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Mi Tía y mi Prima una aventura demasiado rara

Relato enviado por : Bucolico el 13/01/2005. Lecturas: 36586

etiquetas relato Mi Tía y mi Prima una aventura demasiado rara .
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Resumen
Una relación en mi adolescencia que marcaría para siempre mi comportamiento sexual.


Relato
Mi Tía y mi Prima una aventura demasiado rara
Comencé a temblar- no te voy a hacer daño – me indicó- tomando mi miembro en su mano, acariciándolo, bajando el prepucio y dejando ver mi glande, rojizo, grande, a punto de estallar. Su mano era suave, y subía y bajaba a todo lo largo de mi miembro, haciéndolo con mucha experiencia.



CAPITULO 1

Era el mes de noviembre de 1963, se acercaba el fin del año y la mayoría teníamos planes para las fiestas. Con mis trece años recién cumplidos no me imaginaba aquello que el destino me depararía.

Mi madre tenía una sola hermana, menor, una mujer muy agraciada de 36 años, guapa, alta, delgada, con una figura que podían envidiar algunas jóvenes de 20 años, hermosos senos, redondos, apetitosos, los mismos que gustaba de resaltar con sus vestidos escotados y blusas a medio abrir. Un largo cabello negro azabache, brillante, suave y sedoso, el sueño de todo hombre para acariciar, una cintura angosta, no más allá de 63 CMS, piernas largas, con unas pantorrillas que invitaban a la caricia, pies diminutos de talla 36 o 37 y no más de 56 kilos de peso. Caderas muy bien formadas y un trasero que desde todo punto de vista estaba muy bien puesto, uno se imaginaba que era duro y respingado, producto del constante ejercicio.

Solía visitar casi a diario la casa de mi tía debido a que mi casa quedaba a la espalda de la suya, además, porque, a pesar de la diferencia de edad con mi prima Martha, su hija de dieciocho años, nos llevábamos muy bien y teníamos cosas y juegos en común. Nos gustaba la colección de lecturas de ciencia-ficción, ir al cine a ver películas de vaqueros, ir los fines de semana a tomar helados al centro de la ciudad. Más parecíamos hermanos que primos, en muchas ocasiones me quedaba a dormir en casa de mi Tía, aprovechando las horas para jugar palabras cruzadas con Martha o armar rompe cabezas que su Papá solía comprarle. Había terminado la escuela bilingüe y estaba estudiando secretariado ejecutivo en una de las más prestigiosas escuelas de la Capital.

El Colegio donde estudiaba quedaba a 4 cuadras de la casa de mi Tía, así que, cuando mis padres salían, iba a la casa de mi Tía a esperar que me recogieran o a quedarme allí hasta el día siguiente.

El tercer sábado de noviembre tuve un partido de básquetbol en la escuela y, en vista que mi Papá había salido con mi Tío, el Papá de Martha a pescar, y mi Madre y hermana habían salido fuera de Lima a un retiro religioso de fin de semana, tuve que ir a la casa de mi Tía para quedarme hasta el día domingo por la noche. Cuando llegué, encontré a mi Tía Irma sola, me llamó la atención que no estuviese la señora Lola, que era la persona que la ayudaba con el mantenimiento de la casa, llevaba puesta un vestido de color amarillo con flores negras, con botones en todo el frente del mismo, unas sandalias color negro que dejaban ver sus pies con las uñas muy bien arregladas, el vestido caía hasta la rodilla, ceñido, pegado al cuerpo, resaltando sus formas.

Muchacho en que estado vienes- me dijo- estas sucio y sudado, ve inmediatamente a la ducha,

Si Tía –respondí- lo que pasó es que estuve jugando básquet en el colegio, ¿y...Martha?

En la Academia, debe estudiar todo el día. Ven conmigo – indicó- tomando mi mano y llevándome hacia el baño. Grande fue mi sorpresa cuando pasamos de largo por el baño que se encontraba en el corredor y me llevaba al baño que tenía en su cuarto. Me pregunté ¿ Por qué?

Aquí vas a poder bañarte con agua caliente pues la therma ha estado encendida, mientras que en el otro baño no.

Bien Tía – respondí- ingresando al baño. Procedí a quitarme la ropa, abrí el grifo de agua caliente y fría, templando la temperatura e ingresé a la ducha-tina.

¿Ya estás en la ducha? – preguntó

Sí Tía. Comencé a jabonarme y, de pronto, siento a mi espalda que la puerta la abren, me sobresalté, cual sería mi impresión cuando veo a Irma parada frente a mí, mirándome de pies a cabeza.

Tía ¿qué pasa? ¿Algo está mal?

Caramba, eres todo un muchachote,

Me sonrojé, sintiendo un escalofrío recorrerme el cuerpo, ella estaba allí observando cada parte de mí. Me preguntaba a mí mismo ¿Por qué Irma estaba allí?. Por supuesto que, para ese entonces, yo era un muchacho ingenuo que no pasaba de estar con las amigas jugando, cantando o bailando. El sexo para mi generación seguía siendo tabú. Claro que, a mi edad, había descubierto el placer que daba la masturbación, a veces viendo imágenes de mujeres desnudas en una u otra revista Play boy o revistas de corte porno, pero jamás había tenido una experiencia sexual y, menos, había visto una mujer desnuda frente a mí.

¿Qué estás pensando?,

Nada...Nada en especial, el agua caía y tenía el jabón en mis manos,

ver, pásame esa toallita que está a tu izquierda y dame el jabón – indicó- comenzando a jabonarme el cuerpo, -voltéate para jabonar tu espalda-

La sensación que sentía era agradable, me jabonaba despacio, primero la espalda y, luego, los glúteos, sentía como su mano bajaba y comenzaba a jabonarme en medio de las piernas, desde el ano hasta los testículos, despacio, sin prisa alguna, sabiendo lo que hacía. De pronto ¡sin la Toallita! con su mano, no pude evitar comenzar a tener una erección,

Otra vez voltéate – me ordenó-

No sabía que hacer, estaba demasiado avergonzado y excitado a la vez- Vamos voltéate- volvió a ordenar- no me quedaba otra cosa por hacer. Me volteé...

Vaya, vaya, que tenemos aquí, muchacho mal criado, pero... ¡Qué grande lo tienes para tu edad!-exclamó- mi miembro era largo, no muy grueso, pero con sus 18 centímetros en plena erección, al menos a mí, me parecía grande y.... a ella también.

Comencé a temblar- no te voy a hacer daño – me indicó- tomando mi miembro en su mano, acariciándolo, bajando el prepucio y dejando ver mi glande, rojizo, grande, a punto de estallar. Su mano era suave, y subía y bajaba a todo lo largo de mi miembro, haciéndolo con mucha experiencia.

¡Tía! -exclamé- ¿Qué estás haciendo?, Mi vista fue a buscar la de ella, sus ojos estaban clavados en mi miembro, fue allí cuando me di cuenta que, al jabonarme, su vestido se había empapado con el agua. No puedo negar que, en algunas oportunidades, en mis fantasías sexuales su figura me había servido de aliciente para darme una paja de buen gusto. Ahora, allí, podía ver su cuerpo ajustarse a su vestido. Su sujetador y su calzón se divisaban perfectamente.... sus pezones erectos, como dos puntas queriendo salir a través de la ropa. Estaba a punto de explotar, sentía esa sensación previa al orgasmo..

¡No tan pronto!-me dijo, apretando con su dedo índice y pulgar la base de mi miembro, de tal manera que sentí como se pasaban las ganas de tener satisfacción, sin que mi miembro sufriese algún cambio. Tomó de un frasco un poco de champú y me lavó la cabeza, dejo libre mi miembro, levanté mi brazo y con mi mano logré tocar su cadera, sentía al palpar su vestido la costura de su calzón, esto me excitó más, seguí subiendo la mano y llevé hasta su seno izquierdo, mientras ella me enjuagaba la cabeza, palpé su pezón y no pude resistir apretarle el seno.

Despacio, me haces doler, no te desesperes, enjuágate bien – me riñó-

Disculpa Tía, procedí a colocarme debajo del chorro de agua y terminé de bañarme.

Ven aquí – indicó- tomando una toalla comenzó a secarme. ¿Te gusta? – me preguntó- al darse cuenta que trataba de pegarme a ella.

Sí le respondí, se apartó de mí y comenzó a desabrochar los botones del vestido, yo me secaba lo más rápido posible, mientras podía ver como se divisaban su sostén mojado, dejando ver sus pechos redondos, con esos dos pezones en todo su apogeo, su calzón de algodón y de color blanco que, al estar mojado, dejaba ver una mancha negra debajo de él, tenía, ¡una mata impresionante de vellos negros!.

