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Por mi hermano gey, me dieron una fabulosa cogida

bareta Relato enviado por : bareta el 11/05/2012. Lecturas: 10420

etiquetas relato Por mi hermano gey, me dieron una fabulosa cogida   Tríos .
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Resumen
Para que mi hermano gey disfrutara del sexo, le pidieron que me dejara follar por un par de hermanos


Relato
Hola, me llamo Rebeca, tengo 19 años, mi cuerpo, sin ser exagerado, tiene buen tamaño, lo que más me chulean, es mi trasero bien paradito y mis ojos verdes, vivo en el D.F., tengo un medio hermano, Felipe, de 20 años, y somos hijos de madre soltera, que prácticamente no vemos mucho, ya que su trabajo es recorrer el interior del país, en ventas de productos agrícolas. A consecuencia de ello, hemos tenido una vida sexual muy liberal, pero desconozco el motivo, por el cual se volvió homosexual. Sin profundizar en sus preferencias sexuales, es común que se reúna conmigo y mis amigas, por lo que tenemos una relación muy estrecha. Hace seis meses conocimos a dos chicos, Luís de mi edad y su hermano Tomás de 21 años, de inmediato, Luís y yo, congeniamos en muchas cosas, y a mi hermano le atrajo Tomás (que aclaro ambos son heterosexuales). SIn desprecio ni ofensas, Tomas le denotó su rechazo, cosa que a Felipe molestó mucho, ya que yo comencé a salir con Luís. Tal fue su enojo, que me aseguró, que si Tomas no le hacía caso, no me dejaría andar con Luís. Después de muchas discusiones, siguió aferrado a su idea, proponiendo que aunque fuera una sola vez Tomás lo complaciera.
Tuve que comentarle a Luís, la posición de Felipe, quien con una sonrisa, me dijo: -No te preocupes, hablaré con Tomas, haber que me dice-.
Dos días después, Luís me comunicó la decisión de Tomás, dice mi hermano, que acepta, con una sola condición, que tú, te metas con nosotros primero, sin quejarte de lo que hagamos.
¿Los dos al mismo tiempo? ¡No! ¡Cómo crees! ¡Ni loca! ¡Nunca lo he hecho así!
-Siempre hay una primera vez-
Contigo, no tengo ningún problema, pero ¿como con tu hermano? y ¡Juntos! ¡No!
¡Bueno! El ofrecimiento está hecho, es decisión de ustedes.
Luís ya me había dado muy buenas calentadas con sus fajadas y manoseos, sobre mi rajita, sin que yo le conociera su verga, solamente se la sobaba sobre el pantalón, aunque quería y se me antojaba, no llegábamos al final, por lo me sacaba de onda su propuesta
Cuando le expliqué a Felipe, me dijo: - Tú andas caliente y ganosa con Luís, has de cuenta que nada más es uno y aviéntate, así también lo disfruto yo-.
Después de pensarlo, le dije a mi hermano: -Lo voy a hacer, pero es la primera y última vez que me usas de parapeto, ya me comentaron que ustedes usan a chicas lindas para llegar a su propósito con los hombres, de ahora en adelante, tus cosas las solucionas tú mismo, a mí no me enredes en tus asuntos, ¿Ok? o le digo a mamá lo que eres.
Le propuse a Luís que aceptaba, pero después de que Felipe me dijera que Tomás ya había cumplido.
¿Es una promesa? Preguntó.
¡Sí! Contesté.
¡Lo harás sin quejarte?
¡Si! ¡Lo prometo!
El siguiente sábado, Felipe, ya contento, me dijo que Luís y Tomás, pasarían por mí más tarde, que me arreglara muy bien para esperarlos.
Aunque nerviosa, estaba caliente y excitada por la experiencia que iba a tener, de verdad no tenía experiencia en un trío y aunque ya me habían dado por todos lados, no sabía que iba a pasar.
Me vestí con una pequeña falda plisada, una blusa muy ajustada y sin sostén, diminuta tanga y calcetas, Estaba obscureciendo cuando llegaron por mí, me subieron al coche en el asiento de adelante entre los dos, mientras Luís me abrazaba y apachurraba un pecho, Tomás, que manejaba, sobando uno de mis muslos y metió la mano hasta mi coñito, diciendo:-Está lista la zorrita, para coger y gozar con dos vergas-.
