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Confieso que soy una maestra desesperada… ( CON fotos)

Relato enviado por : narrador el 11/08/2015. Lecturas: 10646

etiquetas relato Confieso que soy una maestra desesperada… ( CON fotos)   Estudiantes .
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Resumen
Pienso que en medio de todo, lo que me sucedió fue por estar viendo aquella novela, en la que la Lucia, la protagonista al igual que yo era maestra, y al igual que yo, había terminado con su novio Raúl, el niño rico de la novela. Bueno la cosa es que justo antes de acostarme, viendo la novela ellos dos hicieron una escena de amor, en la que comenzaron a besarse, justo en el salón de clases, de los besos pasaron a las caricias, y de eso a tener sexo, prácticamente encima del escritorio de Lucia. Aunque al final solo resultó ser una fantasía de la maestra, de la novela.


Relato

Bueno yo me acosté con esas escenas de amor en la mente, y hasta me tuve que levantar de mi cama, para darme una ducha fría, a ver si las imágenes de aquella pareja teniendo sexo en medio de su salón de clases, se me borraba de la mente. Pero como dicen, peor fue el remedio que la enfermedad. Ya que al estar desnuda bajo la ducha, y sin poder sacarme de mi cabeza, a esa pareja besándose, acariciándose, y disfrutando mutuamente. Yo misma, comencé a toquetear mis tetas, mi clítoris, hasta que ya no pude más, y agarré uno de mis embases de champo, de esos que son de plástico, largos y gruesos, y como si estuviera poseída por el demonio de la lujuria, comencé a enterrarlo dentro de mi coño, hasta que finalmente, ya tirada en el piso de la ducha, con mis piernas bien abiertas, llorando de rabia, por estar sola, finalmente disfruté de un brutal orgasmo.

A la mañana siguiente, lo único que hacía era pensar en lo que yo había hecho, dentro de la ducha, y en la escena de sexo que vi en la novela. Estaba tan y tan afectada, por eso. Que tuve que reconocer que ya llevaba más de un año en que terminé con mi novio, y aunque ocasionalmente había tenido sexo, con uno que otro tipo. Me di cuenta de que no lo estaba disfrutando, además para colmo de males, con los tres hombres que salí, en distintas ocasiones, eran casados.

Así que llegué a mi salón de clases, con eso sola idea en mi cabeza, aunque yo trataba de concentrarme en mi labor como maestra, ante la más pequeña distracción mi mente volvía a pensar en lo que me había sucedido, y en las calientes escenas, de la condenada novela. Estaba tan, y tan distraída, que desde luego que mis estudiantes se dieron cuenta, de que algo me pasaba. Ya que en cierto momento me quedé sentada a un lado de mi escritorio, y mientras soñaba despierta, estando con las piernas abiertas me llevé mis dedos bajo la falda. Y prácticamente frente a uno de mis estudiantes, comencé acariciar mi coño distraídamente. Pero de no haber sido porque tocó el timbre de salida, que me sacó de mi fantasía, quien sabe que hubiera hecho yo, frente a todos ellos.

Yo la verdad es que estuve a punto de ponerme a llorar como una verdadera histérica, cosa que no hice porque me contuve. Fue cuando ya la gran mayoría de mis estudiantes ya habían salido, cuando Jaime, el único estudiante varón que se sienta al frente y en la primera fila, se me acercó, y me preguntó si yo me sentía bien. La cosa es que sentí, que lo hizo en un tono de voz, que demostraba que sinceramente estaba preocupado por mí. Yo tratando de ocultar mis lágrimas, le dije que se podía marchar, todo estaba bien, aunque por dentro me sentía estallar. Jaime se acercó a la puerta, y justo antes de salir, volteó a verme. Ya llorando desconsoladamente.

Jaime cerró la puerta, dejó sus libretas en uno de los pupitres del salón, y acercándose a mí me tomó entre sus brazos. El sentir el calor de su piel en contacto con mi cuerpo, como que hizo que mi mente se dejase llevar, por la gran excitación que yo sentía. Y en menos de lo que canta un gallo, ya nos estábamos besando como si fuéramos marido, y mujer. Yo ni tan siquiera me puse a pensar que él era mi estudiante, o que yo era varios años mayor que él. Tan solo sentir el calor de su cuerpo, en contacto con el mío, como que me hizo volverme loca, ya que casi de inmediato, yo misma, y no sé ni cómo me atreví hacer eso, le bajé los pantalones, y sin más ni más me dediqué a mamar como una desesperada, toda su parada verga.

