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Ese era su plan, según supe despés!

Relato enviado por : lorcim el 04/06/2015. Lecturas: 3470

etiquetas relato Ese era su plan, según supe despés!   Estudiantes .
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Resumen
Ella quería que su primera vez fuese así, como ocurrió. Y yo dichosamente fui parte de su plan! Me encantaría encontrarme con ella otra vez..


Relato
La observé a mi lado, sus pechos grandes y duros, sus pezones diminutos, su cabello acolochado negro y largo. La besé en los labios y sonrió, tenía una expresión nerviosa, tenía un leve sudor en su rostro y la base del cabello. La acaricié y le susurré “amor ya no podes arrepentirte” se río y contestó “no! No me arrepiento, yo quería que fuese así, me gustó” Para mis adentros pensaba “yo tampoco puedo arrepentirme, si ella cuenta esto, estaré en aprietos”.. y no era para menos ella acababa de cumplir ... años y yo casi le doblaba la edad. Ella estaba comenzando el colegio y yo terminaba ya la universidad…. Y fue precisamente por estas ocupaciones que nos conocimos, en la recta final de la universidad debía hacer trabajo en la comunidad y junto a otros compañeros decidimos desarrollar varios proyectos en un colegio cercano al campus, nos aprobaron tres áreas: introducción al idioma inglés, desarrollo de huertas, y realización de ejercicio físico. Yo elegí trabajar en el desarrollo de huertas… me asignaron un terreno de aproximadamente mil metros cuadrados, y dos grupos de estudiantes de 15 alumnos cada uno, ella estaba en uno de los grupos, yo trabajaba en el colegio un día a la semana durante tres meses; planee desarrollar varios cultivos de ciclo corto, de forma tal que me permitiera ver todo el proceso, desde la preparación de suelos hasta la cosecha.. Por mi mente nunca pasó la idea de conquistar alguna chica, a pesar de que tenía una vida sexual muy activa siempre supe comportarme en los escenarios en los que me desarrollaba.. Una cosa era una noche de tragos en un bar, donde cualquier cosa puede pasar, y otra cosa era estar en un colegio con estudiantes menores de edad.. ah también había profesoras que no estaban nada mal.. Además, tenía una compañera con quien nos entendíamos muy bien en el área sexual, ella era capaz de mantenerme ocupado toda una noche, durmiendo a intervalos y amanecer desnudos sin ganas de echar a andar.
Pero cuando llegué al colegio noté que las profesoras con las cuales nos reunimos cuchicheaban y nos miraban, a los dos varones, de una forma insistente. No es que fuésemos súper guapos, me considero un tipo común, de contextura fuerte, piel canela, cabello negro lacio… Y según he recabado información, lo que llama la atención a las mujeres son mis labios suculentos y rojos, mis ojos achinados y picaros (sin tener yo la intención…) asi como mi apariencia de ser fuerte, bueno no solo la apariencia, soy fuerte y vigoroso. Conforme avanzaba el tiempo, y la frecuencia de nuestra presencia en el colegio, fuimos tomando confianza con el personal y con los estudiantes. Hasta allí todo normal. A algunas chicas yo les dedicaba atención extra, pero por su interés en algún tema, tiempo que igual se lo hubiese dedicado a alguno de los varones que deseara conversar conmigo durante mi permanencia en su centro de estudio.
