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Carolina mi vecina

Relato enviado por : learcu el 27/07/2016. Lecturas: 3214

etiquetas relato Carolina mi vecina   Vecinas .
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Resumen
como mi vecina me enseñço a poseerla …, al sentirme penetrado en ella locamente me meneaba, ella me coge de mis hombros y me dice así no…, tan loco no, me duele, así… me dice y me permite y enseñándome a menearme suavemente sobre ella, empotrando cada vez mas profundo mi miembro en sus entrañas, cinco minutos de enseñanzas y la tenía desesperada jadeando y resollando mientras la empotraba, así, me decía, así.


Relato
Llegan vecinos nuevos a la casa de al lado de la mía, es una pareja con una niña de seis años, ofrezco mi ayuda ya que a mis 17 años podría ayudarlos, al comienzo todo bien, pero luego disputas de Abel el marido, ambos de unos 35 o 36 años, con su mujer Carolina una delgada mujer, pero con los atributos necesarios para ser mirada como una llamativa hembra, sus senos sin ser grandes eran redondos duros y con unos pezones maravillosos y mas hermosos se veían al estar sin sujetadores afirmados solos por una delgada blusa ajustada, los miraba y me relamía de gusto…, un trasero sin ser grande se notaba maravilloso, duro y firme, llevaba una falda amplia delgada para cubrir un as hermosas par de piernas delgadas al comienzo, pero desde las rodillas hacia arriba se potenciaban y sus muslos se notaban a través de la falda estupendos…, imagínense a mi edad solo había tocado a una delgada muchacha que conocí en una velada y que se dejó manosear por mis dedos, me hacia sudar de solo mirarla esta Carolina. Bueno como contaba ayudaba en el traslado de muebles y acomodos de estos en su nueva vivienda, pero esta pareja por parte de él era traumática por sus discusiones.

Menos mal que el parte al negocio que tenía y con Carolina seguimos en el acomodo de muebles, de pronto se tira sobre un sillón reposando atravesada en este y me dice… siempre igual, sabes tu siempre igual discusiones y arrebatos, al hablarme recoge una de sus piernas mostrándome sus deliciosos muslos al encogerse su falda…, me acerque a ella y mi respiración era agitada ante el espectáculo, ella me mira extrañada y despojada de pudor diciendo oye no me digas que soy la primera mujer que te muestra desnuda las piernas en un sillón , contesto no solo en un sillón, sino también hasta su calzón … a la única que miré antes era una niña y ahora tu me muestras estas preciosidades, permíteme tocarlas y dejo mi mano sobre una de sus rodillas… ella al sentir mi mano en sus carnes vibro, como se estremeció, ahí me di cuenta que ella estaba excitada, la mire y me acerque a su cuello besándola y acariciándole, no me rechaza solo me dice, eres muy joven, te puedo hacer daño…, acaricio sus senos y sus pezones engruesan y levantan excitados…, no, no… me dice que estoy excitada y te puedo dañar…, ¡ah…, oh…., ah!..., mis manos intruseaban entre sus piernas, aparte calzón y mis manos acariciaban unas vellosidades bien cuidadas que cubrían su vagina, rozaba de arriba abajo su vulva, la mujer se enroscaba ardiente estimulada por la pasión de ser poseída en un gran apareamiento, gemía, llorisqueaba, de pronto me toma por el cuello me atrapa me sube sobre ella y bajándome mis pantalones de deportes se adueña de mi pene que lo lleva a su vagina introduciendo su glande en su entrada vaginal no necesito introducirlo mas, estaba tan húmeda es vagina que mi pene resbalo suavemente hasta llegar en lo mas profundo de esa matriz…, al sentirme penetrado en ella locamente me meneaba, ella me coge de mis hombros y me dice así no…, tan loco no, me duele, así… me dice y me permite y enseñándome a menearme suavemente sobre ella, empotrando cada vez mas profundo mi miembro en sus entrañas, cinco minutos de enseñanzas y la tenía desesperada jadeando y resollando mientras la empotraba, así, me decía, así.

No se los minutos que pasaron, de pronto ella se desmiembra abrazándome y besándome al tiempo que sus piernas se cruzan por sobre mi trasero y jadeando me abraza fuerte y entre suspiro me dice… tuya, tuya…, ahí mis orgasmos al tiempo que chillaba furiosamente satisfecha por el apareamiento que estoy dándole… gritando eres mi macho satisfáceme…, eres mi amo, soy tu esclava…. Mojando mi pene con sus fluidos…, por unos instantes fuimos un solo cuerpo ella vaciando sus orgasmos y yo mojando con mi semen sus entrañas…, cuidado decía cuidado no me cuido no me vayas a preñar…y entre gemidos de pasión me abrazaba y recibía mi leche en su entraña abrazada culminando su entrega como mi amante.