Me dio la espalda y me dijo –desabróchame el sostén y bájame el calzón- me quedé estupefacto, no podía creerlo. Temblorosa y torpemente quité los broches del sostén, sus manos inmediatamente lo retiraron de su cuerpo. Me agaché y tome su calzón procediendo a bajarlo...

¿Cuántas veces te lo has hecho con mi ropa interior? – me preguntó- no sabía que contestar, ¿Cómo lo supo? Me pregunté en mi interior. Nunca me había visto. En algunas oportunidades que iba a su casa y no estaban, la Sra. Lola me permitía que entrase a la casa para leer libros o distraerme viendo televisión, ella no sabía que iba directamente al baño de mis tíos a hurgar en la canasta de ropa sucia, buscando las trusas de mi Tía, escogiendo una de ellas para olerla, pasarle mi lengua y terminar colocándola en mi miembro, dándome una paja con ello mientras tenía otra metida en mi boca, Ese sabor entre dulce amargo, con ese olor a sexo tan particular me volvía loco, terminaba descargando mi leche en su calzón. Hubo una que otra oportunidad en la que dejaba sus trusas de encaje, que eran las que más me gustaban, con las cuales me regalaba hasta dos pajas seguidas.

¿A que te refieres? Contesté

no me mientas, sé muy bien que te has masturbado con mi ropa interior,

A veces, contesté – e ingenuamente le pregunté-¿Cómo te has dado cuenta si nunca me has visto?

Ay, muchachito, yo me lavo mi ropa interior y siempre encuentro alguna o algunas trusas manchadas y pegadas por que te vaciaste en ellas, justo en la parte que cubre mi sexo. En esta casa tú eres el único que podría hacer eso, tu tío me lo hace cuando quiere, no necesita de mis calzones para darse un buen polvo. No te puedes imaginar lo que me has provocado – decía- mientras yo llegada hasta los tobillos y ella levantaba sus pies para quitarle el calzón, el cual se quedó conmigo mientras Irma se volteaba.-Han sido varias las veces que me he masturbado con mi calzón manchado por tu semen y te lo he dejado mojado para que tú tuvieras la suerte de encontrarlo así y te volvieras a dar una buena paja pensando en mí.

No me di cuenta

Já. Ja ja –reía- mientras yo la miraba, la contemplaba, allí, parada en el baño, completamente desnuda, maravillosa, sus senos erguidos y sus pezones erectos, la mata negra de vellos sedosos que le cubrían la entrada a su sexo. Instintivamente me llevé su calzón a mi nariz y boca, quería más, mi miembro estaba otra vez totalmente parado, buscando su destino.

Ven-dijo- deja eso, hoy vas a gozar con lo que soñaste y Yo también, hoy te voy a hacer hombre y vas a tener a una hembra dispuesta a todo, trae tu mano, la tomó y la llevó entre sus piernas-toca, no tengas miedo-

Puse mi mano entre sus piernas, sintiendo en mi palma la calidez de su sexo, con los dedos la palpé, pero no sabía que más hacer, sentía su humedad,

Pon dos dedos aquí – abrió sus labios vaginales y con su mano izquierda guió mis dedos hasta su clítoris- sentí el botón deseado y lo toqué, bajé mis dedos y encontré la entrada a su vagina- ahí, ponlos ahí, siente como estoy húmeda para ti, vas a hacer que me corra, ven vamos a la cama- salimos del baño y entramos a su cuarto. Se adelantó y fue hacia la puerta, la cerró y le puso el seguro, pude ver su culo firme y redondo, me agarré el miembro y comencé a masturbarme,

- Al voltearse me vio parado haciéndome una paja, llegó a mí y dijo – No, no lo hagas te voy a enseñar lo que es el placer con una mujer y te voy a gozar, angelito mío.

Quiero tocarte – le dije-

Sí me vas a tocar toda, pero espera, despacio, no seas impaciente, diciendo esto se sentó al borde de la cama, mientras yo estaba parado frente a ella y. entonces.... sentí como si mi cuerpo fuese recorrido por una descarga eléctrica..... sentí sus labios en mi glande, su lengua en la punta de mi miembro y, de pronto, toda su boca engullendo mi miembro, era demasiado para mí, su boca subía y bajaba, no atinaba a hacer nada, quería explotar, mi miembro palpitaba en su boca..Irma lo sabía, lo sabía...presionó sus labios en el tronco de mi pene y no resistí, comencé a vaciarme, mi leche salía, llenándole la boca, otra vez sentí como pasaba su lengua por mi glande mientras el semen seguía saliendo,

Rico ¿No? –decía- mientras pasaba su lengua por todo mi pene, por la comisura de mi glande, limpiando hasta la última gota de mi semen, Yo temblaba de placer, nunca, y digo nunca, había experimentado tal placer, mi pene seguía en su boca, volví a sentir esa sensación agradable de la erección,

Ahora te toca a ti devolverme el gusto ¿no lo crees? –Dijo- echándose de espaldas en la cama. Levantando las piernas y colocando los pies al borde de la misma, dejándome ver todo su sexo cubierto de vellos-arrodíllate por favor, vas a aprender como mamar a una mujer, como hacerla feliz con la boca como yo te lo he hecho-

Me arrodillé frente a lo que toda la vida había imaginado SU SEXO, con una mano tomó mi cabeza y la jaló hacia ella, mientras que con la otra mano separaba los labios de su chucha.

Pasa tu lengua despacio, muy despacio, de arriba hacia abajo-me indicó- Yo seguía su ordenes, su piel era cálida, húmeda y pegajosa, tenía una mucosidad agradable, no tenía mal sabor, pasaba mi lengua desde su clítoris hasta la entrada de su vagina, era delicioso, me estaba gustando...metí la lengua en su agujero,

Ug...ug..¿Qué haces muchacho mal criado?, Hay que rico, sigue hasta el fondo, Ah..Ah..Ah..Ah, me vuelves loca, ahora pon tu lengua arriba, aquí en mi botón de placer,

Obedecí, viendo como con sus dedos corría hacia atrás la piel de su clítoris, tal como lo hacía con mi pene cuando bajaba el prepucio, me dediqué a lamerle allí, cada vez más rápido, lo sentí duro como si fuese mi miembro y apuré las lamidas con mi lengua. Sentí sus dos manos en mi cabeza, jalándola hacia abajo, sus piernas a mi costado me apretaban, creí que me iba a ahogar, mis manos que habían estado acariciando sus senos las bajé apresuradamente para separar sus piernas,

No, no, no, déjame ya me vengo, me voy a correr, OH Dios, por favor sigue no pares. Decía fuerte- pensé que alguien podría escuchar-Ahhhhhhhhhhh, se me sale, sentí como palpitaba su clítoris y, en ese momento, comencé a sentir un líquido recorriendo mi boca, penetrando por mi garganta, tibio, con un sabor semi dulce, copioso, abundante, salía y salí de su chucha, no podía tomarlo todo, salpicaba mi cara corría por mi barbilla y mi pecho,....seguí lamiendo, el clítoris se puso suave, pero yo seguía y seguía – Me estás matando –decía- sigue angelito, no te detengas Ahhhhhhhhhhhhh, uno más, y yo sintiendo su clítoris duro nuevamente hasta que volvían a salir sus líquidos- ¿Se estará orinando? ,Me pregunté, no lo creo me respondí, era tanto líquido que el borde de la cama estaba mojado.

No te pares- me dijo- pero yo no podía más quería eyacular otra vez, no sin antes ponerlo dentro de su vagina. Lo tomó con su mano, me jaló hacia ella y dirigió mi miembro hasta su chucha. Penétrame – Ordenó- y lo metí hasta el fondo, estaba loco, ella se movía en la cama-Mételo y Sácalo varias veces y rápido- me dijo- comencé a hacerlo, una, dos, tres......no sé cuantas veces hasta que exploté en su interior, otra vez sentía mi leche salir de mi pinga, sentí como ella se mojaba y me mojaba la pinga, los huevos, las piernas. Caí sobre ella abrazándola y besándola frenéticamente, los labios, los senos, succionándole los pezones, toda ella.

Me matas –dijo- yacíamos uno junto al otro, jadeando y sudando, oliendo a sexo, mojados, la cama era ya un desastre.

Báñate – me ordenó- hueles a mí, me gusta, pero no puedes llegar así a tu casa,

Báñate conmigo – le respondí-

No, comienza tú, debo cambiar las sábanas, no querrás que se den cuenta de lo que hemos hecho ¿o sí?