Conforme se acercaba la finalización del programa, iba mencionando a los estudiantes que quedaba poco tiempo para terminar los proyectos, analizábamos las hortalizas que ya habían cosechado como los rábanos, el maíz, las vainicas. Y nos preparábamos para cosechar lo que quedaba pendiente, como la sandía, el pepino. El tiempo lo dedicábamos a conversar y hacer las pocas labores pendientes.. Entre las muchachas que normalmente permanecían cerca de mi había una chica un poco mayor que las demás, tenía 13 años, pero se notaba un poco más desarrollada, y más vivaz. Siempre encontraba tema de conversación y al fin noté que ella trataba de llamar la atención, y comencé a darle mayor atención. Un día llegó con un aroma, con un perfume nuevo, que me envolvió, ese día la desee, aprecié sus piernas, largas y bien formadas, un trasero bello, su cuerpo estaba justo saliendo de la transición de niña a mujer, sus pechos grandes y paraditos, sus labios, su cabello, su mirada, su voz… sobresalió del grupo de chicas que me rodeaba, eran cinco chicas, dos bajitas, tres un poco mas altas, encantadoras todas, coquetas, parlanchinas. Pero ella, ese día dijo presente como mujer, no la vi como niña.. Sin embargo, yo no iba a decirle nada fuera de lo que era el motivo de mi presencia en ese lugar. Pero nuevamente ella hizo un movimiento extra, me dio una notita en hoja de cuaderno, adornada con corazones y flores. Decía “hola, yo sé que usted es muy serio, pero quiero que sepa que me gusta mucho, y para que no se olvide de mi te dejo un beso” leí y sonreí, la observé y ella se mantuvo allí, sacando valor de no sé dónde, porque cuando la miré a los ojos, vi que tenía una interrogante, y su rostro cambiaba de tonos, estaba ansiosa, trató de sonreír pero no pudo. Me acerqué y la abracé, solo la abracé fraternalmente, y le dije gracias, sos encantadora, muy linda. Me retiré de ella. Pero no tenía la intención de hacer nada más, era casi una niña, aunque su cuerpo se despedía de la niña. La siguiente semana todo fue normal hasta que ella jugó su nueva carta.. me pidió ayuda en un trabajo del colegio.. con la solicitud expresa que quería ir a la universidad. Acepté… Pero seguía yo resistiendo, pensando que en mi país una relación con una menor de edad es penada con cárcel.. y yo estaba en la recta final de la universidad, lo que menos quería era un enredo. Linda, tentadora, y ahora ya no estaría dentro de un grupo, sino sola.
Llegó a la universidad y sentí que ya no podía yo resistir, que las cosas pasarían como tendrían que pasar.. una minifalda de mezclilla, una blusa ajustada, maquillaje, y un andar coqueto la distanciaron de aquella imagen de colegiala. La llevé a la biblioteca, revisamos los materiales, redactamos la tarea. Y los roces casi involuntarios, su perfume, su voz, su sonrisa.. y sus piernas me tenían cautivo. Para una tarea colegial un sábado completo es demasiado tiempo.. Pero esa tarde yo me encontraría con SHARON, una mujer exigente cuando hablamos de sexo, nos encontrábamos con cierta frecuencia y ambos sabíamos que era hasta no dar más, hasta quedar exhaustos. Hasta quedar como decía ella “viendo estrellitas y manchones” por eso cuando estaba previo a un encuentro con ella yo cuidaba mi energía… Pero este día era diferente.. La colegiala iba decidida, cuando yo creí que se despediría, me dijo “vieras que quiero conocer donde vive usted” yo vivía en los dormitorios de la universidad (todos los estudiantes vivimos dentro del campus)..
Fuimos a mi cuarto, y casi simultáneamente estábamos besándonos frenéticamente. Había un escritorio y allí estuvimos unos minutos, ella semisentada en el escritorio, pero aún de pie, yo frente a ella, deseando tener seis manos, y cuatro bocas. Su enagua estaba recogida hasta las caderas y dejaba ver una bella protuberancia. Me puse de rodillas y besé sus piernas con delirio, mis labios besaban y se alternaban con mi lengua que hacia caricias húmedas y leves a flor de piel. Besé apasionadamente su vulva y sin descubrirla aún, mis labios humedecieron su ropa interior, complementando la humedad que ya se notaba. Instintivamente me apoderé del borde superior y me dispuse a bajar sus pataletas… para mi sorpresa opuso resistencia, me tomó una mano y la quitó… no dije nada.. me incorporé y la besé.. Observé sus facciones contraídas, su cuello enrojecido, sentí su respiración profunda, y su palpitar a galope.. Entonces no comprendí porqué se negó a que quitara su pantaletas.. Sin embargo, yo en mi poco razonamiento que me quedaba pensé “mejor, es casi una niña.. y Sharon me llega hoy” en ese breve impase ella retiró su blusa, y perdí la cordura, aprecié aquellas tetas bellas, las besé como loco, y esta vez pedí permiso para quitar su brasiere, Puedo? Ella asintió con un ssiii, casi en un susurro. Quité el brasiere y sus hermosas tetas quedaron frente a mi, mi palpitar se aceleró y sentí como mi pene se hinchó en una contracción. Rodee su cintura y solté su enagua, la bajé y calló al suelo, ella se movió de lugar y luego dio una patadita a la enagua que se acurrucó junto a una silla.
