VERGA POR PARTIDA DOBLE

Nos citamos con Alberto en un cafè para conocernos, ya que habìamos mantenido correspondencia por Internet algun tiempo y decidimos tener sexo en casa de Juan, un amigo que me cukiaba regularmente. Cuando llegò nos reconocimos de inmediato y decidimos ir al departamento de Juan, para lo cual tomamos un taxi, que en 15 minutos nos condujo a donde queriamos; timbrè, me respondiò Juan y nos habriò el portero elèctrico y subimos hasta el quinto piso, en la puerta nos esperaba Juan, nos hizo entrar, se hicieron las debidas presentaciones y de inmediato nos dirigimos al dormitorio. Empezamos a desnudarnos y la boca se me hizo agua mirando la verga de Alberto: era una belleza de unos 18ctms. gruesa y dura como hierro, que palpitaba tremendamente excitada; subimos a la cama y Alberto se abalanzò a la verga de Juan, quien comenzò a mamar mi verga y yo me di modos para meterme la verga de Alberto en mi boca y comencè a mamarle loco de arrechera, esa preciosidad entraba y salìa de mi boca, le chupaba el glande, los huevos, le metì los dedos en el culo que Alberto movìa espasmodicamente culiandome por la boca. Sòlo se escuchaban los chasquidos de las vergas en las bocas y los gruñidos de arrechera y sin aguantar mas saquè la verga de mi boca, me acostè boca abajo y roguè a cualquiera de los dos que me culiara. Juan se hincò entre mis piernas, las abriò lo mas que pudo, puso su verga en el hueco ardiente de mi culo que ya estaba con lubricante y, poco a poco, mirè como esa maravilla se metìa poco a poco hasta desaparecer totalmente. Entonces vino lo bueno: Juan comenzò a moverse despacio al principio y yo sentìa còmo su verga me culiaba deliciosamente, entrando y saliendo de mi culo hacièndome gemir de arrechera. El movimiento de Juan poco a poco fuè hacièndose mas ràpido hasta que se convirtiò en un desenfrenado culeo que me sacudìa todo el cuerpo hacièndome gruñir de arrechera, hasta que, culiàndome de forma bestial y clavàndose hasta los huevos, comenzò a soltar dentro de mi culo chorros de leche ardiente que me inundaba las entrañas y Juan gritaba ¡ Abrete mas el culo ! ¡ Sàcame la leche ! ¡ Què rico culo !. Por fin el movimiento cesò y Juan comenzò a retirar su verga y cuando al fin saliò, rios de leche manaban de mi culo abierto. Yo seguìa arrecho, de manera que cuando Alberto se acercò, inmediatamente abrì mis piernas y temblando de excitaciòn mirè que su enorme vrga se acercaba a mi culo y de un solo golpe me clavò hasta los huevos y sin perder tiempo comenzò a culiarme como loco. Yo movìa mis caderas espasmodicamente al comps del culeo y me volvìa loco mirar la cara de arrechera de Alberto mientras me culiaba, gruñia, gemia, ponìa los ojos en blanco mientras yo le gritaba que me diera mas y mas verga, que me culiara mas duro, que me meta la verga hasta los huevos. Tanta maravilla no podia durar eternamente y llegò el momento en que Albertò, culiàndome como loco y gritando obcenidades, comenzò a soltar poderosos chorros de leche que yo sentìa quemmarme las entrañas, hasta que, los dos gritando y movièndonos como locos, culiàbamos salvajemente mientras la leche saltaba de mi culo por la fuerza de la verga y salpicaba sàbanas y cobijas.