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Vimos nuestra fantasía realizada.

Relato enviado por : Narrador el 31/12/2009. Lecturas: 9746

etiquetas relato Vimos nuestra fantasía realizada.   Fantasías   sexo oral   orgias   anal .
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Resumen


Aunque para muchos les llegue a sonar raro o algo hasta enfermizo, desde hace mucho mi esposa y yo teníamos una secreta fantasía, de la cual no se la habíamos contado a ninguno de nuestros conocidos, por lo que ellos pudieran a llegar a pensar de nosotros dos, aparte de la vergüenza de decirle a una tercera persona, que tanto mi esposa Laura, como yo deseábamos intensamente que ella fuera puta por una noche.



Relato


No fue hasta que estando en terapia de pareja, que la terapista después de escucharnos, nos dijo. Tratar de hacer que las fantasías se conviertan en una realidad no tiene nada de malo, siempre y cuando no se lastime o lesione ni física ni emocionalmente, a ninguno de los participantes, y que los que participan en la realización de dicha fantasía, lo hagan de forma o manera totalmente voluntaria. Sin presión o coacción de ningún tipo.

Desde que salimos ese día de la terapia, se que ambos nada más pensábamos en cómo llevarla a cabo, no hacía falta que Laura me lo dijera, yo se lo podía ver en sus grandes y achinados ojos negros. No fue después que regresé de un viaje de trabajo, que volvimos hablar del tema abiertamente entre nosotros dos.

Una de las situaciones que se nos presentaba era que habíamos decidido, que ningún conocido o familiar se enterase, por lo que, el que Laura saliera hacer de puta en una de las calles de nuestra ciudad, nos cohibía un poco, ya que los dos pensamos que alguien podía llegar a reconocerla, a pesar de lo diferente que se veía vestida de puta.

Pero al regresar del viaje, le hablé a Laura sobre el pequeño motel donde me hospedé, bien cercano a una de las principales avenidas, de la ciudad. Bien transitada tanto por putas, como por maricones, y transexuales. Además las ventanas de las habitaciones del motel, era muy fácil que yo pudiera el espiar por ellas, sin llegar a ser visto por nadie. Después de escucharme atentamente Laura me comentó que había comprado otro atuendo, aparte del que ya tenía, y que deseaba que yo lo viera para que le diera mi opinión. Así que salí por un rato de casa, a jugar la lotería, dándole tiempo a mi mujer a que se cambiase de ropa.

Al regresar la encontré completamente irreconocible. El micro vestido de color rojo puta, como ella misma me dijo que le decían a ese color, dejaba ver sin mucho esfuerzo, todo prácticamente. Bastante ajustado a la cintura, la pequeña falda apenas y flotaba frente a su coño, ligeramente cubierto por una braga extremadamente fina, tanto que se le enterraba dentro de su coño como entre sus bien formadas y doradas nalgas.

La parte superior era prácticamente un pequeño y ajustado pedazo de tela, creo que me dijo que eso era un estrapel, o algo así. Nada más bastaba que Laura respirase profundamente, para que por lo menos sus hermosas tetas, salieran a la vista de quien estuviera presente, sin que mi mujer pudiera hacer algo para evitarlo. Además su plano vientre quedaba por completo al aire, mostrando su hermoso y bien formado ombligo, en el que ocasionalmente me encanta enterrar mi lengua.

Laura como parte de su arreglo se puso una abundante y larga peluca rojiza, que le daba un mayor toque de lo que pretendía ser. Eso sin contar las pulseras de bisutería, así como el ridículo barato collar y zarcillos que tenía puestos. Sus uñas postizas de múltiples colores me impresionaron, así como el sobre cargado maquillaje de muchos colores y escarcha alrededor de sus ojos, así como lo rojo puta de sus labios. Eso sin contar las medias de maya negras que cubrían parte de sus tremendos muslos, sujetadas por una porta ligas del mismo color, dejando sus llamativas nalgas completamente al aire. Además del toque final, los zapatos de taco alto, tipo aguja, del mismo color rojo puta.
En fin les juro, que de yo no saber que se trataba de mi mujer, y encontrarla en medio de la calle, de seguro nunca la hubiera reconocido. El cambio fue tan radical, que me quedé con la boca abierta, y cuando caminando sensualmente, contoneando sus caderas me preguntó, en un meloso tono de voz, y con un indefinible acento extranjero. Hola buen mozo, ¿Querido, ahora que me encontraste, quieres ver tocar la mercancía antes de decidirte? Y diciendo eso sus tetas de manera casi automática salieron al aire. Dejándome a mí aun con la boca más abierta.

