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La fiesta de mi vecino

Relato enviado por : learcu el 18/08/2016. Lecturas: 6594

etiquetas relato La fiesta de mi vecino   Vecinas .
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Resumen
Lo acompañé con movimientos de cintura hasta sentir llegar su orgasmo, entre gritos y movimientos de cinturas recibía el semen que el macho inyectaba en mi profundo útero al tiempo que con desesperación entregaba mi segundo orgasmo


Relato




Uno de mis vecinos contrata dos de nosotros para ayudarle en un gran asado que tenía de su empresa, a este vendría todo el personal de la empresa además de su esposa.

Transcurridas unas tres hors de la fiesta comenzó a correr entre los parroquianos e alcohol y felices brindaban un salud tras otro, consecuencias dos horas mas y la señora Maria Eugenia la dueña de casa una mujer humillante en su trato y cordialidad apenas podía mantenerse erguida por los brebajes de las bebidas.

Se acaezca a mi lado y me solicita si le puedo preparar algo contra el mareo que siente por el alcohol consumido… le preparo un filete bien condimentado y con bastante sal para que siguiera bebiendo se queda a mi lado y me dice ayúdame a que no se enteren que estoy ebria y tu me cuidaras, media hora después y tres reparados alcohólicos más apenas estaba de pié, estaba feliz de verla en esas situación por lo intratable que era en su trato normal, me dice llévame al fondo del patio allí hay una cabañita que tengo arreglada para aislarme algunos días detrás de los rosales y así nadie nos observara hasta que se me pase la borrachera, la traslado hasta ese lugar bien protegido casi disimulado entre las plantas de su jardín… quédate conmigo para que me cuides me dice… yo le contesto tengo cosas que realizar, olvídalas ahora eres mío, me dice…, le contesto más me gustaría que tu fueras mía y tomándola de los pelos de su cabellera la sostengo mientras besos sus labios, me mira entre extrañada, alucinada y caliente diciéndome oye hace tiempo que un macho no me falta el respeto llevándome a la cama y mi marido es un mal amante así que cuidado, nuevamente la beso diciéndolo yo nos soy un amante cualquiera, me gusta que las mujeres gocen y griten entusiasmada en la unión carnal. Je, je…, me dice eso tendrías que demostrármelo, dentro su media alcoholizada coherencia, abrazándome y devolviéndome mis besos.

Me excita el tenerla a mi deleite en su alcoholizada momento, la recorro en sus piernas, sobándole sus medias hasta los muslo y mi mano se atreve entre su calzón y sus carnes camino a la vagina la cual abro en busca del clítoris, estaba tan borracha que se deja manosear y pronto gime y se excita al tener mis dedos su clítoris pellizcado y mis labios besándola en su cuello…, déjame me dice que me vas a violar…, oye suéltame que me quieres violar con tu pene… tan borracha estaba que en vez de apartarme me abraza… en verdad me vas a violar me dice abriéndose de piernas,…, soy tuya aprovéchame o ándate,…

No me fui y saque sus calzones luego le digo pídeme que te viole al tiempo que con mis labios succiono su vagina, como rezonga y menea activada sexualmente sus caderas apretándome mi cabeza entre sus piernas, luego comienza a gemir alborotada por sus estremecimientos de placer al sentir su clítoris lamido por mi lengua y se entrega relajándose sobre la cama donde se encontraba, desabotono su vestido desde el cuello hasta sus rodillas y la tengo solo con su fijador afirmando sus senos y su liguero afirmando sus medias, sus piernas abiertas esperándome…

No la hago esperar y me acomodo sobre su cuerpo besando sus labios y cuello ella solo gime y suspira ahora embriagada en los deseos sensuales, carnales y lujuriosos siente ese pene que la comienza a penetrar abriendo su vagina, se sacude tratando de sacar ese miembro que no es el de su marido, pero sucumbe ante los placeres del apareamiento y deja de luchar sintiendo como ese magnifico y duro pene la penetra partiéndola en dos… ahora ella solo sabe gritar y lamentarse al ser clavada hasta mas allá de donde llegaba su marido y su matriz es taladrada mas profundamente y solo suspira afligiéndose al ser totalmente rellenada al embutirse ese maravilloso pene, cuando el macho comienza su entra y saque de sus pene penetrándola mas profundamente ella solo sabe lloriquear y gimotear

Lo abrazaba ardiente y acariciaba la cabeza de Leo, mientras abiertas sus piernas estas se movían angustiadas por las violentas y astutas penetraciones y su boca abierta se afligía impetuosa lanzando al aire gemidos de bienestar y encanto, movía su pelvis con desesperación al sentirse copulada con estilo satisfactorio que le estaba prodigándole macho hasta satisfacerla y a su vez en saciarse abrumado por sus esforzadas metidas de su sabroso pene en la vagina de Maria Eugenia, despeinada, moviendo su cabeza alterada de lado a lado esta besando y lamiendo de placer la cara del muchacho, estaba en éxtasis entregando su cuerpo a este semental, se sentía transportada siendo penetrada por este joven macho, su embriaguez la abandonaba, pero el placer dado por este semental la saturaba y lo peor quería más.