No, por supuesto, pero... deseo estar contigo en la ducha, vamos no seas malita, jabóname como lo hiciste antes,

Eres un mañoso, lo que quieres es que se te pare otra vez, ya estoy cansada, me has destrozado, me arde abajo, tengo mi botón inflamado y no resistiría que lo toques otra vez –indicó tocándome la pinga con su mano-

Tomé su mano y la jalé hacia el baño, ven – le ordené- prometo no tocarte, solo déjame jabonarte,

Ya, está bien vamos,

El baño fue agradable, nos jabonamos mutuamente, todo nuestros cuerpos, nuestras partes íntimas, como es lógico mi miembro volvió a ponerse erecto,

¡Ya ves, te lo dije! No puedes controlarte, eres demasiado joven e impetuoso, ¿Ahora cómo lo arreglamos?

Muy fácil – le dije- deja que lo ponga en tu sexo,

¿En mi cuquita?

Sí, en tu chuchita,

Calla, eres un grosero –dijo-volteándose y colocando las manos sobre la pared, el agua le caía en la espalda, le mojaba el pelo.

Trata de meterlo por atrás – me indicó- abriendo sus piernas bastante, haciendo una V con ellas,

Me agarré la pinga y traté de meterla, intentaba y no podía, espera –dijo- tomando mi miembro con su mano lo guío hasta la entrada de su sexo, -ya, ahora métemelo, así, Ay, no tan fuerte, recuerda que estoy inflamada, así despacio- comenzó a moverse, sentía que mi miembro era meneado de lado a lado, dejé de meterlo y sacarlo,

Sigue, sigue así, le dije,

¿Te gusta?

Sí, sí, no pares- sentía todo su culo junto a mis bolas, el agua cayéndome, era riquísimo. De pronto se detuvo y experimenté algo increíble, sentí una presión en mi pinga, como si una mano dentro de su chucha agarrase mi miembro, lo soltase y lo volviese a agarrar

¿Qué haces? –le pregunté

¿Te gusta?, así te voy a hacer llegar,

Si sigues te lo voy a dar, no sigas, me voy a vaciar,

Vacíate en mí, dame tu leche – decía- mientras seguía apretando y soltando, así dámela, así, ya la siento, UGGGGGGGGGGGG, que rico.

Yo, perdí la noción de todo, fue un polvazo, divino, mi pinga palpitaba en su interior, la agarré de los pelos y la jalé hacia mí, buscando su boca, la besé con lengua y todo,

Se soltó y cerró los grifos del agua- arrodíllate, apúrate, me quiero venir sobre ti, -me arrodillé mirándola de frente- abrió con sus manos sus labios vaginales, arqueó su espalda un poco para atrás y, de pronto, vi como salía un chorro de líquido de su chucha,

Ahhhhhhhhhhh, me estoy viniendo, tomo, toma todo, Dios, que rico, Ayyyyyyyy, se me sale, sí, si, si, tómalo todo Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, soltó su jugo, este cayó sobre mi cara –cerré los ojos instintivamente- sentía como ese líquido tibio me recorría, fue abundante y me mojó la cara, el pelo, el pecho.

Que rico- le dije- acercando mi boca a su sexo,

Despacio por favor- respondió- solo atiné a darle un beso tierno, estaba toda mojada,

Tía, que rico cachas,

Te he dicho que no seas grosero, no soy una puta trátame con delicadeza,

Disculpa por favor, perdóname, que rico haces el sexo, quisiera vivir entre tus piernas y beberte a toda hora,

Ay, muchachito, eres un loco, pero me gustas. ¿Qué te pareció tu primera lección?, ¿Te gustó volverte hombre de esta forma, conmigo?

Por supuesto querida Tía, haz conmigo lo que quieras,

Bueno, bueno, terminemos de bañarnos y..nada más ¿de acuerdo?, -enfatizó-

¿Cuándo volveremos a estar juntos? – pregunté-

El próximo sábado,

Muy lejos Irma, muy lejos –respondí-

Ja, ja, ja, ja, ¿No te aguantas?

No

Bueno, ven el miércoles, tendré una sorpresa para ti,

Levanté la vista y, ¡OH sorpresa! Martha estaba allí, parada en el marco de la puerta, observándonos, con su falda levantada y su mano derecha debajo de su trusa, tocándose, mientras con el dedo índice de la mano izquierda se tocaba los labios en clara señal para que yo no hiciese ningún comentario...

CAPITULO 2

Pasaron los días muy lentos. El Domingo almuerzo todos juntos, la vi y la deseé, pero estábamos todos juntos, mi Mamá y mi hermana, mi Papá y mi Tío, mi prima Martha, todo como siempre.

El Lunes fui a la escuela y el Martes y el Miércoles, con la excitación de saber que a la salida iría a verla,¡ diablos cómo pasó el día tan despacio!

La Sra. Lola me abrió la puerta, Hola Tía Irma –dije- ella estaba con unas amigas en la sala, ¿Y Martha?

No ha venido – contestó-, pero entra te ha dejado un encargo,

Entendí rápidamente, apuré el paso y fui al cuarto de Irma de Inmediato. Abrí la puerta del baño y entré. Sobre el mueble de las toallas estaba lo que buscaba. Irma había dejado una trusa color celeste de encaje y de tela muy suave y agradable. Me la llevé a la nariz y, al abrirla, ¡Vaya sorpresa! Estaba húmeda, y manchada...con sangre! Estaba con la regla, estaba menstruando. Esta mujer sabe lo que hace pensé. Dudé en si correrme una paja con su trusa o no, pero tal era mi excitación que lo hice, derramando mi leche sobre su mancha, para que ella supiese que sí, lo había hecho, y no una sino dos veces.

Salí, cansado, me habría demorado como unos veinte minutos. Algo en mí me decía que podía venir a verme, no lo hizo, así que doblé la trusa, mojada con mi leche, y la dejé en el mismo lugar.

Tía le dices a Martha que ya lo leí y se lo he dejado en el mismo lugar con una anotación,

Ya mi hijo, se lo diré,

Chau, me voy a casa,

Chau – me contestó-

Regresé al día siguiente a buscarla, no estaba había salido. El Viernes encontré a mi mamá con Irma, iban a salir de compras, me enviaron a la casa a estudiar.

¡Por fin, Sábado!. Me fui a la escuela a mi partido de básquetbol a las 9 AM, no estaba concentrado, pensaba en lo que haríamos, estaba excitado. Felizmente ganamos por una canasta, salvamos la situación y Yo salvé mi pellejo, tuvieron que cambiarme porque no estaba jugando bien, le dije al entrenador que tenía un tirón en el músculo que me dolía y no me dejaba jugar.

Me fui a la ducha, tenía que bañarme rápido, no quería perder tiempo, eran las 10.30 AM.

Hola Tía ¿Cómo estás?

Esperándote - estaba vestida con una bata que dejaba ver casi todo su cuerpo, no llevaba sostén, solo una trusa de color negro que se apreciaba en su totalidad- Veo que estás bañadito, Ay Josecito, siempre tú tan rico, te voy a comer todito.

Cómeme lo que quieras, pero déjame comerte también – nos fuimos directo a su cuarto-

Mientras caminábamos me dijo: ¿Te gustó tu sorpresa?

Claro que sí, te esperé, pero no fuiste ni siquiera un minuto,

La verdad es que no quise hacerlo, imaginaba lo que estabas haciendo y si hubiese ido a verte de seguro que terminábamos haciéndolo, y no te olvides que estaba con invitadas,

Sí lo sé, pero te devolví la sorpresa muy bien utilizada ¿Estabas menstruando ese día?

Sí, ¿No lo hubieses hecho si te lo pedía porque estaba con mi regla?

No –le contesté- igual te lo hubiese puesto adentro y te lo hubiese comido.

Con lo que me dejaste me masturbe en el baño por espacio de casi media hora, tuve que bañarme y lavar la ropa. Desde ese día hasta este momento mi cuca me palpita,

Y, Yo, no te puedes imaginar-llegamos a su habitación- mi miembro ya estaba parado, queriendo salirse del pantalón – la besé apasionadamente, recorriendo con mis manos su cuerpo, sobando sus pechos, metiéndole la lengua en la boca buscando la suya, con la otra mano buscaba su entrepierna mientras ella me acariciaba el miembro.

