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Yo creo que mi esposo, me engaņķ…

Relato enviado por : Narrador el 11/02/2014. Lecturas: 6830

etiquetas relato Yo creo que mi esposo, me engaņķ…   Amor filial .
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Resumen

Yo soy Yadira, a mucha honra afrodescendiente, y sin falsa modestia puedo decir que a mis veintiocho años, tengo un cuerpo escultural, además mido un metro setenta y nueve descalza, y estoy casada desde hace tres años con Herman, cuya familia es de origen alemán. En otras palabras, somos un matrimonio, lo que llaman inter racial. Y  como ni él ni yo, por ahora deseamos tener hijos, nos hemos centrado en los negocios, ya que ambos tenemos una visión de futuro.   




Relato

Pero recientemente, recibimos en nuestro a un par de primos de mi esposo, alemanes. Unos agradables tipos, que para mi sorpresa hablaban algo de español. Herman mientras estuvieron en casa, los llevó a conocer un sinfín de lugares en la ciudad, así como hasta les consiguió por medio de nuestro negocio, unos excelentes descuentos en diferentes giras turísticas, por todo el país. A su regreso, casi un mes después de que habían llegado, Herman me convenció de prepararles una especie de cena de despedida, ya que al siguiente día, ambos regresaban a su país.

Aunque debí sospechar que algo raro pasaba, cuando después de haber preparado la cena, al salir de la ducha, y vestirme con un sencillo traje. Herman al verme me sugirió que me cambiase de ropa, es más hasta me propuso que me pusiera un vestido que recientemente él me había regalado.

Pero que yo había decidido no ponerme, en esos momentos porque lo consideré demasiado atrevido, corto, y revelador, por lo ajustado que me queda al cuerpo, pero ante su insistencia cuando le dije mis razones para no usarlo esa noche, Herman viéndome de manera picara, y dándome una atrevida nalgada, me dijo, así me será más fácil quitártelo, una vez que ellos se hayan marchado. Y después de eso fue a buscar al hotel a nuestros invitados.  

Por lo que yo, ante la insinuación de mi esposo, decidí complacerlo. Pero una vez que me lo puse, y me vi al espejo, noté que el tanga que estaba usando se marcaba completamente. Y aunque busqué, y probé  otros modelos de panti, finalmente decidí dejarlo así, al fin, y al cabo iba a estar en mi propia casa, y no tendría que preocuparme por nada. Pero al dar unos cuantos pasos, caí en cuenta de mi error, ya que el ajustado vestido de color rojo, aun en contra de mis deseos, se me iba subiendo, por lo que fácilmente, si me descuidaba, no tan solo mostraría mis pantis, sino  estaría mostrando mis nalgas y cuidado si algo más, a las personas a mi alrededor. Pero como ya le había dicho a mi esposo que lo iba a usar, decidí estar bien pendiente, y jalonearlo hacia abajo, cada vez que hiciera falta. O por lo menos eso pensaba yo.    

Cuando Herman se comunicó conmigo por teléfono, diciéndome que ya venía en camino con sus dos primos, yo le dije lo ajustado y revelador que me quedaba el vestido, en eso él dejó de hablarme a mí, y les dijo algo sobre mí en alemán a sus primos, quienes se rieron, mientras mi esposo me volvió a decir que no me preocupase. Además me dijo que iban a pasar por la tienda de licores, para comprar alguna bebida.

Apenas los tres llegaron a nuestra casa, serví la cena, pero al pararme a buscar el postre, me di cuenta de inmediato que los dos primos de mi esposo, tenían sus miradas clavadas en mis nalgas, por lo que de inmediato comencé a jalonear el vestidito hacia abajo, procurando que no se me fuera a ver nada. Una vez que terminamos la cena, Herman nos sirvió a sus primos y a mí, vino. Mientras que él se dio un trago seco de vodka, y así estuvimos compartiendo y charlando sobre las experiencias de ellos durante su viaje por el país.

Hasta que Herman puso algo de música para que yo bailase con él, y desde luego después de un corto rato también bailé con sus primos. Pero a medida que la noche fue avanzando, Herman fue tomando más, y más. Con la excusa de que él no iba a manejar, siguió bebiendo tragos, y más tragos de vodka. Mientras que sus primos siguieron bailando conmigo, pero en cierto momento, me di cuenta de que las manos de uno de esos primos, ya se encontraban sobre mis nalgas, y sus labios muy cerca de los míos, mientras que Herman ya casi se encontraba dormido debido a la fuerte borrachera que había agarrado.     

A partir de ese instante, si noté que sus primos, Otto y Hans mientras bailábamos, me apretaban más contra sus cuerpos, al grado que podía sentir el calor de sus miembros contra mis muslos, y sus manos cada vez de manera más atrevida, las deslizaban hábilmente sobre mí negra piel. Mientras que Herman, ya estaba más dormido que despierto. Yo no soy de hierro, es más hasta pensé en dar por terminado el baile, pero quizás el mucho vino que yo había bebido, y las constantes atenciones, y cariños de los primos de mi esposo, hacia mi persona, permitieron que me hiciera de la vista larga, y continuase bailando con ellos, y en parte disfrutando de sus amables atenciones.