Lo único en que se me ocurrió pensar fue, ¿cuánto cobrará esta puta? Y así mismo se lo pregunté. Laura sonriendo y conduciendo una de mis manos sobre sus bien formados senos, me respondió, con ese raro acento extranjero. Amor lo de costumbre, incluyendo el pago de la habitación de aquel motel, para que no gastes mucha gasolina. Lo cierto es que ambos nos envolvimos en su juego, y como si recién entrásemos a la habitación, le dije. Me gustaría que me dieras una buena mamada antes de comenzar, y Laura después de lavar mi verga, obedientemente se agachó y de manera bien sensual comenzó a lamer mi glande lentamente.

Aunque en ocasiones teníamos nuestros juegos de fantasías, en ese instante para mí se trataba de toda una puta, que me mamaba la verga, y como tal Laura se comportaba. Yo por no acabar de buenas a primera, después de que ella me mamó la verga, hasta casi el punto en que me venía, la saqué de su boca y le dije. No que va putona, quiero más que una buena mamada, así que ¿a ver qué haces?

Laura sin quitarse la ropa se recostó sobre nuestra cama, y abriendo sus piernas, casi de par en par, separando sus rodillas, al tiempo que con una de sus manos, jalaba hacía un lado la pequeña braga negra, prácticamente sacándosela de su coño, me dijo. Si quieres que me desnude toda, te puede costar un poco más. Pero realmente no hacía falta, la manera en que se encontraba recostada sobre la cama, con sus piernas abiertas, la pequeña falda sobre su vientre y prácticamente sus tetas al aire. Dejaban ver todo aquello que me interesaba. Así que agarrando mi verga la dirigí directamente a su coño, depilado como si fuera el de una adolescente.

A medida que comencé a penetrarla, Laura como toda buena puta comenzó alabar lo grande y duro de mi instrumento, gimiendo de placer, y pidiendo que se lo enterrase mucho más adentro, hasta el punto en que comenzó, más bien a quejarse satisfactoriamente, diciendo que lo duro de mi verga la lastimaba, pero de una manera tan sensual que lejos de dejar de penetrarla, con más fuerza la pegaba contra mi cuerpo, mientras que ella restregaba furiosamente todo su coño contra el mí.

A medida que yo más duro la penetraba, más profundamente Laura gemía de placer y satisfacción, hasta que ya no pudiendo aguantarme más, comencé a venirme dentro de su coño, pero ella hábilmente como toda una puta, se las arregló, para rápidamente, continuar mamando mi verga, hasta que ya no me dejó ni una sola gota de semen. Al terminar yo estaba más que satisfecho, y Laura en su papel de puta, mientras se lavaba el coño descaradamente en el baño, y retocaba su maquillaje al mismo tiempo, me cobró.

Lo cierto es que ninguno de los dos lo habíamos planificado de esa manera, pero me resultó ser tan convincente, que no nos dejó lugar a dudas de que ella, ya estaba más que lista para ser puta por una noche. Por lo que al siguiente fin de semana arrancamos rumbo a la otra ciudad.

Ambos nos encontrábamos emocionadísimos, al llegar al motel, cerca de las 21 horas, pedimos una cabaña, y descansamos un rato del viaje ya dentro Laura comenzó su completa transformación, ante mis asombrados ojos. De no ser porque ya lo habíamos acordado, les juro que me la hubiera vuelto a follar.

La única diferencia fue que en lugar de su peluca rojiza se puso una platinada, pero que producía el mismo efecto en quien la viera, no dejaba lugar a duda de que se trataba de toda una puta. El encargado del motel al ver a mi mujer salir a mí tras ella, como que no le pareció nada raro, ya que ni atención nos puso. Ya estaba Laura por salir a la avenida, cuando noté que se detuvo en seco, pensé de inmediato, nada se rajó la muy cabrona. Pero no fue así por suerte.

Justo en ese instante en la avenida, se estaba dando una redada, las putas y maricones corrían, tratando de escapar de la policía. Unas cuantas llegaron hasta la puerta del motel y ahí junto a nosotros, esperaron en silencio a que la policía se retirase llevándose a unas cuantas. Apenas se marchó la última patrulla, todas regresaron a la avenida, en un abrir y cerrar de ojos, salían de todas partes, hasta de un viejo camión salieron como cuatro, entre ellos un transexual altísimo.