Con voz trémula y humedeciendo mi cuevita por sus manoseos, dije: ¡Sí!
Entramos al cuarto de un hotel, dejé mi bolsa, me descalcé y quedé parada junto a un sillón e inmediatamente Luís, besándome y entrelazando nuestras lenguas, me masajeó el trasero dulcemente, mientras yo medio avergonzada pero ya bien caliente estaba a la expectativa, de lo que hiciera Tomás, quien se metió a preparar el jacuzzi.
Sin soltar mi boca, Luís, recorrió su mano hasta mi panocha, que ya deseosa, se empezaba a inflamar. Dando pequeños jalones a mi tanga, provocaba que la tela se incrustara en mi bien depilada rajita, estimulando mi clítoris, ya me tenía muy caliente y excitada, pero aún así, sin que retirara la mano que empezaba a juguetear con sus dedos en mi hoyito, le ayude a quitarme la blusa, para que chupara y besara mis senos, hasta endurecer mis pezones,
Se escuchaba el sonido del agua llenando la bañera, cuando Tomás, se sentó en otro sillón, prendió la tele y se puso a ver una película XXX, sin voltear a ver lo que hacíamos.
Ya sin pena, me desentendí de Tomás, cuando Luís, se hincó frente a mí y quitándome la tanga, me subió una pierna al sillón, metió la cabeza bajo la falda y presuroso comenzó saborear desde el clítoris hasta el ano , toda mi rajadita, introduciendo en unas ocasiones la punta de su lengua en mi ranurita y otras mordisqueando mi clítoris, provocándome unos leves –Aaaaaaaaaaaayyyyy-, –Ooooooooooohhhhhh- y –Aaaaaaaaaaahhhhhhh-, mientras yo apretaba su cara contra mi coño, para que chupara los líquidos que emanaban de mi interior.
Se levantó, se secó con la camisa, los labios completamente mojados con su saliva y mi néctar, cuando se desvestía, pude apreciar el excelente tamaño de su verga bien erecta, y me dijo:
-¡Encuérate!- y -¡Vamos a ver que tan rico mamas, putita!-
Me bajé la falda y cuando me agaché a quitar las calcetas, empujó mi cabeza hacia su pito y simplemente, lo agarré y abrí la boca para atragantarme con él, aunque solo me cupo la mitad. Le propiné una suculenta mamada y la disfrutó tanto, que jalándome de la cabeza provocaba que me lo enterrara hasta la garganta, cuando me tuve que tragar por completo los chorros de mocos que me daba. Se la ensalivé toda, para que entrara con mayor facilidad, pero no hacía falta, ya estaba bien dilatada y completamente mojada, por las ganas de que me cogiera.
Acostándome en la cama, enrolló una almohada y la colocó bajo mis nalgas, con lo que mis piernas y espalda, colgaban a los lados, dejando mi pelvis bien levantadita y me ordenó.
-¡Abre las piernas y extiende los brazos!-, yo obedecí.
Arrodillado entre mis muslos, apuntó la punta de su polla en mi entrada y sin acostarse sobre mí, se sostuvo agarrándose de mis senos y comenzó a perforarme lenta y deliciosamente. Yo cerré los ojos disfrutando y gozando de la rica verga que me estaba comiendo, entre mis -Mmmmmmmmmmmmm- -Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyy- y sin previo aviso exclamé -OOOOUUUUCH- porque de un solo empujón me la incrustó toda, pellizcando mis pezones. La sacaba casi hasta la punta con un –Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa- de mi parte, y la volvía a enterrar por completo, con un -Uuuuuuuuuuuuuuuuu- oyendo como pegaran sus bolas en mi trasero, con ese movimiento. Demostré mi agradable y prolongado orgasmo, con un agónico –Paaapppáaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa-. Le quité las manos de mis pechos y cayendo sobre mi, lo abracé tiernamente musitándole -Que rico me lo das, Luís-.
-¿Le gusta el fierro a la putia?-
¡Siiiiiiiiiii! ¡Me encanta como me coges!
Sus arremetidas se hicieron cada vez más fuertes, de repente lo movía como viborita buscando presa, sus vellos rozaban mis abiertos labios vaginales y cuando su lengua encontró la mía, el ardiente y cálido torrente de esperma junto con mi orgasmo inundábamos por completo y hasta el fondo mis entrañas.
