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Sexo con la Diosa Paola...

Relato enviado por : charly_bo el 28/09/2011. Lecturas: 7259

etiquetas relato Sexo con la Diosa Paola...   Estudiantes .
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Resumen
No se cómo, pero en vez de ayudarle a abrocharse el brasier metí mis manos por los bordes de su cuerpo y la tomé de las preciosas tetas....


Relato
Esta historia se desarrolló en la universidad. Es por demás decir que conocí a chicas de toda clase y apariencia. Entre las que más me gustaban estaba Paola, ella estaba “recargando” una materia del año anterior y coincidió conmigo en mis inicios.
Paola realmente estaba muy buena, había oído historias de que el año anterior había “roto” más de un corazón, pues eran varios los que se le habían lanzado. Sin embargo la opinión general era de que no les hacía caso a ninguno, porque al parecer era de esas que no le atraían los chicos “comunes”.
Cuando me la presentaron, no pude disimular mi mirada de sorpresa, tenía todo lindo, un cabello largo rizado color castaño claro, una carita bien definida con rasgos finos, unas curvas que a cualquiera dejaban atónito, para qué decir de sus senos, eras grandes y bien parados. Lo mejor, a ella le gustaba lucirlos, siempre estaba con algún escote y con ropa ceñida; y terminaba con un culazo y unas piernas de primera.
Recuerdo las palabras de mi amigo:
-“Oye no te babees”.
Palabras que me las dijo delante de Paola, hecho que causo una risita bien simpática de parte suya. No se de qué color me puse, pero mi cara de “baboso” no la podía ocultar por nada. Solo atiné a decir:
-¿Qué te pasa?, simplemente contemplo a esta linda niña que me acabas de presentar.
- “Gracias”. Dijo Paola.
Pasaron los días y mi atracción por Paola cada vez era más intensa, llegué a masturbarme alguna que otra vez, con la sola idea de chuparle esas ricas tetas. En fin veía demasiado remoto el hecho de tener algo con ella, con los antecedentes que me habían dicho que tenía.
En la semana de aniversario de la carrera, pasó algo que no me esperaba; medio mundo se tomó sus tragos, y entre todos ellos, estaba Paola rodeada como siempre de sus amigos.
La música estaba buena y el ambiente también, hasta que en una de esas me voy al baño; el cual estaba lleno, me voy al del segundo piso y estaba re-mugre. Decidí probar suerte en el del tercer piso, ahí casi no subía nadie. Por fortuna ahí si estaba vacío y relativamente limpio, entonces pude descargar mis ansiadas ganas y luego de mojarme el cabello me dispuse a salir del baño; cual no fue mi sorpresa al encontrarme a Paola algo mareada.
-“Por favor, ya no aguanto, entraré al baño de hombres y ve tú que nadie venga”.
Eso me dijo porque la cola del baño de mujeres de los otros pisos estaba de “un kilómetro” y para su desgracia el del piso en que estábamos estaba cerrado.
Yo sin dudarlo, pero con mucho asombro le dije:
-“Está bien, pero te apuras, que ahorita viene alguien”
-“No creo, los hombres pueden hacer donde sea, eres de los pocos decentes, jejejeje”.
Dijo Paola en tono de broma.
Ella se entró al baño de hombres, pero había un detalle, el inodoro estaba sin aro y ella al verlo no quiso sentarse en él.
Me dijo:
-“Por favor, que nadie entre, voy a hacer aquí en el suelo, pero no vale mirar pillín”.
Otra vez habló en tono de broma y sonriendo.
Yo me pegué a la puerta empujándola con una mano, no podía creer que detrás de mí estaba esa hembrota bajándose los pantalones y los calzones para orinar, algo me decía que voltee a mirarla, al fin, estaba con copas encima y por último si se enojaba ya me habría dado el gusto de verle sus partes a ese “mujerón”.
Cuando empezó a sonar su descarga de orín en el suelo, me armé de valor y volteé, apoyado en la puerta sin dejar de presionarla por si alguien venía.
El panorama fue realmente excitante, Paola estaba con una tanga azul, que se la había bajado hasta los muslos, por debajo del jeans apretó que usaba, el cual estaba un poco más abajo.
Me miró y dijo:
-“Tramposo, que dije que no podías voltear”.
No se inmutó, más bien me lo dijo sonriendo y siguió en esa posición de cuclillas hasta terminar de hacer su necesidad fisiológica.
Aquí pasó algo gracioso que hasta ahora no se cómo se me ocurrió. Saqué mi celular que ni cámara tenía, pero le dije que le había sacado fotos en esa pose, prácticamente con el culo al aire.
Paola se incorporó, al hacerlo pude ver parte de sus vellitos púbicos antes que se subiera el calzón y el pantalón. Se me abalanzó y me dijo:
-“Dame el celular, no seas así”.
Lo raro era que me lo pedía sin estar furiosa, más bien medio sonriendo.
-“Ok, ok, voy a borrar las fotos en tu delante, pero con una condición”. –Le dije-.
-“A ver cuál”. Me respondió.
-“Quiero verte los senos”. –Le propuse, con dubitamiento-.
-“Mmmmmmm, pero ¿solo verlos verdad?”. –Interrogó con algo de inseguridad-
-“Claro muñeca”. –Contesté sabiendo a lo que me arriesgaba una vez que Paola sepa lo de mi calular.
-“Fijate que nadie venga”. –Dijo ella-.
Abrí la puerta y no había nadie por suerte, pesó el hecho de que esos baños eran en un tercer piso. Me fijé bien y volví a entrar, y miré a Paola con las manos en la espalda, en posición de desabrocharse el brassier.
-“No hay nadie preciosa, adelante”.
-“Pero no vas a decir a nadie, prométemelo”.
-“Claro soy hombre de palabra”. Respondí.
En ese momento Paola, se desabrochó la blusa rosada que llevaba y se empezó a subir la licra también rosada que llevaba debajo.
-“¿Listo?, -me preguntó-
-“Dale preciosa”, le respondí.
De una se suspendió la blusa junto con el brassier que era del color de la tanga. Y guaw, que tetas que tenía Paola, eras divinas, blanquitas, grandes, firmes, con unos pezones rosaditos y apetecibles.
-“Ey, ya me las viste, ¿ya me puedo cubrir?. –dijo ella-.
-“Si, si”. Dije medio tartamudeando.
Una vez que se bajó la licra, se volvió a poner las manos atrás como para abrocharse el brassier, pero lo gracioso fue que no podía por el efecto de los tragos.
-“Te vas a quedar ahí parado o me vas a ayudar”. Me dijo.
Me le acerqué sin decir nada, por la espalda, agarré los extremos de su brasier como para abrocharlo, pero no se por qué ni cómo deslicé mis manos por el contorno de su tórax y la tome de los senos, si, como lo leen, en vez de cerrarle el brassier, le tomé sus preciosos y enormes senos con las manos y automáticamente sentí una poderosa erección que quería estallar en mi pantalón.
-“¿Qué demonios te pasa, soltame”, -dijo Paola, mientras con sus manos quitaba las mías de sus preciosos senos. Se dio la vuelta e intentó darme un revés, pero como estaba lenta por el alcohol, le agarré su mano, y luego la otra y le planté un reverendo beso en la boca. Al principio ella forcejeó algo, pero luego me correspondió por increíble que parezca. De una puse una de sus manos que estaba agarrando en mi miembro erecto, ella empezó a acariciarlo hasta que me bajó la cremallera, lo encontró y lo agarró. Yo no podía creerlo, Paola estaba haciendo esas cosas conmigo. De una le subí la licra con el brassier desabrochado, le empecé a acariciar las tetas, hasta que se pusieron duras y sus pezones firmes. No pude más y recuerdo bien que le dije:
-“¿Te las puedo chupar?”.
-“Siiii”, -dijo ella con un acento de éxtasis.
Sin pensarlo dos veces, bajé mi boca a la altura de sus maravillosas tetas y se las empecé a comer con desesperación, me las metía en la boca hasta donde entraban, quería atragantarme con ellas, luego lamía sus pezones, guaw, fue increíble. Paola no podía disimular su excitación, estaba gimiendo por la chupada de tetas que le estaba poniendo. Hasta que liberó mi miembro del pantalón y lo tenía afuera acariciándolo.
-“Lindo, vamos, quiero que me penetres con ese lindo pene”.
No lo dudé dos veces, le bajé el jeans y noté lo húmeda que tenía la vagina, le acaricié el clítoris, mientras no dejaba de comerle las tetas y ella no soportaba más.
-“Por favor métemela toda, quiero sentirla”.