Ella seguía de pie, esbelta, espléndida, bella, pero aún conservaba sus pantaletas. Me acerqué y ella retiró mi camiseta.. me pegué a ella, volvimos a comernos a besos.. Volví a asir el borde de la última prenda que la cubría, y le pregunté si podía quitársela… me miró fijo a los ojos, se notaba su deseo, su piel estaba caliente, y sus palpitaciones a mil.. Apretó los labios y luego musitó “es que soy virgen, ves? Nunca lo he hecho” .. Entonces recordé sus 14 años.. y me invadió la duda, quise decirle “recoge tu ropa y salgamos de aquí” me quedé callado. Volví a besarla, ella correspondió con frenesí. Me soltó la faja y yo me quité el pantalón, ahora los dos estábamos en ropa interior. Sentía en mis testículos un remanso, un movimiento constante que preparaba una descarga de semen. Mi pene palpitaba deseoso. Mi sangre recorría mi cuerpo y calentaba mi piel. Pero mi mente, lo que me quedaba, ponía un leve freno a mi impulso de desnudarnos y hacernos el amor.
Atiné a preguntarle “¿Qué deseas hacer?” Pero ella no contestó, la besé con pasión, mis labios la recorrieron por enésima vez, desde sus mejillas hasta sus rodillas. Besé su protuberancia, que sobresalía al final de sus piernas cerradas. Ella me tomó del cabello y la sentí retorcerse, gimió, luego sonrió, suspiró.. Entendí que había alcanzado un orgasmo. Se retiró de mi y se dirigió a mi cama. Se cubrió parcialmente con una sábana y bromeando le pregunté “¿quieres dormir?” ella sonrió.. y noté que se quitaba la última prenda… me acosté a su lado y deslicé mi mano sobre la suya, me llevó directo a una vagina húmeda, tibia. Coloqué mi mano y la acaricié firmemente, empujé un poco y ella separó las piernas. De costado yo, ella boca arriba, nos besábamos mientras yo le hacía un masaje en su intimidad. La sentí entrar en un trance, en un delirio, su cuello y pecho se enrojecieron, su respiración se agitó, y su boca quedó semi abierta. Retiré la sábana, y la recorrí a besos, la chupé, hasta llegar a su vientre, que subía y bajaba, bajé más, y me encontré con la resistencia de sus piernas. Besé sus piernas y las abrí poco a poco. Subí mi mano y rodee una teta, la aprisioné con firmeza. Sus piernas cedieron y tenía a unos centímetros de mis labios un panorama espléndido. Sus labios vaginales hinchados, cerraditos, húmedos. Me retiré un poco para apreciarlos, volví a acercarme para besarlos, y supe que ya no me detendría.
Mi lengua tomó vida y se movía en todas direcciones, mis manos luchaban con unas piernas que a veces comprimían mi cara, a veces se separaban como si se odiaran, a veces subían, a veces bajaban, sus caderas impulsaban, retrocedían. El abdomen subía y bajaba.. y se escuchaba un gemido suave, y profundo. Aquellos labios vaginales, rosados, apretados, pedían caricias. Ahora mi mano derecha masajeaba su monte, la izquierda se distribuía desde separar el pliegue de sus nalgas para descubrir su culito, el índice mantenía abierta una sección de su vagina y los otros dedos mantenían el freno a la pierna que a veces apretaba. Volvió a sujetarme del pelo, y la sentí contraerse. Deslicé el pulgar húmedo, en la entrada de su ano, y sus contracciones se sintieron con una intensidad increíble. Luego se quedó quieta, yo me quedé inmóvil. Luego de unos segundos me dijo “amor, ven”, me incorporé y abandoné mi trinchera en medio de sus piernas. Me coloqué suavemente sobre ella, y ella me rodeo con sus brazos y me apretó, me besó, y me sonrío.. Vi que sudaba, me retiré apenas lo necesario para agarrar el control remoto y prender el aire acondicionado.
Volvimos a besarnos, ella me besaba con fuerza. Mi pene palpitó sobre sus muslos cerrados, y liberó líquido, ella se percató y me apretó contra ella.. casi de inmediato me dijo que deseaba ir al baño. Se levantó, yo me quedé en la cama y me sorprendió que no se cubrió, sino que caminó desnuda hacia el baño, que belleza, su cabellera larga, caía desordenada sobre su espalda. Sus nalgas preciosas, y sus piernas de ensueño. Sentí una contracción en mi pene, me lo tomé y apreté, sentí el glande hinchado, y lo observé.. abrí mis piernas, cerré los ojos, y ocupe casi toda la cama.. no percibí cuando ella llegó. Se acercó, agarró el pene y lo aprisionó un poco, como temiendo hacerme daño, o con vergüenza, no sé..
