y las vacaciones las recordamos siempre.