Se apoyó en el lavamanos, algo agachada, y por detrás la embestí. Primero acaricié ese lindo culo, luego con la punta de mi miembro empecé a buscar su lubricado huequito, hasta que lo encontré y empecé primero a jugar en la entradita.
-“No seas así, malo. Hazme tuya de una vez, no puedo más”. –Suplicó Paola-.
Dentro de mí sabía que ese era un momento que no olvidaría nunca en mi vida, así que lo hice lentamente, empecé a deslizar centímetro a centímetro mi pene en su lubricada vagina, hasta que entró todo y Paola sujetó con fuerza el borde del lavamanos. Me mantuve unos segundos con mi pene dentro de ella, pues quería sentirla, quería sentir el calor de su interior. Paola estaba tan excitada, que empezó a moverse, prácticamente empujándome, necesitaba que la empiece a bombear. Poco a poco empecé el “mete y saca”, hasta agarrar ritmo, tomándola de sus poderosas tetas. Demonios, Paola era multiorgásmica, o no se si sería por las copas que se tomó, pero sentía como a cada instante terminaba haciendo presiones rítmicas sobre mi pene. Ya no aguantaba más, y le dije:
-“Paola, me voy a vaciar dentro tuyo, ¿puedo?, ¿no estás en días fértiles?”.
-“No, no, anteayer me vino la regla”. –contesto, agitadísima.
No pude más y empecé a soltar chorros de semen hasta tener el “estallido” más intenso. Pucha, creo que solté un litro en su vagina mientras ella se ahogaba de placer.
Luego de eyacular yo, ella me dijo:
-“No te detengas, lo tengo, termino de nuevo”.
Seguí bombeándola pese a la fastidiosa sensación que es seguir friccionando una vagina luego del orgasmo, hasta que ella terminó de nuevo.
Se incorporó, la tomé una vez más de los senos, le besé el cuello, y le dije:
-“Mi amor, vámonos no vayan a subir hasta aquí a buscarnos”.
-“Claro, por favor vigila, mientras me arreglo”.
Esta vez cuidé la puerta desde afuera, pues ya había realizado la increíble hazaña de poseer a Paola.
Tardó un momento y salió con el cabello y la ropa arreglados.
-“Te pasaste, tú si que habías sabido terminar como toro”. –me dijo-.
-“Jejejeje, ¿por qué lo dices amor?”. –respondí-.
-“Me está bajando tu “lechecita” y no tengo ni protectores. Apenas un pedazo de papel está protegiendo que se manche mi tanguita”.
-“Lo siento mi cielo, es que fue un orgasmo increíble, eres un mujerón”.
Paola me miró sonriendo y me dijo:
-“Bueno, valió la pena hacerlo en un lugar así, la verdad a mí también me gustó mucho. Ahora dame el celular y las fotos”.
-“¿No confías en mí?, no las mostraré a nadie”. –le dije-.
-“Está bien lo haré. Pero ahora vámonos nadie sabe donde estoy”.
Salió primero ella, luego de que viéramos de que nadie espiaba, luego yo.
No podía creer lo que pasó. Estaba atontado toda la tarde, la contemplaba tan linda. Y el solo hecho de imaginar que cargaba mi semen, me excitaba, y solo venía a mí el anhelo de volvérselo a hacer, en un mejor lugar y en todas las formas que pueda.
Paola se fue con sus amigas luego de la fiesta, pero desde el día siguiente empezamos una relación de “amigovios”, con encuentros que ya les contaré luego.



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Si te ha gustado Sexo con la Diosa Paola... vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.

Por eso dedica 30 segundos a valorar Sexo con la Diosa Paola.... charly_bo te lo agradecerá.


Comentarios enviados para este relato
emytuly (31 de December de 2012 a las 17:01) dice: capo que lindo relato.

grillourbe (28 de September de 2011 a las 21:14) dice: Está muy bueno!!!!

phantom_n (28 de September de 2011 a las 08:29) dice: buen relato!! bien hot!!! espero que pronto nos traigas mas de paola

katebrown (18 de October de 2022 a las 21:50) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:16) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

katebrown (18 de October de 2022 a las 19:14) dice: SEX? GOODGIRLS.CF

volcóm (18 de October de 2011 a las 11:32) dice: Mmm full chevere el relato man ... Konoce kee tramador de eso se trata

sevenxsoviet (12 de October de 2011 a las 20:45) dice: Muy bueno capo!


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