Queda ahí desganada y saturada tratando de recuperar su conciencia y despegarse de sus vapores etílicos… cuando a la hora después vuelve a la fiesta esta estaba en desarrollo, Leo ese macho que la descalabro hasta saciarla ahí estaba colaborando en esta fiesta…, Maria Eugenia se acerca a este y disimuladamente su mano manosea sus partes íntimas diciéndole al final de la fiesta búscame que yo te buscaré…

Finaliza la fiesta y cada cual se retira como puede, Hernán el dueño de casa y marido de Maria Eugenia se retira totalmente ebrio a sus aposentos medio dormido ni se acuerda de su mujer…, esta ya recuperada de sus flujos etílicos me busca… yo la buscaba a ella en nuestras miradas nos dijimos todo y ella se va a esa escondida pieza de los rosales…, detrás voy yo…

Al entrar en las penumbras estaba ella me acerque a ella y nada hablamos ninguno de los dos solo la tomo por sus hombros la acomodo n la litera que ahí existía. La acaricio y saco sus calzones ella no se opone, me abraza suspirando diciéndome, no muy fuerte aún estoy adolorida… La abrí de piernas y luego me acomodo en el centro de ellas subiéndomelas sobre mis hombros quedándome su sexo a mi pericia, y que pericia, la hacia bramar enterrándole mi pene en sus entrañas.

Casi de inmediato, de manera certera mis manos tomaban sus nalgas y la apretaban contra mi cuerpo mientras entraba mi pene, comenzaba suavemente a penetrar su húmeda y caliente vagina, al tiempo que aunque me decía sonriéndose, una y otra vez, con seductora voz, me perteneces, eres mía. Sin dejar de mover sus caderas, no dejaba por supuesto de quejarse, diciéndome con una gran sonrisa en su rostro, hay me duele, que rico mi semental, no dejes de metérmelo.

Sus manos y sus intrusos dedos me recorren las protuberancias de mi cuerpo, mis senos son acariciados y pellizcados sus pezones, mi trasero fue decorosamente acariciado, pero al llegar a mis piernas este macho perdió su agraciada cortesía, los dedos apresaban mis muslos recorriéndome con ansiedad, su agitada respiración me alerto de posibles libertinajes, pero no fui capaz de apartarlo sus caricias las necesitaba después de años sin recibirlas, mi cuerpo se negaba a rechazarlo deseaba ser acariciado, de pronto siento sus manos entre mis piernas y sus dedos escarbando bajo mi vagina en busca de mi clítoris, lo encuentra e introduce dos dedos en ella, Dios como me menee y suspire excitada de esas caricias.
Al poco ya me estaba corriendo de gusto mientras me besaba, no podía creer que estuviera abrazando y besando a otro hombre que no fuera mi marido y aún más un juvenil macho, pero este macho que tenía encima me llevaba a descubrir nuevos placeres, nunca me habían besado con tanta pasión, nunca me habían hecho gritar de gusto apareándome como ahora gemía y gritaba abrazando a este macho, mi nuevo marido mi amo y señor. A mis casi 34 años era la amante de un chico de no mas de 18 años. Competencia para mi marido. Al despertar de amanecida tipo seis de la mañana estaba sola mi compañía había abandonado el nido.

Una semana después estoy tocando el timbre de su casa cuando veo salir en el vehículo a su familia, abre la miro y la cojo entre mis brazos para consolarla…, me mira sorprendida y no se opone, la acomodo meciéndole en ellos, me mira nuevamente con una sonrisa en sus labios diciéndome, oye ya tengo 34 años para adormecerme entre tus brazos como un bebé, para mi, digo, eres como un bebé destrozado por falta de un juguete…, ríe diciéndome ¿me quieres como juguete?..., no digo a ti jamás te tomaría como juguete… eres una mujer muy amable, encantadora y excitante para tomarte como juguete. Entramos al living.