Lo cierto es que, no podía controlarme, ya que hice cosas que en otros momentos, ni tan siquiera hubiera llegado a pensar en ellas. Ya que en mi desesperación, actué como si yo fuera toda una puta. En cierto momento agarré la verga de Jaime, y la coloqué entre mis tetas, y con su verga entre mis tetas, lo estuve masturbando por un rato, hasta que él mismo, me pidió que me detuviese, ya que no se quería venir en ese mismo instante. No sé en qué momento me deshice de mis bragas, lo que si se fue que apenas me recosté sobre mi propio escritorio, Jaime separó mis piernas, y pensaba yo que dirigiría su caliente verga dentro de mi coño, cerré los ojos. Pero la sorpresa que me dio fue tremenda, ya que sin más ni más, se dedicó a mamar toda mi vulva. Cosa que disfruté tremendamente, al sentir sus labios, lengua y boca, chupando mi clítoris, mordisqueándolo, y arrancándome profundos y placenteros gemidos. Yo seguí llorando, pero de felicidad.

Hacía tanto, y tanto tiempo que no me sentía así, que poco me importaba que alguien nos encontrase follando sobre mi escritorio en esos momentos. A medida que él siguió mamando mi coño, yo en mi desesperación, también y como pude me quité mi falda, quería estar completamente desnuda entre sus brazos. Cuando comencé a sentir su erecta verga, penetrando mi coño, casi me muero de felicidad. No lo podía creer, que yo estuviese folla que folla con uno de mis propios estudiantes. Sintiendo como su verga entraba, y salía una, y otra vez de mí caliente coño.

En mi vida, había realizado una locura como esa, expuesta a que en cualquier momento alguien entrase por la puerta del salón y nos descubriese. Pero la verdad es que poco me importo eso, y menos me importó cuando sentí nuevamente su verga penetrándome divinamente, después de que casi rogando me pidió que me dejase dar por el culo, aunque tan solo fuera un ratito. Cosa que en mi vida había hecho jamás, por lo menos hasta esos momentos.


Lo cierto es que me dolió, pero la verdad es que me gustó, pero no tanto como cuando me puse a cabalgar sobre él con su parado miembro penetrando nuevamente todo mi coño. Yo perdí la noción del tiempo, yo disfruté de un sin número de orgasmos, como nunca antes los había disfrutado. Así que cuando terminamos, y como pude me volví a poner toda la ropa, tras besarnos, quedamos en vernos al siguiente día.

Yo amanecí de lo más feliz, dormí como hacía tiempo que no lo hacía. Pero al llegar al instituto, me sorprendió que el Director me llamase a su oficina. La verdad es que ni idea tenía, que era lo que deseaba hablar conmigo. Al verme lo único que me dijo fue. AL salir de clases esta tarde, necesito hablar con usted a solas. Bueno a la hora del medio día, Jaime y yo nos volvimos a encontrar en mi salón, y al igual que el día anterior, tras cerrar la puerta, estuvimos manteniendo un salvaje sexo.

Ya a la hora de que escuché el timbre de la última hora de clases, ya estaba por marcharme de lo más contenta a casa, cuando ya casi a punto de salir, me acordé que el Sr. Director deseaba hablar conmigo. Apenas llegué a su oficina y tras cerrar la puerta me dijo. Bueno Marlene, tiene dos opciones, o se acuesta conmigo ahora mismo, o la botó del instituto por tener sexo con un estudiante dentro de los salones de clase.

Yo no lo podía creer, pero cuando le escuché decirme. Además no se atreva a solicitar trabajo en otro instituto, colegio o escuela privada, porque le informaré a todos del porque la expulse. Bueno la verdad es que no me quedó mucho de donde escoger, por lo que más o menos desde esa fecha me he convertido, en una especie de esclava sexual del hijo de la gran puta del Directo. Aunque me deja que continué relacionándome con Jaime.



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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 20:58) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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