Violada y preñada (parte 2)

Según sus exigencias me movía y tocaba mis partes, primero me quite el vestido, luego la parte de arriba del bikini…me pedían que tocara mis senos… luego me quite las sandalias para que finalmente al despojarme de la parte inferior de mi traje de baño quedé totalmente desnuda. En ese instante me percaté que todos los hombres estaban también desnudos excepto Gustavo que nos veía desde un rincón sentado en una silla.
En un instante todos me rodeaban, sus grandes miembros negros mostraban su erección y deseo, el gordo volvió a exigir: “ahora vas a usar esa boca y vas a mamarlos a todos empezando por el mío”. Haló mi cabello y puso su pene en mi boca, su hedor era insoportable pero me obligaba y me amenazaba una y otra vez. Quería vomitar, era algo que casi no podía controlar pero insistió: “si vomitas te mato, vas a hacerlo bien y vas a disfrutarlo” en ese momento lo quitó de mi boca y otros dos colocaron los suyos y así se turnaron en mi boca. Sentía como crecían, cambiaban de textura, algunos lubricaban en forma desagradable y me obligaban a lamer sus testículos. Parecía algo interminable pero de repente uno de ellos lanzó un gran chorro de semen caliente en mi boca el cual llegó a mi garganta. No pude contener el vómito e inmediatamente recibí un golpe en las costillas, luego me patearon mientras lloraba y pedía perdón. Un dijo: “no lo vuelvas a hacer, ahora vas a tragártela toda” otro me gritaba “pídenos la leche putita”; yo de rodillas pedía que acabasen en mi boca y uno a uno fueron eyaculando unos con más cantidad que otros, algunos lo echaban en mi cara mientras yo debía mostrar lo que tenía en la boca y luego tragarlo, hacía todo lo posible por eliminar el deseo de vomitar mientras se mezclaban diferentes sabores de semen en mi boca. Alguien me levantó y me llevó al baño me dio un cepillo dental y permitió que me aseara mientras me manoseaba las nalgas. Pensé que todo había terminado pero estaba equivocada de vuelta en la sala me lanzaron en el colchón…”abre las piernas que vamos a hacerte una verdadera puta” otro me decía “vas a aprender como complacer a un negro”…”será a siete” gritaba otro mientras se reían. Traté de poner mi mente en blanco mientras cada uno me violaba y acababa dentro de mí en minutos que parecían interminables. Recibía insultos, mordiscos, lamidas, apretones y penetraciones violentas que inflamaban mi vagina. Los último tres hombres parecían bailar en un mar de semen pero todos parecían tener deseos acumulados así como una gran reserva de semen. A veces observaba el reflejo en un antiguo espejo y podía ver mi pequeño cuerpo blanco debajo de los grotescos negros que me poseían una y otra vez. Luego hubo un silencio, sus cuerpos estaban exhaustos y yo demasiado adolorida…perdí la conciencia y el sentido del tiempo, creo que dormí unas cuantas horas hasta que de pronto…