Descansamos abrazados no permitiéndome bajar de su cuerpo y me dice de esto ni una sola palabra a nadie…, le contesto de que… mi padre me enseñó que un hombre es caballero cuando demuestra que nadie puede sacarle recuerdos a un caballero… y yo no recuerdo nada, la miro y digo solo dos sabremos de esto… sorprendida me dice como que dos, si una tú y dos yo. Luego me abraza, sonriendo…. Ahora olvídate de mí por lo menos tres días… no quiero dañarte.

Me tuvo una semana alejado de ella, ya no podía más cuando un día me encuentra en la calle me obliga a llevarle unos paquetes y al llegar a su casa me introduce en ella diciéndome tenemos media hora luego tengo que ir a buscar a mi hija al colegio, media hora me repite.

Que me han dicho…, ingrese a su casa como un exaltado amante desesperado por su hembra…, cálmate me dice, pero ella estaba tan ardiente como yo… no pasaron mas de cinco minutos y ambos estábamos desnudo en su cama solo cubiertos por su sobrecama.

Acaricie su nuca, bese sus senos, lamí su vulva, jugué con su clítoris, con mis caricias la estaba enloqueciendo según ella… pronto me tuvo montado sobre ella insertándole mi pene en su vagina. Como se embutía y agitaba esa mujer caliente igual que el macho, me abraza ardorosa, excitada apasionada diciéndome, bien calma mis furores carnales mientras apretaba mi ya engrandecido pene con destreza.

Se veía en los ojos de ese púber macho el brillo del deseo de llevarme a la cama, la lujuria que sus toques me estaban despertando en mí emociones que solo debería sentirlas con mi marido y sentí de nuevo con sus manos en mi cuerpo ahora entre mis piernas arrugando mi bata la que sacó y recogió me estaba mostrando la figura de mi cuerpo, me mira con unos ojos de hombre desesperado de mujer, me mira mi cuerpo y se acerco a mi persona me abrazó, tomándome por los hombros besándome mi boca, inmediatamente recorrió mi columna vertebral desde la cabeza a los pies un garrotazo eléctrico…, pero tu estarás segura que deseas discutir conmigo las razones, pero has de saber que tú serás mía… me jalo hacia su cuerpo y me forcejeó para sacarme un beso, me quede asustada en ese momento grite, sorprendida…, luego recordé yo lo había entrado, pórtate bien digo y le doy una placentera bienvenida, el continuo besándome el cuello y manoseándome todo el cuerpo diciéndome que era muy hermosa que a él le gustaría ser mi amante por todos los días, que me dejara llevar por el fuego que hay dentro de mi…, tu cuerpo pide sexo déjate llevar, me decía…, no te resista…, y continuo hasta que logro levantar mi excitación al máximo, por arriba de mis rodillas sentía sus labios, ahí se volvió como loco al ver mis buenas piernas, como pudo me desabrochó mis sostenes y vio mis hermosos senos, los cuales empezó a chuparlos con tanta ira y pasión, que me empecé a calentar más de lo que ya estaba.

Locamente me entregué, mis ropas destrozadas fueron apartadas, ese juvenil hombre estaba satisfaciendo mis ansias de disfrutar del sexo de otra manera, me volvía loca de tanto placer, era la primera vez que engañaba, a mi marido y aun más, en mi propia casa. Al sentir que mis quejidos se convertían en gemidos de placer el empezó a acariciarme con mas confianza, me obligaba con sus manos a abrir mis nalgas en cada metida y al besar mi boca introducía su lengua, era presa de mis deseos, no me entere cuando me metió su pene, acto seguido mi cuerpo me traiciono y empecé a gozar como nunca, tenía un enorme pene que me partía en dos y a la vez me llenaba toda, gemía, gritaba jadeante y satisfecha por el proceder de mi vecino, mi púber amante, pero cuanto placer, cuantas venidas me estaban satisfaciendo mi sexo y mis furores carnales, manoseando todo mi cuerpo mis nalgas, mis piernas, mi seno y todo lo que el deseaba, era una mezcla de placer y miedo, me excité de gran manera, que me tenía con la boca abierta buscando oxígeno, me hizo terminar dos veces y al llegar a mi tercer orgasmo sentía un gusto en mis labios de mi clítoris que seguía palpitando, luego se desaguó dentro de mi, que rico sentir como termina dentro de mi, era inundada por su semen, … y sentí como lo saco de mi, yo no quería que lo sacara deseaba quedarme pegada allí, horas y horas, pero el lo saco me miro la cara, me tenía mareada de tanto placer y sexo… Señor perdona si estoy pecando…, pero que rico es esto… y me entregue sin inhibiciones a ese macho…, mi adolescente y puro macho. Me miraba y me dice satisfecha por ahora mañana vuelvo y te daré mas… era su esclava y me escuché decirle si vuelve mañana, quiero más de ti.

Llevamos meses apareándonos, estos días me sentía mal fui al medico a ver por que tenía asco y este me informa…, estas embarazada. Si este juvenil macho me había preñado.

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Categoria: Vecinas
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Si te ha gustado Carolina mi vecina vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Carolina mi vecina. learcu te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:37) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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