Déjame quitarte esta ropa, te quiero desnudo para mí, estoy ardiendo ¿sabes?, estoy húmeda y mojada para ti, quiero que te tomes todos mis jugos, no quiero que una sola gota salga de tu boca, quiero que me tomes y te ahogues con mi zumo de placer-decía mientras me desvestía- se quitó la bata y se quedó con el calzón negro puesto,

Podía olerla, allí, mientras estaba parado frente a ella con mi miembro tieso como un palo, me jaló hacia un lado de la cama y ella se sentó en el borde de la misma,

Te voy a comer todito-dijo- mientras engullía mi pinga en su boca, sentía el calor de su boca, la humedad de su saliva, las puntas de sus dientes recorriendo mi miembro. Lo sacó e mi boca y con mucha destreza bajó el prepucio,

Esto es todo mío, te voy a sacar tu leche y me la voy a tomar, diciendo esto comenzó a agarrar mi miembro con su mano izquierda, hacia arriba y hacia abajo. Su mano derecha comenzó a tocar su entrepierna, justo sobre su trusa en la parte que esta esconde su sexo.

Sigue –le dije- sigue, he pensado en ti toda la semana, chupa, chupa bien, más adentro-empujaba con mi pelvis mi pinga hacia su garganta- la hacía toser y tener arcadas,

No tan fuerte –me dijo- esto es para gozar y no para sentir dolor, si sigues así te vas ¿entendiste? Te vas,

Perdóname Irma, me vuelves loco,

Ya, está bien, relájate, déjame que lo haga como yo sé,

Nuevamente comenzó, adentro y afuera, la lengua por la punta, era insoportable, Yo quería venirme, ella sabía demorarlo, agarraba la base de mi miembro con sus dedos y...volvía a comenzar,

Irma, por favor, déjame darte mi leche, ya no aguanto, te juro que voy a hacer todo lo que quieras después, pero primero déjame venirme,

Como respuesta sacó su mano de mi miembro, la colocó en mis glúteos mientras continuaba tocándose el sexo- Bueno, Vente rico- me dijo-

Mi leche comenzó a salir, tenía un temblor en todo el cuerpo, seguía saliendo, ella lamía todo, abrió su boca y tomó las últimas gotas de mi semen, limpió mi glande con su lengua y me dijo: Ahora tú me tienes que hacer a mí arrodíllate, diciendo esto se echó en la cama con las piernas colgando por el borde de la misma, seguía con la trusa puesta.

Tomé un cojín y me arrodillé, sentía su olor, fuerte y agradable, una mezcla rara que excitaba mis sentidos, pasé un dedo..estaba mojada, acerqué mi nariz y me lengua, me invadió su aroma, fuerte, pero más me acercaba y lo olía, más me excitaba...puse mi cara y me dejé invadir...chupé su calzón, el sabor agri dulce me volvió a la realidad.

He tenido la trusa puesta desde ayer, es para ti, porque sé que te gusta mi olor –me dijo mirándome- incluso he dormido con ella, he orinado y no me he secado, he querido estar hecha una puerca para ti....Me llamó la atención, pero ya no había nada que preguntar, solo había tiempo para comerme esa sabrosa chucha que Irma tenía,

Me la voy a poner en mi pinga le dije, mientras se la sacaba,

Haz lo que quieras con ella, pero apúrate en mamarme, me quiero venir, abrió sus piernas y comencé a lamerle la chucha, despacio como a ella le gustaba.

No sé cuantos minutos transcurrieron, seguía con mi lengua en su sexo,

No pares, me voy a venir, Ahhhhhhhhhhhh, otro, Ahhhhhhhhhhh, sentía lo mismo, su clítoris duro primero, la emisión de jugos, flácido, mi lengua nuevamente sobre él y duro otra vez,

Con el afán de tomar aire y dejar de atragantarme con su líquido, levanté mi cabeza y Levanté la vista y, ¡OH sorpresa! Martha estaba allí, parada en el marco de la puerta, observándonos, con su falda levantada y su mano derecha debajo de su trusa, tocándose, mientras con el dedo índice de la mano izquierda se tocaba los labios en clara señal para que yo no hiciese ningún comentario....

Mi corazón palpitaba a mil por hora, se iba a salir de mi pecho, sentía que el aire no ingresaba a mis pulmones, no sabía que hacer, ni siquiera tenía una idea sobre lo que Martha haría, mis pensamientos se entre mezclaban, tenía miedo y, a la vez placer, el solo hecho de pensar en lo que mi prima estaba haciendo me volvía loco, no sabía si seguir o detenerme, las manos de Irma me devolvieron a la realidad

-No te salgas de ahí, sigue lamiendo, ya me vengo otra vez, Ahhhhhhhhh, que rico, más, mete tu lengua en mi cuca, más Ahhhhhhhhhh -para mí se había venido como 6 veces- no aguantaba más, quería ver a Martha, el solo hecho de verla allí espiándonos, me puso más arrecho que nunca, me paré,

Irma – dije- quédate allí, te lo voy a meter hasta el fondo, dejame cacharte,

Grosero, sigue, haz lo que quieres, cójeme por donde quieras,

Martha se había quitado la trusa blanca que tenía, pude observar su mano moviéndola sobre su chucha, se llevaba de pronto la mano a la boca, se chupaba los dedos y se los volvía a meter en su sexo: Yo seguía dándole a Irma, mientras miraba a Martha, quien con su masturbación me estaba excitando más que el sexo de su mamá, esto era mucho para mí, comencé a sentir la llegada del polvo.

Me voy a venir Irmita, te lo voy a dar todito dentro de tu chucha,

Dámela, exclamó, quiero sentirla, húndete más, mete toda tu pinga, métela,


Martha tomo su trusa y se la puso entre las piernas, vi como se arrodillaba en el suelo, su mano derecha frotando la trusa en su sexo y su mano izquierda sacando sus senos fuera del sostén agarrando sus pezones,

Fue mucho para mí, exploté dentro de Irma, cerré mis ojos, mi corazón estaba por explotar, me agitaba, la apretaba contra mí, le besaba la boca, le mordía los senos, la hacía gritar, total para ella no había nadie en casa. Quedé echado sobre ella. Cuando volví a la realidad, levanté la vista y ya no estaba Martha, me preocupé por ello, pensé que estaba dando vueltas por allí.

Ay, muchachito mío, me dejas echa una piltrafa, como me haces gozar, descansemos un rato que todavía quiero algo más- me dijo mientras nos acomodábamos en la cama-

Mi cabeza solo estaba pensando en Martha, nada podía hacer ni decir, seguimos con Irma haciendo el amor, ella estaba insaciable. Me di un polvo más e hicimos la 69 para que pudiese tener varios orgasmos.

Era la 1 PM- Ven a la ducha –me dijo- hoy nos vamos a almorzar fuera, llama a tu mamá y dile que me vas a acompañar.

Voy a dejar mi maletín en el cuarto de Martha – le dije-

Ya está bien –contestó- voy a terminar de arreglarme.

Fui al cuarto de Martha, no a dejar el maletín, sino a ver si se encontraba allí. No estaba, sin embargo encima de la cama, junto a la almohada había algo blanco que sobresalía. ¡Era su trusa! La tomé y me di cuenta que estaba mojada. ¡Se había corrido! Pude imaginar su asombro y excitación al ver a su madre cogiendo con su primo hermano. Olí y chupé la trusa, la metí en mi maletín.

En la noche en mi cuarto me corrí pensando en ella, mojé su trusa, nunca me había imaginado la mujer que era, su olor y sabor.





En ese momento pensé ¿Qué hago? ¿Me mando? Sí o No, que dilema el mío, para ese momento mi miembro se quería salir del pantalón, estaba tremendamente grande. La veía allí sentada en la cama, sin zapatos, con sus medias blancas, sus muslos blancos, rellenos, bellos invitando a la caricia, su falda subida,

Capitulo 3

Era domingo y todos almorzábamos en casa de mis tíos, era la costumbre, como a las 4 de la tarde vinieron los hermanos Juan y Miguel a recoger a mi hermana, eran sus amigos consentidos. Quedamos en la casa Martha y Yo con mis Padres y mis Tíos.

Martha ¿por qué no vamos al cine? hay una muy buena película,

No tengo ganas, prefiero que vayamos a tomar un helado,

Esta bien –asentí- así salimos un rato y caminamos por Larco,

Pero, vamos de una vez, no quiero que se haga de noche para regresar,

Me extrañó su respuesta. Después del almuerzo era costumbre que mis Padres y mis Tíos fuesen a la casa de mi Tío Julio a jugar cartas, se quedaban hasta las ocho o nueve de la noche, por lo que a partir de las cinco de la tarde no había nadie en casa. –salimos-

Dime. ¿Desde cuando tú y mi Madre están tirando? – me preguntó a boca de jarro.