Yo me quedé cerca de la puerta del motel, para no llamar la atención, si vi a Laura charlando con una de las putas y señalando hacía el final de la avenida, cuando comenzaron a llegar los clientes. Yo pensé y nuevamente me equivoqué que Laura se tomaría su tiempo para romper el hielo, pero que va, la muy zorra apenas llegó un BMW negro, que manejaba un vejete, sin perder tiempo se le montó a su lado, y al pasar frente a mí, vi como el anciano mantenía una de sus manos prácticamente dentro del coño de mi mujer. Lo que al verlos así, me ha dado una calentura como no se pueden imaginar.

Aceleré el pasó y en cosa de unos pocos minutos les di alcance dentro del motel, discretamente observé en que habitación se encontraban, y sin llamar la atención me fui acercando, pero al llegar a la ventana esta se encontraba con la cortina cerrada, ya me comenzaba a sentir algo frustrado por eso, cuando de momento la sentí que la corrían tras de mí. Así que ocultándome tras los arbustos, me dediqué a ver lo que sucedía dentro.

Fue la misma Laura quien abrió la cortina, mientras que el vejete se encontraba sentado en la cama, observándola. Al parecer ya él le había dicho que deseaba, ya que Laura se despojó de lo poco que tenía puesto, quedándose únicamente con las medias negras de maya, el liguero, y más nada. Después se acercó a él, quien para mi sorpresa, reconocí como uno de los políticos del Popular. Sin pérdida de tiempo, agarró por el coño a Laura y comenzó a manoseárselo, a medida que ella estando de pie frente a él movía sus caderas intensamente.

Así pasaron un buen rato hasta que el tío, sacando su mustio instrumento, le ordenó a mi mujer que se lo mamase, y eso hizo ella de inmediato. Al principio se agachó, pero quizás para su mayor comodidad se arrodilló frente a él. Introduciendo el flácido miembro dentro de su boca, y comenzando a cabecear de inmediato. Mientras que Laura mamaba y mamaba, yo con el corazón en la boca, emocionado la contemplaba, hasta que después de un rato, el viejo le dijo algo más y mi mujer le obedeció acostándose boca arriba sobre la cama.

La mamada surtió efecto, desde luego, ya que el pedazo de carne que después le colgaba al vejete entre sus piernas era algo impresionante. Y Apenas se colocó sobre el cuerpo de Laura, la vi como en su rostro se dibujaban expresiones de placer, su manera de gemir y de decir las cosas que dijo como toda buena puta, fue tan convincente, que su cliente de seguro se sintió como un chico de 25 años. Laura movía sabrosamente todo su cuerpo, mientras que el vejete no dejaba de meter y sacar toda su verga del coño de mi mujer, hasta que entre gritos de placer, y gemidos de felicidad, los dos se quedaron quietos.

El tío cuando se levantó daba la impresión de ser por lo menos unos diez años mucho más joven, de seguro se sentía todo un machazo. Mientras que Laura, desde el baño mientras se aseaba bien su coño, aun no dejaba de alabar su virilidad. Justo antes de salir de la habitación vi como ese satisfecho cliente, aparte de pagar lo acordado previamente, le dio una fuerte propina extra a mi mujer.

Yo contento de todo lo sucedido, me dirigí a nuestra habitación a esperar a mi mujer para que me hablase de cómo se sintió y todas esas cosas, pero pasaron diez, quince, treinta minutos y al ver que Laura no regresaba, salí a la avenida nuevamente, justo a tiempo para ver como se montaba en otro auto. De inmediato se dirigieron al motel y al pasar frente a mí, vi una sonrisa en el rostro de Laura, que me dejó confundido.

El nuevo cliente era un chico joven como de mi edad, alto, bien formado, y que sin muchos tapujos apenas entró a la habitación le dijo a mi mujer, ya sabes te quiero dar por el culo. Laura sumisamente se puso en cuatro, se subió la pequeña falda, y ella misma tiró para un lado la braga que se le enterraba deliciosamente entre sus nalgas. Al tiempo que le decía al tipo. Papito no me hagas daño, métemelo con cuidado. Dejando el hueco de su culo a la completa disposición de ese nuevo cliente. Él dejó caer sus pantalones y slip, lleno sus dedos con su propia saliva y sin mucho cuento, que se lo ha enterrado de un solo viaje a Laura por el culo.

Vi la reacción de Laura, pero apenas comenzó a mover sus caderas supe que todo estaba bien, así que mientras ella se quejaba por la verga dentro de su culo, el tío no dejaba de insultarla, llamándola perra, zorra y cuantas cosas más se le ocurrían, pero mi mujer actuaba, como si esas palabras fueran piropos que el desgraciado le decía. Lo bueno de eso fue que el tiempo que duró ese entierro fue prácticamente uno bien corto.