No puedo seguir mirando me tira sacándome mi polera, baja mis pantalones dejándome en calzoncillo y espera que yo la desnude, comienzo suavemente sacando su blusa liberando esos senos que acaricio y beso mimándolos, ella deja que su cabeza se apoye en mi hombro mientras le muerdo suavemente sus pezones, sacándole suspiros de sus labios, mis manos bajan soltando el cierre de su falda que cae al suelo admiro su cuerpo, ella sigue apoyada en mi hombro con sus ojos cerrados ahora exhala resuellos por sus labios, mis manos acarician sus nalgas bajan por sus muslos acariciando sus bonitas piernas, su calzón sigue el camino de la falda hasta el suelo y mis calzoncillos igual camino… ambos estamos desnudos mi pene con la excitación esta en posición firme apuntando al cielo, su cabezota del glande se muestra gruesa y llenas de venas que ella acaricia con una de sus manos, mi miembro ante sus caricias se engruesa y desarrolla aún mas hasta dolerme, mis manos suben y manosean acariciándola en su vagina en donde introduzco dos de mis dedos tratando de atraparle su clítoris, este no se hace de rogar y sale al encuentro de estos, cuando logro ajustarlo entre mis dedos Maria Eugenia vocifera excitada… insolente soy tuya, no me desesperes mas cógeme quiero sentirte en mis entrañas…, ¡Ah…Oh…ya métemelo! Gime desesperada tirándose sobre un sofá al caer ella se ve en un espejo despeinada, desnuda con sus senos amasados por mis manos y como mi rodilla aparece entre sus piernas abriéndola para ubicar a mi pene en ellas, mueve locamente su cabeza de un lado a otro, desesperada, no se opone cuando la ubico a lo penitente y subiendo sobre su cuerpo penetro mi miembro tieso, duro, grandioso entre sus piernas que al encontrar su vagina húmeda se desliza sin oposición hasta el fondo de ella sacándole de sus labios roncos murmullos de pasión y entrega…, siente como le punza su abdomen mi pene desesperado por poseerla, luego percibe como se clava en su entrepiernas, para encontrase con su vagina y juega alrededor de esta mientras mis manos soban sus senos y mis labios besan su cuello…, tantas caricias obtienen su recompensa y su vagina se humedece pronto esta recibe a mi miembro entre sus pliegues y por la humedad que hay se inserta de un golpe hasta la mitad en ella…, como chilla y se menea desesperada al ser penetrada después de tantos días…, para luego entregarse al dulce meneo del entra y saca del pene en su canal del sexo. Media sorprendida aun Maria Eugenia abraza a su nuevo amor y sacude sus caderas acomodando el pene en ella y deleitándose con su penetración, aun gime adolorida, pero abre lo que mas puede sus piernas para recibir ese miembro que la esta descalabrando y haciéndola nuevamente mujer casada infiel después de tantos días, comienza a suspirar, pero ahora es otro gemido son unos placenteros quejidos de placer…, esta colaborando en su violación y ayuda a la destreza de este pene a degustarla y saborearla en su apareamiento, que delicia sentir nuevamente deslizarse en su vagina un trozo de carne duro, tieso, grueso que extrae de ella solo suspiros y gemidos de placer. Es delicioso sentir nuevamente un macho empujando sus carnes vaginales; no piensa más en nada que no sea el placer del coito con este muchacho su nuevo amo, señor por hoy de su cuerpo, es zarandeada y ella menea con placer sus caderas ayudando a este macho…, comenzó a jugar con mi cuerpo, que se movía desesperadamente en su vagina, se sentía penetraba hasta cruzar su cuerpo y este miembro entraba y salía de su vaina sexual, se quejaba abatida, gemía y jadeaba como loca, sentía contracciones, luego se soltaron todos los líquidos dentro de su matriz, cuanto gozaba, ese rico y miserable mini hombre lo hacia tan delicioso, que era rico sentirlo caliente por dentro, luego el miserable sube mis piernas sobre sus hombros y empujo su pene hacia arriba hasta sentirlo palpitar al fondo de mi sexo, abandonada a los empujones del pene que se movía complaciente dentro de mi matriz y mirando a mi amo y señor de ese momento, me abracé con fuerza a su cuerpo moviendo mis nalgas como hacia tiempo que no las movía, empujó este su pene contra mis entrañas y lo acompañé con movimientos de cintura hasta sentir llegar su orgasmo, entre gritos y movimientos de cinturas recibía el semen que el macho inyectaba en mi profundo útero al tiempo que con desesperación entregaba mi segundo orgasmo al pene que tan deliciosamente me mojaba con sus líquidos seminales, desde ahora debería cuidarme o me embarazarían de un hijo de este muchacho.

Abandonada entre sus brazos descansamos besándonos y acariciándonos éramos pareja, por meses fui penetrada por este juvenil macho… de esto hace dos años en la actualidad llevo en mi vientre un hijo fecundado en la pasión de mis entrega en los coitos con este macho mi segundo marido.









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Categoria: Vecinas
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Si te ha gustado La fiesta de mi vecino vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar La fiesta de mi vecino. learcu te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 21:26) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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