Esta es la segunda vez –le contesté-

¿Fue tu primera experiencia con una mujer?

Claro-le manifesté- Antes nunca lo había hecho ¿Quién lo haría con un muchacho de trece años como yo? –le increpé-

Está bien, no te amargues, quiero que me lo cuentes todo.

¿Por qué?

Porque sí, además quiero saber ¿Para qué te llevaste mi trusa? La estuve buscando, Irma me comentó que habías entrado a mi cuarto, le dije que me faltaba una revista, no le podía decir que me faltaba un calzón.

Sí yo fui –respondí- no me pude aguantar las ganas de sentir tu olor y conocer tu sabor,

¡Idiota! Mi calzón no te puede dar esas sensaciones, te habrás estado pajeando seguramente,

Y... dos veces seguidas,

¡Devuélvelo o te meterás en problemas!

Lo tengo en mi maletín, cuando regresemos te lo entrego. Pero dime ¿Te arrechó tanto vernos coger?, pude ver como te masturbabas hasta acabar, me gustó mucho mirarte, no sabes cuanto me arrechaste,

Eres un vulgar, pero sí me arrechó verte tirarte a mi mamá, no sabía que te manejabas una buena pinga,

¿Lo has hecho? – le pregunté-

Sí una vez con Félix (quien fue su enamorado hace seis meses), pero no me gustó, fue en el carro de su viejo y, la verdad, más fue lo que me incomodó que no sentí gusto alguno. Cuando vi lo que hacías con Irma no me pude contener, eso era lo que quería que Félix me hiciera.

Si quieres te lo puedo hacer,

¡No seas estúpido! –vociferó-

Cálmate, cálmate, le dije, no es para tanto,

Cuéntame todo,

Mientras tomábamos el helado de regreso a casa le conté con lujo de detalles lo que habíamos hecho Irma y Yo. Veía como su cara cambiaba de un pálido a un rojo encendido, sobre todo cuando le narré lo del polvo en la ducha.

¿Ya quieres regresar a la casa? – pregunté-

Sí, ¿No te recuerdas que ellos se van a jugar cartas?, en la casa no hay nadie, quiero que me digas más, todo lo que sentiste,

Esta conversación me estaba poniendo caliente, llegamos a la casa y fuimos a su cuarto, saqué su calzón del maletín – muy a mi disgusto- y se lo entregué.

¡Eres un pendejo! Te has chorreado en mi calzón, ¡Mira cómo lo has dejado!, lo agarraba y veía en la parte que da a su sexo, estaba manchado y pegado por el semen de mis eyaculaciones. Lo olió y me dijo- No siento tu olor, solo siento el mío,

Pasa la lengua y sentirás el sabor de mi leche,

¡Cochino, degenerado!-sin embargo lo hizo- Está salado afirmó,

Fue en ese momento que recordé lo que había hecho con el calzón de Irma, aquel famoso miércoles y comencé a contárselo.

¿Te dio su calzón manchado con su regla?

Sí, y lo hice –le contesté, para luego contarle que Irma también se lo había hecho,

Son unos puercos –reprobó-

Y...a ver ¿Por qué querías que te cuente todo lo que hicimos?

Lo pensó un instante y dijo: ¿sabes que a mi me hace lo mismo?

¿Qué? ¿Cómo es eso?

Mi madre se baña cada vez que puede conmigo, me jabona el cuerpo como lo ha hecho contigo y me soba abajo, despacio, con su mano y el jabón, me acaricia y luego pasa sus dedos por mi rajita buscando la entrada a mi cuquita. Como comprenderás yo trato de evitar que lo haga y, cuando siento un dedo por allí hago la que me duele, no vaya a darse cuenta que ya he sido desflorada,

Y tú... ¿Qué haces? Pregunté,

Le hago lo mismo –contestó- la jabono y le acaricio su cuca, me deja que le ponga dos dedos dentro, la siento húmeda, igual que yo cuando me estoy tocando,

Y, dime, ¿Nunca te lo ha hecho en la cama?

¡No seas tarado! ¡Cómo se te ocurre que me va a llevar a la cama! Ni que yo fuera rara,

Entonces no entiendo, ¿Para qué se calienta y te calienta?

Eso es lo que quiero saber.

¿Y te gusta? Le pregunté de frente, sin contemplaciones,

Si-me dijo tímidamente, si me agrada, pero yo quiero sentirme así como tú la hiciste sentir.

En ese momento pensé ¿Qué hago? ¿Me mando? Sí o No, que dilema el mío, para ese momento mi miembro se quería salir del pantalón, estaba tremendamente grande. La veía allí sentada en la cama, sin zapatos, con sus medias blancas, sus muslos blancos, rellenos, bellos invitando a la caricia, su falda subida, pero sin mostrar su calzón, su cara sonrojada, respirando agitadamente, sus pechos erguidos, - ¿Por qué no me dejas enseñarte cómo se lo hago a Irma?..con la boca por supuesto

¿Qué vas a hacer qué?

Te voy a besar tu chuchita como se lo hago a tu mamá, llevándote a conocer el placer que no conoces, le contesté, Yo también estoy excitado ¿Quieres ver?, sin esperar respuesta saqué mi miembro al aire, pues para ese momento estaba todo erecto y palpitante. o – ella me miraba hipnotizada-

Su mano derecha, sin darse cuenta, ya estaba entre sus piernas,

Déjame verte – le dije-

No quiero,

Por favor, si ya te he visto ayer, déjame verte y quítate la falda.

No quiero, ¡déjame en paz! quiero conversar contigo y contarte algunas cosas, no me importa si te corres o no, ese es tu problema,

¿Te gusta mirar?

Sí, por eso me estoy tocando también, estoy muy mojada abajo,

Me acerqué a ella y me arrodillé al costado de la cama –Ven- le dije tomando su mano izquierda en mi mano, la besé suavemente, -ven, no tengas miedo-

No quiero que me lo metas,- me indicó-

No -respondí- por supuesto que no. En ese instante la tenía cerca de mí, podía sentir su respiración, agitada, anhelante, la jalé al borde de la cama y le dije – no tengas miedo, sólo te voy a besar,

No me quites el calzón, dijo con voz temblorosa,

Tranquila, no voy a hacer nada que te moleste. Dejé caer sus piernas por el borde de la cama y me puse arrodillado entre ellas, metí mi cabeza por debajo de su falda y acerqué mi boca a su trusa, justo allí donde estaba su sexo. ¡Qué olor! Era delicioso, se notaba un punto grisáceo en lo blanquecino de la trusa, obviamente se estaba mojando. Comencé a besar, lenta, muy lentamente, a pasar la lengua por el calzón, de arriba hacia abajo, a besar sus ingles. Con una mano muy delicadamente empujé su torso hacia la cama de manera tal que quedase echada, no dijo nada, seguí besando, el interior de sus muslos,

Arriba, por favor, hazlo arriba – me pidió-

Con mi mano comencé a abrir su trusa, por el costado, apareciendo sus vellos color caramelo, sedosos, muy sedosos, ¡Qué diferencia con los de Irma1, pasé la lengua y sentí

Ahhhhhhhhhhh, sigue así, no te detengas,

Metí mis dos manos y comencé a bajarle su calzón,

Espera -dijo- no lo hagas, me prometiste. Para mí no sonaba a negación, sonaba a súplica que decía, quítamelo por favor,

Preciosa, déjame que te lo quite, te puedo cortar las ingles al jalarlo así, ya tenía el calzón al nivel de su bajo vientre, seguí deslizándolo hacia abajo, mientras lo hacía mi boca besaba su ombligo, mi lengua mojaba su vientre, no se pudo contener,

Sácalo de una vez, no demores, dame lo que quiero ¡dámelo ya!,

Se lo quité y me lo llevé a la nariz, era algo riquísimo, pasé mi lengua por la humedad que tenía, ya era una macha de por lo menos un dedo de largo, salada, agradable, apareció ante mí su mata de vellos, y su piel rosada, comencé con mi lengua a lamer de arriba hacia abajo y, luego, en su botón de placer, me separé un momento para ver su sexo abriéndolo con mis manos, era de color Rosado, bello, su huequito chico pero invitando a comérselo, metí un dedo,

Despacio, por favor, hazlo despacio, no me hagas doler,

Seguí lamiendo y moviendo mi dedo dentro de su vagina. Mi lengua se movía en círculos sobre su clítoris, gemía, se agitaba, no podía tener las piernas quietas. Mi dedo tocaba y buscaba su humedad, la sentía, quería probarla, saqué el dedo y,e lo chupé ¡qué sensación! Un escalofrío recorrió mi cuerpo, seguí lamiendo, ahora sus labios vaginales, más abajo, todo era rosado, bello.

