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Y si una Diosa te pide ordenes? Parte 3

Relato enviado por : gliere el 28/11/2014. Lecturas: 1195

etiquetas relato Y si una Diosa te pide ordenes? Parte 3   Dominacion .
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Resumen
Tercera parte de un relato donde el dominador muere de admiración por la dominada.
Irene es una diosa inalcanzable, y, por alguna razón, elige seguir las ordenes de Pablo.



Relato
Yo tenía mucho para pensar. Definitivamente ella estaba mucho más adelantada a la situación que yo. Ella me entendía mucho más que yo a ella. Sabía que decir y como decirlo para que yo explotara de placer. Y yo… no tenía idea. Ella quería tener el control? O yo debía tenerlo? O tal vez debía simular tenerlo, aunque en realidad lo tuviera ella.
Que control podía tener yo? Si la volvía a invitar, ella podía simplemente decir que no, y eso demostraba la total ausencia de dominación que yo tenía. Su sometimiento era un regalo. Está bien, yo fui merecedor de ese regalo. Pero yo no robé nada, que es también lo interesante. La idea es tomar lo que no es tuyo, no que te lo regalen. Y eso me enfriaba un poco.
Pero que excitante era que ella me preguntara que quería yo que haga. La diferencia entre robar y que te lo regalen iba desapareciendo al lado del placer de sentirla mía.
Ella insistía con eso de que era de Carlos, pero que yo podía usarla. Eso era lo que mas me gustaba. La humillación para el cornudo, desde mi punto de vista, es peor. Y mientras peor la humillación, mayor mi placer.
Pero su cabeza como funcionaba? Tal vez le excitaba meterle los cuernos a Carlos? Está claro que yo físicamente no le generaba nada a ella. Bueno, no se, la cuestión es que yo estuve de paja en paja por una semana, preguntándome si me escribiría ella, o debía hacerlo yo.

Al final no aguanté y le escribí mensaje de texto:
Yo: Sospecha algo Carlos?
La esposa de Carlos: Para nada. Pensaste que sigue?
Yo: Lo quiero conocer.
La esposa de Carlos: Ok

Ahora puedo llenarlos de detalles sobre como se organizó el encuentro con el marido, pero, estoy casi seguro que los voy a aburrir, así que ahorremos tiempo, y vamos a la acción.
Me invita a la casa. Excusa? Amigo del curso. Sin muchos detalles. Invita a la otra compañera también.
Llegué, toqué timbre, y me abrió ella. Esta vez me sonrió, me saludó sonoramente, y me abrazó. Me sorprendió, y no llegué a responderle el abrazo. De nuevo, me sentía como un niño.
Entré y estaba Carlos en el sofá tomando una cerveza, mirando televisión. En la cocina estaba nuetra compañera, con la que habíamos hecho el trabajo práctico, la que tuvo un accidente con el perro (bah, supongo que era un perro, solo sabía que tuvo que ir al veterinario)
Me dirigí a Carlos, que me estaba mirando con sonrisa cordial, se puso de pié y me tendió su mano. Apretón fuerte, tipo seguro.
Carlos: Tu nombre era…. (mientras afiló los ojos)
Yo: Pablo, un gusto.
Carlos: Si igualmente. Pasá, ponete cómodo. Agarrate una cerveza si querés. Yo ya empecé.
Le agradecí, y me fui a la cocina, y saludé a la compañera.
Bla bla bla, bla bla bla, bla bla…. Jaja….. bla bla
Irene se había puesto un delantal. Estaba cocinando. Esa mujer era un sueño. Yo me quedaría mirándola todo el tiempo. Ella cocina para él siempre. Quiero que cocine para mí.
Me acerco a la mesada, donde ella estaba terminando el repulgue de una tarta. Me mira, deja la tarta, agarra un frasquito, lo abre, y saca un papelito de adentro. Se fija que la compañera no esté mirando, y me lo dá.
Decía: SOY TUYA
Se me paró al instante. Casi sentí un vacío de sangre en mi cabeza por la velocidad en que se me paró la pija.
No había mucho para hacer. Podía pedir lo que quisiera, pero, no quería pedir nada común. Que se yo, común hubiera sido tratar de quedarnos solos, y manosearla, o pedirle que le ponga algo en la bebida al marido para que se duerma, o que se yo. Pero no, yo quería otra cosa, aunque no sabía qué.
Cenamos, charlamos, terminamos. Luego la sobremesa, tomamos un poco. Ella tomó vino. Al tomar el primer sorbo me miró fijamente. –Mmmm- hizo al tragar, y le dijo con cara de placer al marido:
-esto es un relajante, está buenísimo-
Pedí permiso para ir al baño. Entré, hice pis, y escucho que alguien raspa la puerta con las uñas. Imaginé que era ella. Abro, y encuentro su cara. Me dice susurrando:
-Relajante moral-
No aguanté y la besé. Ella suspiro al mantener sus labios con los míos. Su aroma era cálido y redondo (descripción rara no?)
Irene: Ya lo conociste, que más?
Yo: Quiero saber cosas que él no sepa.
Irene: Que su mujer es tuya no lo sabe.
Yo: Quiero más.
Irene: Que me muero por chuparte la pija tampoco lo sabe.
Yo: Yo tampoco lo sabía.
Irene: Ahora lo sabes. Me dejas besártela?
Que placentero fue escucharla pedirme eso. Pero más excitante fue negárselo.
Yo: Tenés una lapicera?
Irene: Esperá que traigo.
Se fue hasta la cocina, y al instante volvió, y me la dio.
Agarré el papel que ella minutos antes me había dado, y anoté “La pija de Pablo” del lado opuesto donde ella había puesto “soy tuya”. Y le dije:
-Metételo a la boca, y andá a la cocina. Y hablá con Carlos, y delante de él sácatelo. Quiero ver todo eso-
Abrió la boca para mí, y se lo metí suavemente. Al apoyarlo en su lengua se pegó con la exquisita humedad de su saliva.
Volvió a la cocina, y yo volví al sofá al lado del marido y de nuestra compañera, que estaban mirando tele.
Al ratito viene ella y se sienta al lado de su marido, masticando lo que parecía un chicle. Y nos dice:
Les gustó la comida?
Todos dijimos que sí, lo cual era muy cierto. Ella pasó su brazo por detrás del marido y lo abrazó, y se sacó el papel de la boca. Aunque todo esto estuvo muy bueno, no fue tan interesante como esperé que fuera.
Y listo, no pasó más nada ese día. Irene y Carlos nos acompañaron hasta la calle al momento de despedirnos, así que no pudimos con Irene hacer nada.
Pero ahora yo ya sabía que la mina estaba dispuesta a todo, y eso era lo más lindo que me había pasado en la vida hasta ese momento.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:08) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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