Se acostó a mi lado y me besó. La jalé hacia mí y nuestras miradas se encontraron, sonrió, la besé. La coloqué sobre mi, pero ella mantenía cierta distancia entre mi glande húmedo, listo, de su entradita. Se acostó a mi lado y me jaló, quedé encima suyo.. quise separar sus piernas y ella las cerró. Nos besamos, la sentí estremecerse, cerró los ojos, y murmuró “quiero hacerlo”… y le dije “vamos a hacerlo mi amor” volví a besarla, tanto, la recorrí como antes, la besé como antes, y la volví a sentir acelerada, jadeante, me volví a acomodar entre sus piernas y humedecí con sus fluidos mis dedos, deslicé la lengua en su rajita, la recorrí desde el culo y luego presioné la punta de la lengua entre sus labios vaginales, ella se contraía con fuerza, y tenía que sujetarla de las caderas, estaba frenética, le hice mi especialidad, la “O” junté los labios como haciendo una O, succione su clítoris, y lo friccioné con la lengua.. se volvió loca. Entonces la solté, le lamí como un perro toda su entrepierna. Y me retiré me coloque´ sobre ella apenas rozándola. Acerque mi rostro al suyo y le dije.. “princesa, vas a recibir un pene que está deseoso de conocer tus entrañas, lo deseas verdad?”, dijo sí, volví a hablarle “lo deseas mi amor, quieres que te la meta?, deseas que te de una cogidita?” ella asentía. Con mis piernas abrí las suyas y mi glande separó sus labios, ella se estremeció, levemente empujé, pero ella evitaba instintivamente. Mi pene se agitaba cuando lo retiraba por completo, subía y bajaba como reclamando entrar. Volvía a colocarlo, volvía a empujar, y ella volvía a esquivar, sus piernas ejercían fuerza. Y así pasamos un buen rato.
Me retiré y le enseñé el pene
“mi amor deje que le entre un poquito” “hasta aquí vea, un poquito menos de la mitad”
“pero me va a doler”
“si te duele mucho me dices y te la saco” “pero deje que le entre mi amor”
“está bien, pero suavecito por fa”
“si mi amor”
Y se quedó tranquila unos instantes, le entró un poquito. De repente cerró las piernas, pero ya el glande estaba en posición y se negaba a salir! Aún con las piernas cerradas, entró, estaba tan bien lubricada que el pene se deslizó, ella se contrajo, apretó las piernas, me agarró fuerte, y abrió los ojos, me miró con una expresión de sorpresa. Le sonreí y la besé. Me moví despacio, ella estaba estática, tiré hacia atrás sin salir, empujé otra vez, mientras observaba sus reacciones. Besé sus pechos, lamí sus pezoncitos, le dije cosas lindas, la besé, mientras me movía suave.. Ella fue aflojando las piernas. Le dije que las abriera, para que le entrara mejor, lo hizo, empujé un poco más, y ella volvió a entrar en calor, se prendió de mis nalgas, gimió, yo seguía con movimientos superficiales, cortos.. Sentí que estaba ardiente y bien lubricada entonces se la metí con firmeza pero sin violencia. Toda, sin dejar espacios entre los cuerpos. Y nos quedamos unos segundos así. Le susurré cosas, comenzando con decirle que es una princesa bella, que me encanta, hasta decirle que deseaba coger con ella todos los días, y darle lechita… ella estaba delirante.
Ahora sus piernas no se cerraban, aproveché para abrirlas bien, luego subirlas, ponerlas contra mi pecho, y todo lo que se me ocurrió, mientras mi pene hacía fiesta, pero noté que cuando estaba en la posición del misionero fue cuando se concentró, se olvidó de todo y sentí que su respiración estaba a punto de colapsar, sudaba, y se aferró a mi espalda, por lo que solo me dejó la opción de hacer penetraciones profundas, cortas. Y tuvo un orgasmo.. yo me incorporé y le pedí que se pusiera de cuatro, friccioné el glande contra sus labios y la penetré.. me aferré a sus caderas, y observé su culito, acaricié sus bellas nalgas, acaricie su espalda y se la metí.. sentí un espasmo y mi pene se puso más rigido que nunca, se la metí con fuerza y ella lanzó un gritillo de dolor.. y se acostó boca abajo.. yo la seguí y le di un par de embestidas, pero me dijo que le dolía, le pedí que se diera vuelta, me coloqué sobre ella, con una pierna a cada lado, semisentado a la altura de su pubis, tomé su mano y la puse a acariciarme las bolas, me masturbé unos instantes y sentí la inminente salida de semen, di unos jalones y ella me miraba como asombrada (luego me dijo que puse la cara como que estaba enojado y ella estaba asustada jaja) desde el ombligo hasta la mandíbula fueron quedando gotas de semen. Una delicia de orgasmo. Ella quedó inmóvil, quieta, me acosté a su lado y la observé, sus pechos grandes y firmes…





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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:24) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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