Así que a medida que seguimos bailando, poco a poco no me acuerdo si fue Hans, u Otto quien al momento de bailar, gracias a sus continuas caricias, lentamente me fue subiendo la falda de mi corto vestido. Y hasta pensé en detenerlo, pero no lo hice, por lo que al poco rato, claramente tanto mis nalgas como mi coño, apenas ocultos por el tanga que usaba se puede decir que quedaron al aire, ante la vista de los dos. Ya en ese instante, uno se colocó tras de mí, y mientras yo seguía bailando con el otro, entre ambos al ritmo de la música, me prodigaron suaves caricias, sobre mis muslos, y nalgas. Y lentamente entre sus besos, y continuas caricias, me fueron bajando el vestido, y las pantis hasta el suelo, completamente hasta quitármelos.

A todas estas yo me sentía algo nerviosa, y al mismo tiempo, sumamente excitada, por todo lo que me estaba sucediendo, y para rematar, prácticamente frente a mi esposo, que aunque estuviese dormido, por la gran borrachera que él había agarrado. Herman no reaccionaba, y sus primos, momento a momento iban ganando más terreno, ya que al tenerme completamente desnuda entre sus brazos, no tuve la fuerza de voluntad de oponerme, o negarme a que con sus hábiles dedos me los fuera introduciendo entre mis piernas.

Por lo que cuando Otto, se arrodilló frente a mí, y comenzó a pasar su lengua primero por entre mis muslos, y posteriormente fue subiendo hasta mi coño, no me quedó más nada que hacer que separar la piernas, para que continuase pasando su lengua dentro de mi coño. Mientras que Hans, el más joven de los dos, me fue acariciando mis nalgas, y suavemente sentí sus dedos, y posteriormente también su lengua rozando divinamente el esfínter de mi culo. En cosa de pocos minutos, ya yo estaba deseando ser penetrada por ellos dos, sin importarme que mi esposo estuviera sentado frente a nosotros tres, durmiendo la borrachera, es más en cierto momento, hasta me pareció que él con una sonrisa en su rostro nos observaba.

Pero al fijarme bien, me di cuenta de que seguía dormido, y a pesar del alboroto que sus primos y yo estábamos haciendo en el medio de la sala, él continuaba bien dormido. Ya que cada vez que Otto o Hans, pasaban sus lenguas, ya fuera por dentro de mi coño, o por entre mis nalgas, yo chillaba de placer. En ocasiones había llegado a fantasear, en tener sexo con dos hombres, pero hasta ese momento, esa loca idea nunca paso de ser una loca fantasía. Así que a medida que los dos hombres, dejaron de mamar mi coño y lamerme el culo, yo como una desesperada, les pedí casi les imploré, que me enterrasen sus vergas.

Otto me levantó del suelo, y estando de pie, con una tremenda facilidad a pesar de mi tamaño, él me cargó entre sus brazos, al tiempo que yo separaba mis piernas, y al comenzar a ir deslizándome lentamente por su cuerpo, fui sintiendo como su verga fue entrando divinamente dentro de mi desosó coño. Yo aun no había terminado de disfrutar de lo que Otto me estaba haciendo, cuando Hans, se agachó ligeramente tras de mí y separando mis nalgas, comenzó a penetrarme con su sabrosa verga.

Por un buen rato yo estuve, entre ellos dos moviendo mis caderas, buscando sentir más, y más dentro de mí sus sabrosas vergas. Sin importarme nada realmente, si mi marido se llegaba a despertar, lo que yo deseaba era seguir y seguir disfrutando de lo que me sucedía. Después de un buen rato, sin que ellos dos llegasen a venirse, Hans me sacó su verga del culo, y sin más ni más me la ha metido dentro de mi boca. Por lo que yo sin demora me dediqué a mamársela intensamente. Eso si viendo de reojo ocasionalmente a Herman asegurándome que seguía dormido.

El resto de la noche me la pasé, entre la verga de Hans y la de Otto, cuando no era que me ponían a mamar, o me daban por el culo o por el coño indistintamente. Cuando los dos se retiraron de casa, como pude entré al baño, y me quedé dormida bajo la ducha, y eso que el agua me estaba cayendo encima. Cuando desperté, terminé de asearme, y sorpresivamente me encontré con mi esposo, que ya no le quedaba rastro alguno de la borrachera. Riéndose me preguntó cómo me había ido con los invitados, yo a pesar de sentirme todavía algo mareada, sin entrar en detalles desde luego, le dije que bien.

Fue cuando Herman me dijo que mientras estuvo dormido, soñó que yo estaba teniendo relaciones con sus dos primos. Yo me reí nerviosamente, y le dije que cosas las tuyas, pero el riéndose me dijo, que había sido el sueño más excitante, y vivido que jamás hubiera tenido antes. Yo me hice la loca, como que si lo que me decía no era conmigo. Yo que estaba saliendo de la ducha, comencé a secar mi cuerpo, y antes de terminar de hacerlo, ya Herman se encontraba sobre mi diciéndome, ahora no tienes excusa para no dejar que yo te dé por el culo, y que me mames la verga. Por eso creo que mi esposo me engaño haciéndose el dormido. ¿Ustedes que creen?   

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Si te ha gustado Yo creo que mi esposo, me engaņķ… vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Yo creo que mi esposo, me engaņķ…. Narrador te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:30) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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