Así, nos quedamos unos momentos, reposando y aplacando la respiración, cuando Tomás, exclamó enérgicamente:
¡Bueno, ya estuvo! ¡Que la puta se meta al jacuzzi! ¡Que ahora me toca a mí!
Aún excitada y caliente, sumisa y temerosa, acaté el mandato, mientras me introducía a la bañera y de rodillas, intentaba enjuagar los líquidos que escurrían de entre mis piernas, él se desvistió, se acercó al borde y enseñándome una formidable y descomunal verga, que me espantó, porque brotaba de una exuberante maraña de vellos, muy gorda, venosa, larga, cabezona y perfectamente parada y a la que le colgaban dos grandes pelotas como de golf, me dijo:-Esto, se zampó tu hermano por boca y culo, sin protestar, espero que tú hagas lo mismo-.
-¡Pero está muy grande!- -¡Me va a doler!-
-¡Prometiste que lo harías sin quejarte! o ¿No?
-¡Si! ¡Pero con eso me vas a destrozar! ¡Está gigante!
-¿Tu hermano te dijo que le pasó algo?-
-¡No!-
-¡Entonces, acomódate!-
¡Aquí! ¿En la bañera?
¡Sí! Mientras se la mamas a Luís, yo te chupo el coño.
Me quedé en cuatro patas, Luís se acercó y me puso su verga en la boca, como la tina no estaba totalmente llena, mi trasero y parte de mis muslos quedaron fuera del agua, con lo que Tomás aprovechó para darme una experta y suculenta mamada de coño, con lo que me super calenté, volviendo a mezclar mis jugos con la saliva de Tomás y expandiendo mi interior esperando recibir el monstruoso pito. Con la boca llena, y detenida de las orejas por Luís, no pude pronunciar nada, únicamente quejidos, conforme se me iba hundiendo la enorme bestia en mi dulce coño. No sé cuanto tenía adentro, por supuesto no era toda, sentía que me ardía, que me quebraba, que me estaba partiendo en dos, intenté abrir lo mas que pude las piernas para favorecer la cogida y no se forzara tanto mi cueva, cuando empezó el saca y mete, no quería ni moverme, pero lentamente la sensación se convirtió en un rico placer,
El tamaño y las fricciones internas, me estaban poniendo en éxtasis, me sentía embelesada, embriagada de placer y felicidad, cuando Tomás notó que ya se había dilatado por completo mi ansioso coño, con dos o tres sacadas que dio, en las enterradas, me lo sumió todo, que topando, sentí que el ombligo me botaba, casi muerdo el pito de Luís, al que boté para aullar -¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! ¡No tan duro! ¡Despacio!, pero siguió con sus duros embates, que en pocos minutos ya pedía: -Así¡ ¡Así! ¡Más! ¡Sí! ¡Quiero más! ¡Que rico! ¡Sí! ¡Así!, mis brazos colgaban fuera de la tina, solamente apretaba los puños, con el movimiento de mi cabeza, mi larga cabellera volaba para todos lados, mis senos golpeaban en el plástico del jacuzzi, estaba como loca sintiendo que mi rajadita se convertía en una cañada, cuando me vino una exagerada y prolongada corrida, que otro poco y me desmayo por el maravilloso placer prodigado. Así, desguanzada y fatigada, me quedé colgando con cabeza y brazos fuera del jacuzzi, cuando Tomás, reinició sus lambidas, pero esta vez en mi ano, que entre su lengua y un dedo ensalivado, se comenzó a abrir, hasta recibir dos y luego tres dedos. Aunque renovó mi calentura vociferé: -¿Me lo vas a dar por atrás?-
-¿Por donde crees que se lo metí a tu hermano?-
-¡Me vas a matar! ¡Me vas a descuartizar!
¡Tu chúpate otra vez la de Luís, de lo demás yo me encargo!
¿Y si me desgarras?
¡No te preocupes! ¡Si ya se te abrió por adelante, también se agranda por atrás!
Luís me volvió a ofrecer su polla, la cual acepté gustosa y antes de pasearla y sobando toda mi cara con ella y meterla a la boca, dije: ¡Cógeme! ¡Pero despacio! ¡Que no me duela mucho!
