Viejo puritano

La historia comenzó un día en el ascensor cuando Javier y su mujer iban quejándose de la juventud de hoy de la forma provocativa de las mujeres y que hoy se morreaban en todos los sitos sin decoro ni educación, pues son un matrimonio algo puritanos y muy religiosos, de la vieja escuela de beatos, andan sobre los 70 años aunque se conservan muy bien, y yo ya me había fijado que él tenía un aparatito nada despreciable pues el bulto que marcaba sobre un lado de la pierna en esos pantalones que solía llevar algo ceñidos de pata, aunque desconocía si aquello le daba uso dado su forma de pensar.


llame a su puerta y le dije si tenía una escalera, pues la cortina se nos había caído y mi esposo estaba en el trabajo y no regresaba hasta la noche, el como buen caballero se ofreció pues la escalera era pesada, llegamos al salón y el intento colocarlo subiéndose pero yo rápidamente le dije, no sea se caiga déjeme a mí y me sujeta, que yo sé cómo va esto, el acepto con su inocencia y yo me subí, comencé a ponerla levantándome y haciendo movimientos con cuidado que no se notara la provocación pero intentando que mirara atreves de la falda, y no tardo en traicionarle su conciencia pues con disimulo yo miraba abajo y veía que se había puesto algo rojo al verme que no llevaba bragas, pero no dijo nada y siguió mirando con disimulo, yo hice como que me iba a caer y él puso su mano en mi trasero instintivamente para aguantarme.

Estaba cayendo en mi juego y él no se daba cuenta, volví a subir otra vez y el ahora miraba ya mi conejito afeitado que yo abría al poner una pierna en un lado de la pared, vi que se tocó dos o tres veces su paquete con disimulo, y ante mi sorpresa me dijo, niña no crees que te vas a resfriar así como vas, si tu marido te ve así se va a enfadar, yo haciéndome la inocente, le dije, ah lo dice por mi ropa interior, no es que yo siempre vaya así es que mi esposo me pido que me afeitara por completo y como me quedo un poco irritado no me puse nada, para aliviarlo.

El dijo, pues tú te aliviaras pero los demás nos ponemos malos, con esas cosas, yo entre risas le dije, pero bueno usted es ya mayor y además muy religioso no creo que estas cosas le afecte, el sorprendentemente me dijo, mira niña no estoy muerto y cuando uno ve una pescadito así fresco y goloso uno se enciende y si das con algún salido igual tienes un problema.

Yo riendo, le dije tan malo se pone usted, el resoplando dijo, que no soy de piedra y esa vista me hizo levantar el ánimo niña, a la vez que se tocó con disimulo en su paquete ya algo más grande, yo me gire un poco para bajarme y con descaro le dije bueno si es por aliviar o hacer un favor y más entre vecinos, el volvió a resoplar y dijo, si pero a mi aquí me puso malo la vista, yo con descaro subí un poco la falta y le dije si quiere me pongo una bragas pero le digo que lo tengo escocido.

El algo nervioso dijo pero primero hay que ponerle crema que no se irrite más, yo baje la escalera delante de él quedándome casi pegado a él viendo su agitada respiración y le dije, me ayudara un poco a ponerla, el soltó un mmmmmmm mi niña ahora mismo si quieres le pongo la crema que sea necesaria, pero y si llega tu esposo y nos ve, que va a decir.

Yo le dije que tranquilo que no llegaba hasta la noche, y dirigiéndome al baño tome un bote de crema que se lo entregue a el que se había quedado medio petrificado y le dije, póngame la crea que sea necesario y sin más, deje caer la falda mostrándole tomo mi coñito afeitado, le dije mejor aquí en el sofá que estoy más cómoda, y me tumbe abriéndome provocativamente de piernas, a él el bulto ya del pantalón le delataba su excitación y como un hambriento ante un manjar se lanzó a ponerle crema con la mano por todo mi chochito a la vez que iba introduciendo algún dedo dentro, diciéndome te gusta también dentro, yo gemía y le decía si si me gusta con la delicadeza que me la pone, el gemía mmm mmmmm y rápidamente se lanzó a comer, sorprendiéndome lo bien que lo hacía, parecía que había comido más de uno y yo que pensaba que era un puritano inexperto.