No pares por favor – me decía. Sigue, sigue, así, yaaaaaaa. Retírate, ya no aguanto me voy al baño, quiero orinar,

No te pares – le dije – yo me lo voy a tomar,

Estás loco- refutó-

No, no –le dije-, no vas a orinar, es lo mismo que me da tu mamá, deja que salgan tus jugos – diciendo esto comencé a tocar más rápido con mi lengua su clítoris –

No sigas –suplicó- me orino, me orino Ahhhhhhhh,

Sentí su descarga, copiosa, salobre ¿Se estará orinando? – pensé- ¡qué demonios!, me lo tragaba y me atragantaba, tuve que dejar que se saliera de mi boca, su líquido recorría mi cuello, ya no aguantaba, comencé a soltarme la correa del pantalón, el cierre relámpago lo bajé apresuradamente, bajé mi calzoncillo y me tomé el miembro,

Sigue, por favor, sigue, lo siento otra vez, por favor, bésame –rogaba- mete tu dedo –demandó-, lo metí y pasé mi lengua, con mi mano comencé a correrme la paja, pero me dije ¿Por qué no se lo meto?

Martita –le dije- dame otro más que me gusta tu sabor, y la comencé a morder muy despacio en su botoncito,

No hagas eso, no aguanto, otra vez, ¡¡toma, toma todo!!

Se vino nuevamente, otro sabor diferente, menos salado, en medio de su orgasmo tomé mi decisión, me paré y con la pinga en la mano busqué su chucha,

No te muevas –le pedí- levanté sus piernas y pude ver toda su cuca completa, apunté hacia su orificio vaginal y ...zás, lo empujé,

¿Qué haces? No..no..no por favor,

Espera mi amor-le dije- te va a gustar, no te muevas, lo introducía, despacio, muy despacio, tal como me había enseñado a hacerlo su mamá, empujando y empujando hasta sentir que entraba, cuando el glande penetró lo empujé todo y entré totalmente,

Ayyyyyyyy, gritó, mordiéndose los labios, despacio amorcito, despacio,

Me movía suavemente, adentro y afuera, sentía su cavidad suave, cálida muy húmeda, me quería venir,

Sigue, sigue, hazme como se lo haces a mi mamá, así golpea, golpea, más.. más fuerte, cáchame toda,

Sí, amorcito te voy a cachar como me gusta, ya me movía más fuerte, sentía que me iba a venir,

Me orino otra vez, me orino, Ahhhhhhhhh, se sale, se sale –gemía y gemía-

Yo también amorcito, te voy a dar mi leche,

No, No por favor, no adentro, afuera, me puedes llenar,

Martita, no aguanto, quiero adentro,

No, me empujó y me sacó,

No podía más, le agarré la cabeza, la atraje hacia mí, subiéndome a la cama, y se lo empujé a la boca, que pelea, no quería abrir la boca,

Por favor Martha, déjame correrme, yo me he tomado todo lo tuyo incluyendo tu orina, ¡Abre la boca! Le grité,

Tímidamente lo hizo, justo en el momento en que me vaciaba, Uyyyyyyyy que rico, toma, toma todo amorcito, ¡qué hembrita tan rica eres! Le decía mientras sostenía su cabeza, terminé de darle todo, con su lengua comenzó a sentir mi miembro, la pasó por mi glande,

¿Terminaste?

Sí le dije, fue más rico que con tu mamá,

¿De verdad?

Sí-afirmé- Sí no te voy a mentir,

Estaba otra vez parado con mi calzoncillo mojado por sus jugos, me quité la ropa y me eché a su lado ¿Cuándo es tu regla?-le pregunté-

Entre el jueves y viernes de la próxima semana,

Entonces no hubiese tenido problema en venirme en tu chuchita,

¿Y si me embarazas?,

¿Cómo no sabes lo que es el ritmo?

No, dime ¿Qué es?

Mi hermana, que como tú sabes estudia enfermería, me explicó que se pueden tener relaciones sexuales por cinco días después del fin de la menstruación y nueve días antes de la próxima regla, en medio si no puedes hacer nada. Cómo ves si estás a cinco días de menstruar podíamos hacerlo ¿Eres exacta? –pregunté

Si lo soy –contestó-

Bueno, bueno.-Yacíamos uno al costado del otro-

¿Sabes? Me gustaría volverte a ver con mi mamá ¿Cuándo lo vas a hacer?

El sábado subsiguiente, este sábado que viene no puede, no sé porque,

¿Te gustaría que haga lo mismo que la otra mañana?

Dime Martita, ¿No será que quieres estar allí con nosotros?

¡Qué dices! No seas enfermo,

¿Por qué? Solo digo que, de pronto, ¿No te gustaría tocarla mientras se lo estoy haciendo? – ni yo mismo podía saber de donde me salían esas ideas, pero allí estaban, se quedó muda- vamos, vamos, di algo- le pedí-

No sé, tal vez, No sé. ¿Qué quieres que haga?

Lo mismo que el otro día, con la diferencia que entras y nos sorprendes-estaba urdiendo un plan ¡qué descarado me sentía! Y qué arrecho, mi miembro se volvía a parar, tomé su mano y se la puse en él- Cuando Irma trate de evitar el seguir con lo que está haciendo conmigo, le das un beso y le dices ¿Puedo quedarme con ustedes?

Su cara tenía una expresión de sorpresa y de placer, me cogía el miembro más y más fuerte- Métemelo- lo quiero adentro, ahora,

¿Eso es un sí? Le dije

Sí, sí, pero solo si me lo haces en este momento,

No sé cuantas veces se vino, no paraba, después que me vacié en su chucha me la tuve que comer por lo menos por veinte minutos más, era insaciable- Martha es tarde, no vayan a venir,

Ya, vamos a lavarnos y vestirnos,

No te vas a acobardar el sábado ¿No? –le pregunté,

Ya te dije que no, no digas nada más –respondió-











Su boca húmeda era exquisita, por un momento pensé: "si aquí arriba está así ¿Cómo estará allí, abajo?, un escalofrío recorrió mi espalda, me estaba poniendo arrecho. Metí mi lengua y la pasé por todo su interior,

Capítulo 4

Los días pasaron lentamente, a pesar que me encontraba en exámenes, por lo cual no tenía tiempo libre, mi cabeza no hacía otra cosa que pensar en lo que sucedería con ellas dos. Dada la preocupación de los exámenes mi madre era aún más estricta que de costumbre por lo que no me dejaba salir de casa.

Llegó el Domingo y fuimos todos a almorzar a casa de mis tíos, no ocurrió nada especial, Martha salió con sus amigas Mona y Pelusa, lo que me impidió conversar con ella. Mi tía, para variar, no me prestó atención alguna, ni siquiera pude escaparme a hacer algo porque se quedó con mi madre en su cuarto hasta la hora que nos fuimos, maté la tarde leyendo.

La semana siguiente fue igual, entregando trabajos en el colegio y terminando exámenes finales. El día Jueves acabamos todo y nos dieron feriado hasta el Lunes siguiente, día en el que tendríamos los resultados.

El viernes me levanté temprano y, después de desayunar, asear mi cuarto y hacer algunos mandados de mi madre, me fui a casa de mi tía, la Sra. Lola me abrió la puerta.

-Tu tía no está, ha salido con tu tío –me dijo-

¿Y Martha?-pregunté-

Se ha ido a la academia a estudiar, me dijo que vendría a almorzar a las 12.30 PM

Eran las 11.30 AM, decidí quedarme a esperarla –Sra. Lola me quedo un rato, esperaré a Martha, mientras tanto voy a buscar unos libros,

¡Ah, me olvidaba! Martha te ha dejado un libro en su cómoda en el cajón de la derecha, me dijo que si venías lo buscaras y lo leyeras,

Gracias –contesté- mi corazón latía muy fuerte producto de la emoción y de lo desconocido.