Sentí que me untaba algo pastoso, no supe si crema o vaselina, pero con eso y lo abierto que ya tenía el culo, me la dejo ir sin ningún dolor, solo al momento de abocardar, medio gemí. –Uuuuuuuuuuummmmmmmm- pero ya estaba completamente ensartada y comenzó a follarme, no entendía como me había entrado por los dos lados semejante falo, pero Tomás me estaba dando la cogida de mi vida, comencé a contraer y mover mis nalgas para engullir, si algo había quedado afuera, cuando Luís me llenó la boca con una buena cantidad de mocos, que como no la tenía totalmente adentro, algunos me los tragué y otros escurrieron por la comisura de mis labios. Pero yo seguía embelesada con la verga de Tomás, que mientras él empujaba hacia delante, yo echaba mis nalgas para atrás, que casi al mismo tiempo que tenía otro orgasmo, él me saturaba con una grande, suculenta, nutritiva y fogosa dosis de calida leche, que sentía brotar desde la preciosa verga y como aporreaba mis paredes anales.
Nos acostamos metiendo los cuerpos dentro del agua tibia, que sin hundir la cara, ambas chorreaban a cantaros de sudor. a la tibia agua, completamente desfallecida y adolorida. Nos carcajeamos cuando mis músculos se comenzaron a retraer y de entre mis piernas salieron grandes burbujas, más que traslúcidas, se percibían viscosas, porque con mis contracciones expelía aire y gran cantidad de esperma.
Nos secamos y nos fuimos a recostar a la cama, ya que Luís, viendo la tele se había quedado dormido en un sillón.
Ya calmados, le dije: -Tomás, me dejas chuparte la vergota-
-Tú lo que quieres es que te la vuelva a dar- ¿verdad?
¡Para que te digo que no! ¡Si, si!
-Anda, párala de nuevo-
Me aferré a ella, chupando, lamiendo y besándola, conforme se iba enderezando, no alcanzaba a cubrirla con la dos manos, por lo que le dije: -Papá, como le hiciste para que todo esto me entrara por mis dos hoyitos-.
-No se, pero en este momento investigamos-
Me recostó, abrió mis piernas y flexionándola hacia abajo, la friccionó sobre todo mi horadado coño, estimulándome con su mata de vellos mi ranura y mi clítoris, que inmediatamente de humedeció. Cuando la iba a acomodar, dije:
¡No! ¡Espera! Y metiendo en esta ocasión las tres almohadas de la cama, bajo mis nalgas, abrí las piernas dejando mi panocha totalmente al descubierto y bien en alto.
Mordisqueó cuanto quiso, mí expuesto clítoris, dejando que algo de saliva llegara a mi abierta ranura, haciéndome bramar de placer y deseo. Cuando estaba bien cachonda, me lo fue sumiendo con empellones lentos pero firmes, hasta que lo tuve nuevamente hasta el fondo, pero ahora si lo veía a los ojos, lo abrasé y con lujuriosos besos inicié un movimiento rítmico con mis caderas, provocando que los restregones y roces nos dieran mayor placer en la cogida.
Lo gozaba, disfrutaba, me deleitaba ese enorme pito en mi interior, me encantaba tenerlo en lo profundo de mi entrepiernas, cuando me indujo otro rico orgasmo, -Hhhhhhaaaaaaaaaaaayyyyyyy papacitooooooooooooooooooooo- -Que rico me cogeeeeeeeeeeeeees- -Que sabroso sientooooooooooooooooooooo- -Te adooorooooooooooooooo- pero como él no se vaciaba, contraje lo más que pude mi coño, para que sintiera más presión, lo notara más apretado, y me regó nuevamente con su delicioso y abundante cargamento todo mi interior.
Cuando llegué a casa mi hermano, me preguntó: ¿Como te fue?
¡Mejor que a ti! ¡porque a mí, me llenaron por tres agujeros! ¡Y quedé encantada!
Tomás me dijo, que si le entras con una lana, te repite la porción, para mí es gratis, ¿Tienes dinero? ¡Si no, te presto!



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Si te ha gustado Por mi hermano gey, me dieron una fabulosa cogida vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

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Comentarios enviados para este relato
katebrown (18 de October de 2022 a las 22:24) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:59) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

lajuani (15 de May de 2012 a las 02:46) dice: que buen relato, me gusto mucho


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