Al salir de la habitación después de lavarse y cobrarle, Laura le dijo que ella se quedaba, así que apenas él se marchó yo le di alcance a ella. Fue cuando me dijo, amor si los dos queremos que sea una puta por una noche, debo atender a más de un cliente, ¿no te parece? Bueno la verdad es que las putas no hacen uno solo en la noche y se marchan, después del primero viene un segundo y si pueden un tercero y hasta un cuarto o un quinto si es buena la noche, así que como mi mujer tenía toda la razón, no me quedó más remedio que aceptar.

A medida que Laura se dirigía nuevamente rumbo a la avenida, la verdad es que tenía toda la facha de una buena puta, un buen culo, y un tremendo par de tetas, además de la disposición. Ya serían como las 2 de la madrugada, y no había caído más nada cuando apareció una vieja camioneta Ford Pinto, llena de unos cinco monsalvetes entre 20 y 23 años. Lo cierto es que no pensé que Laura tan siquiera los tomase en cuenta, después de que hasta los transexuales les habían dicho que no. Pero cuando la vi montarse, y que de inmediato arrancaron para el motel, casi se me cae la quijada.

Apenas entraron a la habitación, en un dos por tres Laura les cobró a los cinco, y tras guardar el dinero en su cartera, de inmediato se quitó toda la ropa, sin vergüenza alguna frente a ellos cinco. De inmediato preguntó, quien era el que cumplía años, y un chico flaco como un cable, dio un paso al frente, sin más ni más Laura se agachó frente a él, y rodeada por los otros cuatro, vi desde la ventana como se dedicó a mamar la verga de ese jovencito. Al tiempo que los otros chicos, comenzaron a manosear las paradas nalgas, y hermosas tetas de Laura. Mientras que yo no dejaba de observar todo lo que ahí sucedía, con una gran erección entre mis piernas.

A medida que Laura en su papel de puta, seguía mama que mama, los otros chicos se comenzaron a desnudar completamente, lo que me hizo pensar que eso se llevaría gran parte de la noche. Como en efecto analsucedió, esa noche Laura recibió en más de una ocasión dentro de su coño, todas y cada una de las vergas de los chicos presentes. Levantándose de la cama únicamente para asear su coño, entre chico y chico. Pero además de eso, le fue diciendo a cada uno de ellos, como debían hacer, para que ella a su vez disfrutase de un buen orgasmo. Era increíble para mí ver el aguante de Laura, uno tras otro la hicieron disfrutar tremendamente, y conociéndola como la conozco, una cosa es que finja y otra que lo disfrute realmente como lo fue en el caso de los cinco chicos.

Ya serían como las cuatro o cinco de la madrugada, cuando Laura apenas con la mini falda medio puesta sin su braga puesta, el estrapel mal puesto sobre el cuello, con las tetas al aire, salió con sus zapatos en las manos, de la habitación donde aun se encontraban los chicos, durmiendo. Sudada, oliendo a sexo, con su peluca plateada en una de sus manos, al verme se sonrió, y burlonamente me preguntó, ¿que se siente tener toda una puta por mujer, cabrón? Yo me quedé de una sola pieza, hasta ese instante había pensado que ella disfrutaba de disfrutar de esa fantasía lo mismo que yo. Pero por su manera de hablarme y de actuar pené que no era así.

Fue cuando nuevamente sonriéndome me dijo en otro tono, ¿pero por qué esa cara mi amor? si yo he sido puta por una noche, ¿tú has sido mi cabrón, verdad? Después de eso Laura entró a nuestra habitación, se dio un buen baño, y ya en la cama mientras yo comenzaba a darle por el culo, me comenzó a contar todo, como si yo no la hubiera visto o escuchado nada. Bueno ya esa fantasía la hicimos realidad, aunque Laura fue bien sincera conmigo al igual que yo con ella, y me dijo con toda la tranquilidad del mundo, que le encantó eso de ser puta, por lo menos una noche, que le gustaría repetirlo en otra ocasión. Yo por mi parte realmente la experiencia no me agrado, para nada, es verdad que me excité. Aunque me dijo que si para la próxima vez yo no deseaba acompañarla, ella entendería.

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Si te ha gustado Vimos nuestra fantasía realizada. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:27) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:59) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

gerardotiburon (10 de January de 2010 a las 23:39) dice: muy interesante la historia y erotica pero algo fantasiosa


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