Fui directamente a su habitación y al cajón donde se encontraba el encargo. Había un libro con tapa azul, el título decía: Marte un planeta desconocido, no me acuerdo el nombre del autor, el título del libro sí, debido a que me decepcioné, esperaba otra cosa. Pensé ¿Por qué ha dejado este libro? Lo abrí para hojearlo y, de pronto, apareció un papel en su interior, mi corazón volvió a acelerarse, lo abrí y comencé a leer: " Hola Josecito, seguro que esperabas otra cosa ¿No?, bueno quería decirte que me muero de ganas de hacer lo que me hiciste el otro día y, mañana estaré allí viéndote y esperando que me lo hagas. Un beso Martha" PD. Ojalá que leas esto antes que llegue a almorzar, entonces tendrás una sorpresa.

Estaba emocionado y excitado a la vez, esperaría a su llegada,

Cerca de 12.45 PM llegó a casa.

- Josecito ¿Dónde estás? –preguntó-

- Aquí en tu cuarto –respondí-

¿Has leído lo que te dejé?

Claro que sí, me gustó mucho saber que nos veremos mañana y ¿Cuál es mi sorpresa?

¿Sólo piensas en eso?, primero un beso ¿No?

Su boca húmeda era exquisita, por un momento pensé: "si aquí arriba está así ¿Cómo estará allí, abajo?, un escalofrío recorrió mi espalda, me estaba poniendo arrecho. Metí mi lengua y la pasé por todo su interior,

Ummmmmmmm, ¡qué rico besas! Ven- tomó mi mano y me llevó hacia el corredor- Sra. Lola, llamó,

¿Si? Escuchó como respuesta,

Yo le aviso para almorzar, me voy a demorar un poco con José, me va a ayudar en una tarea,

Ya mi hijita, aprovecharé para colgar ropa en la azotea –recibió como respuesta-

Ven –me dijo – vamos al cuarto de mi mamá,

¿Para qué? – le pregunté –

Ya verás, ven, ¡apúrate!

Entramos al cuarto y fuimos directo al baño ¿Aquí? – le pregunté –

No preguntes, entra, entra-cerró la puerta y me ordenó ¡Quítate la ropa, rápido que me estoy orinando, mientras lo decía se desabotonó la falda quedando en trusa y medias, las que estaban sujetadas por un portaligas, estaba divina,

Me empecé a desvestir, viendo que ella hacía lo mismo, se quitó las medias, el portaligas y se quedó con la trusa puesta, se quitó la blusa blanca y el sostén, estaba medio desnuda ¡¡¡Qué vista!!!, me apuré y me quedé completamente desnudo, comenzando a tener una erección. Levantó la tapa del excusado y se paró sobre los bordes,

¿Has visto a alguna mujer orinando?

No – le contesté –

Pues aprovecha tu primera vez – comenzó a orinar con la trusa puesta, su orina, dorada, salía por la trusa, mojándola primero, después por gotas y, luego en un chorro, no podía aguantarme y comencé a masturbarme en ese preciso momento que ella dijo,

¡No!, no lo hagas, vas a disfrutar, espera, no seas impaciente, acércate y lámeme las piernas,

Sus piernas estaban mojadas con su orina, su trusa que era de color blanco había tomado ese color plomo de lo mojada que estaba, me acerqué lentamente y comencé a pasar mi lengua por sus muslos, por la parte lateral que da a su sexo. El sabor salobre de su orina me hizo retroceder, en eso sentí sus manos que apretaban mi cabeza,

Lame, Lame, te lo mando- me dijo - ¿Quieres Gozar?, ¡¡¡Has lo que te digo!!!

Lo hice, saqué mi lengua y lamí todo lo que pude, sus manos me guiaban, me condujo hasta la parte superior de sus muslos. Debajo de la trusa podía divisar sus vellos negros,

Lámeme ahí –mandó- Sí allí, eso me gusta,

Yo no hablaba, solo lamía y buscaba entrar a su chucha, era demasiado estar así sin el contacto directo de su sexo,

Espera –dijo – se bajó del excusado y, bajando la tapa me dijo – siéntate allí, me voy a montar encima de ti,

Tenía mi verga como una vara de policía, dura y totalmente parada. Sentí como se subía, abrió su trusa por una costura del costado,

¡No te muevas! Voy a metérmela toda adentro, ¡¡¡La quiero toda!!!, haciendo equilibrio –métela –me ordenó- y se sentó. Sentí toda su vagina mojada, la trusa igualmente mojada me rozaba el vientre, comenzó a moverse,

Por favor levanta las caderas –me pidió- has que llegue al fondo de mi cuca, SI,siiiiiiiiiiiiii, así, más, más por favor,

Cabalgaba como una amazona, arriba y abajo, sus tetas se movían al compás, no podía chupar sus peones, estaba poseída, me estaba cachando, yo era el pasivo y ella la activa, se cambiaron los papeles. De pronto.....AHHHhhhhhhhhhhhhhhhhhhh me corro, te la doy papito, toma, toma tooooooooooooooooooooooodo. Simplemente se corrió, sentí como sus líquidos salían a través de la trusa mojándome el vientre, las bolas, las piernas, comencé a moverme,

Espera, espera por favor, después te lo hago rico –suplicó-, espera, quieto, ahí viene Ugggggggggggg, otra vez su líquido tibio me mojaba, señal inequívoca de sus orgasmos y eyaculaciones, ya no aguantaba, me iba a correr en ese momento, cuando, sin decirme nada se paró y se salió. Mi miembro estaba tan excitado que solo se movía de lado a lado,

No te salgas-le grité-,

Espera –me dijo- te vas a dar el polvo más rico de tu vida, diciendo esto comenzó a quitarse el calzón completamente mojado, lo puso en mi miembro y me dijo: ¡Quiero que te lo hagas con mi calzón, como lo haces cuando no te veo, -me estremecí-. Tomé el calzón cubriendo totalmente mi pinga y empecé con el sube y baja, su mano estaba en su clítoris, se tocaba, llevaba su dedo a la boca y se probaba-era demasiado para mí-

¡Quiero que te vacíes para mí, hazlo! – le mandé-

Mírame, mírame, es para ti –diciendo esto pude ver como le salía un chorro de líquido transparente que cayó al suelo y recorrió sus piernas,

Ven – le dije - ¡Acábame!, tomé su mano derecha, la coloqué sobre su calzón y mi miembro y comenzó a correrme, en cinco segundos estaba botando mi leche a su calzón, Sí, sí, asiiiiiiiiiii, toma todo, saca el calzón y mámame le ordené. Bajando su cabeza lo engulló de una sola metida, no podía verla solo la sentía, estaba en el paraíso. Lamió todo y se levantó

¿Contento?

No aún. Le respondí- Siéntate

¿Para qué?

¡Obedece!, siéntate –se sentó sobre la tapa igual que yo estuve momentos antes. Le levanté las piernas y me arrodillé en el piso mojado, comencé a lamerle la chucha, despacio, primero, dando toquecitos al clítoris y, luego, más y más rápido, metiendo la lengua en su cueva, mordiendo los labios exteriores, hasta que sentí su clítoris palpitando y,,, de pronto...la inundación, me ahogó con su eyaculación,

Ahhhhhhhhhhhhhhhhh, que rico, me estoy viniendo ¡Tómatelo todo!, a ti te gusta – me dijo – Ayyyyyyyyyyyyyyyy, me muero, dame, dame más, tiró su cabeza hacia atrás,

Pensé, a esta le da algo, ¡Martha, Martha! ¿Estás bien?

Claro, me he dado un polvazo –respondió-

Descansamos unos minutos, me voy a meter a la ducha,

Sí, si yo también respondió, pásame mi calzón para lavarlo,

Lo tomé y no evité el impulso de meterlo a mi boca, me miraba con sus ojos abiertos al máximo- Ven – le pedí – te voy a besar con tu calzón. Acercó sus labios y nos besamos con su calzón en medio de nuestras bocas, nos chupábamos todo, estábamos locos,

Basta, por favor papito, para no podemos seguir, me vas a poner caliente otra vez,

¿Y?, ya mi pinga está parada otra vez,

No, no jodas, ven al agua, abrió el grifo de agua fría y me metió a la ducha, el golpe fue tal que se perdió mi erección,

Risas y más risas, compartimos la misma toalla, limpiamos el baño y salimos como si nada hubiese pasado,

Sra. Lola vamos a almorzar,

Ya mi hijita, ya les sirvo.

Hola Martita ¿Desde cuándo nos estás viendo? –le pregunté- mientras tomaba su mano

Hace un buen rato –respondió- y, para decirles la verdad, me han calentado bastante. Mamá ¿Tanto te gusta que te lo hagan con la boca? ¡Qué rico te come mi primito!