Estaba yo apunto de correrme por tanta excitación y ese saber comer que tenía ese viejo, cuando le dije espere que me ve hacer que me corra ya y quiero ver qué tal está usted de dotado, él se puso de pies y me dejo que le bajara el pantalón y los slip, mostrando una polla morcillón de tamaño bueno con una gruesa cabeza recubierta por mucha piel, acompaña de dos bolsas ya bastantes colgando pero muy apetecibles con mucho pelo blando alrededor, le dije, veo que está bien armado también, y necesita de una buena atención para ponerlo en forma, el rápidamente dijo, come come que veras como se anima al final y así te pongo crema dentro por si la irritación ya tienes también por el interior.

Empecé una comida de escándalo dejándole libre esa cabeza que brillaba y aunque algo rugosa ya por la edad, estaba de caramelo para mi boca, el agradecía con suspiros y más cuando le agarraba las pelotas y le decía, umm que gordas las tiene, el relinchaba de placer y yo continúe un buen rato con aquel aparato en mi boca hasta que conseguí una dureza aceptable para que me follara, yo ya andaba caliente como una perra en celo pensando que paco se estaría pajeando detrás de la puerta viendo aquel espectáculo, cuando le dije, como me va a poner crema dentro, como quiere que me ponga, el dijo, soy de la vieja escuela, túmbate boca arriba que te monte, que no estoy yo para muchas posturitas, y abriéndome bien de piernas, espere que me penetrara.

Tomo su rabo con la mano dirigiéndolo a mi mojado coñito y cuál fue mi sorpresa cuando no me follo a la primera, si no que comenzó a restregar su rugosa cabeza sabiamente por mi botoncito y labios ya abiertos a la desesperada para acoger aquella polla que ahora si estaba dura, continuo así un ratito consiguiendo este sabio viejo que me corriera escandalosamente, y fue entonces cuando se dejó caer sobre mi metiéndome todo aquello dentro, que aunque no era de tamaño gigante si tenía una buena tranca, era parecida a la de paco e incluso creo que algo más larga, ahora lo tenía sobre mi bombeando lentamente y mis manos ya se clavaban en su nalgas algo blandas y descolgadas por la edad, pero que eran atractivas, el agradecía mis manos en sus posaderas pues culeaba más fuerte, les diré que tenía un aguante increíble, yo pensaba se iba a correr con las primeras de cambio pero aquel abuelete, me estaba follando bien y requetebién, pues después de unos largos minutos nuevamente volví a regalarle otro orgasmo que el ahora agradecía besándome y acelerando hasta que su ritmo cambio rápidamente en golpes secos, notando su leche dentro de mí, no era de una abundancia exquisita pero si me rego bien.

Nos quedamos en esa postura unos minutos recobrando aliento, y más el con la edad que tenía, volviendo a besar y diciéndome que había disfrutado como nunca, que jamás pensaba que con su edad iba a follar una hembra como yo, y que si mi marido se enteraba o su mujer, lo mataban, yo le dije que tranquilo que esto sería nuestro secreto, que yo me lo había pasado bien y si el quería lo podíamos repetir algún día mas.

el algo asustado por la situación, me dijo niña primero deja que me crea esto y que lo asimile y ya lo estudiamos, pero puede ser peligros viviendo tan cerca, aunque deseo follarte todas las veces que tú quieras, pues hoy me has quitado diez años de encima, yo riendo le dije que viendo como me había follado no parecía tener esa edad pues era un maestro, el riéndose me dijo, que pena que mi mujer no sea como tú y me deje practicar más veces, pero esa vieja folla cada dos o tres meses y cuando ya está cansada de mis insistencia, pues es muy antigua y aunque yo también algo, aunque conservo mis instintos de joven.

Nos vestimos y el rápidamente tomo la escalera y se fue pues temía que regresara su mujer y no supiera donde estaba, pero antes me dio un soberano beso a la vez que sobo mis pechos diciendo, espero otro día tener más tiempo para poder disfrutar de todo este cuerpo.