Capítulo 5

Y, por fin llegó el sábado tan esperado. Me levanté temprano y, obvio, no fui a la escuela, después de un baño para poder despertarme bien y un buen desayuno, haciendo tiempo para poder ir a la casa de mi tía.

Toqué el timbre, me sentía bastante nervioso y excitado a la vez

Hola, ¿Cómo estás? Me preguntó, imagino que estarás impaciente ¿No?.

Hola Tía, ¿Cómo estás?, no pude dejar de mirarla, mientras entraba a la casa. Estaba con una blusa blanca y unos shorts bastante apretados, debajo de la blusa no llevaba nada, me pregunté ¿Y debajo de los shorts?

Entra – me dijo – tomándome de la mano, su mano suave, delgada de dedos largos, me erizó la piel ese contacto- vamos, estoy ansiosa de mostrarte algo que he guardado durante la semana- nos fuimos directo a su habitación, intuí que, como todos los sábados no había nadie en casa.

He comprado un juego de ropa interior muy atrevido y quiero que me lo veas puesto – diciendo esto se sentó en su cama y se quitó los shorts. Tenía puesta una trusa pequeña, completamente transparente, parecía la pieza inferior de un bikini, era de color blanca, sólo se distinguían los bordes, incluso lo que estaba en contacto con su sexo era transparente.

Me gusta –le contesté-

Lo mejor de todo es que me puedes ver todo como soy y me puedes sentir y oler cuando te acerques a mí,

Sí – le dije- y no puedo aguantar mucho el verte así – me acerqué a ella y comencé a tocarla sobre esta trusa tan bonita,

Quítate la ropa – me indicó- mientras me quito la blusa –diciendo esto desabotonó su blusa y se quedó con los senos al aire y su trusa puesta, era un espectáculo verla parada allí, totalmente expuesta,

Me desnudé lo más rápido que puede acercándome a ella para darle un beso, mi lengua recorrió su boca encontrándose con la de ella, mis manos fueron directamente a tocar su sexo, acariciando sobre la tela esos vellos negros que me apasionaban, buscando la humedad de su vagina, con la finalidad de ver como quedaba esa trusa cuando se mojaba.

Se sentó en la cama mirando mi miembro que, erecto y duro, estaba a la altura de su cara. No perdió ni un segundo y lo engulló de frente, sentía como el calor de su boca y la humedad de la misma me proporcionaban olas de calor y furor en mi cuerpo, lo sacó de su boca y, con su saliva mojó el miembro comenzando con la mano a bajar el prepucio, mi glande grande y excitado se movía sin siquiera tocarlo, pasó la punta de su lengua por él y lo volvió a meter en su boca, era divino, yo empujaba hacia dentro, sentía como la atragantaba, como le era difícil mantener la respiración, se lo sacó de la boca y me miró ¿Qué quieres hacer? ¿Quieres que me ahogue? –preguntó-

Quiero meterlo hasta el fondo de tu garganta –le respondí- empujando mi miembro dentro de su boca otra vez, más y más, tosió y no pudo sostenerlo, lo volvió a sacar,

No seas así –suplicó- no lo hagas mal. Déjame gozar

Discúlpame Tía, tienes razón, me voy a controlar

Otra vez volvió a lamerlo y ponerlo en su boca, mientras ella hacía esto Yo seguía parado tocando sus senos con mis manos, acariciando sus pezones, pero quería más y más- ¿Me dejas besarte abajo en tu cuca? Le pregunté

Sí, bájate, tengo ganas, pero no me quites la trusa,

Aparté el borde de la trusa y comencé a pasar mi lengua por sus labios, buscaba con mi lengua la abertura de su vagina, quería sentir el sabor de su humedad, olía maravillosamente. Siempre me gustó su olor, era muy especial, lo probé, me gustaba el sabor de su lubricación vaginal, moví mi lengua hacia su clítoris, estaba hinchado y duro, comencé a lamerlo de arriba hacia abajo, ahora, de manera circular, su olor me volvía loco, ingresaba hasta mi cerebro, separé más la trusa y puse dos dedos en el interior de su vagina llegando hasta el fondo, hasta donde le gustaba, aquella parte que parecía como piel arrugada, allí en el fondo, hacia arriba, ¡Cómo se ponía ¡ comenzaba a jadear,

Sí, ahí. Toca allí, sigue, no te detengas, Ay que rico, Dios que me matas, Te voy a dar de tomar como a ti te gusta, te voy a dar todo, sigue...sigue,

No paraba de hacer con los dedos y la lengua, con la otra mano me tocaba, me olvidé de todo. De pronto me acordé ¿Y Martha?. Sin sacarle los dedos de la chucha, levanté mi cabeza –No me equivoqué- Allí estaba Martha, viendo la escena.

No quites tu lengua, quiero venirme –me pidió Irma-

Vente amorcito, dame todo de tomar, comencé a sentir como se mojaba completamente, sus chorros eran fuertes no podía tomarlos todos, me mojaba la cara y ella se mojaba también,

Ahhhhhhhhhhhhhhhhh, que rico, masssssssssssss, sí toma, toma, allí sale otra vez, me meooooooooooo,

Estando Irma en ese momento exacto, con cada polvo que se daba, fruto de la estimulación a su clítoris, pude escuchar.

Hola Mamá ¿Qué están haciendo?,

Levanté mi cabeza y pude ver a Martha parada allí junto a nosotros

Irma se quedó paralizada, su cara pálida, no sabía que decir, mis dedos no los había sacado de su chucha y seguía moviéndolos, ella respondía, cerró los ojos y no pudo evitar venirse otra vez.

Hola Martita ¿Desde cuándo nos estás viendo? –le pregunté- mientras tomaba su mano

Hace un buen rato –respondió- y, para decirles la verdad, me han calentado bastante. Mamá ¿Tanto te gusta que te lo hagan con la boca? ¡Qué rico te come mi primito! Habías resultado-me dijo mirándome directamente a los ojos- todo un cacherito,

¡Martha! No seas grosera –dijo Irma-

Comencé a jalar la mano de Martha hasta donde estaba el sexo de Irma, saqué mis dos dedos de ella y puse la mano de Martha justo en el momento que Irma se venía otra vez,

¿Martha? Pronunció Irma, Hija, Yo.. balbuceante no sabía que decir,

Mamá ¿Me puedo quedar con ustedes? Contestó Martha dándole un beso a su mamá, pude ver como se le ponía carne de gallina la piel a Irma.

Yo, no sé que decirte –respondió Irma-

No digas nada- afirmé yo-

No, de ninguna manera, no puede ser –me interrumpió Irma- comenzaba a pararse,

Mira Irma, le dije, no me vas a dejar así, por último ¿Qué tiene que nos vea? – diciendo esto me aproximé a Martha, tenía el miembro más duro que de costumbre, tomé uno de sus brazos

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Relato erótico enviado por BIGDIK el 23 de May de 2005 a las 23:11:25 - Relato porno leído 888132 veces
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Relato erótico enviado por BIGDIK el 25 de May de 2005 a las 12:34:09 - Relato porno leído 485704 veces
Mi Abuelo me estreno y me hizo Mujercito……….
Relato erótico enviado por GERARDAPUTA el 21 de October de 2011 a las 22:28:26 - Relato porno leído 375459 veces

mi suegro me penetra

Categoria: Familiares
Aprovecho unas vacaciones de mis suegros para follarmelo.
Relato erótico enviado por Anonymous el 25 de July de 2005 a las 00:00:00 - Relato porno leído 331987 veces
A partir de ese momento ya no pude ver a mi sobrino como tal, sino ya lo veía como un hombre que deseaba cogerme sin control, a cada oportunidad que mi sobrino tenia lo aprovechaba para ver mi cuerpo, esto era cuando me cambiaba, bañaba, entre muchos otros momentos que tenia para verme y lo más lascivo era que yo no hacía nada para evitar que me viera, al contrario cada vez que me bañaba dejaba la puerta abierta para que me viera y así en la ducha con la certeza que me estaba viendo yo hacía movimientos sensuales e incluso con el pretexto de lavarme mi zona intima yo me la tocaba con tanta sensualidad que sin duda sabia que él tenía su pene bien erecto desde donde estaba viéndome.
Relato erótico enviado por putita golosa el 27 de July de 2010 a las 23:14:27 - Relato porno leído 302266 veces
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Comentarios enviados para este relato
pantyhoseaddict (9 de January de 2011 a las 13:46) dice: excitante 100 x 100...de lo mejor que he leido.

katebrown (18 de October de 2022 a las 20:18) dice: SEX? GOODGIRLS.CF


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